jueves, 27 de junio de 2019

Pic-nic, obra de Arrabal y sala de teatro


Hace unos meses leí en El País que en la calle Minas de Madrid hay una sala de teatro llamada Pic-Nic y que ha ayudado a reinventar la comedia en España. Enseguida me acordé de la obra de teatro de Fernando Arrabal del mismo nombre, todo un descubrimiento para mí a finales de los 80 que me salvó de más de un apuro. La obra es corta, dura aproximadamente 45 minutos, mezcla el humor y la sátira en la línea del humorista Gila, y entre risas y bromas expone lo absurdo de las guerras, sobre todo si son civiles.
 Pic-nic presenta la anómala situación de un matrimonio que va de visita al frente de batalla con la intención de pasar un divertido día de campo junto a su hijo que se encuentra en una trinchera. Pronto aparece un soldado enemigo con quien comparten la comida en un clima amistoso y unos desalmados camilleros buscando muertos. Sorprendidos, descubren que ningún bando desea la guerra y deciden terminar con ella. La ingenuidad de los personajes se rompe cuando la realidad acaba con sus ilusiones al final de la obra.


Cuando estaba en el Colegio Covadonga* del Hogar del Empleado, una vez desmantelada la sala Cadarso que utilizábamos como salón de actos, representé la obra con un grupo de alumnos del nocturno, aprovechando el vestuario y los decorados de otro grupo de la mañana. Desde el principio todo salió mal, la bicicleta que nos prestó el secretario del centro se cayó sobre los espectadores; un camillero llegó con un botellín de cerveza en la mano, que previamente había ingerido para armarse de valor; la señora Tepán perdió una uña postiza y se puso a buscarla porque en aquel entonces eran muy caras. Al apuntador se le oía más que a los protagonistas y, a pesar de ello, los padres se encasquillaron en el diálogo con el enemigo. La música y los efectos especiales nunca llegaron a tiempo. Menos mal que en el surrealismo todo encaja. La tortilla era de verdad, la había hecho con amor la madre de una alumna y nos la comimos al final. No sé si por la propia obra o por la mala actuación, conseguimos la hilaridad de los espectadores, que nunca se lo habían pasado tan bien en un teatro. Algunos de los actores estuvieron unos días sin volver al cole de avergonzados que estaban. Ni que decir tiene que yo lo pasé fatal entre aterrorizada y emocionada. Menos mal que entonces no había móviles y no se hicieron fotos porque resultaban carísimas. La primera y única representación solo vive en nuestro recuerdo.
Después, cuando fui interina, llevaba siempre el primer día fotocopias de la obra en la carpeta para leerlas en clase porque tenía que meterme en el aula sin saber ni el nivel ni las características de los alumnos. Me sacó de muchos aprietos. Pero ya se sabe que la mujer y el hombre son animales que tropiezan siempre con la misma piedra y volví a representarla en el IES Luis Buñuel de Alcorcón con un grupo de diversificación al que daba teatro. No nos salió perfecta, pero sé que esos alumnos vivieron su momento de gloria delante de sus compañeros de clase que eran los pocos que cabían en una pequeña aula que tenía hasta telón. Esta vez, realizamos los cascos y la tortilla de patatas con cartón y el mejunje de Art-Attack.
Así que se la recomiendo a todos los profesores de Lengua de Secundaria apurados como yo al comienzo o al final de curso. Será un éxito total, sobre todo si toda la clase realiza los efectos especiales de los aviones, las bombas y las metralletas. El texto sigue teniendo sentido porque ha habido más guerras. La única novedad es que ahora también participan las mujeres. Ojalá que la obra haya servido también para despertar el interés por el teatro de todos los alumnos que la leyeron, o que alguno al pasear por Minas la recuerde.

*No recuerdo la fecha exacta, pero nos encerramos toda la noche en el bar del centro protestando por la guerra de Irak- Irán que tantas similitudes tenía con la obra.  El 22 de septiembre de 1880, tropas iraquíes invadieron Irán, provocando una guerra de desgaste que ha sido comparado en sus tácticas con la Primera Guerra Mundial, por el uso de trinchera, cargas de bayoneta, alambres de púas, armas químicas y una gran cantidad de bajas en ambos lados. Termina el 20 de agosto de 1988, con un millón de muertos.

miércoles, 26 de junio de 2019

La ciudad secreta de los libros, sede de la BNE en Alcalá de Henares


La Biblioteca Nacional de España es nuestro tesoro secreto, pero nadie parece estar prestándole mucha atención. Es una pena.

