Me ha costado terminar el libro galardonado con el último premio
Planeta, a pesar de haberme leído con mucho gusto La trilogía del Baztán. Todo
parece indicar que esta novela de cartón piedra se escribió antes que las
anteriores y que trata de aprovecharse de su éxito. Se me ha hecho una bola, como ocurre cuando
intentas tragar un pescado demasiado hecho aunque bueno. Es una novela como otras tantas, pesada
de leer y perfectamente olvidable, que
habla de una muerte accidental que se convierte en un asesinato. La única novedad,
que el encargado de averiguar el suceso es el marido del asesinado al que acompañan en sus investigaciones un cura y un guardia civil retirado, que es
descrito al principio como el personaje cinematográfico Torrente. El marido, famoso escritor, extrañamente no sabía nada de la vida del
hombre con el que llevaba años compartiendo su vida. El pazo gallego, donde transcurre la trama parece Falcon Crest
por la cantidad de pasiones y secretos que oculta y a ratos insinúa un
ambiente mágico. Es un batiburrillo de descripciones idílicas y soporíferas de
la Rivera Sacra, donde deambulan un niño, un camello, un perro feo y leal y unos
hombres capaces de llorar durante horas hasta llegar al ridículo.
domingo, 13 de noviembre de 2016
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