Mostrando entradas con la etiqueta fruslerías. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fruslerías. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de julio de 2021

La mala pata y la mala racha

Prefiero pensar, como Eduardo Galeano (El libro de los abrazos), que mi nueva caída es producto de una mala racha y no de la vejez o de alguien que me quiere mal. 


 *Gualicho: encantamiento.

jueves, 24 de junio de 2021

Trampantojo pícaro

La imagen del cuadro de Murillo "Mujeres en la ventana" (National Gallery, Washington), colocado en un urinario masculino, me hizo reír. Primero porque nos demuestra que Bartolomé Esteban no es solo el pintor de Inmaculadas, sino también el pintor de los bajos fondos sevillanos, incluidas las casas de prostitución. Estas dos mujeres miran con rostros sonrientes, la joven se apoya en el alféizar de la ventana, la mayor se tapa. Sonríen a los viandantes para inventarles a traspasar el umbral de la puerta que separa. (Moza que se asoma a la ventana cada rato, quiérese vender barato). En este trampantojo barroco, una vez más la ventana es la conexión entre el interior y el exterior, entre lo público y lo privado, entre el hombre y la mujer, entre el arte y la realidad. La pintura, pícaramente, contempla lo que está fuera del lienzo.
En segundo lugar, porque, situado el cuadro a los ojos del espectador sobre la cisterna, la mirada se dirige sin ningún pudor a la entrepierna del varón. Dos contra uno, dos especialistas observando mientras se ríen. No sé pero creo que, si fuese hombre, habría salido del retrete sin poder mear ni gota. No hay vejiga que aguante tamaña desvergüenza. Me recuerda a las visitas al ginecólogo/urólogo donde la perspectiva es aún más cercana y luchan el pudor y la indefensión contra la costumbre. El verdadero heroísmo está en las cosas pequeñas. 
Esta visión barata y castiza del retrete supera con creces a la fotografía con mujeres glamurosas y desvergonzadas mirando en los servicios del Hotel Las Vegas Hilton. 




viernes, 12 de febrero de 2021

Libros electrógenos: léeme despacio

Me ha llegado este comentario a la entrada ¿Cómo te sientes? A pesar de todo, lee un libro,  con el que no puedo estar más de acuerdo: No me gustan los libros electrónicos, son como una especie de acuario con criaturas frías, con las que es casi imposible comunicarse. Me gustan más los libros electrógenos, los que generan corrientes que te llegan adentro y te hacen vibrar y sentir. Y creo que siempre los mejores libros están encuadernados en piel...

Solo añadir dos cosas: quiero leer a tu lado y léeme despacio. Soñar y sentir. 

lunes, 14 de diciembre de 2020

Ni niego ni afirmo

Cuando llegamos a cierta edad, caemos en la tentación de replantearnos nuestro pasado en un deseo de conciliarnos con él. Evitamos los conflictos a toda costa, huyendo de las discusiones estériles. Tarea que casi siempre resulta fallida. Antes, para salirme por la tangente, contestaba con respuestas de Bart Simpson: "Yo no he sido y estaba así cuando llegué". Ahora utilizo, como Isabel Coixet, una frase que contiene tres negaciones que empiezan por "n": No niego nada. Espartaco Santoni, marido de la ahora baronesa Thyssen, la utilizó como título de sus memorias, en las que aireaba todo tipo de intimidades acerca de las mujeres que habían pasado por su vida. Joaquín Sabina inició una gira bajo el lema "Lo niego todo" a pesar de no estar en desacuerdo con su vida ("Aquellos polvos y estos lodos"). Somos todo lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer, batallando con los miedos y los arrepentimientos. Soñamos con lo que pudo ser y no fue. Con lo que hicimos y dejamos de hacer. Con lo que dijimos y lo que callamos. Con lo que escribimos y lo que censuramos. Andamos como equilibristas ciegos obligados a seguir adelante mientras vendemos humo. Así, mantengo que no me arrepiento de nada al mismo tiempo que me arrepiento de casi todo: no niego, ni afirmo. Ni confirmo, ni desmiento. Así es, si así os parece.