El artículo de Rosa Montero La ciudad de los libros, sobre la segunda sede la Biblioteca Nacional de España en Alcalá de Henares, me ha hecho recordar los tres meses que pasé realizando el Servicio Social en la sede central. El Servicio Social femenino, instaurado por la Sección Femenina de la Falange Española en 1937 y abolido en 1978, era el equivalente al Servicio Militar obligatorio (la popular mili) establecido para los hombres. Se trataba de una prestación obligatoria para las mujeres solteras entre 17 y 35 años que quisieran acceder a un trabajo remunerado o a un título académico u oficial, pero también se exigía para unirse a una asociación, obtener el pasaporte o el carné de conducir. Me presenté voluntaria porque quería acceder a todo lo que me posibilitase ser libre y no depender de un hombre: estudiar, trabajar, viajar... Además soñaba con ser bibliotecaria, no se me ocurría mejor trabajo que estar rodeada de libros.
La prestación la realicé en el año 71, de 9 a 1, en la sección de Cartelería, un bajo oscuro que olía a polvo y suciedad donde se guardaban en estanterías todos los carteles publicados en Españaplegados y recogidos con cuerdas, además de folletos y programas de fiestas. Mi jefe llevaba manguitos y en los dedos se ponía dediles para separar bien las páginas. Toda la catalogación se hacía a mano en grandes cuadernos, exactamente igual que en siglos anteriores. En el tiempo que estuve nadie acudió en busca de un ejemplar. Además llevábamos la estadística de los libros que se pedían en la sala de lectura. Como no tenía mucho trabajo, podía recorrer otras secciones a mi gusto; recuerdo, sobre todo, la de África y Manuscritos porque tenía dos amigas allí. Ellas se encargaban de hacer las fotocopias, una novedad en aquella época (se realizaban solo para los investigadores). Éramos las becarias no remuneradas de entonces.  
Por eso me quedé atónita viendo el vídeo de Instagram sobre la nuevas instalaciones que no tienen nada que ver con los lúgubres sótanos habitados por diligentes bedeles de la sede de Recoletos y suscribo el comentario de Rosa Montero: "Ha sido un momento cumbre de mi vida". Para mí lo fue cuando accedí al edificio central y lo ha sido ahora cuando he visto la modernización de la sede de Alcalá para que el legado llegue más rápido a los lectores y en mejores condiciones a nuestros descendientes. Y es que los tiempos están cambiando en muchas cosas para mejor.



martes, 25 de junio de 2019

Luciano López Gutiérrez, Amor y sexo en el Siglo de Oro



Interesante reseña, casi un resumen, sobre el nuevo libro de mi colega del IES Iturralde Luciano López Gutiérrez, Amor y sexo en el Siglo de Oro, periodo sobre el que ya publicó Portentos y prodigios del Siglo de Oro. Los dos libros, oro fino, no tienen desperdicio, son amenos y rigurosos. La capacidad de trabajo de Luciano es extraordinaria, a pesar de unas jornadas interminables en el instituto, es capaz de dedicar el poco tiempo libre que le queda a investigar con excelentes resultados. ¡Enhorabuena!

