En el primer volumen de la Historia de los obispos de Pamplona (10 vols., 1979-1994) (Ed. Eunsa e Institución Príncipe de Viana, 1979, pág. 32), el eminente doctor, catedrático de historia, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y canónigo de la catedral de Iruña, don José Goñi Gaztambide (1914-2002) sostiene que la leyenda sobre san Fermín se basa en una composición tardía y carente de veracidad real, lo que no es óbice para que perdure en el imaginario colectivo considerando su existencia como real. Su leyenda está llena de arbitrariedades e inconsistencias, pero eso es algo que no afecta a la creencia y a la devoción al que la leyenda califica como el primer obispo de Pamplona.
Es este un ejemplo más de la dudosa existencia y de la profusión de leyendas sobre tantos y tantos santos venerados y tolerados por la iglesia católica asociados a las celebraciones y a las fiestas, en este caso a los conocidos sanfermines.
A la izquierda el afectado esperando a la policía, a la derecha el banco y el charco de agua
La cantante calva
La noticia, oída en la SER, tiene como protagonistas a los bomberos de la calle san Bernardo de Madrid, a los que tanto odiamos los vecinos por la cantidad de molestias y ruidos que nos producen. Curiosa forma de festejar el día de san Juan. A falta de hogueras que apagar, arrojaron cubos de agua a un individuo que dormía en uno de los bancos del ayuntamiento que están a las puertas de su sede y que deben de considerarlos de su uso exclusivo. Estas salidas de bombero* me han recordado al personaje del jefe de bomberos que aparece en La cantante calva, obra de teatro del absurdo de Ionesco, deseoso
de apagar un fuego aunque fuese una cerilla, o incluso un pequeño ardor de estómago. Y es que la vida es un sinsentido.
El periodista cuenta con lujo de detalles lo acaecido, opinando que es un caso de aporofobia (odio a los pobres). No se dice nada del grado de intoxicación etílica de los protagonistas.
2022/07/06. Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes 24 de junio justo en la puerta principal del parque de bomberos de la calle San Bernardo. En torno a la 19.30 horas de ese día un hombre con rasgos asiáticos dormía en el banco que está instalado justo en la fachada del edificio que acoge esa base de los Bomberos de Madrid.
Una ventana de la primera planta del inmueble situada en la vertical del banco se abre de repente, aparece un bombero y lanza un cubo de agua sobre el hombre que descansaba ajeno a la que se le venía encima. El agua impacta directamente sobre su cuerpo, pero no se había repuesto cuando recibe una segunda descarga.
Atónito y asustado se levanta de repente y comprueba como varios bomberos se ríen de la escena mofándose de su situación con la ropa y sus pertenencias completamente empapadas. Varios testigos se acercan a la víctima y reprochan a los funcionarios esa acción a la vez que llaman a las fuerzas de seguridad.
Los agentes de la Policía Municipal han elevado atestado tras recabar todos los datos del incidente que tiene mucho que ver con actitudes aporofóbicas y muy poco con el compromiso social que tiene el Cuerpo de Bomberos de Madrid.
La estación de San Bernardo. Ahí se pavonean al sol, se echan sus dominós, ponen el suelo perdido de pipas, increpan a todas las mujeres que pasan, ponen su música Respecto a las instalaciones, las usan de garaje, taller y lavadero para sus motos y vehículos personales. Son los dueños del edificio, ya no son empleados públicos. Lo que no se ve en otras estaciones lo encuentras todo junto en esa.
Lo que ha hecho ese pobre hombre es tumbarse en el banco equivocado con las personas equivocadas.
Podéis pasar a verlo con vuestros ojos cuando queráis.
*Cuando alguien tiene una ocurrencia algo estrambótica y fuera de lo común se suele utilizar la expresión “tienes ideas de bombero” e incluso para enfatizar más lo absurdo del asunto se llega a decir “tienes ideas de bombero jubilado/retirado”.
La palabra lubricán, sinónimo de crepúsculo de uso sobre todo literario, aparecía en 1499 en el Diccionario eclesiástico de Fernández de Santaella definido como ‘la ora cerca dela noche. que el vulgo llama entre lubrican de lubrico. por que es ora dispuesta a resbalar y caer y tanbien se dize crepusculum ala mañana’. La etimología de ese antiguo diccionario es errónea, la vincula con lubrico ―del latín lubricus 'resbaladizo'― porque supone que la gente se puede resbalar a esa hora, tal vez por la falta de luz. Lo cierto es que lubricán es un vocablo de origen pastoral formado mediante una composición del latín lupus (lobo) y canis (perro), aludiendo al hecho de que a esa hora, con tan poca luz, los pastores no son capaces de distinguir un lobo de un perro.
