martes, 22 de noviembre de 2016

Una escribe, la otra no

Estuvieron muy unidas. Vivían en el mismo barrio. Se conocieron en primer curso de Comunes, estudiaron la misma especialidad  (Filología Románica) y en tercer curso comenzaron la carrera de Periodismo. Sacaban más o menos las mismas notas. Compartieron los mismos profesores, confidencias, lecturas y amigos. Realizaron la tesina en el CSIC, una sobre los cantos de muerte y la otra sobre los de nacimiento. Se separaron poco después sin enfadarse, en silencio. Dejaron de caminar al mismo paso cuando se pusieron en evidencia las diferencias de carácter. Una, fuerte y segura, sabía lo que quería desde el principio;  la otra muy frágil, no. Tampoco ayudó que una se hiciera amiga del director, con despacho y beca y su amiga se convirtiera entonces en la muchacha pobre que se sienta en la mesa de los ricos. Una fue profesora de Universidad en el País Vasco; la otra, en un centro de secundaria en la capital.  Una se hizo especialista en literatura medieval; la otra siguió siendo aprendiz de todo. Una es alta y delgada; la otra no. A una, ETA le colocó una bomba lapa en los bajos de su coche; a la otra, unos alumnos un chicle en su silla. Una ha publicado libros, la otra escribe en un blog. En verdad os digo que vivieron vidas paralelas.

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