sábado, 15 de junio de 2019

El abrazo de la desconocida neumática


Por fin volvíamos a casa, solo nos quedaban unas horas en el aeropuerto de Lima. Estaba destrozada, me dolían las piernas hinchadas, tenía falta de sueño y solo añoraba mi cama rica. La sala de espera para el embarque estaba casi vacía, mi grupo buscó unos asientos casi al final, a mi lado quedaban siete asientos libres. Pasado un tiempo, me fijé en una desconocida que caminaba con paso firme hacia nosotras para sentarse justo a mi lado. Me tuve que incorporar para  no invadir su espacio. ¡Qué lata! ¡Qué sinsentido! Me dije. Inmediatamente se puso a hablar por el móvil en voz alta con su suave acento, primero con su asistenta para que le arreglara la casa como a ella le gustaba, luego con lo que parecía que era su familia y finalmente con su secretaria a la que le dio toda una lección de cómo debe funcionar una empresa. Fue imposible no escucharla. Estuve a punto de levantarme pero, en esos momentos, todas las demás filas de asientos se estaban llenando y me dio pereza. Cuando colgó el teléfono, empezó a preguntarme por la puerta de embarque, de dónde era, qué me había parecido el viaje, qué edad tenía. Apenas escuchaba mis respuestas y aprovechó para contarme su vida. Trabajaba en una multinacional de minería y viajaba mucho al extranjero, se había casado a los dieciocho años con un japonés del que se había divorciado, tenía cuatro hijos y diez nietos. Iba a visitar a su hija y a su yerno que eran médicos en Guadalajara. Tuve que fingir interés mientras observaba su bello rostro cincelado por la cirugía. La piel tersa como recién planchada, sin bolsas en los ojos, las cejas pigmentadas, los pómulos elevados, los labios excesivamente carnosos, la dentadura prominente, el pelo negro azabache recién teñido. En un momento acercó su brazo al mío afirmando que ella estaba tan blanca como yo, pero sin una mancha, sin una peca. Me dijo que como era de la zona norte, de la selva, utilizaba productos de medicina natural para retrasar el envejecimiento y aclarar la piel. Me fijé en su pecho firme y bien colocado que no se correspondía con los cincuenta y nueve años que me me había confesado que tenía. No me quedó más remedio que alabar su belleza. ¿Tendría el mismo cirujano que Isabel Preysler o Ana Obregón, de las que parecía hermana? El cartel luminoso nos avisó de la inminente salida de nuestro vuelo, nos despedimos con un cariñoso abrazo de su parte, de la mía no tanto y, al darle dos besos en la mejillas, en lugar de hueso encontré dos almohadillas suaves, minúsculas comparadas con las de su pecho, contra las que previamente había rebotado. Era la primera vez que abrazaba a una mujer recauchutada. También observé que su altura era ficticia, unas plataformas de casi veinte centímetros la elevaban del suelo. Entonces me acordé de las chicas neumáticas de la novela de Huxley Un mundo feliz. Lenina, la chica alfa de la que se enamora Bernard Marx es voluptuosa y sexy, con un cuerpo acolchado, pero también insípida, sin sentimientos ni interés en nada, como el nuevo mundo.

jueves, 13 de junio de 2019

84º aniversario de Alcohólicos Anónimos en Madrid



Con motivo del 84º aniversario de Alcohólicos Anónimos, la fundación organizó una jornada informativa con el objetivo de “dar a conocer el programa de recuperación que Alcohólicos Anónimos ofrece para la enfermedad del alcoholismo”. En el acto participaron un médico, una psicóloga y una periodista, junto a miembros de Alcohólicos Anónimos y de Al-Anon. Precisamente quería contactar con el grupo Al-Anon, que se encarga de ayudar a los familiares de alcohólicos que sufren el daño colateral. La enfermedad está destrozando a una amiga muy querida y también a su familia. Asistí acompañada por una persona que lleva perteneciendo a la asociación más de veinte años.
Nada más llegar, me sorprendió el clima de alegría y amistad que se respiraba entre los asistentes, más hombres que mujeres, casi todos de mediana edad, que se saludaban con gran cariño. Parecía un club social. Lo único que me resultó extraño es que la jornada se celebrase por la mañana, cuando se supone que la gente está trabajando, tal vez lo hagan para que la prensa informe en los telediarios.
Lo más impactante fueron los testimonios de los alcohólicos al exponer tanto sus miserias como sus logros en un acto público de inmolación: los problemas que les ocasionaba la bebida, la ayuda del programa de AA, y cómo es su vida con el apoyo constante de los grupos para mantener día a día la decisión de no beber. También hablaron de las recaídas. Hubo intervenciones rápidas y emotivas, otras leídas y aburridas y algunas se asemejaban a un monólogo del Club de la Comedia por la utilización de los juegos de palabras con sentido del humor. Volví a casa con el corazón encogido, llena de folletos e información: con ayuda hay salida.

domingo, 9 de junio de 2019

Paseo por la Fuente del Berro

El domingo día 2, acompañados por Javier Esperanza, nos dimos un paseo primaveral por la Quinta de Fuente el Berro para conocer sus árboles. La temperatura era agradable, solo tuvimos que desafiar a la alergia y al desnivel del terreno que se inclina hacia la M30. El jardín sorprende por su diversidad de árboles frondosos y por sus lugares recónditos habitados por ancianos jugando al dominó y niños celebrando su cumpleaños. Se nota que debajo del terreno hay abundante agua (arroyo Abroñigal). Menudo privilegio vivir en la colonia de chalés cercana. Los que no acudieron a la cita fueron los pavos reales.
De orígenes reales, el jardín fue pasando por diversas manos (incluidas las de los monjes benedictinos de Montserrat que acabaron en la calle san Bernardo) hasta 1948, año en el que el Ayuntamiento se hace cargo de él. Una vez restauradose abre al público en 1954. Destacan cuatro Árboles Singulares: dos cedros (del Atlas y del Líbano), un ciprés de Portugal y un enebro de Siria. El hermoso gingko no resaltaba por tener sus hojas verdes. 
Entre los elementos artísticos, se encuentran el monumento a Bécquer, la estatua de Pushkin y un palacete. 