jueves, 12 de noviembre de 2020

Pereza/Diligencia


Dolce Far Niente, John William Godward
Dolce Far Niente, John William Godward
Para engrandecer la metáfora del chicle de fresa sin sabor de la que me apropié en una entrada anterior, he encontrado esta imagen de una damisela joven, pensativa, lánguida, que refleja perfectamente "Il dolce far niente" (Lo dulce de no hacer nada u ociosidad que resulta agradable) de los cánones de "Il dolce stil nuovo", que contrasta con la máxima latina: "Vitanda est improba siren desidia" de Horacio (Debes permanecer atento a la malvada tentación, la pereza). Pues así estoy yo, salvando todas las distancias de la edad y el marco idílico, reposando sin guerrero y luchando a estas alturas de la pandemia con los dos opuestos: pereza/diligencia en los que he sido educada. 

sábado, 31 de octubre de 2020

Varones demediados en la batalla y en la literatura

En este mes de octubre que ya acaba, me he encontrado en los periódicos con dos grandes figuras de militares: el almirante Blas de Lezo y el general Millán-Astray. Blas de Lezo por la publicación de un cómic sobre sus hazañas, entre otras la defensa de Cartagena de Indias con una exigua tropa durante el asedio británico de 1741. Millán-Astray por cumplirse el centenario de la Legión que él fundó y que haría famosos los lemas «¡Viva la muerte!» y «¡A mí la Legión!». Los dos tuvieron vidas paralelas, perdieron parte de su cuerpo (pierna, brazo y ojo) en los fragores de las batallas en mar y tierra, respectivamente. Quedaron mutilados pero, lejos de retirarse, siguieron en activo y fueron considerados héroes de su tiempo, grandes estrategas, modelos de superación y un ejemplo de la valentía de los soldados españoles.

Pero estos dos novios de la muerte, llenos de ardor guerrero, son para mí la imagen del horror de la guerra. Tanta perseverancia en el sufrimiento y en el valor me sugiere que tal vez exista un síndrome psicológico para explicar cómo su moral se ve reforzada mientras pierden por la patria su cuerpo a cachos. Quién sabe si alguna esquirla vengadora se quedó en su cerebro para perturbarles el alma. Perdieron su integridad física al tiempo que produjeron también mucho daño al enemigo. Fueron al mismo tiempo verdugos y víctimas, símbolos de la grandeza y de la locura.Yo no creo que su físico demediado fomentase las vocaciones militares, sino todo lo contrario. Recuerdo el desagrado que la figura de Millán-Astray me producía cuando aparecía en el NO-DO y el tremendo susto que de niño se llevó un amigo mío al verlo en una carnicería de la calle Jorge Juan de Madrid comprando con su asistente.


Inmediatamente me he acordado de los personajes escindidos y fracturados que la literatura nos ha mostrado. La versión maniquea del mundo en perpetuo conflicto entre el bien y el mal, dos extremos opuestos que nunca se pondrán de acuerdo, subyace en las historias de fantasía tradicionales donde los protagonistas luchan contra las adversidades provocadas por un villano. El bien siempre es sinónimo de luz, de bondad y de belleza; el mal, de la oscuridad y de la destrucción. En la literatura realista, en comunión con la teoría del Yin y el Yang, se busca el equilibrio entre las dos caras opuestas, la tensión se produce en el interior de los personajes donde se pueden encontrar sentimientos y disposiciones positivas al igual que negativos.  El título de la novela Crimen y Castigo de Dostoievski hace referencia al crimen que comete Raskólnikov y al castigo psicológico que nace de su lucha interna, porque comete el asesinato creyendo que posee suficiente fuerza, tanto intelectual como individual, para soportarlo.

El desdoblamiento, símbolo de la condición humana dividida, se produce en dos grandes relatos fantásticos: El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886) y El vizconde demediado (1952). El primero, escrito por Robert Louis Stevenson, es considerado por la crítica como "Una de las mejores descripciones del período victoriano por su descripción de la dicotomía fundamental del siglo XIX: Respetabilidad externa y lujuria interna". En él Gabriel John Utterson investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde. Una bebida, que tiene la capacidad de separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona, hace que Jekyll se convierta en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad.

