En fin, un relato que sería grotesco si no fuera trágico, y quizá el primer ejemplo histórico de un esperpéntico turismo bélico.
domingo, 28 de septiembre de 2025
Esperpéntico turismo bélico en Gaza
domingo, 21 de septiembre de 2025
Ángel Guinda siempre presente, Vida ávida y Árboles ilustrados de Espierba
Presentación de "Vida ávida" de Ángel Guinda
Guinda en la exposición Árboles ilustrados de Espierba
Un encuentro inesperado, un poema de Ángel Guinda en una exposición al aire libre. Las palabras llenan los rincones de Espierba*, pero también sus bosques. Los vecinos de esta pequeña localidad del valle de Pineta han puesto en marcha un proyecto literario en plena naturaleza pirenaica. Se trata de la exposición "Árboles ilustrados", con la que nos proponen un agradable paseo entre robles, hayas, y versos.
* Espierba es una aldea del municipio de Bielsa, perteneciente a la provincia de Huesca (comunidad autónoma de Aragón). Se encuentra en la comarca de Sobrarbe.
viernes, 12 de septiembre de 2025
Epistoicos y estoicúreos
EPISTOICOS Y ESTOICÚREOS
El estoicismo es una corriente filosófica que defiende la resistencia frente a un mundo hostil y peligroso. Su lema básico es “resiste y renuncia”: hay que practicar una vida pura, renunciar al placer y al deseo y asumir que ante el universo no somos nada. Cree en la Providencia, pero para someterse a sus inescrutables designios. El alma debe sobreponerse siempre al cuerpo. En suma, “hemos venido a sufrir”.
El epicureísmo, en cambio, sostiene que la finalidad de la vida humana es el placer. Niega toda Providencia o finalidad en el cosmos, pues este sólo está formado de átomos y vacío, y los dioses serían, en todo caso, seres formados por combinaciones atómicas mejores que las nuestras, pero que no se ocupan en absoluto de la humanidad. El placer debe entenderse sobre todo como ausencia de dolor y temor, más que la saciedad de apetitos ciegos, que sólo lleva al hastío y nuevos sufrimientos. En cualquier caso, “hemos venido a gozar”.
Ambas escuelas se desarrollan en la Grecia del s. III aC, la llamada época helenística, que sigue al hundimiento del enorme y efímero imperio de Alejandro Magno. Es una sociedad (curiosamente algo parecida a la nuestra) en que han colapsado las antiguas ciudades griegas y los imperios del Cercano Oriente, surgen reinos y naciones, el comercio es intenso y sobre todo hay guerras continuas que destruyen territorios y poblaciones y las someten a deportación y esclavitud. Avanza la tecnología, producto de la ciencia griega y apoyada por la riqueza, pero apenas se aplica (tenemos el extraordinario reloj astronómico de Anticitera, rescatado de una nave hundida). Se diseñó hasta la máquina de vapor, pero no se construyó.
En ese ámbito inestable y amenazador, el estoicismo y el epicureísmo fueron, entre otros, un refugio y un asidero para alguna gente. El primero, con su espiritualismo, propugna cumplir con el deber y aguantar lo que venga. El segundo, materialista, defiende el derecho del individuo a buscar su vida propia y a llevar una existencia sin sufrimiento. No deja de ser simbólico que la palabra estoico deriva del griego stoá ‘pórtico, porche’, donde Zenón, el fundador, impartía su enseñanza: el estoicismo nos pone a cubierto de las inclemencias exteriores. Y Epicuro, creador de la otra doctrina, estableció su escuela en un jardín (o huerto, que los antiguos no distinguían mucho), al aire libre, en placentero contacto con la Naturaleza: la “filosofía del jardín”, como se la llamó, busca el placer moderado acotando un espacio de libertad en un mundo hostil.
Un mundo hostil es también el nuestro, y quizá con males y amenazas que los antiguos no podían imaginar, ni nosotros mismos hace unos años. Puede ser el momento de sintetizar estos antiguos saberes y hacernos epistoicos o estoicúreos: asumir la responsabilidad individual y colectiva, la austeridad frente al despilfarro, la racionalidad ante los enormes peligros que nos rodean, pero también defendiendo a rajatabla los derechos de la gente a vivir con dignidad, a tener su parcela de intimidad y de disfrute porque la evolución de la mente humana así lo exige, la asunción de los derechos de los demás para mantener legítimamente los nuestros, la eliminación del fanatismo y la violencia como única ley… Quizá todo imposible. Pero ser un poco estoicos y algo epicúreos podría ser el primer paso para avanzar o, al menos, quererlo.
