VNA SALVS
Es de un verso de Virgilio (Eneida
II 354). El hexámetro completo dice:
Una salus victis nullam
sperare salutem. (‘la única salvación para los vencidos es no
esperar ninguna salvación’)
Lo dice Eneas en el momento crucial de la Iliupersis o destrucción de Troya. El héroe ha reunido un puñado de
jóvenes para intentar una defensa desesperada frente a los griegos y les lanza
una arenga que acaba con las palabras citadas. La frase anterior dice: Moriamur et in media arma ruamus
(‘muramos y lancémonos en medio de las armas’, con su razonable hýsteron-próteron incluido); es, por
tanto, un exhorto a ‘morir matando’ o ‘vender caras sus vidas’, como dicen los
tópicos bélicos, que cumplirán efectivamente muriendo todos ellos, menos Eneas,
claro, que es el chico de la peli.
Durante mucho tiempo tomé el verso Vna
salus… como un lema, olvidando la parte anterior por su militarismo
suicida. Lo sentía como una última rebelión negativa frente a la derrota vital
que nos suele acontecer al llegar a la mediana edad. La tranquilidad de la
desesperación permite sentarse al borde del sendero y ver pasar cadáveres de
amigos y enemigos, sin saber tampoco si eres uno de ellos, pero ya no importa.
Al cabo, sin embargo, como también suele ocurrir, se empieza a ver todo
con la distancia que va procurando la edad, y por tanto con mayor ironía,
incluido uno mismo.
Un anónimo tardío (y por ello, como es habitual, muy inferior al verso
virgiliano que remeda) evoca un sentimiento semejante al que ahora refiero:
Una salus victis risum reputare salutem.
(‘la única salvación para los
vencidos es considerar la risa como una salvación’)
Pero ya no es tiempo de lemas vitales ni divisas blasónicas, y en este
resbaloso mundo nuestro las ideas y las palabras son también escurridizas y multiversas.
En otra ocasión podremos ver alguna más.
3 comentarios:
¡Chica, escribes tan bien que es muy difícil poner un comentario sabiendo que lo pueden leer todos tus amigos lectores!
A pesar de que tu artículo me ha dejado una sensación de tristeza indefinida, me siento totalmente identificado con la última frase latina. La salvación está en la risa. Solo que cada día me cuesta más conseguirlo.
Recuerdo que en el claustro de fin de curso, del año que me jubilé, y en el que me despedía de mis compañeros, solo les di un consejo: tomaos la vida y la profesión con todo el humor que podáis. Es la única forma de que también lleguéis sanos física y mentalmente hasta el feliz día de vuestra jubilación.
Gracias por tu comentario, san Guille. Un abrazo.
Lo importante es la conciencia de que todo éxito es relativo, todo puede tener un valor relativo. Nos podemos reír de casi todo. GDR
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