El segundo relato, El vizconde demediado, escrito por el autor italiano (aunque nacido accidentalmente en Cuba) Italo Calvino, cuenta la historia ambientada en el siglo XVII del vizconde Medardo de Terralba, partido en dos por un cañonazo de los turcos y cuyas dos mitades continuaron viviendo por separado. Como no podía ser de otra manera, una de ellas es la mitad buena, que quiere lo mejor para los que la rodean y la otra es la mitad mala, que no escatima maldades con tal de satisfacer su sed de sufrimiento con respecto al resto de las personas. Calvino nos coloca en la reflexión del rumbo dividido del hombre contemporáneo, del hombre realizado a medias. La alegoría de la imperfección humana es evidente. Al que es malo se le rechaza, se le teme, se le aleja lo más posible; pero el que es totalmente bueno cansa, llega a importunar muchas veces con sus actitudes extremas de bondad.

domingo, 11 de octubre de 2020

10 científicas y un científico a los que les robaron sus logros


 La ciencia es uno de los campos profesionales donde a las mujeres más les cuesta destacar y que reconozcan sus descubrimientos. En esta lista podrás encontrar 10 increíbles mujeres científicas que han cambiado el mundo y a las que probablemente no conocías. Científicas cuyos importantes descubrimientos fueron atribuidos a otras personas o a las que no se les dio el reconocimiento que realmente merecían.

Este vídeo me da pie para comentar que en la historia de la ciencia no solo las mujeres han sido silenciadas y menospreciadas, también algunos hombres han sido también discriminados por razones dudosas, espurias, ajenas a sus méritos. Con el fallo del último Nobel de Química a la francesa Emmanuelle Charpentier y a la estadounidense Jennifer Doudna, la Academia Nobel suma una nueva injusticia a la lista de científicos olvidados pese a sus contribuciones claves a la Ciencia. La institución sueca ha reconocido la edición genética como un gran avance, merecedor del mayor reconocimiento científico. Pero el que descubrió que las bacterias tienen su propio sistema inmune y abrió la puerta a esta revolucionaria máquina de manipulación genética es Francis Mojica  (Elche, 1963), biólogo de la Universidad de Alicante. Esperemos que reciba el próximo premio Príncipe de Asturias.

viernes, 28 de agosto de 2020

Sensaciones



Estamos en la penumbra y el silencio, no tenemos miedo, ni odio, ni rencor, ni hastío, ni deseo, ni amor siquiera. Sólo el fluir del estar que parece detenerse y abolir el tiempo. Tampoco ese recuelo de la vida que se va por el sumidero cotidiano y que son los sueños que nada significan.


sábado, 15 de agosto de 2020

Fernando Simón/Krist Novoselic parecido razonable



Creo que los enemigos de Fernando Simón (1963) no lo ven a él sino a Krist Novoselic (1965), músico estadounidense de origen croata que, junto con Kurt Cobain, fue cofundador y bajista de la banda Nirvana. No ven la imagen desenfadada de un experto epidemiólogo, sino el desaliño grunge de un cantante de rock alternativo que desafía a la cámara y al mundo. Apela directamente a las fobias de su inconsciente. No saben que el hábito no hace al monje, que las apariencias engañan, que la verdadera libertad es ser como uno quiere ser, no como les gusta a los demás, que lo peor es fingir. A mí me da más miedo esta imagen de Nirvana con sus componentes disfrazados de niños bien que la de otra entrada anterior de mi blog. 

jueves, 13 de agosto de 2020

Más de cuatrocientas mil visitas

Hoy he pasado la barrera de las cuatrocientas mil visitas que sumadas a las 230.000 de Garcilazomolamazo  superan la cantidad de 630.000, número impensable cuando empecé esta aventura obligada. Tengo que dar las gracias a mis amigos que me animan con sus comentarios y a los lectores ocasionales que pierden el tiempo leyendo mis ocurrencias. Recibo algunos días más de 100 visitas de un solo país: Irlanda, Rumanía, Estados Unidos, Ucrania... Supongo que son profesores que han encontrado algún material para utilizar en sus clases, pero blogger no me indica qué entradas son las más leídas. Sigo adelante a pesar del desánimo que me acecha algunas veces en este quehacer solitario y, a pesar de blogger, luchando contra las erratas y errores propios. 

miércoles, 5 de agosto de 2020

La publicidad oculta en el blog

Un blog no es un blog sin los comentarios de personas que te aconsejan, te ayudan o te agradecen tu entrada. No recibo muchos, pero en mayo me acribillaron con publicidad en inglés sobre la importancia de mi nombre que inmediatamente califique como SPAM y deseché en la papelera, aun así fueron perseverantes durante varias semanas. El 25 de julio, me llegó el comentario que copio al final del texto. ¡Qué burda asociación interesada y machista hace un robot entre sexo y mujeres lingüistas para vender encuentros sexuales on line en una aplicación mejor que Tinder! Buscando una imagen que no fuera la de mujeres desnudas paseando en la calle entre gente vestida como en el anuncio, descubrí que la frase es de Linus Torvalds. Los iconos para el sexo masculino ;) y el femenino (. )( .) tampoco tienen desperdicio. Espero que no haya más comentarios de este tipo, porque no sé cómo evitarlos. ¿Alguien sabe algo? No he puesto el enlace a la página por si se creen que estoy interesada. 

Unknown

sáb., 25 jul. 10:31 (hace 1 día)
para 
Unknown ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Lola Pons Rodríguez, Queridas lingüistas":

Software is like sex: it’s better when it’s free. Hey, i am looking for an online sex partner ;) Click on my boobs if you are interested (. )( .)

                                                                                                                                                    mar., 25 ago.

Unknown ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Ilustradoras sin complejos":

Tease me until I’m begging for it 
Click here and Check me out i am getting naked here ;)

martes, 14 de julio de 2020

Babas y mocos de los negacionistas de la Covid-19

No doy crédito. ¡Qué falta de sentido común! Hace unos días el presidente de la Universidad Católica de Murcia, José Luís Mendoza, aseguraba ante medio centenar de fieles que la vacuna del coronavirus es "para poner un chip en cada uno de nosotros para controlar nuestra libertad". Un grupo de manifestantes antivacunas se congregó este sábado en la plaza de Callao de Madrid, la mayoría de ellos sin mascarillas y sin respetar la distancia de seguridad, para negar los efectos reales de la pandemia a la vez que acusan a la telefonía 5G y a Bill Gates como responsables para implantar microchips a través de vacunas y así controlar las mentes de los ciudadanos. Un curandero, Josep Pàmies, realiza un encuentro ("besos y abrazos") con sus seguidores para contagiarse de la Covid-19. Algunos discípulos de un conocido lingüista y filósofo ya fallecido se reúnen en Madrid con el saludo de "babas y mocos". No me extraña que, con estos ejemplos, al final los jóvenes ávidos de juerga y llenos de alcohol utilicen caprichosamente la mascarilla.


jueves, 7 de mayo de 2020

Saludo vírico, la "zamorana" contra el coronavirus

 Lo que más echo de menos en estos tiempos de coronavirus son los abrazos, esos lazos cotidianos que te transmiten cariño y energía. Sin ellos se vive, pero mal. El virus nos ha aislado, no lo hemos podido derrotar por ahora. Huérfanos de contactos, no sé cómo volverán a ser las relaciones personales a partir de ahora, convertidos en solitarios seres mutantes con mascarilla y guantes que arrastran su tristeza por las calles. Me temo que los abrazos perdidos y rotos no volverán.
Los saludos con el codo como alternativa al apretón de manos, que se han puesto de moda, me hacen reír porque me recuerdan a la famosa parada del portero Ricardo Zamora que tantas veces veía de pequeña en el NODO. Alfredo Di Stéfano decía que solo han existido dos porteros: San Pedro en el cielo y Ricardo Zamora en la tierra. La "zamorana" era una parada con el codo, un espectacular despeje con el antebrazo, que le hacía ser un guardameta invencible. La "zamorana" era un corte de mangas en toda regla, un gesto que demostraba la furia española. Los saludos virales también me
recuerdan al "pericote", una danza originaria de la zona de Llanes de un hombre y 2 mujeres o 2/4, 3/6... siempre en proporción 1/2; en ciertos momentos el hombre lleva una mano al hombro contrario, presentando el codo a sus compañeras, y luego cambia de mano y codo. Se parece al saludo militar de mano derecha con la palma hacia abajo llevada a la parte izquierda del pecho, pero en el pericote se marca más la presentación del codo, como en el saludo vírico de estos días.



domingo, 26 de abril de 2020

Diagnóstico sin pruebas


El médico de cabecera la envió al urólogo tras hacerle una ecografía, porque la infección de orina presentaba un cultivo negativo desde verano y y estaba fuera de su sabiduría. "¿De dónde pueden venir los leucocitos en orina si no hay infección?", le preguntó al especialista. El médico sonrió y respondió: "Muy fácil, de la tuberculosis del tracto urinario". Era el 30 de diciembre y se le cayó literalmente el mundo encima cuando oyó el nombre de la temida enfermedad de su familia materna. No sabía que hubiese una tuberculosis urinaria. Al ver su cara, el médico recomendó:" Tiene que llevar una muestra de orina tres días consecutivos para que le hagan en el laboratorio unas pruebas de tinción que tardaran más de dos meses. Hay que esperar los resultados, entonces sabremos si la tiene o no. Si no la tiene, realizaremos otras pruebas. Y no se preocupe, ese tipo de tuberculosis no es contagiosa y tiene cura. Puede hacer vida normal. Mientras tanto beba mucha agua". Le dio el volante y le deseó feliz año. 
Sus deseos no se cumplieron. Cuando llegó a casa, buscó en internet y comenzó la zozobra. Se obsesionó con cómo me he podido contagiar y recordó que, en el último Instituto en el que dio clases, hubo un caso de tuberculosis pulmonar e hicieron la prueba de la tuberculina a todos los alumnos y profesores, pero ella afortunadamente no tenía ese curso. A medida que iban pasando los días más largos de su vida, resignada se fue haciendo a la idea, tal vez sea un bacilo que se haya reactivado por una bajada de defensas. A principios de marzo llegaron los resultados. Alea iacta est. Tardó un rato en mirarlos. Por fin, después de angustias e insomnios, se quedó tranquila, todo daba negativo. Hubiese preferido un médico más cauteloso a la hora de emitir un diagnóstico. Ahora no tiene miedo al coronavirus. Lo que tiene que ser, será. Lo único que conserva de tísica es el oído. 

miércoles, 1 de abril de 2020

Las cataratas: Qué delirio de colirios


Una pequeña muestra de los colirios recetados
Una pequeña muestra de los colirios que he utilizado
El término catarata define a una cascada o un salto grande de agua. En medicina, es la opacidad del cristalino del ojo que, al impedir el paso de los rayos luminosos, dificulta la visión.

La cuarentena la estoy pasando luchando contra el wifi de Movistar que falla más que una escopeta de feria, poniéndome colirios continuamente y atándome las manos para evitar restregarme los ojos, porque me acaban de extirpar las cataratas, justo a la edad que tenía mi madre cuando la operaron de las suyas. Ilusa de mí, fui al oculista para pedirle un colirio con antibiótico porque creía que tenía conjuntivitis, ya que ninguno de venta libre en farmacia me solucionaba el problema. Avergonzada, salí con un diagnóstico de cataratas bastante formadas, sobre todo la del ojo derecho, después de una sencilla prueba que consistía en taparme un ojo e intentar leer unas letras que se escondieron detrás de un velo blanco, como si estuviese paseando por el Londres del siglo pasado. Rápidamente comprendí por qué las luces de mi casa cada vez daban menos luz y mi sofá rojo había pasado a ser granate. Esa era la explicación de que ya no necesitara gafas de presbicia. La operación bien, rápida e indolora; es más, en el segundo ojo pensé que no me habían intervenido porque me desperté justo en la misma posición en la que me habían puesto la sedación, sentada en la camilla del quirófano, pero con el pelo mojado.
El delirio de los colirios empezó antes de la operación: gotas para dilatar la pupila y anestesiar. Pero lo peor vino después, y nadie habla de ello, durante seis semanas te los tienes que poner a distintas horas que van cambiando cada siete días (etiquetados con un código de colores): antibióticos, antiinflamatorios, humectantes... Ni que decir tiene que se me ha olvidado ponérmelos, los he puesto repetidos, se los he puesto al ojo que no correspondía, o no he respetado la pausa de los cinco minutos. Durante este tiempo a veces he tenido los ojos rojos y llorosos, los párpados hinchados con legañas, además de destellos de luces y deslumbramientos. Salía a la calle con las gafas de sol de Martirio aunque cayesen chuzos de punta. Los colirios me han llevado al delirio, a una gran alteración mental e intranquilidad. Menos mal que mi sobrina (la hija de mi prima), que casualmente estaba en Madrid en mi casa, se ha convertido en mi enfermera y ha tomado las riendas del asunto después de verme poner una cafetera sin agua y de haber dicho que a santo de qué los pájaros tienen que cantar. A veces, sarcástica, para hacerme la toma más fácil, me ponía en el móvil el sonido de las cataratas del Niágara o las de Iguazú. Me he dejado mimar como una niña pequeña, asistiendo con pasividad al suplicio de la gota china*.
Qué delirio de colirios. Agotada de la gota, cansada de las cataratas, todavía me quedan quince días de cuidados intensivos en el ojo derecho, los mismos que nos quedan de la cuarentena. Cuando pase este tiempo de inactividad, ya veremos en todos los sentidos. 

