Interesante artículo de Luis García Montero de Público (lectura en internet que recomiendo a todo el mundo porque encima es gratis) que me manda mi alumno Angeloxo y del que destaco las palabras que nos dedica a los sufridos profes de literatura que nos debatimos entre la realidad y el deseo:
"Los planes de estudio suponen la decisión más evidente sobre el futuro. ¿Qué lugar ocupa la literatura en los colegios y los institutos? Si pensamos en la crisis del libro, no está de más recordar –en medio de las celebraciones del 23 de abril y de las campañas oficiales de animación a la lectura- la pérdida radical de espacio que la literatura ha sufrido en ese horario escolar que luego contagia cualquier minuto y se extiende por todos los rincones de la vida. Ninguna campaña ocasional marcada por un día festivo en el calendario puede compensar la situación precaria de la literatura en los planes de estudio.
Guardo pocas certezas sobre el futuro. Una de ellas es que la debilidad de la literatura en los planes de estudio simboliza los aspectos más negativos del mundo que se nos prepara. La aspiración de formar personas ha sido desplazada por el adiestramiento en una información seca al servicio de los mercados y de la servidumbre. En medio de esta inercia, los profesores de literatura son unos verdaderos resistentes cuando procuran contagiar el amor por los libros y por la imaginación. Su vocación les lleva a no dar la batalla por perdida. A ellos les pertenece el 23 de abril tanto como a los escritores, los editores, los bibliotecarios y los libreros".
domingo, 28 de abril de 2013
domingo, 14 de abril de 2013
Lecturas no recomendadas
Es lo que tiene el e-book, las lecturas que haces son a ciegas, sobre todo si son gratuitas porque te las ha pasado la amiga de una amiga. Te mandan libros sin portada, sin que puedas hojear el contenido, sin que tengas ninguna referencia del autor. A eso se añade que lees en el metro porque gran parte de tu jornada laboral la pasas allí y sigues la lectura porque no tienes otra cosa que hacer. No recomiendo ni Mañana lo dejo ni El verano sin hombres. Ambos libros los leí porque me gustaba el título, nada más. Han supuesto una pérdida de tiempo, ¡tantos clásicos que leer o revisitar y yo con tonterías que ni siquiera me han entretenido!
El verano sin hombres es una novela feminista
bienintencionada, pero aburrida y previsible. La protagonista ha sido
abandonada por su marido y en ese verano escribe un diario sobre sus relaciones
con mujeres de todas las edades. Siuri Hustvedt es la mujer de Paul Auster. ¿A
qué averiguáis el final?
Mañana lo dejo es una
novela para adolescentes tontorronas que recuerda al diario de Bridget Jones.
La protagonista, torpe y divertida, se ha enamorado (busca desesperadamente su
media naranja) de su misterioso vecino. El libro es tan pastelero que pensé que
lo había escrito una mujer (tampoco escapo de los prejuicios), pero me he dado
cuenta al buscar información para escribir esta reseña que es un hombre. Tal
vez el descubrimiento justifique la visión tan estereotipada de los
planteamientos vitales de la protagonista. Ha sido un éxito de ventas en
Francia, pero no entiendo que le pueda gustar a alguien que tenga más de quince
años. Y el caso es que el comienzo de la novela prometía.
domingo, 31 de marzo de 2013
El hombre que amaba a los niños, Christina Stead
Leí la crítica que hizo Almudena Grandes en El País y me
pedí para mi cumpleaños El hombre que amaba a los niños . Leí el prólogo de Felipe Benítez Reyes y me
enfrenté a la novela como si se tratará
de una obra maestra. He tardado más de una semana en leerla y su lectura, a
ratos, se me ha hecho insoportable. La novela no ha respondido a mis expectativas,
es repetitiva e incongruente. El estilo
de la autora resulta cargante sobre todo en los múltiples diálogos entre el
padre y los hijos en los utilizan un lenguaje dadaista. En esta pesadilla
kafkiana, el matrimonio tiene mucho odio y
poco dinero; el padre es una mezcla de anarquista nazi que pretende
vivir con su extensa familia como en un falansterio; la madre es una Madame
Bovary, llena de deudas y de hijos. La hija adolescente del primer matrimonio
del marido ejerce de cenicienta vengativa, refugiada en sus amistades lésbicas
y en la literatura. Los niños son aparentemente felices en ese nido de cuervos. Los episodios transcurren
sin ningún interés entre escenas de malos tratos. La diferencia social entre
los personajes no justifica su comportamiento. Estaba
deseando acabarla y cuando cerré el libro, el hedor insoportable de la cocción del pez aguja en
Spa House desapareció. Por fin se acabó la pesadilla de
crueldad obsesiva y té negro.
martes, 26 de marzo de 2013
Blue Valentine
Al salir del cine tienes la sensación de que tú también has vivido algo parecido en algún momento de tu vida. A veces, has sido el chico y otras, la chica.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Quesada Graciosa: fácil y sabrosa
En el instituto es la tarta que todos hacemos para quedar bien, es muy suave y fácil de hacer (recomendada para los inútiles como yo). Gusta a todos. Nos la pasó Gracia Ramírez, profesora de Química. Es la primera receta que pongo en el blog:
Ingredientes:
Gracias, Gracia, por la tarta, por los libros, por tu amistad. No pude ir ni al tanatorio ni al funeral. Llámalo debilidad, cobardía, comodidad o falta de ganas. Tal vez te fallé. Pero sé, o quiero creer, que me comprendes.
Ingredientes:
- tres quesitos
- tres huevos
- brik de nata líquida (200 o 250 gramos)
- yogur natural
- una medida de yogur de harina
- Dos medidas de yogur de leche
- dos o una y medida medidas de azúcar
Gracias, Gracia, por la tarta, por los libros, por tu amistad. No pude ir ni al tanatorio ni al funeral. Llámalo debilidad, cobardía, comodidad o falta de ganas. Tal vez te fallé. Pero sé, o quiero creer, que me comprendes.
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Equipaje profesora,
Hogar del Empleado
Adiós, tambucho
Veinticinco años después, por fin, hacía la reforma
de su casa. Los recuerdos embalados. El alma por los suelos. Los apuntes en la
papelera. La memoria en el olvido. Las fotos a buen recaudo. El suelo, mil
veces pisado y fregado, había sido forrado con tarima flotante. Las puertas de cartón piedra, llenas de
rasguños, eran ahora de un blanco resplandeciente. Los sanitarios rotos de
color sepia inmaculadamente sustituidos. Ya no había grifos goteando por la cal, ni nidos de cable escalador por las paredes. La regleta del aire acondicionado había desaparecido
a golpes de albañil y de talonario,
incluida la mordida para Hacienda. Pero de lo que más liberada se sentía
era de soltar lastre, de deshacerse del tambucho, de la caja situada encima de
la ventana del salón dentro de la cual se enrollaba la persiana. Bonita palabra
que se convertía en la metáfora de estos años con abultados recuerdos,
impregnados de polvo, descascarillados, estancados y retorcidos. Tenía la
esperanza de que con la pérdida irreparable del tambucho desapareciera también
el insistente dolor de muelas, que tenía instalado en la mandíbula hacia más de
tres meses, sin que los antibióticos le hubiesen ganado la batalla a la
infección que anidaba en lo más profundo de la raíz; pero no ha sido así, la muela deberá ser arrancada como el tambucho.
viernes, 8 de febrero de 2013
Antigua luz, John Banville
«Billy Gray era mi mejor amigo y
me enamoré de su madre. Puede que amor sea una palabra demasiado fuerte, pero
no conozco ninguna más suave que pueda aplicarse.»
Buen comienzo para una novela y sorprendente final, que no cuento. Un actor de teatro recuerda su iniciación
sexual a los quince años en un pequeño pueblo de Irlanda en los años cincuenta.
Al mismo tiempo entabla relación con una
joven actriz que ha intentado suicidarse y busca las claves del suicidio de su
hija en la costa italiana. Pero lo mejor de la novela es cómo está escrita.
Como dice su autor, John Banville: “Lo siento, la escritura
es mucho más interesante que la vida”.
Nota: La protagonista de Antigua luz es la señora Gray, el libro es
erótico como sugiere la portada, pero no hay que confundirlo con el erotismo
barato de "Cincuenta sombras de Grey".
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