La palabra me ha llevado al blog 365palabras.blogspot.com, La llave del mundo, que nos ofrece la definición,
significado, etimología, origen, ejemplos, sinónimos y citas de palabras raras,
palabras curiosas, palabras divertidas, palabras hermosas y palabras
interesantes para cada día del año.
También aparecen textos para ser usados en clase. Os presentamos en esta página un texto de nuestro custodio NICTEMERO, que con gran maestría ha logrado aglutinar coherentemente un montón de palabras recientes de La Llave del Mundo (en rojo) en un texto francamente fresco y divertido. No tiene desperdicio, disfrutadlo (ahora, por capítulos y ampliado).
El ñango desparramado por el suelo había atafagado a todos los presentes en la cena de despedida. Era un olor insoportable.
Aunque lo cierto es que la mayoría de asistentes eran pelafustanes con aspecto astroso incapaces deenarmonar ningún tipo de queja al ínclitoanfitrión organizador de la cena, que con cariño a sus invitados había preparado y servido un ciquitroque aderezado con paprika que lo hacía gustosísimo , añadiendo alcauciles de Aragón, el dueño de la casa empezaba a sentir el pródromo que anunciaba una próxima enfermedad.
En el ambiente flotaba una especie de ectoplasma que aunque la vitróla seguía desgranando canciones para amenizar, producía una extraña sensación en los presentes, y no hacía la situación precisamente desopilante.
Para aliviar la tensa situación ordenó al ñengo criado que utilizase rápidamente la aljofifa para limpiar rápidamente el suelo, no solo para evitar los malos olores sino, también para evitar la sanción que sin duda le aplicaría el veedor cuando inspeccionase el recinto.
Este último personaje tenía fama de garrulo aficionado a gulusmear por la cocina y seguro que rápidamente se daría cuenta del tema.
El criado cubierto con una especie de greba para protegerse de la suciedad, dejó de candonguear y comenzó a la limpieza.
La anfractuosidad del suelo, a pesar de la profesionalidad del limpiador gracias a la didascalia de su empleador, dificultaba la netedad. El ñengo servidor coñaceaba con ímpetu el pavimento pero la suciedad se abroquelaba en defensa de su natural misión, enmendar entre los pliegues del pavimento
El gatuperio estaba servido, no había solución alguna, Ni la xenoglosia del chozno sería capaz de evitar la ira y la multa del veedor. Los comensales empezaron a desfilar con lentitud abandonado el recinto del ágape, mientras el ínclito y el ñengo lloraban su desgracia vertiendo gruesas lágrimas que ensuciaban todavía más, si fuese posible, el anfractuoso suelo.
La única solución para atenuar la tensa situación fue llamar a la perendeca de turno para que con las hojas de la matalahúga traída de Oriente intentase atafagar al zurambático criado antes de que preso de ira soltase el arraclán entre los presentes. Con esta actitud el dueño de la casa pretendía acrisolar dentro de lo posible la dramática situación, circunstancia que no había conseguido con el generoso rioja servido con el tragavino.
El solsticio de verano en época romana se celebraba el
matrimonio de Júpiter y Juno. Junio era el mes ideal para los matrimonios y la
fecundidad. También se celebraba el día de Servio Tulio, nacido del fuego y
favorito de la diosa Fortuna. La tradición era mantenerse toda la noche sin
dormir, encendían lucernas y antorchas para iluminar las casas, y hogueras por
la ciudad para que la fuerza del Sol no decayera y las cosechas fueran buenas.
Estas hogueras habían de ser saltadas tres veces, así se purificaban y atraían
la fortuna. Pero además de la fiesta del fuego, era también una fiesta del agua
en la que se paseaba en barcas adornadas con flores por los lagos, ríos y mares.
En toda la geografía española, especialmente en Levante, se
sigue esta costumbre popular. Desde 1928, desde el 20 al 24 de junio, ‘Les Fogueres de Sant Joan‘ se convirtieron en
la festa oficial de Alicante, beneficiando así económicamente a la ciudad. Estas
fiestas nacieron a la sombra de las famosas Fallas* de Valencia con las que guardan gran similitud y alguna diferencia. La principal que las Fallas se
celebran el 19 de marzo, día de san José patrón de los carpinteros, fecha
cercana a la celebración del equinoccio de primavera. Las Fallas y las Hogueras van acompañadas también de un concurso de mascletás* menos conocido.