* Método de tortura psicológica que consiste en inmovilizar a un reo decúbito supino- tumbado boca arriba-, de modo que cayera sobre la frente una gota de agua fría cada cinco segundos que le impedía dormir y beber agua, y le llevaba a la muerte. Esta tortura no se debe confundir con la bota malaya, otro método de tortura que por su homofonía a veces se oye mal como "gota malaya".

Así veía por mi ojo izquierdo antes operación 
Así por el derecho después operación

P.D. Mi colección de colirios y cremas se vio aumentada a causa de una blefaritis (inflamación de los párpados) que me duró exactamente noventa días. Tuve mala suerte.

P.D. En octubre me sometieron a una capsulotomía YAG en los dos ojos en el intervalo de una semana, a este procedimiento, breve e indoloro, se le conoce como "limpieza de lentilla". El láser retira la cápsula opacificada en la zona del eje visual sin realizar cortes, lo peor es el ruido, los disparos se asemejan al sonido que produce el mosquito al ser electrocutado. Tuve que volver al suplicio de los colirios. Y ahora ando enganchada a la lágrima artificial. 
 

domingo, 8 de marzo de 2020

La timidez de los árboles y la fobia social


Algunas especies arbóreas crecen sin que sus ramas se toquen, bajo sus copas se forma un entramado de líneas azules que se entrelazan de forma extraña impidiendo que los árboles intercambien las ramas de sus troncos para no tener que competir con la luz. Este fenómeno excepcional, llamado timidez botánica, suele producirse, sobre todo, entre árboles de la misma especie. Existen varias conjeturas sobre su origen, la mayoría de los especialistas consideran que este desarrollo tiene como objetivo primordial evitar la propagación de plagas de insectos; otros consideran que es una poda recíproca en zonas donde son habituales los vientos, realizada por los propios árboles de manera natural, conscientes de las necesidades de sus semejantes. De este modo, los espacios soleados entre las siluetas de las ramas sólo serían el resultado de una bella  competición por la supervivencia.
A veces se producen extraños paralelismos entre los seres humanos y la naturaleza. A mí estas fotografías me parecen una hermosa metáfora de la fobia social, del miedo que produce en algunas personas la interacción con los otros, motivado por factores genéticos y experiencias traumáticas, que hacen que el individuo se comporte de una forma tímida al no poder controlar sus emociones. Las personas y los árboles son conscientes de que tienen que protegerse del entorno creando un espacio vital, una coraza defensiva, un cordón sanitario, un foso de cielo, una grieta de timidez.


Por casualidad he vuelto a ver las pinturas de Botticelli sobre el cuento del Decamerón de Boccaccio (Nastagio degli Onesti, octava novella de la Quinta Jornada) y en el segundo episodio he visto plasmada por el artista la timidez de los árboles (1.483).