sábado, 8 de junio de 2019

Paseo por el museo ABC

La quema del colesterol me llevó a la calle Amaniel, al Museo ABC. Un placer pasear por sus salas solitarias para ver tres exposiciones. Y una extrañeza, la insistencia del amable personal en que contribuyera con un donativo a la entrada. Siempre me he preguntado si esa costumbre de pedir la voluntad es solo de los españoles y pueblos afines o de todos los pueblos en general.

1. La exposición Dibujantas. Pioneras de la ilustración  hace referencia al aclamado I Salón de Dibujantas* que tuvo lugar en el Lyceum Club Femenino en 1931, reúne en una exposición las obras de las principales ilustradoras que trabajaron para Blanco y Negro y ABC desde 1891 hasta finales de los años noventa del siglo XX. El resultado es un compendio de 136 obras de 40 ilustradoras —de las 105 que trabajaron para estas publicaciones—. Una ocasión única para descubrir una parte de los tesoros ocultos en la Colección ABC y reivindicar el papel de la mujer en la ilustración española.

*Fundado en 1926, el Lyceum Club de Madrid fue un centro que funcionó como plataforma pública de la emancipación femenina. Para los poderes patriarcales, aquel espacio era poco menos que un nido de depravadas que habían perdido el sentido de la dignidad. Un discurso que caló en ciertos intelectuales del momento, que se negaron a participar en las actividades promovidas desde la institución. Tal fue el caso de Jacinto Benavente, quien, como recordaba la poeta Concha Méndez, se negó a acudir con una frase célebre del lenguaje popular: «¿Cómo quieren que vaya a dar una conferencia a tontas y a locas?». Pese a las numerosas e intensas oposiciones, el Lyceum logró consolidarse como un refugio para mujeres cultas donde era posible crear vínculos personales y concienciarse sobre cómo mejorar la condición social de su género. 




2.  La exposición Yo-Tú. Javier Pagola en papel reúne la obra gráfica del artista Javier Pagola (San Sebastián, 1955). Un autor que ha hecho del dibujo su principal arma creativa para configurar un mundo poblado de extraños personajes. El sugerente cartel es todo un acierto. Y las huellas de Goya y Antonio Saura, palpables. Para mí, todo un descubrimiento.








3. La exposición Cuentos de la selva por Antonio Santos muestra los dioramas que realizó para ilustrar el libro homónimo de Horacio Quiroga editado por Nórdica, galardonado recientemente con el Premio al Libro Mejor Editado en 2018 del Ministerio de Cultura.





lunes, 3 de junio de 2019

Tres exposiciones en la víspera de la Champions League


Meme de internet

El viernes 31, sin saber que Madrid estaba tomada por las hordas de la pérfida Albión, se me ocurrió dar una vuelta por Sol, donde me sorprendió una pasarela con una larga cola de turistas esperando. Estaba claro que no venían a la Feria del Libro. Solo al llegar a casa pude saber que se trataba de un photocall para hacerse fotos junto a la Orejona, la copa de la Champions League. Después emprendí un largo paseo por calle Fuencarral que me llevó a visitar tres exposiciones, dos de ellas en el Museo de Historia de Madrid.

Madrid se escribe con M de Mingote me produjo una gran decepción, un espacio reducido y mal iluminado recoge apenas 125 dibujos originales del artista, junto con algunos objetos, como recortes, libros, caricaturas, carteles, estatuillas, y el bastón de mando y la medalla recibidos del Ayuntamiento de Madrid. Creo que un hombre tan singular, que nos ha acompañado con su sentido del humor y su bonhomía durante muchos años desde las páginas del ABC en unos años difíciles, se merecía un despliegue mayor de medios, incluidos los audiovisuales.

En cambio, la exposición Madrid, ciudad educadora. Memoria de la Escuela Pública (1898/1938), que trata de recuperar la memoria y la historia de los numerosos centros públicos que abrieron sus puertas durante el primer tercio del siglo XX, me sorprendió gratamente. La recomiendo para todo el mundo, no solo para los enseñantes.  


