Iba a escribir sobre el término "felón", rescatado por Pablo Casado para insultar al presidente del Gobierno y cuando me iba a poner a ello, apareció el artículo de Manuel Vicent Berrea en El País ahorrándome el esfuerzo. Estupenda metáfora para referirse a la campaña electoral que empieza, aunque más que de berrea (época de celo de animales salvajes durante la cual llaman a la hembra con berridos estridentes), yo hablaría de mugido de bisontes prehistóricos.
El poco utilizado germanismo "felón" (malvado, traidor) ya había aparecido en las viñetas de El Capitán Trueno y en chistes del añorado Forges.
" Puede que el líder del PP tampoco supiera que en medicina el término felón se utiliza para denominar una infección de los dedos de manos y pies, llamada panadizo, que a menudo precisa un tratamiento quirúrgico. Pero históricamente ese insulto lo tiene asignado en propiedad el rey Fernando VII como reproche a su traición a los españoles que confiaron en su regreso y que terminó con el grito surrealista de “vivan las caenas”. Como agravio popular descriptivo Fernando VII también fue llamado “el rey falón”, o El Deseado, en alusión al enorme tamaño de su miembro viril. Un insulto torpe que no da en la diana humilla más a quien lo emite que al propio destinatario. Los políticos deberían tenerlo en cuenta ahora que está a punto de empezar su berrea".
El poco utilizado germanismo "felón" (malvado, traidor) ya había aparecido en las viñetas de El Capitán Trueno y en chistes del añorado Forges.
" Puede que el líder del PP tampoco supiera que en medicina el término felón se utiliza para denominar una infección de los dedos de manos y pies, llamada panadizo, que a menudo precisa un tratamiento quirúrgico. Pero históricamente ese insulto lo tiene asignado en propiedad el rey Fernando VII como reproche a su traición a los españoles que confiaron en su regreso y que terminó con el grito surrealista de “vivan las caenas”. Como agravio popular descriptivo Fernando VII también fue llamado “el rey falón”, o El Deseado, en alusión al enorme tamaño de su miembro viril. Un insulto torpe que no da en la diana humilla más a quien lo emite que al propio destinatario. Los políticos deberían tenerlo en cuenta ahora que está a punto de empezar su berrea".