De la segunda expedición de 1893, Mestre Martínez hace un ameno relato publicado en varios días a partir del lunes 4 de septiembre de 1893:
DESDE MADRID A ALICANTE
ó
El segundo tren botijo
"¡Llegó el venturoso día!
Se aproxima el momento histórico en que centenares de hijos del pueblo, de entusiasmo henchidos, van a ser empaquetados y esperan disfrutar de las múltiples delicias que ha de ofrecer el tren botijo, o sea de recreo.
La compañía del ferrocarril de Madrid a Zaragoza y a Alicante, al fijar a mediados del pasado mes, en los puntos céntricos de Madrid, el anuncio de estos viajes, fijando el tan inverosímil o misterioso precio de 12 pesetas,..., puede decir ciertamente que ha conseguido levantar de cascos a multitud de familias, las cuales jamás pudieron creer habrían de visitar otro puerto que el del proceloso Manzanares, o a lo sumo el de la Virgen del Puerto.
El entusiasmo de las gentes por trasladarse a la playa alicantina, ha subido de punto, desde que los viajeros que constituyeron la primera hornada que se coció el 20 del mes último, regresaron hace tres días a Madrid, y han expuesto a sus convecinos sus impresiones de viaje, hablándoles de ¡la mar!.
Y que el entusiasmo cunde por este viaje archi-botijo, lo declara la siguiente copla que ha tomado carta de naturaleza, desde hace unos días, en los barrios de la Inclusa, cuya copla ha sacado de su cabeza el leído Porrete , tan popular en el barrio de Cabestreros. Hela aquí:
Quien no viajó en tren botijo
ni tuvo juerga en su calle
ni lo quiso una morena,...
ha venido al mundo en balde."
... el capricho (los que gocen excelente salud) de suponer padecen de jaqueca, reuma o ataques nerviosos, haciéndose así la ilusión de la imperiosa necesidad que tienen de distraer las doce pesetas para remojar su físico en el mar alicantino.
¡Ya no hay clases!
Todas las personas de cualquier condición que sean pueden permitirse el lujo de imaginarse enfermas.
Para saber más:
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