Por último, el paseo me llevó a disfrutar de las obras visuales del colectivo artístico japonés teamLab, que se presenta por primera vez en España de la mano del Espacio Fundación Telefónica. En esta experiencia interactiva, que une el arte y la tecnología, los visitantes nos convertimos en protagonistas de las obras, mientras paseamos por un paisaje de olas negras rodeados de mariposas que surgen y revolotean a nuestra voluntad. Impactante y relajante. Mereció la pena desconectar del bullicio exterior y adentrarse en el sugerente mar. No os la perdáis.


La caza real del sol, insólito bodrio sobre la conquista de Perú


Por casualidad, en el la cadena de los obispos (13) haciendo zapping a la hora de la siesta, me he encontrado con la película La caza real del sol (The royal hunt of the sun, Irving Lerner, EE.UU., 1969). La película, rodada en España pero sin que se llegase a estrenar en las salas españolas, relata un episodio de la conquista del Perú: El conquistador extremeño Francisco Pizarro (interpretado por Robert Shaw) captura al jefe inca Atahualpa (Christopher Plummer) y se compromete a liberarlo a cambio un enorme tesoro. Después de haber establecido con Atahualpa una relación de amistad basada en el respeto, Pizarro se siente dividido entre su afán de riquezas y su sentido del honor, finalmente no cumple su palabra, le somete a un juicio, y le da muerte. Nos encontramos ante un duelo de titanes que representan a dos imperios florecientes y a dos religiones igual de incomprensibles; los dos protagonistas enfrentados son bastardos, analfabetos y traidores, deseosos de obtener el poder a toda costa y que, sin saberlo, siguen la máxima de Maquiavelo "Un gobernante eficaz no debe tener piedad". El fulgor del oro ciega a los conquistadores españoles y hace que se incline la balanza a su favor con la ayuda de caballos, acero y pólvora.
 Nada que objetar al guión que refleja muy bien el conflicto, a pesar de su grandilocuencia, y que está basado en una obra teatral de Peter Shaffer, conocido por haber adaptado dos de sus obras al cine (“Equus” en 1978 y “Amadeus”). El problema reside en la pobre y mediocre producción que ha envejecido mal. La puesta en escena es excesivamente teatral con decorados de cartón piedra, mala iluminación y planos imposibles y pretenciosos que imitan a los de Orson Welles. La amanerada y exagerada interpretación de Christopher Plummer -totalmente maquillado, con uñas postizas, peluca y  capa de plumas-  que parece que está interpretando a un retrasado mental, produce sonrojo. Pero la escena más ridícula se produce en la batalla donde los incas son exterminados por los españoles a ritmo flamenco, justamente a los 39 minutos de la versión subtitulada de youtube a la que le faltan los minutos iniciales. Resultado: un bodrio insólito que me ha hecho pasar un rato divertido.

Para muestra un fragmento:

jueves, 30 de mayo de 2019

Monográfico dedicado a Bécquer (Mundo Hispánico)


A veces, los regalos son una grata sorpresa, sobre todo si son parte de la trayectoria vital del regalador, un cúmulo de recuerdos, una muestra de sí mismo. En este caso me obsequiaron, sin motivo ninguno, un ejemplar extraordinario de la revista Mundo Hispánico* dedicado a Bécquer (noviembre de 1970). Setenta y ocho hojas perfectamente conservadas, palpitantes de vida y sabiduría que incluían dentro otro regalo imprevisto: unos pétalos de rosa secos que, perdido su primigenio olor, ahora huelen a papel viejo, tabaco y delicadeza. ¿Qué historia habrá detrás de esa rosa? ¿Dónde y para quién se cortó?* 
En el año 70, yo empezaba a estudiar Preuniversitario y no tenía ni idea de lo que iba a estudiar después, ni siquiera sabía de la existencia de la revista. He leído esta pequeña joya ilustrada como si fuera un incunable. He buscado en internet el PDF del ejemplar para que así su dueño no pierda del todo esos fragmentos de piel desprendida y sirva para disfrute de todos.

