Me sorprendió gratamente ver la tira de Max (seudónimo de Francesc Capdevila) en el suplemento cultural Babelia de El País (17/11/2018), donde colabora semanalmente este historietista e ilustrador barcelonés, uno de los autores fundacionales de El Víbora.
Al principio pensé que ERY BRNAOC se trataba de un anagrama crítico con el rey (Rey Cabrón) y, después, descubrí que se refería al título de su último libro: Rey Carbón, donde parte de la historia de Plinio el viejo (siglo I d.c.): Kora, una joven corintia desesperada por la inminente partida de su amor al extranjero, vio con ojos nuevos la sombra que del perfil de su amado formaba la luz de una vela en la pared. Ni corta ni perezosa, repasó con carboncillo el perfil de la sombra para quedarse así con la imagen de su amante. El padre de ella, que se llamaba Butades, modeló en arcilla el busto del joven a partir del dibujo de su hija, cociéndolo después en el horno. La hija dio origen a la pintura; el padre fue el modelador de la primera escultura. De tal modo que el dibujo nace a partir de la sombra de lo real, no de lo real. Lo que indica que el dibujo es una cuestión de percepción subjetiva. Puede que en el origen del dibujo esté el sentimiento del amor, el deseo de acercarnos a los otros y el intento de detener el tiempo.
Como
afirma su autor, el rey Carbón vive
en soledad absoluta, es el rey de sí mismo y de la montaña, porque no hay nadie
más. Físicamente es un "filiforme", un personaje en forma de hilo: "Eso viene de una vieja revista alemana, Fliegende
Blätter, en la que durante una época se puso de moda que sus dibujantes
hiciesen personajes como palos, como bastones. Es un tipo que descubre la magia del
dibujo, algo que le vuelve loco hasta el punto de
que no puede parar de dibujar”.