viernes, 23 de octubre de 2020

José Antonio Labordeta y el Festival de los Pueblos Ibéricos (UAM, 09-05-76)

Leyendo la última biografía de Labordeta, Regular, gracias a dios, escrita con una de sus hijas ("Nueva memoria descoyuntada por el cáncer de próstata, la quimioterapia y la amargura del tiempo que se va"), me ha venido a la mente mi recuerdo del primer festival de música multitudinario al que acudí. A pesar de que solo he encontrado fotos en blanco y negro, he evocado ese luminoso día como uno de los más felices de mi vida: por fin se respiraba libertad. Con veintiún años, a punto de licenciarme, unida a la masa de estudiantes solidarios que estaban haciendo historia, no recuerdo haber tenido miedo en ningún momento, solo la tranquilidad de que los tiempos estaban cambiando. Unidas mis manos a las de mis amigos, juntos coreábamos El canto a la libertad del cantautor:

Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.

Hermano, aquí mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.*


El Festival de los Pueblos Ibéricos se celebró el 9 de mayo de 1976 en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid. Fue organizado por la Federación de Sindicatos Democráticos de Estudiantes apoyados en la Asociación de Música de la Facultad de Derecho y los otros grupos culturales que integraban la FACUM (Federación de Asociaciones Culturales de la Universidad de Madrid), entidades donde sus principales referentes eran militantes del Partido del Trabajo de Estaña (PTE). Se guardaron minutos de silencio en dos momentos, por la mañana en recuerdo de los obreros asesinados en Vitoria y por la tarde al difundirse los asesinatos de Montejurra. Para muchos el Festival de los Pueblos Ibéricos fue la versión española del Festival de Woodstock, de 1969 en Nueva York.

 Años decisivos


"Rota ya la estructura del franquismo, los alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid prepararon en 1977* una gran concentración de estudiantes y cantautores. Allí estuvimos todos, incluidos los cientos de guardias civiles cuyos tricornios acharolados brillaban al sol del mediodía, hasta que llegó la noticia del asesinato de un carlista a manos de otro carlista en Montejurra y el sol, que hacía brillar los charoles, se apagó de golpe. Lo que había sido emocionante y libertario podía acabar en sangriento enfrentamiento. Todos nosotros, conscientes de lo se estaba mascando, nos fuimos marchando de forma muy ordenada. Ya montados en la furgoneta del grupo de música La Bullonera cruzamos en silencio las filas de guardias civiles y en Alcalá de Henares paramos a comer algo. Sentado en aquel restaurante de carretera recordé el momento en el que al subir a cantar se desplegó por la ladera una gran bandera tricolor. La garganta se me hizo un verdadero nudo casi insoportable y al abandonar el escenario como pude regresé al camerino donde andábamos los aragoneses albergados. —De ésta no sé cómo vamos a salir —comentó Eduardo Paz, componente de La Bullonera. Yo aún no me había enterado de nada y al saberlo me quedé perplejo y sin habla. —Marchándonos ahora mismo —sentenció Javier Maestre, el otro Bullonera. Todo era un sinvivir con las noticias más contradictorias, hasta que Montejurra se puso en primer plano y la muerte disolvió todos los sueños bajo la realidad de un disparo de pistola".

José Antonio Labordeta, Regular, gracias a dios (2010)

*Tal vez la vida sea empezar luchando por la libertad para acabar luchando contra la enfermedad. Lo que sí tengo claro es que todos los que allí estábamos no veremos el nacimiento de la Tercera República. 

*Fue en el 76, no sé si el cambio de año se debe a una confusión o una errata de la versión en pdf que he leído.


2 comentarios:

Amilcar Barça dijo...

He caído por casualidad, como casi todo en la vida, por tu blog y esta entrada me ha tocado la fibra. También me tocó escuchar a La Bullonera y al Abuelo mirando con un ojo al escenario y con el rabillo del otro la aparición de los grises. Lloré en la Plaza del Pilar escuchando, sin poder articular palabra, el Canto a la Libertad y volví a llorar cuando expusieron su féretro en la Aljafería. Emoción bien distinta a la que sentimos miles de equivocados cuando en las Cortes mandó ¡¡a la mierda!! a los patriotas de pacotilla. salu2

Mª Ángeles Cuéllar dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Labordeta nos ha regalado muchos momentos emocionantes.

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