*Mundo Hispánico (1948-1977), revista fundada por Alfredo Sánchez Bella, miembro del Instituto Cultura hispánica, organismo autónomo de Asuntos Exteriores, tuvo una extensa trayectoria marcada por la situación política y por su espíritu de defensa de la hispanidad. "Una revista gráfica de lujo, que pretendía mostrar a España en todos los aspectos; realizar una síntesis de la vida, desde el toro hasta el arte, incluyendo la geografía, tradiciones, costumbres, literatura, poesía, el turismo, la historia, la economía, la moda, la cultura, en definitiva, la actualidad siempre y cuando resultara atractiva y positiva cara al exterior pues estaba dirigida a distribuirse por 23 países latinoamericanos, la mayoría repúblicas que compartían afinidades religiosas y políticas".
*Estas últimas frases las he escrito embriagada por el espíritu romántico de la revista.

lunes, 27 de mayo de 2019

Escritores famosos que pintaron

Como hemos visto en entradas anteriores, la pintura y la literatura han estado unidas a lo largo de la historia. Ha habido escritores que pintaban y pintores que escribían. Se dice que Eurípides era aficionado al dibujo, y que este arte era uno de los entretenimientos de Petrarca en sus horas de ocio. En varias civilizaciones de la antigüedad, la habilidad para pintar o dibujar constituía una parte de la educación de un caballero, así como el arte de tocar algún instrumento musical, recordemos el cuadro Los poetas contemporáneos de Antonio Esquivel donde retrata a literatos, pintores y músicos de su tiempo que frecuentaban los mismos lugares. Las fronteras entre las diferentes artes son a menudo una imposición social y cultural. El arte una experiencia completa, y hay muchos artistas que quizás no destacan con la misma genialidad en varios campos artísticos, pero que sí los disfrutan y los cultivan como una necesidad de expresión personal. 


Pinturas y dibujos de escritores from Ángeles Cuéllar

Escritores españoles

General Torrijos
Galdós, Vapores en la bahía de Santander

En la historia de la literatura española hay bastantes ejemplos de escritores que amaban también la pintura. En el siglo XIX destacan el Duque de Rivas, Gustavo Adolfo Bécquer, Galdós y Santiago Rusiñol. Preparando esta entrada, he descubierto que al Duque de Rivas autor del drama romántico Don Álvaro o la fuerza del sino (1835), fue historiador, estadista y director de la RAE, y aún le quedó tiempo para pintar, a él le debemos el retrato del general José María Torrijos (1825). Tampoco sabía que a Galdós le gustaba pintar acuarelas de paisajes y marinas y que dibujó muchas caricaturas e ilustró partes de sus novelas.

G.A. Bécquer, Los muertos de risa
Rusiñol, Jardín de las Elegías 
La pasión por la pintura de Gustavo Adolfo Bécquer le viene de familia porque su padre y su hermano Valeriano eran notables pintores. A los dos hermanos se les atribuye la autoría de Los Borbones en pelota, láminas pintadas a la acuarela, muchas procaces, donde se caricaturiza a personajes públicos del reinado de Isabel II, sobre todo a la casa real.
Santiago Rusiñol y Prats fue un artista polifacético: pintor, escritor, coleccionista, periodista y dramaturgo, destacó sobre todo como pintor de jardines. 


JRJ, Bodegón con uvas
Juan Ramón Jiménez 

En el siglo XX, Juan Ramón Jiménez estudió el bachillerato de arte y dejó Huelva para ir a Sevilla para desarrollar su carrera como pintor que abandonó para estudiar Derecho como quería su padre.


Miguel Hernández retratado por Buero Vallejo 
Alberti, que también iba para pintor y se quedó en poeta, tuvo un papel importantísimo en el salvamento del Museo del Prado durante la guerra civil; Lorca, cuyos dibujos iluminan algunos de sus símbolos y metáforas, y Buero Vallejo que realizó en la cárcel el conocidísimo dibujo de Miguel Hernández para que se lo enviara al hijo que tanto extrañaba. El dramaturgo Víctor Ruiz Iriarte, que obtuvo grandes éxitos en la posguerra antes de dedicarse a la escritura, decidió ser un gran pintor con el beneplácito de su familia,  dada su inclinación por la pintura y el dibujo. Lástima que no haya encontrado en internet ninguna de sus obras pictóricas.

 

Recientemente falleció el ilicitano Vicente Verdú, poeta, periodista y pintor.


Nómina de escritores

Acuarela de Günter Grass
En la literatura universal también encontramos numerosos escritores que descubrieron en el ámbito del dibujo y del color, una forma más de expresión complementaria al texto. Muchos de los dibujos de los escritores proceden de la facilidad con que una mano distraída se encamina hacia los márgenes de un papel para garabatear formas con la misma pluma con la que antes trazaba palabras.

