sábado, 27 de febrero de 2021

Otra lengua muy viva: el ladino o judeoespañol

Símbolo que señala la entrada al barrio judío (Tarazona, Aragón)


 El artículo de Matilde Gini Barnatán, "El trezoro de la lingua djudeo-espanyola": qué es el ladino y por qué se parece tanto al español, publicado en El País, nos sirve para conocer mejor la herencia sefardí,  una cultura que legó muchos saberes a la España de la época. Quien quiera aprender más sobre cultura judeo-española dispone de bastantes recursos. Por ejemplo, hay grupos que se comunican en esta lengua por internet, como “Ladinokomunitá”, con más de 800 miembros de distintos países, además de otras páginas web como Sfarad.es y sefardiweb. Además, contamos con la Red de Juderías de España Caminos de Sefarad, a la que pertenecen las ciudades que tenían población judía. Y también vos azemos musafires [invitados] para sentirmos en la Radio Exterior de España, en muestro programa “Emisión Sefarad” (domingos 23:30 hs.) y los sábados en Radio 5, Luz de Sefarad a las 16:35 hs. Los dos kon kultura sefardí en munchos temas.

Etimología de colchicina (fármaco contra el virus)

Me ha llegado otro correo sobre la etimología de un fármaco que lleva usándose ya un año contra la covid. 

Seguramente habréis oído algo sobre un fármaco, ya comercializado hace años, que puede tener algún uso contra el virus*, la Colchicina. Se extrae de una planta algo venenosa conocida en España como cólquico (a veces escrito cólchico), también llamada quitameriendas (así aparecía en unos cromos de mi infancia), azafrán silvestre y otros nombres (y ya sabemos que las plantas tóxicas, como el acónito, la belladona y tantas otras, se han usado desde muy antiguo también como curativas).

   La Colchicina y el cólquico me han recordado el origen de su nombre: la Cólquide o Cólquida, tierra de la maga Medea, la que ayudó a Jasón y sus Argonautas. Se la consideraba tierra rica en plantas medicinales, manejadas por mujeres como Medea. Es un país del Cáucaso, entre Asia y Europa, a orillas del Ponto Euxino o mar Negro, y ahora está más o menos en lo que llamamos Georgia (curioso nombre griego en ese entorno). Por una extraña casualidad (o no), parte de esa tierra se llamó Iberia, como esto, pero de eso podríamos hablar otro día.
   La palabra cólquico viene del latín colchicum (pronunciar cólkicum) y esta del griego kolkhikón, por lo que al fármaco habría que llamarlo más correctamente Colquicina, siendo la forma Colchicina una transcripción del latín, tal como se usa en lenguas como el inglés, francés, etc., pero no en español. Es como si dijéramos charácter, Christo o choro, pero me temo que la colchicina se quedará así, y tampoco importa gran cosa.
   Lo último, aunque no lo mínimo, sobre esto es que ya parece haber ciertas luchas más o menos soterradas por el control de este posible remedio o alivio de la peste*, pero esa es otra historia y no la contaremos otro día. 

*En el original, viruchi.
*En el original, pestucia.

viernes, 26 de febrero de 2021

Un informativo con subtítulos en latín

 

Momento mítico en los anales de la televisión: Desde Galicia (Gallaecia) nos llega una entrevista con subtítulos en latín en un informativo. Irene Vallejo, que ya lleva más de 200.000 ejemplares vendidos del ensayo El infinito en un junco, celebra y reivindica la importancia de las Humanidades, como la historia, la literatura, el latín o el griego: "No hay nada más alejado de la muerte que las lenguas".

 Gratias tibi ad infinitum!

domingo, 21 de febrero de 2021

Reyes David, Pregunta


El escritor Manuel Martínez-Forega ha escrito hoy en Facebook esta semblanza de mi ex-alumno David, de su compañera Reyes (a la que yo llamo Susan por su parecido con la actriz Susan Sarandon), y de su editorial Pregunta. No puedo sentir más orgullo y satisfacción.

David Francisco llegó a Zaragoza un mes de noviembre de 2008. Fue de Ángel Guinda alumno inquieto, inteligente, heterodoxo y aficionado a todas las artes en un instituto de Alcorcón, y acompañó a Ángel en ese viaje a propósito de la presentación de la edición
europea de “Toda la luz del mundo”. Vino más veces a Zaragoza, se enamoró de una chica muy hermosa y esta chica muy hermosa no le fue a la zaga: se enamoró también. En muy poco tiempo fundaron la editorial Pregunta Ediciones y la distribuidora Circular.

