La
Algueña (en valenciano, l'Alguenya) es uno de los municipios más jóvenes de
Alicante, logró la independencia de Pinoso en 1934. Situada en el suroeste de
la provincia de Alicante, en la comarca del Vinalopó Medio, cuenta con 1.413
habitantes. Es un pueblo típicamente agrícola dedicado al cultivo de la viña,
el aceite y la almendra. Destaca por la elaboración de vinos y licores y por la
industria del mármol. Rodeada por las canteras de mármol marfileño, sus montañas, horadadas por la mano del hombre, nos ofrecen un paisaje insólito que por la noche refulge como la nieve y da luz a las esbeltas torres de la iglesia. Su clima, paisajes y gastronomía son muy parecidos a los
de Villena que se encuentra en el Alto Vinalopó. La única diferencia es que
nosotros no hablamos valenciano y nos hemos especializado en la industria del
calzado. Ellos son referente por sus circuitos de motos y nosotros, por las
fiestas de Moros y Cristianos. Villena es una ciudad de recio abolengo repleta
de bullicio, Algueña es un pueblo silencioso y tranquilo, que destaca por la
amabilidad de su habitantes, siempre acogedores y divertidos. Allí tengo buenos amigos.
La paella de arroz con conejo de Lola es inolvidable, como lo es también la
puesta de sol desde su terraza. El jardín modernista de Charo y Vicente, en un
ambiente de ensueño, recibe, con unas cenas suculentas rociadas de buen vino y
gin-tonic, la entrada y la despedida del verano.
Toda
esta introducción me sirve para enmarcar los dos vídeos que recibí de las
fiestas de julio en honor a los patronos Abdón y Senén, los santos de la Piedra
(granizo), protectores de sembrados y cosechas en todo el orbe cristiano hasta
que fueron desplazados por la figura de San Isidro en el siglo XVIII. El
primero es un pasacalles de las reinas de la fiesta, las autoridades y la banda
de música que iban a toda velocidad para resguardarse del calor sin banderas y
estandartes religiosos. El segundo, que reproduzco aquí, un encierro de toros
de mentirijilla donde los niños son los protagonistas. Ojalá todos los
encierros fueran así, apenas unos días después, el 2 de agosto, en Pinoso un joven
de 26 años murió como consecuencia de las heridas sufridas tras una cornada de
una vaquilla durante las fiestas. Y es que así me imagino las verdaderas
fiestas populares, sencillas, sin sangre y sin ningún boato.
La Algueña, un paraíso cercano, la Arcadia de Alicante.
Un vídeo de El Comidista (20/9) se refiere al vino Fondillón de fama mundial que se produce en La Algueña