domingo, 31 de agosto de 2025
Comienzo del nuevo curso
Villena, las 12 de la mañana del domingo 31 de agosto, último día de las vacaciones, una profesora está preparando clases para el nuevo curso. La escena se repite, antes que ella, lo hicieron su madre, su abuela y su bisabuela. ¡Y aún dicen que los profesores no trabajan y tienen muchas vacaciones!
sábado, 30 de agosto de 2025
Adelina Jiménez, un referente: la primera gitana maestra nacional
Orgullosa de su etnia y de su aspecto, Adelina Jiménez, la primera maestra gitana de España, ha luchado por convencer a los jóvenes gitanos y a sus mayores sobre la importancia de estudiar y de formarse para poder ocupar puestos de relevancia en la sociedad. Sitúa la batalla en la Secundaria, adonde estos chicos no llegan o de la que se escapan. Y asegura que es cuestión de tiempo y trabajo conjunto conseguir en esta etapa la plena escolarización
martes, 19 de agosto de 2025
Matando dragones con tirachinas y fuegos con una manguera de jardín
viernes, 15 de agosto de 2025
Pedro Casanova, "podaor"
Gracias a la amenaza de multa sobre una parcela por no limpiarla, el destino ha hecho que conozca a dos singulares villeneros. Los dos se llaman Pedro y tienen mucho en común. Con una mirada clara y con el peculiar acento de la zona me han sorprendido porque están dispuestos a hacer un favor sin mirar a quién. De formación autodidacta, más listos que el hambre, se han forjado desde muy jóvenes en distintos trabajos. Dos tipos inquietos y extrovertidos que saben desenvolverse en la vida y disfrutar de ella. No saben lo que es aburrirse, aman su trabajo y son pozos de sabiduría. Pedro Sanjuan, el mayor, electricista jubilado, tiene una parcela en La Mina. Pedro Casanova, el menor, es "podaor" (podador) y vecino de la zona donde vive con su perro rodeado de ocas y gallinas. Ha sido un placer conocerlos, con ellos he pasado unos ratos estupendos.
En los vídeos siguientes se puede ver como estaba la parcela antes y después. Ahora que he cumplido como ciudadana espero que el ayuntamiento cumpla con la parte que le corresponde y arregle las aceras y la carretera. No podemos construir ni tampoco vender porque la urbanización está en un limbo jurídico y nadie nos la compraría.
Peluquero de árboles
Pedro Casanova,
el "podaor", tiene 42 años, es atractivo, agnóstico y sentimental. Posee un cuerpo fibrado, tostado por el sol y adornado con tatuajes. El apellido Casanova le viene que ni pintado. Esconde
una mirada inquietante de profundos ojos
azules detrás de unas gafas de sol y de vez en cuando te regala una carcajada
al terminar una frase.
Su abuelo al que admira mucho le regaló una azada para que le acompañase en las tareas del campo que aún conserva aunque no sepa dónde está. Sabía desde pequeño que del campo no se podía vivir y ha pasado por todos los trabajos que le ofrecía el pueblo y los alrededores: fábrica de calcetines, de telas, de calzado, de patatas fritas. Ha desempeñado los oficios de encofrador, montador de cristales y de cubiertas de chapa, además de camarero en la Cábila de Villena. Y en todas partes ha dejado memoria agradable de él. A este niño grande le encantan los niños, adora a sus sobrinas. A los 33 años accedió a la universidad para estudiar magisterio, solo le falta un año para terminar la carrera. Su vida cambió cuando se encontró con una cuadrilla de Benejama que le enseñó el oficio de podador. Ahora es autónomo, no depende de nadie ni nadie de él. Ha conseguido trabajar en el campo rodeado de paz y tranquilidad, donde ve amaneceres, escenarios nuevos cada poco tiempo y es feliz. Su lema es "Ama lo que haces y no trabajes, disfruta cada día y conecta con la naturaleza".
Poda sobre todo olivos, su árbol favorito, pero también frutales y almendros, cada uno ellos tiene una particular forma de poda que hay que conocer. Distingue entre la poda curiosa que hacen los profesionales y la poda de marrano que hace cualquiera. Para podar los olivos solo necesita su fuerza y habilidad, una gorra, guantes, cascos para el ruido y una motosierra. Se considera ecologista, clasifica y reutiliza los desechos de las podas. Está en contra de los paraguas para recoger la aceituna porque acaban destruyendo el árbol y desperdician el fruto, se usan es porque la mano de obra es más barata.
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley, la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar.