He leído de un tirón, en mi huerto debajo de una higuera en las tediosas tardes de verano, la última novela de Almudena Grandes, Inés y la alegría, pero no sé si me ha gustado. La obra está bien escrita (la autora cada vez escribe mejor) y es de lectura fácil (incluso algunos datos se repiten demasiado ) aunque le sobren bastantes páginas, sobre todo las del final que sintetizan de una forma muy rápida los últimos años de la clandestinidad. La historia, interesante, era para mí desconocida: no sabía que en 1944 un grupo de soldados republicanos quisiera invadir España a través de los Pirineos para derrocar a Franco. Tampoco sabía que Pasionaria hubiese tenido un amante. Pero la novela parece un episodio más de la serie televisiva Amar en tiempos revueltos, una unión perfecta, y a veces tediosa, de datos históricos con historias sentimentales en la línea de los agilísimos Episodios Nacionales de Galdós.
Y es que Inés, el personaje principal que, a través de su comida infunde valor y sensualidad a los soldados necesitados, se convierte al final de tantas peripecias y tanta lucha contra los prejuicios en un arquetipo de lo más convencional, el reposo del guerrero: madre amantísima, mujer de la limpieza, cocinera exquisita, amiga del alma, prostituta en la cama. Eso sí, feliz.
domingo, 28 de agosto de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario