Estatua de Omar Jayyam en Laleh Park (Teherán) |
Omar Jayam*, Nació en Nichapur, Persia*, hacia el año 1040 de la
era cristiana y vivió cerca de ochenta años. Libertino, sibarita, ácido,
místico y profeta, estudió Matemáticas y Astronomía, reformó el calendario
musulmán, cultivó el Derecho y las Ciencias Naturales. Destacó en el plano de
las letras por sus famosas «Rubaiyat», que constituyen una alabanza al brindis,
una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del
vino y del goce del instante frente a la finitud de la vida, realza la belleza y la sensualidad del mundo material, la alegría de vivir, la naturaleza y los placeres. También aprovechaba sus escritos para hacer una crítica a la
sociedad del momento, a la religión y la educación. Se le atribuyen muchas
obras (entre quinientas y mil), pero lo más seguro es que unas doscientas sean
realmente suyas. Utilizaba estrofas formadas por cuatro versos dodecasílabos
con un esquema de rima A-A-B-A escritos en lengua farsí. Sus versos empleaban
siempre un vocabulario ingenioso, divertido y un tono sarcástico.
Los cuartetos
escritos en persa por Omar Jayam se han convertido actualmente en textos poéticos
de autoayuda sobre aspectos tan variopintos como la ciencia y el conocimiento,
la moral y el comportamiento personal, la religión y la teología.
Gracias a la traducción
del Rubaiyat que hizo Edward Fitzgerald*, traductor e hispanista inglés, a
mediados del siglo XIX comenzó a ser conocido como poeta en Europa y América.
Al español, fue traducido por Jorge
Guillermo Borges, padre de Jorge Luis Borges que hace referencia a Omar Jayam y
a su poesía en múltiples ocasiones a lo largo de su obra; véase el soneto
"Ajedrez". Omar Jayam es también un personaje del ensayo El enigma de Edward Fitzgerald. En la novela El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, Lord Henry se refiere a
Omar Jayam como el "rey del hedonismo". En la obra Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez,
aparece su nombre al leer el protagonista un texto suyo. Pere Calders, en Cròniques de la veritat oculta, lo cita
un personaje filósofo para dar una lección de vida en el cuento "El
principi de la saviesa".
El nombre de
Omar Jayan me ha rondado durante un tiempo. Lo conocí cuando estudié árabe en la facultad. Lo oí nombrar en un viaje por Uzbequistán, ya que estudió y enseñó en sus madrasas. Dio nombre a un cráter lunar y a un asteroide. Es uno de los personajes principales de la
novela Samarcanda, del escritor
francófono libanés Amin Maalouf, en ella se narran las peripecias de un
manuscrito, exquisitamente ilustrado, que contenía las rubayat de Omar Jayyam y que
acabó hundiéndose con el Titanic. Este año apareció el día 18 de mayo (fecha de su nacimiento) en un
calendario científico y, este mes, lo
citaban en la película La reina del desierto, que vi por televisión, una crónica sobre la vida de Gertrude
Bell, mujer aventurera que colaboró con el Imperio Británico a principios del
siglo XX; la película no tiene mucho interés, pero nada más desembarcar en
tierras mesopotámicas es seducida por su enamorado en el desierto después de
recitarle poemas del autor en farsi.
La poesía en lengua española gozó, durante la Edad Media, de la influencia de la poesía árabe a través de la tradición sufí y de los llamados poetas andalusíes. La gracia y el donaire de estos poetas podrían emparentarse, de algún modo, con el candor de la poesía popular hispánica, recogida por los poetas místicos, y con el espíritu epigramático, tan vital en el siglo de Oro. También Influyó en numerosos poetas: Rubén Darío, Lorca, Félix Grande, García Baena ...
Aquí dejo la interpretación de Camarón de Viejo Mundo, una bulería con una selección de Kiko Veneno de poemas de Omar Jayam, publicada en 1979, en el disco La Leyenda del Tiempo.
Viejo mundo
El caballo blanco y negro
Del día y de la noche
te atraviesa a galope.
Eres el triste palacio
Donde cien príncipes soñaron con la gloria,
Donde cien reyes soñaron con el amor,
Y se despertaron llorando.
Un poco de pan
Y un poquito de agua fresca,
La sombra de un árbol y tus ojos.
No hay sultán más feliz que ellos,
Ni mendigo más probe.
El mundo es un grano de polvo en el espacio,
La ciencia de los hombres, palabras,
Los pueblos, los animales
Y las flores de los siete climas
Son sombras de la nada.
Quiero al amante
Que gime de felicidad
Y desprecio al hipócrita
Que reza una plegaria.
*La traducción literal de su apellido es "fabricante de tiendas (de campaña)" (relacionada con la palabra española de origen árabe "jaima") profesión de la que se supone habría tradición en su familia.
*El nombre de Irán procede de la palabra “Airania Vaeya “ que significa
“la tierra de los arios”. Cuentan que los nazis, en una visita del Ministro
de Propaganda alemán a Irán, le otorgó a los iraníes una "carta de
naturaleza" en la que se indicaba, que los iraníes estaban dispensados de
demostrar su pureza de sangre, ya que eran auténticos arios.
*La traducción literal de su apellido es "fabricante de tiendas (de campaña)" (relacionada con la palabra española de origen árabe "jaima") profesión de la que se supone habría tradición en su familia.
* El sufí Ali Shah, tradujo los Rubaiyat en colaboración con Robert Graves, ambos reprochaban a Fitzgerald haber realizado una traducción completamente desfigurada de Jayam, tanto en la forma como en el fondo. Los sufíes, como los poetas místicos españoles, interpretan mediante alegorías la poesía de Jayam: el vino es Dios, los efebos sus compañeros de religión, la taberna es la iglesia.
https://paginasarabes.com/2019/05/21/omar-khayyam-desde-la-trigonometria-hasta-la-poesia-de-los-cuartetos/