martes, 25 de agosto de 2015

Sol de los ángeles


Qué podría decirte, qué ofrecerte que te merecieras, sol de los ángeles, sólo soles para este día que espero pases mejor que otros.

    Gotas de miel y ámbar en el aire

          ondas de plata y oro que llegan a la playa 

             y a las suaves dunas doradas

                el surtidor de campanitas de cristal

                    que llenan todo el espacio vacío

                        el aire que alienta en la sombra

                            y da la vida cálida, cercana

                               el latir incesante y veraz

                                  la luz invisible que nunca se apaga

                                     y más allá y más alto y más dentro

                                        y más hondo y más grande, más grande

                                            y sin fin y sin fin y sin fin y sin finnnn

                               

                

         




sábado, 11 de julio de 2015

Obras son/sin amores

Otra vez estoy de obras, esta vez en casa de mi madre. Lo que parecía un lavado de cara se ha convertido en una reforma total: los cables estaban forrados de tela y las tuberías eran de plomo. Por ahora estamos en la fase de destrucción.
 "Por sus obras los conoceréis", decían los evangelios: ¿será que por el tipo y frecuencia de las reformas domésticas se conoce a la gente? O quizá: "Por sus sobras los conoceréis": la basura que producimos nos delata. O por lo que nos sobra: cuando decimos "me sobra todo", ya se sabe. Y sobrar viene de superare: me supera, me sobra.  Conclusión: obras sin amores no son buenas razones. 

martes, 30 de junio de 2015

Timo de "la siembra" en el cajero

Uniendo esta entrada con la anterior. Otra de las cosas buenas de Malta es la ausencia de delincuencia y la tranquilidad con la que vas despreocupándote del bolso.

Ayer fui a sacar dinero del cajero del  banco y sufrí un intento de robo por el método, según he leído en internet, de “la siembra” de billetes. Me he librado por poco, porque el cajero iba lento y el ladrón actuaba solo. Me equivoqué con la primera operación y observé como un chico joven con barba se situaba a mi derecha y no me quietaba ojo. No le di importancia, pensé que estaba harto de mi demora y, además, desapareció pronto de mi ángulo de visión. Cuando esperaba la cantidad solicitada, oí detrás de mí una voz extranjera que gritaba: “Señora, señora” y vi que una mano se introducía por mi izquierda tirando dos billetes al suelo, uno de diez euros y otro de cinco.  Instintivamente miré al dinero, que no respondía a lo que intentaba sacar,  y al individuo, que era el mismo de antes, joven, delgado, con barba pelirroja y bien vestido. En un segundo se dispararon mis alarmas y me di cuenta de que iba a robarme. No me agaché y tapé con mi cuerpo la salida del dinero y lo recogí. Salió escopetado. Me quedé temblando y sin saber qué hacer. Me había librado por los pelos.
Su impericia me salvó, él contaba con que el dinero saldría en el mismo momento que tiraba al suelo el dinero, que yo me agacharía y él aprovecharía ese movimiento para robarlo. Por lo menos los que se dedican a estos timos-robos no son violentos.
Todo ocurrió a las doce  del mediodía, en la calle Fuencarral y rodeada de gente. Así que recomiendo a todo el mundo que sea cauto y anule la operación ante cualquier sospecha. Vigilad que no haya ningún sospechoso cerca, cubrid bien las teclas para que no se pueda ver el número que marcáis y no atendáis a las palabras de nadie hasta no haber guardado dinero y tarjeta. Si tenéis más de 60 años, sois los objetivos preferidos de estas bandas. Mejor sacad el dinero dentro de las sucursales o en compañía de algún familiar.
En internet he leído que normalmente van en grupo y hay dos modalidades de siembra: memorizar el pin, llevarse la tarjeta y darte el cambiazo por otra para luego vaciarte la cuenta, y/o recoger el dinero mientras te agachas. 

jueves, 11 de junio de 2015

Viaje a Malta con la Comunidad de Madrid (mayores de 60)

La vida se va en un pispás, empiezas viajando en Mundo Joven y acabas en Mundo Senior, sin saber muy bien en qué se te han ido los años intermedios. Era la primera vez que viajaba con un grupo tan homogéneo: todos mayores de sesenta años. Y no me ha gustado, prefiero la diversidad, que haya personas de distintas edades y condiciones como en la vida misma. Además, ahora prefiero calidad en los servicios, por lo menos que el hotel esté céntrico y reúna las condiciones mínimas, porque ahora me canso, duermo mal y no me importa gastarme un poco más. Elegí el viaje porque pensé que, al viajar fuera de temporada, el grupo sería reducido; craso error, porque estaba masificado. La mayorista es Panavisión y a esta agencia hay que achacarle los fallos en el viaje para que los pueda subsanar, porque la Comunidad de Madrid es el cebo, no pone un euro: el pequeño descuento recae en las propias agencias que venden más al cobrar un poco menos. El paquete turístico presenta pensión completa, lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes: te lo dan todo hecho, pero a cambio te impiden tener tiempo libre y degustar la cocina local. El tiempo se nos iba esperando que los del otro grupo, parece ser de viajes del Corte Inglés, alojados más cerca de la civilización, se reuniera con nosotros. Además, el grupo era demasiado numeroso (48 personas) y era imposible enterarte de las explicaciones. La guía, Rita, es una gallega muy competente que aparece en el programa de televisión Españoles por el mundo (2011).

El hotel, Sunflower, pequeño, cutre, aislado en la zona alta de Bugibba, dejaba mucho que desear: el colchón no tenía protector, las sábanas no eran del tamaño de la cama y tenían, como las toallas, un tono gris. La manta, de un marrón sospechoso,  parecía de la  segunda guerra mundial. La cortina del baño era pequeña y el baño se inundaba. La luz cenicienta. La televisión pequeña y antediluviana. Todo anclado en los 90. La piscina pequeña, rodeada de butacas desgastadas por el uso. Supongo que ideal para viajes de estudiantes, pero inaceptable para personas mayores.

Malta
El archipiélago es el país más habitado y pequeño de Europa. Apenas un peñasco de 316 metros de superficie con una imponente fortaleza (si siguen construyendo al ritmo actual  se quedarán sin terreno para cultivar). Lugar propicio para la caza (de ahí la fama de sus halcones) y el pirateo. Dividida en minifundios, fue un error arrancar los olivos que la poblaban porque se aceleró el proceso de desertización. No hay ni un solo río ni arroyo. Los griegos la llamaron Melita, la isla dulce. Visitada por accidente por san Pablo, conquistada por árabes y bizantinos hasta que en 1282 pasa a la corona de Aragón, para ser cedida posteriormente por Carlos I a los caballeros de la orden de Malta. Conquistada más tarde por Napoleón y por el Imperio británico en 1814, se hizo independiente en 1964, es una república desde 1974 y se incorporó a la Unión Europea en 2004.
La isla de Malta es inquietante, distinta, a veces maravillosa y otras, insoportable. Nada que ver con otras del Mediterráneo. Posee más coches que viviendas, lo que, junto a la remodelación de las carreteras, produce continuos atascos. Parece un parque temático sacado de la factoría Playmobil, que tiene su sede allí. A pesar de su pequeñez, tiene de todo: acantilados, monumentos megalíticos, restos romanos, catacumbas, casas normandas y de origen otomano e  iglesias barrocas con cúpulas que imitan a las del Vaticano. Y muchos museos dedicados a las armas y a las guerras. Hasta la lengua es una mezcla extraña de árabe y fenicio con alfabeto romano. Llana y árida, la vegetación a finales de mayo  correspondía al mes de agosto.  Apenas hay playas de arena y son artificiales. La entrada a La Valeta, muy reconstruida, es espectacular,  y pasear por sus calles, mezcla de oriente y occidente, tiene un encanto extraño; se tiene la sensación de dejá vu, porque en ella se han rodado películas como Gladiador, Ágora o Troya. 


Sus habitantes son ultra católicos (no existe el divorcio) y en la isla existen unas 365  iglesias, una para cada día del año, las calles y las casas están llenas de santos y vírgenes de dudoso gusto. Se mantiene envuelta en un sabor inglés, se conduce a la izquierda y están en uso las cabinas y los buzones de color rojo, hace poco que han retirado los autobuses urbanos antiguos. Otra curiosidad es la numeración en herradura de las calles de la Valeta con los números seguidos.  Los dulces y  helados son variados y exquisitos, como la bebida nacional (que habría que importar) kinnie, mezcla de hierbas que recuerda el sabor de la Coca-Cola y el regusto amargo del bíter.

En la actualidad, Malta es un país emergente y en construcción con un IVA por debajo del resto de Europa, muchas multinacionales se han beneficiado de este semiparaíso fiscal, y algunos casinos online tienen allí su sede.  Además de alumnos que van a estudiar inglés, reciben muchos inmigrantes titulados, sobre todo enfermeras y médicos, porque allí gobiernan "los rojos" y están llevando a cabo muchas políticas encaminadas a conseguir un estado de bienestar, que comienza dedicando mucho dinero a la sanidad y la educación.  
Me sorprendieron sus monumentos megalíticos, anteriores a los Stonehenge y Las llamadas Venus de Mal'ta, alrededor de 30 estatuillas femeninas de diferentes formas que se encuentran en el Museo Arqueológico y datan del Paleolítico. Gorditas entrañables en las que parece haberse inspirado el escultor Botero. Se puede observar que el aspecto que presentan coincide con el desnudo de muchas de las viajeras del grupo.   


Malta fue también el refugio de Caravaggio y en su catedral se encuentra el impresionante y teatral cuadro Decapitación del Bautista.



Estaba como en casa, oyendo continuamente el nombre de mi pueblo, Villena, porque la guía citaba continuamente a uno de los maestres de la orden de Malta entre 1722 y 1736, de origen portugués, Manuel de Villena, Durante su maestrazgo, impulsó un ambicioso proyecto de obras públicas, entre las que cabe destacar la remodelación completa de la ciudad de Florinana  por lo que aquella fue conocida como borgo Vilhena, y las llevadas a cabo en las murallas de la ciudad de Mdina, cuya puerta monumental lleva las armas del gran maestre sobre el arco de entrada. En 1731, ordenó la construcción del Teatro Manoel, el tercero más antiguo de Europa en funcionamiento, y actualmente Teatro Nacional de Malta.

No creo que vuelva a Malta ni a viajar con la Comunidad de Madrid. Pero ya sabemos que nunca se puede decir de esta agua no beberé. No me puedo imaginar el calor tiene que hacer allí en el mes de agosto. 
  Para saber más

viernes, 15 de mayo de 2015

Te dejo es jódete al revés, Purificación García

Te dejo es jódete al revés (2012) me lo recomendó Angeloxo hace un par de años y asombrada por su título, casi un palíndromo que rezuma verdad, lo leí entretenida, divertida y, por qué no decirlo,  un poco envidiosa. La autora, señorita Puri, empezó de bloguera y ha terminado escribiendo dos libros. No me extraña, con su verborrea digna del Club de la Comedia o de Manolito Gafotas, contagia alegría de vivir por los cuatro costados, es capaz de sobrevivir con sentido del humor a todas las desgracias cotidianas que nos acechan. Me gustó sobre todo la primera parte, no tanto la segunda que me resultó algo empalagosa, escrita con el subidón de hormonas de la maternidad.. 
Lo recomiendo para estos días calurosos que se avecinan, con una cerveza muy fría en la mano. Y se lo regalaría, si me hubiese atrevido a pasar por su librería, al escritor José María Mijangos, para que incluya al personaje en alguna novela suya.

“Respecto a la foto, ni de broma. "Si me sacan de espaldas se pierde la magia del anonimato, no me ponen cara, pero me ponen culo, que es peor (porque no tengo el de las mamachicho). Dejemos que la gente viva con la fantasía, porque si les decimos que los reyes magos son los padres y que compran los juguetes en el Lidl los conviertes en carne de psicólogo para los restos. Y, sobre todo, en el trabajo no saben que utilizo los ordenadores para hacer un blog y me la puedo jugar y con la reforma laboral se lía la mundial. Como dijo Aznar: you know now. Un besito".

Su blog se llama Señorita Puri, acuda a la caja 7

martes, 12 de mayo de 2015

Pesapersonas el Gordo y el Flaco

 En Tánger, en el boulevard  Pasteur, en un consultorio telefónico rodeado de fotocopiadoras, me encontré con esta báscula de monedas,  modelo años 50, que tiene la peculiaridad de presentar la imagen de El Gordo y El flaco como reclamo.

Como, en vez de locutorio, puse consultorio, me ha llegado el siguiente mensaje:
"Un hallazgo lo de la báscula, digno del Celtiberia show de Carandell por afinidad norteafricana del Protectorado. Lo del "consultorio telefónico" no queda claro si es por locutorio o si realmente allí se hacen consultas por medio del teléfono, o sobre teléfonos. Suena también al "Consultorio radiofónico de Marta Regina", antecedente de la Sra Francis."

Aleluyas para estudiar la vida y obra de los escritores

Pongo como ejemplo estas «Aleluyas de Pío Baroja» que se distribuyeron como encarte del número monográfico de la revista Índice (número 70-71, enero-febrero de 1954). Imitaban las aleluyas impresas, tan populares en los siglos XVIII y XIX, que vendían los buhoneros y recogían toda clase de noticias, acontecimientos o informaciones. Su autor Eduardo Vicente (1009-1968) que había participado en las Misiones Pedagógicas , fue un descubrimiento de Eugenio D´Ors y uno de los primeros componentes de la llamada “Escuela de Madrid”. Se le recuerda sobre todo, por sus estilizadas y certeras imágenes de la ciudad, dibujadas a tinta y con leves fondo de acuarela.
Pío Baroja, Jose-Carlos Mainer, Taurus (2012).
La primera imagen es la que he encontrado en google. La segunda está escaneada del libro El Madrid de La Busca, publicación del Ayuntamiento de Madrid, 1987; si se agranda la imagen se puede ver un poco mejor.









viernes, 8 de mayo de 2015

Lilith, la primera feminista de la creación

Fausto.- ¿Quién es esa?
Mefistófeles.- Mírala bien. Es Lilith.
Fausto.- ¿Quién?
Mefistófeles.- La primera mujer de Adán. Guárdate de su hermosa cabellera, la única gala que luce. Cuando con ella atrapa a un joven no lo suelta fácilmente.
(Goethe, Fausto)
Lilith es una diablesa posiblemente de origen asirio-babilónico, que pasó a tener una posición relevante en la demonología hebraica.  Originalmente, en la tradición oriental, como princesa de los súcubos, fue, en primer lugar, una seductora y devoradora de hombres, a los que atacaba cuando estaban dormidos y solos. En segundo lugar fue un espíritu maligno que atacaba a las parturientas y a los recién nacidos.
En una versión transmutada de esta leyenda surge en un Midrás del siglo XII donde Lilith aparece como la primera compañera de Adán. Según esta tradición judía, Eva no fue la primera mujer de Adán ni tampoco la primera de la creación. Antes de Eva estuvo Lilith. Para el sexto día de la creación Dios ya había creado a Adán, incluso a todas las bestias, mas no a la mujer. Cuando Dios le presentó las bestias para que las nombrara, Adán se dio cuenta de que algo no cuadraba. Todas venían en pareja, un macho y una hembra por cada especie. Adán, que para entonces era un hombre hecho y derecho, copuló con cada una de las hembras en el que es tal vez el primer episodio conocido de zoofilia. Como no encontró satisfacción en el acto, le hizo el reclamo a Dios: cómo era que todas las criaturas tenían pareja menos él. Él, que era la obra cumbre de su creación. Dios remedió la injusticia creando a Lilith que fue formada del mismo modo que Adán. No a imagen y semejanza de Adán sino a imagen y semejanza de Dios. Y no sacándola de una costilla, como si fuera un humano de segunda generación, clon del modelo original, sino moldeándola con el mismo barro que había usado para crear a Adán,  era igual a Adán. Tal vez por eso nunca se llevaron bien. Dios, tan paciente con los desmanes de la libido de Adán que había fornicado con todos los animales, tan comprensivo que hasta le procuró una solución, no entendía de necesidades femeninas. A Lilit la condenó. Y su castigo fue hacer que murieran cien de sus hijos cada día. Desde entonces, dicen las tradiciones judías, Lilit se venga matando niños. Dicen. Y uno se la imagina vagando por los montes, despeinada y de blanco, traslúcida como un fantasma, lamentándose por sus hijos y preguntándose ¿Dónde están mis hijos? Uno se imagina que el alma en pena de la Llorona es Lilit, la primera feminista de la creación.
Pero entonces Dios, quizás para aliviarle el despecho a Adán que otra vez se había quedado solo, sacó a Eva de su costilla. Un ser humano de segunda generación y subsidiario del hombre, y al mismo tiempo tan perverso y dañino que fue capaz de perder a toda la humanidad. Y fue Eva quien dominó el concepto de mujer en el imaginario occidental.

Rosa Montero, Historias de mujeres

jueves, 7 de mayo de 2015

Juan Ramón Jiménez, un escritor al borde de la locura

La distinción entre la cordura y la locura es más estrecha que el filo de una navaja 
Philip K. Dick

En internet encontramos una lista de escritores al borde la locura, entre los que figuran Virginia Woolf, Paulo Coelho, Marqués de Sade, William Blake, Artaud,  Hölderlin, Leopoldo María Panero, Maupassant, Martín Adán, Gérard de Nerval. Podríamos añadir a Bukowski y William Burroughs y muchos más.  De alguno de ellos he hablado en El club de los escritores suicidas y Escritores alcohólicos y adictos.