 Citaremos aquí algunos nombres, recordando que no están todos los que son. Antes del siglo XX: William Blake, Hoffmann, Dante Gabriel Rossetti, Víctor Hugo, Johann W. Goethe, Washington Irving, Nicolas Gogol, Tolstoi, Thackeray, Mark Twain, George Sand, Charlotte Brontë, Lewis Carroll. 
En el siglo XX: Rudyard Kipling, StrindbergMarcel Proust, Thomas Hardy, H.G. Wells, Kafka, Thomas Mann, Gottfried Keller, Jean Cocteau, Friedrich Dürrenmatt, Hermann Hesse, Günter Grass, Kurt Schwitters, Bruno Schulz, Henri Michaux, Valéry, Rilke, André Breton, Gertrude Stein, Éluard, Ezra Pound, William Carlos Williams, Tennessee Williams, E.E. Cummings, Rabindranath Tagore, Pierre Loti, Apollinaire, Valéry, Verlaine, Rimbaud, Max Jacob, Saint-Exupéry, Sylvia Plath, Flannery O´Connor, Anne Sexton, Henry Miller, Charles Bukowski, Jack Kerouac, Allen Gingsberg, Lawrence Durrell, Ernesto Sábato, Borges, Leonard Cohen... 


sábado, 25 de mayo de 2019

Pintura y poesía (ut pictura poesis)



La poesía y la pintura. Francesco Furini. 
  

-"Una pintura es un poema sin palabras".  Horacio (65 a.C.-8 a.C.), poeta.

-"La pintura es poesía muda, la poesía pintura ciega". Leonardo da Vinci (1452-1519), pintor e inventor.

-"La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos". Lope de Vega (1562-1635), poeta y dramaturgo.

-"La pintura es poesía; siempre se escribe en verso con rimas plásticas". Pablo Picasso (1881-1973), pintor y escultor.


La entrada anterior se refería a la redacción de nuevas cartelas para los cuadros del Museo del Prado, aprovechando la simbiosis que siempre ha habido entre la poesía y la pintura, dos artes complementarias que pueden versar sobre un mismo tema. Una relación que, en el terreno literario, va de la reflexión a la descripción, de la glosa interpretativa a la generación de un relato. Una forma de dar voz a las imágenes contenidas en las pinturas. Un modo de emparejar la pluma con el pincel.
Los artistas no se conforman con un lenguaje único ni una sola manera de mirar. A lo largo de la historia, los escritores han buscado su fuente de inspiración en el arte y los pintores han ilustrado las obras de los grandes escritores. De tal manera que nos encontramos con pinturas escritas y con poemas ilustrados, pinturas de poetas y poesía de pintores. Aquí solo recojo, a modo de resumen, algunos ejemplos que me han sorprendido gratamente. Los que aparecían en los libros de texto que he utilizado los recoge el documento de slideshare:
La formulación de las analogías entre la poesía y la pintura se remonta a la afirmación de Simónides de Ceos en el siglo V a. C., recogida por Plutarco, según la cual "la pintura es poesía silenciosa, la poesía es pintura que habla", y reconocida por Horacio en su célebre verso "ut pictura poesis" (como la pintura así es la poesía) en la Epístola a los Pisones. Según Krieger, la poesía imita las imágenes de la naturaleza gracias a la figura retórica de la La écfrasis​ o ecfrasis. La écfrasis en un principio era entendida como una “descripción extendida, detallada, vívida, que pretende mostrar el objeto ante los ojos de una obra de arte tanto real como ficticia”.
El ejemplo más citado de écfrasis sobre una obra de arte ficticia es el verso 478, y siguientes, del canto XVIII de la Ilíada. En el cual se relata con sumo detalle el tipo de relieves que labró Hefesto en el escudo de Aquiles: 
Empezó por hacer un escudo grande y pesado; lo labró con arte por todas partes; alrededor le adosó un triple reborde brillante, y a partir de éste, un tahalí de plata. Cinco eran las capas del escudo, en el que hacía sus obras de arte con ingeniosa inventiva. Allí cinceló la tierra: allí, el cielo: allí, el mar: el sol infatigable, la luna llena; allí, las constelaciones todas, de que el cielo se corona: las Pléyades, las Híades y la fuerza de Orión; la Osa, a la que llaman Carro por otro nombre; ella gira sobre si misma y contempla a Orión: sólo ella no tiene parte en los baños del océano. Allí labró dos ciudades de hombres mortales, ciudades hermosas las dos. En la una se celebraban bodas y festejos. A las novias las llevaban por el pueblo desde sus aposentos, bajo antorchas encendidas y al son de muchos cantos nupciales. Los mozos daban vueltas bailando, mientras entre ellos las flautas y las liras hacían oír sus sones. Las mujeres del pueblo, cada una en el portal de su casa, los contemplaban admiradas. 