Museo del Prado 




martes, 17 de diciembre de 2019

De la botica a la bodega


Farmacia Juanse
Ahora voy más de farmacias que de bares, he pasado de la bodega a la botica*. La culpa la tienen los análisis de sangre que siempre te sacan algo. No sé la razón, siempre pensé que las farmacias obtenían permiso según el cálculo del número de habitantes y no podía haber dos juntas; pero con apenas 10 números de diferencia, una en los pares y otra en los impares, en mi calle hay dos farmacias que voy alternando. Antes la elección la dejaba al azar, según me viniera bien para mi trayecto. Una es grande y poderosa con un mancebo de mi edad, con corte de galán antiguo, que se conoce a todo el barrio; la otra es pequeña y anticuada, con plantas en maceta, su farmacéutico es un hombre tímido de hablar pausado que aprovecha el tiempo libre para estudiar lenguas romances: ha empezado con el francés y ahora está con el italiano. Ni que decir tiene que me inclino más por la segunda que me parece el pez chico y que, como tiene menos público, está al tanto de mis enfermedades. Pero ayer me dirigí a la grande, porque quería un calendario para poner en la nevera, me encontré al mancebo nostálgico y más cariñoso de lo habitual, con un ligero temblor en las manos, probablemente se vaya a Canarias cuando vendan la casa familiar después del divorcio. Mientras me lo contaba, un sonriente peruano joven apareció con muletas para saludarle, le preguntamos que le había pasado y, con una tranquilidad que nos dejó helados, nos contestó que le habían amputado una pierna porque, cuando descargaba fruta, un camión le había atropellado al dar marcha atrás. Una vez más, un inmigrante jodido, no un jodido inmigrante. Solo pudimos encomiarle su manera de afrontar las circunstancias, se movía bien y solo parecía tener un esguince. Impactada, salí disparada a la otra farmacia porque tenía que recoger un medicamento, allí me encontré al farmacéutico y a su auxiliar ojerosos, los dos tenían una afección intestinal, traté de auxiliarles con palabras, medicinas ya tenían muchas. La próxima vez iré directamente al bar donde la gente parece más feliz. Tal vez la solución sea volver al concepto de apoteca, tienda que incluye a la farmacia y a la bodega, las dos tienen el alcohol como uno de sus ingredientes principales.


Juanse kafe
La foto de la entrada es la fachada de de la antigua farmacia de los Laboratorios Juanse, con azulejería decorativa publicitaria, está en la calle de San Andrés esquina a San Vicente Ferrer, en pleno barrio de Maravillas. En 2014 se convirtió en Juanse Kafe, un café y tienda gourmet. Ahora está cerrada y se alquila.

*Botica, derivado del griego apotheka —del cual derivan también «bodega» y el francés boutique— es de la época medieval, y originalmente significaba 'tienda, almacén'. Más tarde, a partir del siglo XV, se extendió a la venta de medicinas.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Un robo con final feliz después de casi cuatro horas en comisaría


Me robaron la cartera de la mochila después de un largo paseo, cuando llegaba a casa, no sé si en un semáforo o en una frutería. Volvía cargada con una bolsa llena de compras, confiada y feliz porque después de unos días de perro por fin lucía el sol. Fue un robo de manual, de los que ponen mil veces en televisión, iba descuidada y el amigo de lo ajeno, siempre al acecho aunque no fuera un lugar turístico, aceptó mi invitación al robo. Cuando fui a pagar en la frutería, la mochila estaba abierta y ni rastro del monedero. Me sorprendió la actitud del dependiente, sonrió, mi sexto sentido me dijo que lo había visto pero callaba. Rápidamente se me encendieron todas las alarmas, llamé para anular las tarjetas y me dirigí a la comisaría de mi barrio, la de Leganitos, a denunciar el robo del DNI. Ya en la puerta me disuadieron: estamos saturados, hay entre una hora y media o dos de retraso, te conviene más ir a otra, hay poco personal y no damos abasto.  Con lo nerviosa que estaba, preferí pagar mi descuido lo antes posible y quedarme allí en la sala de espera tercermundista, un cubículo atestado de gente, oscuro, sucio y con el ruido renqueante de una máquina expendedora de comida y bebida. La mayoría eran extranjeros a los que habían robado el móvil o la cartera. De todas formas, si el trámite lo hubiese hecho por internet también tendría que firmarlo allí después de esperar turno. Así que para una gestión de apenas diez minutos estuve esperando desde las 3 de la tarde a las 6,30. Para robarme apenas veinte euros me habían fastidiado bien el día. Supongo que el colapso de la comisaría más céntrica de Madrid hace que la mayoría se vaya sin denunciar y esos robos no figuren en las estadísticas para dar una imagen más segura de la ciudad. Impresentable me pareció también que los policías, entrenados para otras tareas, se encargaran de la burocracia más fácil, un administrativo lo hubiese hecho de una forma más rápida y eficaz. Se requiere una reorganización del servicio. Las mujeres policías con las que traté, muy competentes.
Al día siguiente, a las 11 de la mañana, subió el portero a mi casa y me devolvió la cartera con la documentación dentro, un barrendero la había encontrado en la calle Santa Cruz de Marcenado. Casi me lo como a besos. Sentí no poder agradecérselo en persona al barrendero que se tuvo que desviar de su ruta, porque no sabe la de trámites y tiempo que me ha ahorrado. Siempre hay buenas personas que te hacen recobrar la esperanza en la humanidad. Ahora ando documentada pero sin un euro. 
A partir de ahora, en el bolso el dinero irá por un lado y la documentación y las tarjetas por otro, como hacía antes de estar jubilada y me pasaba el día en transporte público.
Recordando, creo que me han robado por lo menos unas diez veces en toda mi vida, con y sin violencia, conocidos y desconocidos (los robos del corazón no cuentan en esta estadística). La última, en la sala de profesores de un Instituto, a última hora de la mañana. Tenía un principal sospechoso y para avisar a mis compañeros de posibles hurtos puse un papel junto a la fuente de agua: 