Entre los escritores españoles, la figura que más me ha impactado ha sido la de Juan Ramón: "He sido niño, mujer y hombre; amo el orden en lo exterior y la inquietud en el espíritu; creo que hay dos cosas corrosivas: la sensualidad y la impaciencia; no fumo, no bebo vino, odio el café y los toros, la relijión y el militarismo, el acordeón y la pena de muerte; sé que he venido para hacer versos; no gusto de números; admiro a los filósofos, a los pintores, a los músicos, a los poetas; y, en fin, tengo mi frente en su idea y mi corazón en su sentimiento”. Estas palabras suponen el retrato de un antiespañol que tenía todos los números para que le ridiculizasen y se burlasen de él. Fuera de la melancolía que rezuman sus versos, nadie diría, si no lee su biografía,  que estuvo inclinado al suicidio, que sufría crisis nerviosas, tal vez fruto de su polaridad, que le hundían en la depresión. El neurasténico JRJ pasó largas temporadas en clínicas y balnearios, tenía la necesidad obsesiva de silencio y una tendencia al aislamiento que le hacía hosco y esquivo. 

"Mi peor necesidad es la del aislamiento absoluto de todo lo vivo, para mi trabajo, no para mi creación, que esa no es trabajo para mí (ya dije en un aforismo mío que sólo la creación vence el ruido de la Creación), sino para mi ordenación del caos porque necesito oír el Cosmos, cuyo ruido difuso y completo, como el de la vida, no me molesta. Nada que viva, una persona, un gato, una hormiga puedo tolerarlo mientras ordeno y vijilo mi instinto. Esta absoluta necesidad, sí o no absoluta, es lo que me ha hecho molestar más a mi familia, que siempre la tuve alarmada. Yo siempre he comprendido que los demás tuvieran las mismas necesidades de espacio y tiempo que yo, pero el hecho era inevitable. He mendigado el silencio, lo he impuesto, todo lo he concedido a mi destinada vocación, ya que creo que el mayor crimen del mundo es deformar una vocación".

"Yo nunca busco el defecto, lo encuentro en mí, en todos y en todo, pero me gusta el defecto, cuando es falta y no es sobra, no es ripio. Yo siempre veo la parte débil, fea o ridícula en mí y en los otros, como la parte bella. En conjunto me gusta mucho la sociedad de dos, de tres y, sobre todo, de uno. Más, no. Como los hombres son más parecidos a mí, prefiero las mujeres, los niños y todo el resto de la creación. Entre los que me gustan, soy alegre, triste entre los que no me gustan y triste cuando estoy solo. Lo que prefiero en la vida es la simpatía."

¿Qué hubiese sido de este escritor si no hubiese conocido a Zenobia? Él, como otros hombres, tuvo la suerte de encontrar a la compañera ideal de vida, una mujer inteligentísima, culta, vital, que se encargó de cuidarlo y de guiarlo, con un sentido práctico del que él carecía, por el tortuoso camino de la vida. Para ello tuvo que sacrificar su vocación literaria. Por lo menos, una vez muerta, JRJ lo supo reconocer:

“A Zenobia de mi alma, este último recuerdo de su Juan Ramón que la adoró como a la mujer más completa del mundo y no pudo hacerla feliz . Sin fuerza ya”


Sr.D.J.R.J.
‘‘Mi más querido amigo:
Está usted ya aburrido de que sus «compañeros» digan o escriban tonterías sobre usted y su vida, ¿verdad? Esa vida de usted que, según ellos, no es vida porque usted no va a la C. del H, ni a R, ni a las casas de prostitución.
Tiene usted razón. Le voy a contar a usted mi vida para que vea que se parece mucho a la de usted. Un día: Me levanto a las nueve. Hijiene. Desayuno. A mi terraza a saludar el día. A sonreír a mis flores, a regar, a ver las campanillas de anoche. Viene S.C.G. Conversación: Irlanda. Poetas irlandeses. Patagonia. Remonta: caballos. Dos horas de trabajo en mi cuaderno 6. Almuerzo con mi mujer y una amiga. Una hora de desechar papeles, libros, etcétera. Viene J.B. Me lee sus «Filólogos». Voy al Hotel Savoy, a visitar a las damas chilenas D.a A.L.N. y D.a L.L. de R. Conversación: Chile, Argentina, Poética, Literatura, vida social. Un largo paseo por la parte del Botánico, Museo, en una puesta de sol. Dos horas de trabajo de creación. Cena. Terraza. Disfrute del cielo estrellado, de la brisa. Dicto a máquina lo que he escrito antes. Una hora de lectura. Me acuesto a la una.
Otro día: Escribo dos cartas. Paseo por las afueras: Guindalera. Almuerzo con mi mujer en casa de M. con ellos y sus hijos. Desecho papeles. Voy a casa de B.P. a ver sus cuadros. A la imprenta, a gozar de la maquinaria. Paseo por Rosales, entre el pueblo. La librería. Dos horas de trabajo. Ceno en mi terraza con mi pensamiento. Me acuesto a la una y media.
Todo esto sobre la normalidad del amor pleno y junto a mi mujer fina, espiritual, graciosa, contenta, en una casa modesta y suficiente que me retiene, con sus butacas, sus librerías, sus mesas, sus grandes ventanas, sus biombos, sus flores.
Así soy feliz y así seguiría siéndolo por siglos aunque a ciertos poetones y poetitas les parezca poco o demasiado o... o... ¡Oh!
No voy a... a... a... porque no me gusta ir. Razones... de hijiene. Tengo que darle la mano a... ¿Qué hago yo con mis manos toda la tarde?
Me aburren mis compañeros. Prefiero jente estraña que me habla de otras cosas. Detesto la calle de Carretas, de La Montera, de Silva, de Jacometrezo. Además: detesto la cerveza, no me gusta el café, me fastidia el tabaco, no leo diarios, no sé de toros, de militares, de plumas estilográficas, de radiografías...’’
J. R. J.
[Carta de Juan Ramón a sí mismo,tomada de Poesía, revista ilustrada de información poética, nº 13-14, Invierno 1981-82. Ministerio de Cultura]

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cantos de parida sefardíes, memoria de licenciatura, 1977


A veces hacemos cosas absurdas que nos llevan mucho trabajo y no sabemos si servirán para algo. Lo que viene a continuación es un ejemplo de ello. Me he empeñado en editar a mi manera en mi blog (espacio libre donde todo cabe porque yo hago todos los trabajos:  redactora, directora y editora) la memoria de licenciatura que presenté en la UCM en 1977 con el título de Cantos de parida sefardíes, conjunto de canciones  para velar a la madre y al niño en los ocho días que transcurren desde el nacimiento hasta la circuncisión. " ¡Menuda antigualla!, eso no le interesa a nadie", dirán los pocos lectores que tengo. Tenéis razón, lo es tanto por el tema como por el estilo de la redacción y la precaria edición. Pido disculpas, no supe hacerlo mejor. Además, las fotocopias que conservo no tienen suficiente calidad, presentan unas manchas sospechosas y algunas líneas son ilegibles. Pero el trabajo se quedó a medias y, tal vez, si algún interesado en estos temas lo encuentra, le sirva para ponerlo al día y completarlo. No pude hacerlo entonces porque me quedé esperando una beca de investigación que nunca llegó. 

