domingo, 8 de marzo de 2020
La timidez de los árboles y la fobia social
Algunas
especies arbóreas crecen sin que sus ramas se toquen, bajo sus copas se forma un entramado de líneas azules que se entrelazan
de forma extraña impidiendo que los árboles intercambien las ramas de sus
troncos para no tener que competir con la luz. Este fenómeno excepcional, llamado timidez botánica, suele producirse, sobre todo, entre árboles de la
misma especie. Existen varias conjeturas
sobre su origen, la mayoría de los especialistas consideran que este
desarrollo tiene como objetivo primordial evitar la propagación de plagas
de insectos; otros consideran que es una poda recíproca en zonas donde son
habituales los vientos, realizada por los propios árboles de manera natural, conscientes de las necesidades de sus semejantes. De este modo, los
espacios soleados entre las siluetas de las ramas sólo serían el resultado de una bella competición por la supervivencia.
A veces se
producen extraños paralelismos entre los seres humanos y la naturaleza. A mí estas
fotografías me parecen una hermosa metáfora de la fobia social, del miedo que
produce en algunas personas la interacción con los otros, motivado por factores
genéticos y experiencias traumáticas, que hacen que el individuo se comporte de
una forma tímida al no poder controlar sus emociones. Las personas y los árboles son conscientes de que tienen que protegerse del entorno creando un espacio vital, una coraza defensiva, un cordón sanitario, un foso de cielo, una grieta de timidez.
Por casualidad he vuelto a ver las pinturas de Botticelli
sobre el cuento del Decamerón de Boccaccio (Nastagio
degli Onesti, octava novella de la Quinta Jornada) y en el segundo episodio
he visto plasmada por el artista la timidez de los árboles (1.483).
Museo
del Prado Marta Orriols, Siempre nos quedará la timidez
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viernes, 6 de marzo de 2020
Lola Pons Rodríguez, Queridas lingüistas
María Moliner, autora del 'Diccionario de uso del español' |
La
realidad está cambiando y ahora es difícil dar una clase de Lingüística sin
mencionar a alguna investigadora actual. En este artículo, la autora apremia a reconstruir la
historia de la mujer en el ámbito de las Humanidades.
"Pero no solo estamos hablando de hacer una historia de
la ciencia más inclusiva y amplia, sino de volver a los trabajos y hallazgos de
las mujeres que fueron pioneras en un ámbito científico, porque tal vez sus
trabajos merecieron más citas y mayor presencia en las aulas universitarias y
en la bibliografía. Pensaba estos días en las queridas filólogas españolas de
otro tiempo. Hemos recuperado, sí, la memoria de la lexicógrafa y bibliotecaria
María Moliner, autora de un diccionario original y sólido. Pero otros nombres
muy destacados siguen siendo conocidos solo para los muy iniciados, como el de
María Goyri (1873-1954), autora de páginas brillantes de investigación sobre el
romancero hispánico. Fue la primera mujer que estudió en la Facultad de
Filosofía y Letras, donde una rutina escalofriante la obligaba a acudir al aula
acompañada de un conserje que la escoltaba también en los descansos entre
clases. Conocemos por alguna crónica de la época su capacidad crítica; reclamó
en una tertulia con Emilia Pardo Bazán la necesidad de brindar a la mujer de su
tiempo una educación integrada y no limitada. Una figura intelectual de esa
altura hoy es conocida meramente por haber sido la mujer de un colosal maestro
como Ramón Menéndez Pidal. Y con el nombre de Goyri, vienen al recuerdo el de
otras filólogas empequeñecidas por la historia, como la dialectóloga y autora
literaria Josefa Canellada, Jimena Menéndez Pidal, Carmina Pleyan i Cerdà o las
muchas mujeres que participaron en campañas y colonias de la Institución Libre
de Enseñanza. Sus artículos y libros apenas serán citados en los grados y
másteres universitarios dedicados a la lengua y la literatura. Poco nos
hablaron de ellas en nuestro periodo formativo..."
jueves, 5 de marzo de 2020
Bernardo Díaz Nosty, Voces de mujeres periodistas españolas del siglo XX
Díaz Nosty recupera las voces de más de doscientas periodistas que, en su tiempo, rompieron moldes y buscaron espacios de igualdad. La docencia y el periodismo fueron ámbitos donde las mujeres cultivaron ideas de emancipación, a partir de posiciones muy distintas, para converger en una propuesta de sociedad más justa. Herederas, en unos casos, del librepensamiento, el anticlericalismo y la conciencia republicana, que, en los años veinte y treinta del pasado siglo, junto con otras de talante conservador, protagonizaron un periodismo creativo, moderno y crítico, abruptamente interrumpido por la dictadura franquista. Perfiles biográficos que descubren la audacia de las viajeras en tiempos difíciles, el tesón de las impulsoras del pensamiento feminista y el destino no deseado de más de medio centenar forzadas al exilio, fallecidas en muchos casos lejos de su tierra, sin olvidar a las fusiladas por la expresión libre de las ideas. Periodistas del siglo XX, nacidas antes de 1939.
jueves, 27 de febrero de 2020
Vicente Valero Costa, La huella del Ángel
En diciembre del 2019 se presentó el libro “La Huella del Ángel” de Vicente Valero Costa, politólogo villenense que, entre otros
cometidos, ha sido director del Instituto Cervantes en Paraguay y París,
Gobernador Civil de Tarragona y Huesca y Consejero de Educación y Cultura en
las embajadas de España en Roma y Atenas. Esta novela histórica nos sumerge en
los avatares que llevaron a la creación del Principado de Villena en 1333, el
primero de España –aún antes que el de Asturias–, otorgado por el rey de Aragón
Alfonso IV El Benigno a Don Juan Manuel, Señor de Villena y sobrino del rey de
Castilla Alfonso X El Sabio. Además de reivindicar este hecho, el libro tiene
un segundo objetivo: “poner de manifiesto que el primer desfile documentado en
la historia de Moros y Cristianos se celebró en Villena en 1330, con motivo del
bautizo del hijo de Don Juan Manuel y el juramento de fidelidad que le prestaron
sus vasallos.
