Nunca he visto nevar tanto en el centro de Madrid. Recuerdo una nevada en La Marañosa en enero o febrero allá por 1963. En las Navidades de 1971, hace cincuenta años, mis tíos no pudieron volver a Villena porque todas las carreteras estaban colapsadas. Luego hubo otras nevadas ligeras que entorpecieron la vida cotidiana e hicieron cerrar los colegios para alegría de profesores y alumnos. Esta inaudita nevada del 8 al 9 de enero ha cubierto mi patio de una espesa capa de nieve. Un extraño resplandor en la noche ha creado inquietantes formas fantasmagóricas. Con el deshielo han resurgido los árboles y arbustos tronchados por el peso de la nieve acumulada, espero que se repongan. Las plantas crasas se han helado y convertido en agua sucia. El 15 de enero el patio era en un nevero porque en invierno apenas recibe al sol. No sé cuánto tiempo tardará en deshelarse. La de granizados que podría hacer. Hasta el lunes 18 no se fundió la nieve.
El cambio climático ha ido calentando el planeta por los polos. Una vez abierta la nevera, se han producido estas inusuales nevadas en zonas hasta ahora cálidas y protegidas.
Estas fotografías, tomadas el jueves 7 a las afueras de Madrid, capturan la belleza de la hora azul, los momentos mágicos del crepúsculo entre tintes azules y violetas que resaltan la naturaleza, la frontera mágica entre el mundo racional de la luz del día y el reino místico de la noche. La mirada poética de la cámara se detiene también en los cuerpos felices y exhaustos de los niños en el silencio blanco de la nieve.
Mujeres con poder en la Historia de España es un ensayo de que visibiliza la gran labor de las mujeres. A pesar de no permitírseles ocupar ciertos cargos, ellas demostraron ser las adecuadas, las más preparadas, y por ende, las merecedoras de desempeñarlos en sus momentos históricos. En estas breves biografías encontramos mujeres lugartenientes, gobernadoras y validas, pero también reinas que fueron reinas de verdad, no esposas de reyes.
No he podido resistirme a la tentación de incluir este divertido vídeo que hace una reseña crítica del libro de Vicenta Márquez de la Plata.
De todas las mujeres con ciencia, siempre me llamó la
atención Madame de Châtelet, cuyo nombre de soltera era Gabrielle-Émilie Le
Tonnelier de Breteuil (1706-1749). La
conocí a través de la semblanza que hizo Fernando Savater en su artículo Madame Voltaire. Matemática, traductora de los "Philosophiae Naturalis
Principia Mathematica" de Newton, física y filósofa, fue una mujer
excepcional en el Siglo de las Luces. Está considerada en la historia de
Francia como la primera mujer científica. El amor, la amistad y el estudio
fueron sus grandes pasiones. Se la conoce principalmente por su relación
sentimental con Voltaire que duró quince años. Escribió, mientras convivía con
él en el castillo de Cirey, un "Discours sur le bonheur" (Discurso
sobre la felicidad), donde expone su propia filosofía: el fin de la vida es la
felicidad y ésta se alcanza por medio de la ilusión y la pasión. En una carta
dirigida al Rey Frederick II de Prusia, Voltaire dijo que era "un gran
hombre cuya única culpa es ser mujer". Su lista de amantes fue extensa, además de su
marido el marqués de Châtelet y Voltaire, el conde de Guébriand
(por cuyo abandono estuvo a punto de suicidarse), el sabio
Maupertuis, el duque de Richelieu y, el
último, el poeta Saint-Lambert.
Curiosamente, su vida no ha sido llevada al cine, aunque guarda
grandes similitudes con Lou Andreas-Salomé. Ambas se pusieron el mundo por
montera, una en el siglo XVIII y la otra en las postrimerías del XIX. Fueron
precursoras, adelantadas a su época y escandalizaron con su conducta libre. Dotadas
de una exquisita educación, con conocimiento de idiomas (fueron educadas al mismo tiempo que sus hermanos
varones), brillaron en los salones y los círculos intelectuales
del momento. Inteligentes, audaces, estudiosas, las
dos cambiaron su apellido por el de sus tolerantes maridos en un matrimonio de convivencia; pero la marquesa
de Châtelet se diferencia de Lou, además de pertenecer a la aristocracia, en que tuvo tres hijos con su marido y un cuarto
con su amante, el poeta Saint-Lambert, cuyo nacimiento le causaría la muerte prematura a los 42 años.
Este año 2020, hace 150
años, con sólo tres meses de diferencia (Valeriano el 23 de septiembre y Gustavo
Adolfo el 22 de diciembre), morían los hermanos Bécquer con 36 y 34 años,
respectivamente. Estos dos artistas románticos españoles, además de su
obra por separado, conjuntamente escribieron e ilustraron gran cantidad de
artículos en revistas y otras publicaciones de la época.