ESTIMADO LADRÓN:
VIVIMOS TIEMPOS DUROS POR LA CRISIS. ME HUBIESE GUSTADO QUE, EN VEZ DE ROBARME, ME HUBIERAS PEDIDO AYUDA. POR FAVOR, DEVUÉLVEME EL MONEDERO, QUE LE TENGO CARIÑO. Y LAS FOTOS DE MIS SOBRINOS QUE SON IRREEMPLAZABLES.
GRACIAS.

No hice denuncia, pero un año después me llamó la policía porque había encontrado mi cartera en un registro de una vivienda relacionada con drogas. Las sospechas se hicieron ciertas: era el conserje.

P.D. La frutería sospechosamente está cerrada y mi mochila en el armario. Mis amigos alicantinos, directos descendientes de los fenicios, me recordaron que hay algunos seguros que contemplan en sus pólizas el robo de pertenencias fuera de la vivienda. Así que al final me sirvió la denuncia para reclamar al seguro que en breve me dirá a cuánto asciende.  


domingo, 27 de octubre de 2019

Más que un café con leche

Sí algo he odiado siempre, cuando en los desayunos tienes que pedir café, son las pijaditas: yo corto de café, yo café americano, yo descafeinado de sobre, yo descafeinado de máquina, el mío con leche desnatada, el mío con leche de soja... Por eso cuando, después de mucho tiempo, me reuní con algunos compañeros del comité de Empresa, pisé territorio conocido, volví a Ítaca. Los tres pedimos un café con leche (bueno yo también una tostada porque era mi primer desayuno), sin complicaciones, sin edulcorantes. Los tres pensamos lo mismo sobre la situación política, los tres supimos dejar hablar y escuchar sin tener que demostrar nuestra poca o mucha erudición. Nadie consultó el móvil. No fuimos políticamente correctos, a ninguno nos gusta el verbo empoderar. Volvimos a reír recordando lo vivido.
Con ellos podría tomar todos los días un café con leche.



domingo, 6 de octubre de 2019

¿Anticipo o ‘posticipo’ a los profesores interinos?



La Comunidad de Madrid ha declarado generosamente que va a dar un “anticipo” a los profesores interinos que, ya en octubre, aún no han cobrado, ni van a cobrar por ahora, su sueldo de septiembre. Dejando de lado lo peor, que ocurran actualmente estas cosas, achacadas sospechosamente a un “error informático”, me hacen recordar una anécdota que contaba con gracia un amigo mío: En los años 60 (añorados tiempos del Caudillo…) los interinos de algún instituto de Madrid cobrábamos usualmente con 5 meses de retraso. Un día el subjefe de estudios, una buena persona de verdad, nos reunió para decirnos con cierta satisfacción que el centro iba a dar un anticipo a quien lo necesitara. El profesor y poeta Emilio Miró le dijo: “Rafa, será un ‘posticipo’, pues llevamos casi medio año trabajando gratis…”