Muchos hijos, un mono y un castillo es una película documental con aires de vídeo doméstico. Un disparate delicioso: una familia
surrealista en un escenario barroco, un matrimonio atípicamente enamorado, una madre torbellino con síndrome de Diógenes,
un mono enloquecido, una versión desdramatizada de la guerra civil y de la crisis y, sobre todo, un monumento a la alegría de vivir que provoca no solo risas sino también carcajadas
gozosas y terapéuticas. La recomiendo.
Para saber la verdadera historia de la familia Salmerón pincha aquí.
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