"Aut liberi aut libri" literalmente significa
"O niños o libros"; en sentido figurado, supone la elección entre la vida doméstica y la vida
de la mente. El aforismo aparece por primera vez en
El crepúsculo de los dioses de Friedrich Nietzsche, filósofo
misógino* que nunca logró forjar una relación seria con una mujer. No podemos saber si él fue el creador o la recogió de otros
filósofos, lo que sí sabemos es que la mayoría de los grandes hombres de la
filosofía (y de las pocas mujeres que lo han sido) nunca disfrutaron de la paternidad. En la
antigüedad ni Platón ni Sócrates tuvieron hijos, Platón pensaba que los padres
están capacitados para tenerlos, pero no para educarlos. Tampoco dejaron
descendencia los filósofos modernos de los siglos XVII y XVIII: Hobbes, Locke,
Hume, Adam Smith, Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant, Bentham.... Entre ellos
destaca el comportamiento de Rousseau que abandonó en un orfanato a los cinco hijos
que tuvo con una criada analfabeta, a pesar de escribir el
Emilio, un libro sobre la educación de los ciudadanos. El filósofo
alemán Arthur Schopenhauer jamás pudo comprobar empíricamente su teoría de que
la inteligencia se heredaba de la madre, mientras que el carácter del padre.
Contemporáneos como Sartre, Foucault, Deleuze o Vattimo también escaparon de
las redes del matrimonio.
El que parece sí estuvo casado fue Aristóteles, que llegó a
tener dos descendientes, su obra Ética a
Nicómaco estaba dedicada a uno de sus hijos. Fernando Savater hizo lo
propio con Ética para Amador, una
conversación con su hijo y, por ende, con toda la humanidad.
Pierre Riffard, en su libro
Los filósofos: vida íntima, apunta como una razón de peso
que el 68% de los filósofos quedó huérfano antes de los cinco años. De tal manera que educa a la
humanidad quien, de niño, no ha tenido educación. Los filósofos, además, no
suelen ser hijos de papá (pocos filósofos son hijos de filósofos). Ni niños
precoces. A la filosofía se llega tarde, porque es un trabajo de madurez y de
maduración. Riffard se toma la molestia de comparar las fechas de publicación
de las obras maestras de 21 grandes filósofos y concluye que la media de edad para la
publicación de su obra es de 42 años. Para ser reconocido como filósofo,
hay que adoptar la lengua cultural dominante (griego, latín, árabe, francés, alemán, inglés) y rechazar la religión dominante (los escolásticos no lo hacen, y se
pasan a la teología). En todo caso, para
un filósofo la familia intelectual (maestros, colegas) cuenta más que la familia
doméstica (padres y hermanos) o la familia conyugal. Parece
que el filósofo prefiere la relación lógica a la relación sexual.
Resumiendo, los filósofos se sienten abrumados
por la responsabilidad de la paternidad y piensan que su labor científica se
vería obstaculizada por la vida doméstica. Prefieren ser profesores antes que
padres. Otras razones para huir del matrimonio serían la misantropía, la misoginia, la vida monástica, la rareza, los problemas mentales, la homosexualidad... Las mismas que las del resto de los
mortales que prefieren permanecer solteros, que no solitarios, y asumir la decisión de no ser padres de forma consciente, aunque estén cometiendo la gran equivocación de su existencia. Ejercen la paternidad como padres de sus propios alumnos y de los futuros, de ahí que muchos sigan teniendo el apellido del padre intelectual (platónicos, nietzscheanos, heideggerianos, volpianos... ).
*http://www.alonsofia.com/fn/docsFN/Nietzsche%20misogino.pdf
Para saber más: https://www.milenio.com/opinion/julieta-lomeli-balver/lo-bello-l
o-triste/al-papa-filosofo
https://elpais.com/elpais/2017/04/27/icon/1493301741_726476.html
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20191015/47902385034/nietzsche-mujeres-filosofia-pensamiento.html
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