1. Pinturas e ilustraciones inspiradas en obras literarias


La muerte de Ofelia, de Sir John Everett Millais inspirada en la tragedia Hamlet de William Shakespeare (1852).






2. Poemas ilustrados por el propio autor

William Blake, poeta, pintor y filósofo (1757- 1827) quiso reafirmar en su obra pictórica y poética su creencia sobre la fuerza creativa de la imaginación humana frente a la razón.


3. Poesía sobre pintura


Santiago Elso, en su blog Poesía-pintura por el que merece la pena perderse, realiza una antología de poesías inspiradas en obras pictóricas (écfrasis) donde confronta la pintura y el poema, de manera que el lector pueda degustar la relación que las palabras establecen con la imagen. 

Cuadro de Caspar D. Friedrich (Aurora Saura)

Apenas 
una figura humana 
anónima,
embebida
en la amenaza del mar 
o en los abismos 
de montañas sin límite.

Lo demás es la niebla, 
las voces de la luna,
el incierto color de la mañana 
y del ocaso, 
los árboles desnudos.

Lo demás es silencio, 
es el adiós, la pérdida.


4. Poemas de pintores

El diario de Frida Kahlo, Alas rotas, nos muestra una versión de la artista más íntima y personal. Vive lo que pinta. Y escribió pocos pero significativos poemas, como el siguiente que carece de título:

Frida Kahlo:


Si tan solo tuviera cerca
de mí su caricia
Como a la tierra el aire se la da
la realidad de su persona, me haría
más alegre, me alejaría
del sentido que me llena
de gris. Nada ya sería
en mi tan hondo, tan
final. Pero ¡cómo le explico
mi necesidad enorme de ternura! 
Mi soledad de años
Mi estructura inconforme
por inarmónica
por inadaptada
Yo creo que es mejor irme, irme y no escaparme.
Que todo pase en un instante
Ojalá.


5. Poesía visual (caligramas) 


Una de las técnicas vanguardistas más interesantes del siglo XX es el caligrama (del francés calligramne), un poema, frase, palabra o un conjunto de palabras cuyo propósito es formar una figura acerca de lo que trata el poema, en el que la tipografía, caligrafía o el texto manuscrito se arregla o configura de tal manera que crea una especie de imagen visual. 


6. Pintar la poesía con el pincel de la pintura 

El libro A la pintura (1948) de Rafael Alberti, es un mosaico de impresiones, figuraciones y semblanzas sobre pintura y pintores, donde busca la perfecta unión entre pintura y poesía, quiere que sus palabras creen la sensación de estar contemplando la obra de arte.  Un ejemplo de esta unión lo vemos en el poema "El Bosco", donde el poeta no solamente alude a la obra maestra, El Jardín de las Delicias, del pintor holandés, sino que además imita el diseño tríptico que utilizó El Bosco en su pintura. O el poema "Van Gogh", además de aludir a las diferentes obras del artista, utiliza unos versos cortos y entrecortados para reproducir las interrumpidas pinceladas del pintor.
En el enlace aparecen tres representaciones de las poesías de los colores azul, rojo y amarillo.



martes, 21 de mayo de 2019

Cartela abierta en el Museo del Prado


 Con motivo de su bicentenario, el Museo del Prado, a través del concurso Cartela abierta, invitó a participar en la elaboración de los textos explicativos de cinco obras fundamentales de su colección: Los fusilamientos, de Goya; Juana la Loca, de Pradilla; Retrato de la reina Ana de Austria, de Sofonisba Anguissola; El Descendimiento, de Van der Weyden y Autorretrato, de Durero.
Desde este 21 de mayo se pueden leer las cartelas ganadoras, con el nombre de su autor en el propio museo, al lado de la cartela oficial del cuadro. Y todas las cartelas presentadas a concurso, en la página web.

 Una buena iniciativa que puede generar nuevas vías de acercamiento al arte y servir a los profesores como modelo de redacción.

Cartela ganadora