La acción se sitúa en la Castilla de los siglos XIII y XIV para
relatarnos la evolución histórica del linaje de los Manuel, descendientes de la
fusión de las estirpes de Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia. La
misteriosa huella del ángel, pequeña mancha en la piel del pecho, al lado
de la tetilla izquierda con forma de lucero o estrella, fruto del pellizco de
un querubín, se reproducirá generación tras generación en todos los nacidos de
ese linaje.
En 1985, siendo gobernador civil de la provincia de Tarragona, Vicente, con 35 años, recibió dos impactos de bala, uno en el pecho y otro en el cuello, cuando intentaba negociar la rendición de un atracador, Juan Manzanares Ros, que se había hecho fuerte en el interior de la sucursal del Banco de Sabadell en Valls (Tarragona) después de retener a ocho personas. Del suceso se hicieron eco todos los periódicos del momento.
En 1985, siendo gobernador civil de la provincia de Tarragona, Vicente, con 35 años, recibió dos impactos de bala, uno en el pecho y otro en el cuello, cuando intentaba negociar la rendición de un atracador, Juan Manzanares Ros, que se había hecho fuerte en el interior de la sucursal del Banco de Sabadell en Valls (Tarragona) después de retener a ocho personas. Del suceso se hicieron eco todos los periódicos del momento.
Sede Universitaria de Villena. Iniciativa "La voz de nuestra escritura". Fragmento de “La huella del ángel” leído por su autor, Vicente Valero Costa.
lunes, 10 de febrero de 2020
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote, Santiago Posteguillo
Santiago Posteguillo, escritor y profesor de literatura inglesa, en La noche en que Frankenstein leyó el Quijote (Planeta, 2012), desvela secretos muy guardados sobre libros y autores esenciales que harán las delicias de los lectores curiosos. A modo de relatos cortos e independientes, el autor hace un repaso a algunos de los acontecimientos de la literatura más importantes y significativos, desvelando algunos de sus secretos mejor guardados: ¿Quién escribió realmente las obras de Shakespeare? ¿Quién descubrió realmente el potencial de Harry Potter? ¿Quién pensó por primera vez en el orden alfabético para ordenar los libros? ¿Qué escritor era capaz de escribir dos obras maestras al mismo tiempo? ¿Qué autor burló la lista de libros prohibidos de la Inquisición?
Leer fragmentos :https://www.planetadelibros.com/libro-la-noche-en-que-frankenstein-leyo-el-quijote/68904
domingo, 9 de febrero de 2020
"In hoc signo vinces", exposición de Rafa Pérez Alegre
Este domingo de febrero ha amanecido gris como toda
esta temporada, un buen día para asistir a la inauguración de una exposición en
un lugar nuevo para mí, el antiguo cuartel de zapadores del ejército en
Fuencarral, que cuenta con más veinte mil metros cuadrados de superficie. No es fácil llegar hasta esta ciudad
alternativa de arte porque está en medio de ninguna parte, rodeada de vías de
tren y de vertederos. El edificio parece abandonado y no se sabe si a medio
construir o a medio derruir. En la sala sin radiadores donde se encuentran los
collages de Rafa Pérez Alegre hace mucho frío, pero apenas se nota por la
calurosa acogida de todos sus amigos.
Siempre pensé que
Rafa, profesor de Lengua y Literatura, acabaría publicando libros (no lo descarto), pero la
pintura se cruzó en su camino cuando empezó su tesis doctoral José Ángel Valente y Antoni Tàpies, caminos convergentes de la
creación. De modo que ahora cuenta historias a
través de sus cuadros. La exposición tiene como título “In hoc signo vinces” (Con
este signo vencerás) que proviene de una leyenda del emperador
Constantino, que antes de una importante batalla, vio cómo, por encima del sol,
aparecía una cruz con el lema In
hoc signo vinces. A partir de entonces no solo Constantino la
utilizó como estandarte sino que se convirtió también en símbolo del
cristianismo. El signo de la cruz es símbolo de victoria y salvación, pero es también
espada, martillo, hacha para los que no piensan de la misma manera, "tortura, sacrificio
oficiado por siniestros sacerdotes en el infierno real de unas cloacas inmunes
a la autoridad de la justicia". Cada cuadro acoge un rostro anónimo de los
mártires de la razón de estado en la última cruzada española, fotos sacadas de
fichas policiales y enmarcadas en una terrible cruz de bordes negros que
reflejan la mirada de la proximidad de la muerte de unos hombres y mujeres que
fueron represaliados fuera de los campos de batalla.
No se me ocurre un espacio mejor para la
exposición de Rafa que este cuartel, donde conviven galerías de arte y talleres
de artistas. La antigua ciudadela de zapadores, cuya misión era construir
estructuras en tiempo de guerra, se ha convertido en una ciudad de arte, que invita al homenaje y a la reflexión, donde
artistas comprometidos recuperan la memoria y luchan contra la manipulación.
En el centro, Rafa Pérez Alegre |
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