Mi trabajo duró un año repleto de sinsabores. Recuerdo que en la exposición de la tesina fui felicitada por el tribunal que confesó habérselo pasado muy bien leyendo las costumbres sefardíes porque las desconocía. Les sorprendió el título Cantos de parida, porque lo asimilaron a despropósito o simpleza y se olvidaron de que se refería a una hembra que hacía poco tiempo que había parido. A ellos les hubiese gustado otro título que evitase las confusiones. Han pasado muchos años y ya no sorprende a nadie. Muchas de estas canciones han sido recogidas por grupos musicales y cantautores que las han dado a conocer a un público general, siempre minoritario, porque de la literatura sefardí no se habla en ningún libro de texto y no creo que los profesores de literatura española inviertan ni un minuto en explicarlas en clase.

La tesina pretendía ser una aproximación al estudio de estos cantos y presenta tres fases: Un breve resumen del marco folclórico en el que se desarrollaban y la ceremonia religiosas en que se cantaban; la recopilación de los distintos textos dispersos en colecciones de Oriente y Occidente; y, por último, la agrupación y clasificación de  textos.
Solo encontré 15 canciones diferentes, compuestas por autores cultos y de tradición popular,  la mayoría de ellas de la tradición oriental, con muchas variantes, lo que indica la popularidad que obtuvieron. Salvo excepciones, ninguna de ellas presenta, salvo en la métrica irregular con predominio del octosílabo,  una relación directa con las canciones españolas del mismo tema, por lo tanto son de creación sefardí. Tampoco hay relación entre la tradición de oriente y occidente,  lo que permite deducir que fueron compuestas con posterioridad a la expulsión. Los textos más antiguos corresponden a finales del s. XVIII y XIX.

José Manuel Pedrosa explica muy bien que la tradición sefardí " es en realidad una tradición viva en que lo hispánico viejo y moderno se mezcla con lo puramente sefardí y con lo que procede de otras tradiciones. Y de una forma muy original y característica, porque, para ingresar en la órbita sefardí, toda muestra de folclor foráneo debe pasar, como acabamos de ver con nuestra canción, por un proceso (que se ha llamado «de sefardización») de variación y de adaptación al léxico, poética y mundo de recurrencias culturales sefardíes".  Aporta también datos, desconocidos por mí entonces y muy importantes, que indican que la composición de estas canciones empezó antes de la expulsión:
"La inquisición manchega procesaba, por su parte, a un grupo de mujeres criptojudías que confesaban, entre otras cosas, cantar canciones «de parida» después de los alumbramientos de niños en su círculo social. Y las de Madrid y Cuenca arrancaban también a criptojudíos del siglo XVII canciones que debían estar muy difundidas entre ellos, como las de ¿Si es venido, no es venido el Mesías prometido? Que no es venido.
O bien la de Alegrías, ¡Pues no ha venido el Mesías! Yo tengo gusto en decillo pues el Mesías no ha venido.
Todo este espigueo de antecedentes documentales señala a los judíos españoles, a los criptojudíos del interior y a los primeros descendientes exiliados de judíos españoles como cultivadores, desde antiguo, de una literatura oral muy rica y variada. La continuidad e incluso la renovación y la ampliación de este repertorio en las comunidades sefardíes de Oriente y del norte de África que se ha producido hasta este mismo siglo XX seguro que confirmará esta impresión".



Para saber más:

domingo, 26 de abril de 2015

El próximo instituto: Abel Martínez

Abel Martínez ha sido abatido a la puerta de un aula por un alumno.  Yo también solicito que el próximo instituto que se construya lleve su nombre.

“EL MUNDO”, viernes 24 de abril de 2015
HOMENAJE A UN PROFESOR HÉROE
       Sr. Director:
            Se llamaba Abel Martínez, pero eso a casi nadie le interesa. Era, según dicen, de Lérida y tenía 35 años. Trabajaba como profesor de Historia en un instituto de Barcelona y murió en acto de servicio. Cayó abatido a la puerta de su aula, cuando acudía a poner orden en un incidente escolar. Fue muerto (¿podré decir asesinado?) por un estudiante incontrolado del que lo sabemos casi todo y por el que todo el mundo –desde jueces a periodistas, pasando por psicólogos y políticos- está muy preocupado. Nadie sabe nada (ni importa, al parecer) de Abel y su familia, de sus padres o hermanos, de su novia o tal vez de sus hijos.
                Era un profesor. Si hubiera sido un militar caído en lejanas tierras, habría ido a buscar su cadáver el ministro del ramo, se le habrían hecho honores de Estado y seguramente le habrían condecorado con distintivo rojo o amarillo, vaya usted a saber. Pero Abel era, simplemente, un profesor. Un profesor interino, para más inri. El primer docente muerto en las aulas en nuestro país no se merece el oprobioso silencio, el incomprensible ninguneo que le han dedicado los medios de comunicación. Así que solicito desde aquí que el próximo instituto que se inaugure en España lleve el nombre de Abel Martínez, y que se conceda al profesor leridano, a título póstumo, la Cruz de Alfonso X el Sabio.
                                                                                                Luis Azcárate Iriarte.  Pamplona