Este año, en la Plaza de los Luceros a las 14 horas, a la hora de más calor, desde la terraza del
restaurante Nou Palas, saboreando unos canelones Rossini como antaño y un trozo de coca amb tonyina (empanada de atún),por primera vez he
asistido más atónita que emocionada a una Mascletà en directo, un disparo pirotécnico que
conforma una composición muy ruidosa y rítmica. Cada mascletà tiene una
composición musical diferente que se origina a través de los ruidos de los
cañones de pólvora y de la sucesión de petardos. El disparo
empieza despacio y va aumentando gradualmente de sonoridad hasta llegar a lo que se conoce como
“terremoto”. Finalmente se disparan unas carcasas
muy potentes en forma de bombardeo.
Mascletá en la plaza de los Luceros
La mascletá es un fenómeno estético, social y musical de larga
tradición en la Comunidad Valenciana que produce un impacto multisensorial
(visual, sonoro, olfativo), una apoteosis de vibraciones ensordecedoras en una plaza que ejerce de embudo sonoro que llega a los cuerpos de los espectadores y produce un éxtasis
colectivo. Emociona hasta las lágrimas a los mayores y extrañamente no hace
llorar a los niños, acostumbrados desde pequeños a este rito. Sonidos aéreos y
terrestres que a mí me recuerdan a los rayos, truenos y terremotos que se describían en la muerte de Cristo el Viernes Santo, o al sonido del Apocalipsis.
Incluyo la primera parte del documental Historia de Les Fogueres de Sant Joan que recoge los primeros pasos de la creación en 1928 de la ‘festa més fermosa’ de Alicante. Las primeras Fogueres presentaban unos muñecos articulados de cera, cubiertos de tela y peluca, que fueron dando paso al cartón del ninot sin perder su capacidad satírica mientras que buscaban nuevos caminos estéticos en la abstracción y el simbolismo, con sus formas ascendentes y remates estilizados de tonalidades más claras. Los vestidos que llevan las falleras y las belleas son muy parecidos, clásicos y de ricas telas; se diferencian solo por el peinado, las valencianas llevan de uno a tres moños y tapan las orejas con unos rodetes como los de la Dama de Elche; las alicantinas sólo se cubren con un velo ondulado de novia. Hay más diferencias, pero por no cansar al lector, no las reproduzco. Eso sí, que no se te ocurra llamar Fallas a las Hogueras porque te caerá toda la ira del orgullo fogueril alicantino. Algo aturdida por el estruendo, cogí el ave para Madrid, contenta de que las fiestas en mi ciudad sean aburridas sin sobresaltos sonoros.
Por último, añado una rareza, un poema de Rafael Duyos: EL NINOT ENAMORADO
(Revista “Utielanías”, Utiel 2020)
Quisiera ser el hombre de madera
- sin arterias, sin nervios, sin memoria
que plantado en la falla giratoria
- pelea del amor- al fuego espera...
Quisiera preludiar la primavera,
llama viva de loca trayectoria,
rebasando la línea divisoria
donde la carne se convierte en cera...
Y derretirme inmóvil, lentamente,
frente a la muchedumbre indiferente,
sobre montones mágicos de leña.
Y “ninot” de mí mismo, ante tus ojos,
ser de ceniza y humo los despojos
de un corazón que hasta el final te sueña.
*La palabra valenciana falla deriva del latín facula, que significa "antorcha". Las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia romanas.
*Recibe su denominación de los masclets (petardos
de una gran potencia sonora) ligados mediante una mecha conformando una línea o
traca.
El sacerdote Juan Carlos García Domene, de la diócesis de
Cartagena, ha sido nombrado director general de la Biblioteca de Autores
Cristianos (BAC), sustituyendo a Jesús Pulido que dejó el cargo al ser nombrado
obispo de Coria-Cáceres. Nació el 11 de agosto de
1960 en la localidad alicantina de Villena. Ingresó en el Seminario San
Fulgencio en 1980. Con 24 años, el 25 de julio de 1985, fue ordenado presbítero
en la iglesia de Santiago Apóstol de Villena. Durante su ministerio sacerdotal
ha compaginado la enseñanza con sus responsabilidades pastorales en diferentes
parroquias. Es doctor en Teología Pastoral por la Universidad Salesiana de Roma
y licenciado en Filosofía por la UNED. Hasta ahora ha sido el director del
Instituto Teológico San Fulgencio de Murcia; párroco de San Lorenzo de Murcia;
miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores; y profesor de
Religión en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia desde 1994.
