Brillante historia de amor.
Chico guapo, solitario, sensible y un poco simple, se enamora a primera vista de chica lista con un novio bruto y con una familia donde reinan los malos tratos. Ella está embarazada y, en lugar de salir huyendo, se agarra al espejismo del enamoramiento. Seis años después la historia de amor es de desamor, como casi todas. La película utiliza los saltos temporales de modo que hace interesante lo previsible. El encanto, la diversión y la pasión del comienzo se convierten en hastío, monotonía, tristeza y pérdida de respeto. En la habitación del futuro de un motel absurdo comienza el final. Aquí también pierden los dos, aunque aparentemente lo haga solo uno, el que quiere vivir tranquilamente sin desasosiego. Los actores, muy atractivos y perfectamente caracterizados, bordan su papel, aunque su edad actual no encaje con ninguno de los dos segmentos temporales. El ambiente gris, sin salida personal ni profesional, se pega a los personajes como la pintura que lleva él adherida a su piel.
Al salir del cine tienes la sensación de que tú también has vivido algo parecido en algún momento de tu vida. A veces, has sido el chico y otras, la chica.
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