Abel Martínez Oliva fue un héroe, pues como tal murió. Estaba impartiendo su clase, junto a otra en la que escuchó un gran alboroto. Salió para intentar arreglar la situación y se lo pagaron matándolo de una puñalada en el abdomen. Si hubiera sido más egoísta y se hubiera escondido seguiría con nosotros. Todos los periódicos hablan del precoz homicida y de sus traumatizados compañeros. Yo me acuerdo de Abel. Él fue la verdadera víctima de este sinsentido. ¿Es que acaso una vida de 35 años vale menos que una de 13? Proteger a los menores no es darles carta blanca. Me resulta imposible asimilar que alguien cometa el peor de los crímenes, el homicidio; privar a otro de la vida, de todo, y que eso no tenga ninguna consecuencia penal. Abel tenía padres, familia, amigos, puede que pareja y muy bien podría haber tenido hijos. Ya no le queda nada. Su muerte quedará impune y se dirá que lo mató un menor, que lo mató un enfermo. ¡Qué socorrida resulta la enfermedad para explicar lo inexplicable! Enfermedad es el nuevo eufemismo de maldad. Y los profesores seguirán siendo la diana de adolescentes que no tienen nada que perder.— Javier Guijarro Martínez. Molina de Segura, Murcia.

viernes, 24 de abril de 2015

El secreto peor guardado

“Para terminar, una confesión: los artículos los escribes tú, ¿verdad, pillina? como hacías con nosotros y luego repartes los nombres de los chavales aleatoriamente, porque me extraña que un rumanito escriba así de bien jejeje. Oye ojalá me equivoque y sea de verdad; pero... Mari, ya nos conocemos jajajaja.”
Su alumno David había descubierto una parte de la verdad, que siempre tiene mil caras. Se lo comunicó por e-mail cuando ella le pidió permiso para referirse a su blog en el periódico de los estudiantes de un prestigioso y reconocido periódico. Llevaba años participando en el concurso, preparando los temas, diseñando las páginas,  pidiendo la colaboración de sus alumnos y obligándoles a escribir una y otra vez los textos, hasta que estuvieran decentes. Empleó mucho tiempo libre y perdió muchas batallas. Nunca les dieron un premio, pero ella se sintió ganadora de la guerra final: muchos alumnos se entusiasmaron, colaboraron bien y descubrieron de esta manera el gusanillo de la escritura. De eso se trataba, de que se acercasen al mundo de la prensa y se interesasen por todo lo que había a su alrededor. Era consciente de que los profesores de los otros centros del concurso hacían lo mismo que ella, se servían de sus amistades para conseguir entrevistas que nunca hubiesen pasado por la mente de un adolescente y se rompían la cabeza buscando historias originales. El último  año, en el anuncio de los semifinalistas a toda plana del periódico, el de su instituto de Madrid estuvo en primer lugar y, en los premios nacionales, misteriosamente había pasado a un segundo. Se enteró de que una profesora, que había sido cocinera antes que monja, es decir, que había hecho lo mismo, la había delatado sin pruebas. Esta vil acusación consiguió que ninguna de las dos optase al premio final. Fue una gran injusticia, porque ese año sus alumnos redactaron ellos solos el mejor periódico y apenas necesitaron ayuda.

jueves, 23 de abril de 2015

"Fu de erretas" y el corrector impenitente

Maestro de la ortotipografía. Dotado de una vasta cultura, experto en griego y latín. Solitario e implacable, donde ponía el ojo veía la errata. Era un zahorí de errores, detector de fallos de racord, sabueso de faltas de ortografía, buscador incansable de antropónimos y topónimos mal escritos y peor situados. Dotado de una sensibilidad extrema para captar equivocaciones, descubrir incongruencias subterráneas y  muletillas metalíferas que encontraba en cualquier sitio: en  la portada de un libro, en una nota al pie de página, en la bibliografía, en el índice, porque no hay peor corrector que el propio autor y cuatro ojos ven mejor que dos. Daba igual que el texto fuese manuscrito, mecanografiado, o autocorregido por word. Llegó a asumir las funciones de un negro literario haciendo legibles textos infumables. Su paciencia era infinita, tanta como el malestar que creaba a su alrededor: el rojo utilizado en las correcciones acababa tiñendo también las mejillas avergonzadas de sus amigos escritores. Desempeñó este oficio no remunerado y poco reconocido unos pocos años. Lo abandonó súbitamente porque no pudo perdonar a la editorial el terrible fallo que cometió en su único libro al titular como "fu de erretas" la página de papel con las equivocaciones que su propio informático había creado.

martes, 14 de abril de 2015

La Marañosa en los sesenta

 
La finca La Marañosa, situada en el término municipal de san Martín de la Vega, es en la actualidad un Instituto Tecnológico Militar, cerrado al público general. A finales de los años cincuenta y principios de los  sesenta constaba de una fábrica de pólvoras y un laboratorio militar, creados en 1923, además de viviendas para jefes, oficiales y obreros. Allí, entre pinares y canteras, transcurrió la mayoría de mi infancia, hasta que mi padre pidió el traslado a Madrid, cuando yo tenía once años. Mis recuerdos de aquella época son confusos porque era una niña retraída que se aislaba en su propio universo y no se enteraba de lo que pasaba a su alrededor.
Los oficiales vivían agrupados en un recinto dotado de escuela, centralita, iglesia, salón de actos, botiquín, abastecedora (tienda de comestibles), bar, campo de fútbol y casino (el imperio). La mayoría de los obreros residían en El Poblado. La Fábrica y el Laboratorio estaban un poco retirados, supongo que para evitar posibles peligros. La comunicación con Madrid era diaria por medio de autobuses que dejaban en Cibeles y en Atocha.
Las viviendas unifamiliares de los jefes de más graduación constaban de tres alturas y disponían de un jardín y un huerto; el nuestro tenía un gallinero e incluso un estanque para patos vacío que cuidaba nuestro asistente Pedro, un hombre de campo que invariablemente desayunaba pan y leche. No pasábamos frío porque había calefacción central. En verano nos bañábamos en una piscina inmensa que hacía las delicias de todos a pesar de su color verde sospechoso. En la Escuela Nacional aprendí mis primeras letras con doña Concha, lo que no era fácil, porque no había bolígrafos y escribíamos con plumín y tintero. Detrás de nosotras se encontraba un recipiente con la leche en polvo de los americanos y, delante, el mapa de España con 54 provincias, incluidas Guinea, El Sáhara y Sidi Ifni.