El nuevo director de la BAC asegura que se dedicará «en
cuerpo y alma» a la labor que le encomiendan los obispos españoles: «Voy a
hacerlo con toda mi fuerza, mi corazón y mi alma. Soy lector y autor de la
casa, es un mundo que me gusta y conozco».
La Biblioteca de Autores Cristianos fue fundada en 1943 con
la finalidad de ofrecer al público en general un conjunto de obras
fundamentales que le permitiesen conocer mejor las fuentes del cristianismo.
Sus ediciones de la Biblia, santos padres y doctores, autores medievales y
renacentistas, fuentes del derecho y documentos del Magisterio de la Iglesia se
cuentan entre las aportaciones más importantes de la Iglesia a la cultura
española y constituyen uno de los exponentes más ilustres del patrimonio
inmaterial católico. Así lo ha reconocido también el Gobierno de España, que
declaró a la BAC «de interés nacional» y la distinguió con la Orden Civil de
Alfonso X el Sabio.
Mi más profunda enhorabuena para este amigo con el que he compartido tantos momentos familiares. No me cabe ninguna duda de que, cuando se incorpore a su nuevo trabajo en septiembre, desempeñará este cargo, para el que está sobradamente preparado, como lo ha hecho con los anteriores, con ilusión, trabajo y responsabilidad.
“Los libros nos permiten saber que no estamos solos, que hay otros que piensan y sienten como nosotros. Y eso, si quieres, es terapéutico”.
Rosa Montero (El peligro de estar cuerda)
Silvia Hernando en Babelia (Memorias del malestar: escritores que narran su trastorno psicológico en primera persona) aborda el
tema de la salud mental, uno de los grandes debates de los últimos años. El 2021
fue el año de la salida del armario del trastorno mental. Una oleada de
autores, de Rosa Montero a Eloy Fernández Porta y Almudena Sánchez, exponen sus
dolencias en obras confesionales que desafían el tabú.
"El peso de la enfermedad mental en la literatura
podría medirse en toneladas. Enumerar la cantidad de libros que la abordan
resultaría inabarcable: para el suyo, Montero se pasó años leyendo sobre el
asunto. Desde el Quijote a La campana de cristal, de La metamorfosis a El
resplandor, infinidad de autores han imaginado a hombres y mujeres tocados por
la depresión, la ansiedad, la bipolaridad, la esquizofrenia… No es ningún
secreto que muchas veces esos personajes han sido un desdoblamiento de sus
creadores: imágenes que en el espejo deformante de la novela les devolvían un
reflejo de sus abismos".
Lecturas
El peligro de estar cuerda. Rosa Montero. Seix Barral, 2022.
360 páginas. 20,90 euros.
Con motivo del centenario de la publicación del Ulises, Eduardo Lagohapresentado en la Residencia de Estudiantesuna guía de lectura: Todos somos Leopold Bloom. Razones para (no) leer el ‘Ulises’(Galaxia Gutenberg). Recomiendo leer la entrevista de Iker Seisdedos en El País (pinchad en el enlace para leerla entera).
"El ensayo es la consecuencia
natural de una serie de artículos, conferencias y hasta un amago de traducción
de la novela. También influyó que al término de una charla hace tiempo en la
Biblioteca Nacional de Madrid se le acercara “un chico bastante alto de unos 18
años”, y le dijera: “Señor Lago, le quiero dar las gracias por esta
conferencia, porque ahora sí que tengo claro que no voy a leer el libro”.
Aquello le “pareció genial”. Y de ahí el no entre paréntesis del título".
"Lago, que se
encerró tres meses para escribir su ensayo (“fue, sobre todo, un trabajo de
síntesis”, aclara), también desgrana las relaciones de cada capítulo con la
Odisea y ofrece un franco veredicto sobre la facilidad o la dificultad de cada
parte. “Ulises no es un libro sencillo, pero tiene porciones que son
bellísimas, remansos de tranquilidad".
“La literatura de verdad no tiene como fin primordial entretener a la gente”