Reyes Guillén y David Francisco han hecho valer su agudeza lectora, su intuición y su trabajo al frente de esa editorial jovencísima que hasta hoy mismo ha entregado con estimulante acierto títulos de extraordinario valor y ha ido descubriendo literaturas y talentos a contracorriente de los tsunamis mediáticos guiados exclusivamente por sus gustos e inteligencias lectoras. Pregunta es una editorial absolutamente desprejuzgada, que lee los originales, los criba y, además, y contra lo que es habitual, los somete a exhaustivos contrastes ortográficos y de estilo, tal cual debe ser, entre otras, la labor ya marginal de un editor cabal.
Activa y omnipresente, Pregunta Ediciones es una de las editoriales aragonesas más dinámica y más osada y los lectores le estamos muy, pero que muy agradecidos.
Desde aquel 2008 conozco a David; desde entonces ha ido revelándose como uno de esos seres que ya no se dan (y menos con su edad): uno de esos seres que han hecho de la educación y del conocimiento una apuesta integral, contraria a cualquier especificidad monolítica del pensamiento. Todo un regalo humano haber conocido a David y poder compartir con él discursos y exámenes literarios.
Reyes circula entre mis amigas hace más tiempo, y lo hace con énfasis y autoridad. Mirar a Reyes y conversar con ella es disipar cualquier malestar, cualquier intranquilidad o incertidumbre; su amistad es un bálsamo, un spa, la panacea que un amigo busca en otro amigo. Es, además, una excelente poeta que no se prodiga y que debería hacerlo para bien de esos cien escogidos lectores de poesía que hay en este país.
Reyes, David: mi admiración, mi cariño, mis abrazos.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Recuerdos de Carnaval


 

martes, 16 de febrero de 2021

Acertijos literarios con imágenes: Sión de Bolaño


Propongo un acertijo literario que aparece en Los detectives salvajes de Roberto Bolaño y que es la única muestra de la poesía de Cesárea Tinajero y, por ende, de la poesía real visceralista en la novela: el poema visual "Sión", palabra que esconde el concepto de navegación, muestra un barco sobre un mar en calma, un barco sobre un mar movido y un barco en una tormenta. La navegación que, por cierto, es un símbolo de la vida, evidencia los movimientos que puede ofrecer la realidad: tranquilidad, desplazamientos moderados y ruptura. Uno de los puntos interesantes de la explicación de Belano y Lima es que uno de ellos (no sabemos cuál) había visto las tres líneas en sus sueños infantiles. Si la línea recta le producía paz e incluso placer; la ondulada le genera mareos, calor y una pérdida del sentido de las cosas; la quebrada engendra, en tanto, una rajadura “que empezaba en el vientre pero que pronto experimentaba también en la cabeza y en la garganta y de cuyo dolor sólo era posible escapar despertando” Las resonancias oníricas del poema indican que no sólo se trata de un movimiento espacio-temporal sino también mental o espiritual.

Creo que Juanjo Sáez en Las viñetas vitalistas hace una reinterpretación del poema, intentado reivindicar la vida después de una etapa de duelo por la pérdida de sus seres queridos.


Exupéry en El principito (1943) ya nos enseñó que lo esencial es invisible a los ojos: "Mostré mi obra maestra a las personas grandes y les pregunté si mi dibujo les asustaba. Me contestaron: «¿Por qué habrá de asustar un sombrero?». Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas grandes pudiesen comprender. Siempre necesitan explicaciones".



 

viernes, 12 de febrero de 2021

Libros electrógenos: léeme despacio

Me ha llegado este comentario a la entrada ¿Cómo te sientes? A pesar de todo, lee un libro,  con el que no puedo estar más de acuerdo: No me gustan los libros electrónicos, son como una especie de acuario con criaturas frías, con las que es casi imposible comunicarse. Me gustan más los libros electrógenos, los que generan corrientes que te llegan adentro y te hacen vibrar y sentir. Y creo que siempre los mejores libros están encuadernados en piel...

Solo añadir dos cosas: quiero leer a tu lado y léeme despacio. Soñar y sentir.