En la mesa de la profesora descansaban los rostros exóticos de las huchas del Domund (un chino, un negro y un indio), rasgos difíciles de encontrar en la vida cotidiana. El desván de la casa era mi territorio mítico y allí, entre cachivaches viejos y trapos para disfrazarme, daba rienda suelta a mi imaginación. Si tuviese que poner un nombre a aquellos años lo haría con la palabra libertad: hacía lo que me daba la gana. Siempre entraba y salía de casa a mi antojo, sin ningún miedo y sin pedir permiso. No había ninguna puerta cerrada. Me encantaba columpiarme en el jardín y recoger los huevos que ponían las gallinas al atardecer.
Cuando mis padres volvían de Madrid, siempre me traían algo, casi siempre un tebeo y caramelos de la Viuda de Solano. Era bastante patosa, solo me gustaba el agua, aunque de un año para otro se me olvidaba nadar. No aprendí a tirarme de cabeza del trampolín más alto ni a jugar al baloncesto, ni a montar en bici como lo hacía mi hermana. Fue un tiempo feliz, de aprendizaje, en el que mis padres eran jóvenes y disfrutaban en reuniones con amigos y partidas de cartas en el casino.

Los recuerdos inconexos aparecen como diapositivas en blanco y negro. Mi primer yogur Danone, muy ácido y en envase de cristal, en el que era toda una aventura mezclarlo con el azúcar. Los helados de vainilla, que no pasarían en la actualidad ningún control sanitario, los vendía por las tardes de verano un hombre en una vespino con sidecar. Los primeros pantalones que solo llevaban las modernas. La televisión en la que pude ver el asesinato de Kennedy. Las películas de los cines de la Gran Vía de Madrid donde mi padre nos traía en verano una vez a la semana, cuando salía, deslumbrada por las luces, no sabía nunca qué dirección tomar. Los cortes de luz que me servían de pretexto para no hacer los deberes. El horror que sentía cuando veía cómo cortaban la cabeza a las gallinas del corral. Los regalos de Reyes que nos daban a todos los niños. Las películas, casi todas de vaqueros, de los sábados por la tarde y los cortos del dúo cómico el Gordo y el Flaco que ponían a los aprendices por la mañana. El soldado que venía con la comida en una bandeja tapada con un paño para que mi padre le diese el visto bueno. La vacuna de la polio en "Ca Matamoros". El gato que se comió al periquito que era mi mascota. La deliciosa mermelada de albaricoques, recién cogidos del árbol, que elaboraba mi madre, una cocinera estupenda. Los melones que mi padre se empeñó en cultivar aunque todo el mundo decía que era imposible, que en esa tierra no se daban; lo consiguió, salieron pequeños y deliciosos. El recadero que en una cesta de mimbre traía todos los días la compra desde Madrid. Las visitas de Carmen, que nos había cuidado de pequeñas, con sus hijas. El belén en el hueco de la chimenea con su falso río de plata y su verde musgo recién recogido. Mi amiga Carmen Gutiérrez. El esplendor de los lirios, los pétalos de los geranios que utilizaba como uñas postizas y las lentas filas de la procesionaria del pino. La nevera Frisan que acabó sus días funcionando con unos pulpos a modo de tirantes y la lavadora que ni aclaraba ni centrifugaba. La infernal cocina de carbón. El cine de verano al aire libre con un ruido de pipas ensordecedor. Cabria y Maldonado, factótums de la vida cotidiana. El primer tocadiscos de mi hermana. Las chocolatadas a ciegas y las carreras de sacos para paliar el frío de las fiestas de santa Bárbara...
Todo acabó cuando nos vinimos a Madrid a un piso que se nos hacía pequeño, donde mi madre se hacía morados en los brazos con los picaportes porque no calculaba las distancias y yo no podía salir a la calle sola. Solo las mañanas que pasaba en el museo del Prado del brazo de mi padre y la lectura de libros me rescataban del soberano aburrimiento de vivir encerrada.

He intentado buscar información en internet sobre La Marañosa en aquellos años y no he encontrado prácticamente nada. La fábrica fue demolida y muchos de sus objetos están en un Museo de Ingeniería Militar. Apenas unas fotos del imperio que ahora es un instituto de secundaria bilingüe. 
No he querido volver nunca, porque sé que todo me parecerá pequeño y muy cambiado. Es una asignatura pendiente que no aprobaré. Dicen que a los lugares en los que has sido feliz no debes volver.

La piscina 

Los trampolines 

El patio del imperio 



Aquí dejo otro enlace Revista FA-MA, Fábrica La Marañosa (1952-54)

Casarrubuelos, vergüenza ajena y propia

Me parece inaceptable que los profesores de un colegio de la Comunidad de Madrid hayan utilizado el WhatsApp para verter comentarios vejatorios sobre alumnos y padres del centro. Entiendo que hayan sido sancionados, es un problema interno.  Pero lo que no entiendo es por qué esos comentarios desafortunados del ámbito privado han pasado al espacio público. Lo que se dice fuera de contexto solo sirve para avergonzarnos a todos.  En la naturaleza humana está el errar, que los medios de comunicación se hagan eco de ello con tanto detalle me parece una exageración y no un ejemplo de transparencia. Los trapos sucios hay que lavarlos en casa, analizar las causas y ponerles remedio. Ya se demonizó injustamente por parte del PP a los profesores de la Pública por ser unos jetas y ahora lo hacen por ser unos deslenguados. Ya está bien. Si a un colectivo le aprietas tanto las tuercas, surgen estos problemas. Hay un tufo de venganza podrida. ¿Por qué se considera aceptable que alguien en un buzón de forma anónima destape la tapa de las alcantarillas? Yo no quiero saber el contenido de esas conversaciones como antaño no quise ver el vídeo erótico de un conocido periodista y me fastidió tener que oír las lamentables conversaciones de las cintas de los teléfonos pinchados. 

