La vida se va en un pispás, empiezas viajando en Mundo
Joven y acabas en Mundo Senior, sin saber muy bien en qué se te han ido los
años intermedios. Era la primera vez que viajaba con un grupo tan homogéneo:
todos mayores de sesenta años. Y no me ha gustado, prefiero la diversidad, que
haya personas de distintas edades y condiciones como en la vida misma. Además,
ahora prefiero calidad en los servicios, por lo menos que el hotel esté céntrico
y reúna las condiciones mínimas, porque ahora me canso, duermo mal y no me
importa gastarme un poco más. Elegí el viaje porque pensé que, al
viajar fuera de temporada, el grupo sería reducido; craso error, porque estaba
masificado. La mayorista es Panavisión y a esta agencia hay que achacarle los
fallos en el viaje para que los pueda subsanar, porque la Comunidad de Madrid
es el cebo, no pone un euro: el pequeño descuento recae en las propias agencias
que venden más al cobrar un poco menos. El paquete turístico presenta pensión completa, lo
que tiene sus ventajas y sus inconvenientes: te lo dan todo hecho, pero a
cambio te impiden tener tiempo libre y degustar la cocina local. El tiempo
se nos iba esperando que los del otro grupo, parece ser de viajes del Corte
Inglés, alojados más cerca de la civilización, se reuniera con nosotros. Además, el grupo era demasiado numeroso (48
personas) y era imposible enterarte de las explicaciones. La guía, Rita, es una
gallega muy competente que aparece en el programa de televisión Españoles por el mundo (2011).
El hotel, Sunflower, pequeño, cutre, aislado en la zona alta de Bugibba, dejaba mucho que desear: el colchón no tenía protector, las sábanas no eran del tamaño de la cama y tenían, como las toallas, un tono gris. La manta, de un marrón sospechoso, parecía de la segunda guerra mundial. La cortina del baño era pequeña y el baño se inundaba. La luz cenicienta. La televisión pequeña y antediluviana. Todo anclado en los 90. La piscina pequeña, rodeada de butacas desgastadas por el uso. Supongo que ideal para viajes de estudiantes, pero inaceptable para personas mayores.
Malta
El archipiélago es el país más habitado y pequeño de
Europa. Apenas un peñasco de 316 metros de superficie con una imponente
fortaleza (si siguen construyendo al ritmo actual se quedarán sin terreno para cultivar). Lugar propicio para la caza (de ahí la fama de sus halcones) y el pirateo. Dividida en minifundios, fue un error arrancar los olivos que la poblaban porque se aceleró el proceso de desertización. No hay ni un solo río ni arroyo. Los griegos la llamaron Melita, la isla dulce.
Visitada por accidente por san Pablo, conquistada por árabes y bizantinos hasta
que en 1282 pasa a la corona de Aragón, para ser cedida posteriormente por
Carlos I a los caballeros de la orden de Malta. Conquistada más tarde por
Napoleón y por el Imperio británico en 1814, se hizo independiente en 1964, es
una república desde 1974 y se incorporó a la Unión Europea en 2004.
La isla de Malta es inquietante, distinta, a veces
maravillosa y otras, insoportable. Nada
que ver con otras del Mediterráneo. Posee más coches que viviendas, lo que,
junto a la remodelación de las carreteras, produce continuos atascos. Parece un
parque temático sacado de la factoría Playmobil, que tiene su sede allí. A
pesar de su pequeñez, tiene de todo: acantilados, monumentos megalíticos, restos
romanos, catacumbas, casas normandas y de origen otomano e iglesias barrocas con cúpulas que imitan a las
del Vaticano. Y muchos museos dedicados a las armas y a las guerras. Hasta la lengua es una mezcla extraña de árabe y fenicio con alfabeto romano. Llana
y árida, la vegetación a finales de mayo correspondía al mes de agosto. Apenas hay playas de arena y son artificiales.
La entrada a La Valeta, muy reconstruida, es espectacular, y pasear por sus calles, mezcla de oriente y
occidente, tiene un encanto extraño; se tiene la sensación de dejá vu, porque
en ella se han rodado películas como Gladiador, Ágora o Troya.
En la actualidad, Malta es un país emergente y en construcción
con un IVA por debajo del resto de Europa, muchas multinacionales se han
beneficiado de este semiparaíso fiscal, y algunos casinos online tienen allí su
sede. Además de alumnos que van a estudiar
inglés, reciben muchos inmigrantes titulados, sobre todo enfermeras y médicos,
porque allí gobiernan "los rojos" y están llevando a cabo muchas
políticas encaminadas a conseguir un estado de bienestar, que comienza
dedicando mucho dinero a la sanidad y la educación.
Me sorprendieron sus monumentos megalíticos, anteriores a
los Stonehenge y Las llamadas Venus de Mal'ta, alrededor de 30 estatuillas femeninas de
diferentes formas que se encuentran en el Museo Arqueológico y datan del Paleolítico. Gorditas entrañables en las que parece haberse inspirado el escultor Botero. Se puede observar que el aspecto que presentan coincide con el desnudo de muchas de las viajeras del grupo.
Malta fue también el refugio de Caravaggio y en su catedral
se encuentra el impresionante y teatral cuadro Decapitación del Bautista.
Estaba como en casa, oyendo continuamente el nombre de mi
pueblo, Villena, porque la guía citaba
continuamente a uno de los maestres de la orden de Malta entre 1722 y 1736, de origen portugués,
Manuel de Villena, Durante su
maestrazgo, impulsó un ambicioso proyecto de obras públicas, entre las que cabe
destacar la remodelación completa de la ciudad de Florinana por lo que aquella fue conocida
como borgo Vilhena, y las llevadas a cabo en las murallas de la ciudad de Mdina,
cuya puerta monumental lleva las armas del gran maestre sobre el arco de entrada. En 1731, ordenó la construcción del Teatro
Manoel, el tercero más antiguo de Europa en funcionamiento, y actualmente
Teatro Nacional de Malta.
No creo que vuelva a Malta ni a viajar con la Comunidad de Madrid. Pero ya sabemos que nunca se puede decir de esta agua no beberé. No me puedo imaginar el calor tiene que hacer allí en el mes de agosto.
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