Uniendo esta entrada con la anterior. Otra de las cosas
buenas de Malta es la ausencia de delincuencia y la tranquilidad con la que vas despreocupándote del bolso.
Su impericia me salvó, él contaba con que el dinero saldría
en el mismo momento que tiraba al suelo el dinero, que yo me agacharía y él aprovecharía ese movimiento para robarlo. Por lo menos los que se dedican a estos timos-robos no son violentos.
Todo ocurrió a las doce del mediodía, en la calle Fuencarral y rodeada
de gente. Así que recomiendo a todo el mundo que sea cauto y anule la operación
ante cualquier sospecha. Vigilad que no haya ningún sospechoso cerca, cubrid
bien las teclas para que no se pueda ver el número que marcáis y no atendáis a
las palabras de nadie hasta no haber guardado dinero y tarjeta. Si
tenéis más de 60 años, sois los objetivos preferidos de estas bandas. Mejor
sacad el dinero dentro de las sucursales o en compañía de algún familiar.
En internet he leído que normalmente van en grupo y hay dos
modalidades de siembra: memorizar el pin, llevarse la tarjeta y darte el cambiazo por otra
para luego vaciarte la cuenta, y/o recoger el dinero mientras te agachas.
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