domingo, 12 de abril de 2015

Bento: táper en el museo Cerralbo

En una visita al museo Cerralbo me he encontrado, entre la infinidad de objetos que hay, con uno sorprendente: bento, un  juego de contenedores empleado para almacenar y transportar comida preparada para su consumo. El uso de cajas o recipientes apilables se inició en Japón hacia 1610. No me cabe la menor duda, esos cofres tradicionales de madera lacada son los antecedentes de los famosos táper, que por ser apilables, se diferencian de nuestras tarteras tradicionales. Táper, plural táperes, es la adaptación española del anglicismo tupper, que hace referencia a los recipientes de plástico popularizados por la empresa Tupperware.

sábado, 4 de abril de 2015

Desnudo en la bañera, Bonnard y John Banville


En la novela "El mar" del irlandés John Banville, el protagonista está trabajando en una biografía de Bonnard, en un momento del libro hace este recordatorio del origen de algunos de sus cuadros más famosos, los de la serie Desnudo en bañera. En la página 131 describe uno de ellos:

Desnudo en la bañera con perro

Se la ve echada, en colores rosa, malva y oro, una diosa del mundo flotante, estilizada, intemporal, tan muerta como viva, y junto a ella, sobre las baldosas, su perrillo marrón, su pariente, un perro salchicha, creo, enroscado y vigilante sobre su alfombrilla o lo que pueda ser ese cuadrado de escamas de sol que llega desde una ventana invisible. El angosto cuarto de baño que es su refugio, vibra a su alrededor, palpitando en sus colores. Los pies de Marthe, el izquierdo tensado al extremo de su pierna imposiblemente larga, parecen haber deformado la bañera haciéndole asomar un a protuberancia en la punta izquierda y debajo de la bañera, en ese lado, en el mismo campo de fuerza, el suelo tampoco queda alienado, y parece a punto de derramarse a la izquierda como si fuera no un suelo, sino una piscina en movimiento de agua moteada. Aquí todo se mueve, se mueve en la quietud, en un silencio acuoso. Uno oye caer una gota, una onda en el agua, un suspiro que queda flotando. En el agua hay  un trozo rojo óxido, junto al hombro derecho de Marthe, que podría ser óxido, o sangre incluso. Tiene la mano derecha sobre el muslo, inmóvil en el acto de la supinación, y me acuerdo de las manos de Anna sobre la mesa aquel día en que volvimos de ver al señor Todd. ( ...)

Un buen ejemplo para hacer descripciones de cuadros en clase.

viernes, 3 de abril de 2015

Revista FA-MA, Fábrica La Marañosa (1952-54)


El síndrome de Diógenes debe ser hereditario, porque a mis papeles atascados se han unido los de mis padres. He encontrado los treinta y un ejemplares del periódico FA-MA de la fábrica militar de La Marañosa de Santa Bárbara, publicados desde del 17 de octubre de 1952 al 25 de junio de 1954. No tenía ni idea de que existiese esta publicación, mi padre, Trinidad Cuéllar Caturla, no me habló nunca de ella. Francisco Lanza Gutiérrez fue el fundador y director hasta el número 22, en el que mi padre, entonces comandante,  se hizo cargo de la dirección como había hecho antes sustituyendo las ausencias del fundador. La mayoría de los colaboradores pertenecían al cuerpo de Armamento y  Construcción. La revista, sin imágenes, tenía al principio una periodicidad quincenal,  constaba de cuatro páginas y, a veces, seis u ocho. Pasó por varias fases, desde falta de colaboración hasta exceso. El título es la abreviatura, sui generis, de Fábrica Marañosa, "titulo bonito, sonoro y audaz".

Directores: D. Francisco Lanza Gutiérrez y Trinidad Cuéllar Caturla.
Redactores: D. Amador Porres; D. Antonio Casado Gómez, D. Maximino Antón Mínguez; D. Ramón Álvarez Gil; Francisco Chicote, Tomás Martínez Rodríguez y Félix Pérez.
Tipógrafo: D. Alfonso Jiménez Ortega.
Impresor: D. Venancio Mota Álvarez.

Tal vez en esta foto tomada en La Marañosa el 4 de diciembre de 1952 estén muchos de los redactores. Solo reconozco a mi padre en la segunda fila a la derecha.
En el primer número figura escrito a mano una tirada de 200 ejemplares a un precio de 55 pesetas.

Las colaboraciones debían cumplir los siguientes requisitos:
1)Tema libre, pero con preferencia los de carácter militar, técnico y humorístico.
2) Escritura clara y limpia a ser posible a máquina.
3) Extensión máxima tres cuartillas a doble espacio y por una sola cara.
4) El articulo o trabajo debe venir firmado por su autor aunque para su publicación se use seudónimo
5) Admitimos artículos o resúmenes extraídos de otras publicaciones siempre que se cite su procedencia
La finalidad de la revista era colaborar en una empresa que reflejase las preocupaciones de la comunidad. Dar información, divertir y "poder revivir las alegrías de nuestros amigos".
El balance del primer año de existencia fue el siguiente: "410 trabajos, 29 redactores y colaboradores, 105 artículos de temas varios: anécdotas y chistes, jeroglíficos y pasatiempos, poesías, notas editoriales, anuncios, cartelera de cine y advertencias". Curiosamente,  en el nº 9,  se hace un llamamiento a que las mujeres escriban y lo hacen en el siguiente.
Cuéllar introdujo temas filosóficos y animó a participar también a los maestros y a los obreros. "Un periódico de todos y para todos". En el último número se augura el final: han desaparecido los fundadores y se ha perdido el entusiasmo. "Sin colaboradores no habrá periódico. Si el periódico se hunde, la culpa es de todos" ("Reflexiones").
Me temo que los que colaboraron en este proyecto, tan idealista y extraño para la época, han desaparecido. Los ejemplares que poseo deberían estar en una hemeroteca. Solo he escaneado (muy mal, por cierto, no sé hacerlo mejor) el primer número para tener una idea de la publicación. Quien esté interesado que se ponga en contacto conmigo. También incluyo un programa de fiestas de 1953.