miércoles, 16 de enero de 2019

De exposiciones: Tamara de Lempicka y Redescubriendo el Mediterráneo


La primera vez que vi un cuadro de Tamara de Lempicka fue en la portada de Bella del Señor (Albert Cohen, Anagrama 1987) y me quedé impactada por la novedosa mirada femenina que se reflejaba en sus retratos de rotundas líneas geométricas con reminiscencias clásicas: glamour, sofisticación, elegancia y modernidad. La exposición en el Palacio de Gaviria constituye una interesante muestra retrospectiva de la producción de la artista, tan fascinante por su obra como por su vida. Ordenada temáticamente, presenta más de doscientas piezas, con atención especial a las artes decorativas, entre cuadros, dibujos, fotografías, mobiliario, trajes, bolsos y zapatos. Además se incluye por primera vez un retrato inacabado del rey Alfonso XIII en su exilio romano, descubierto por la comisaria de la exposición, Gioia Mori. Hay que darse prisa porque acaba a finales de febrero. La única pega es que el precio de la entrada es muy elevado y no está al alcance de todos los públicos. 


La segunda exposición que recomiendo terminó el 13 de enero: Redescubriendo el Mediterráneo en la fundación Mapfre, un recorrido por la pintura de finales del XIX que convirtió el Mediterráneo, sus aguas y su cultura como uno de los motivos principales de sus composiciones con obras de Claude Monet, Vincent Van Gogh, Paul Cézanne, Pablo Picasso, Auguste Renoir, Pierre Bonnard, Joaquín Sorolla, Joaquim Sunyer, Julio González o Giorgio de Chirico, entre otros.



jueves, 10 de enero de 2019

Blog Un libro al día


Un libro al día es un blog sobre libros, escrito por gente a la que le apasionan los libros. Cada día aparece una nueva reseña. Los libros objeto de reseña en este blog son elegidos de forma libre por cada colaborador. 
También tienen un proyecto hermano Un disco a la semana.

miércoles, 9 de enero de 2019

Thule, tierra mítica


Como afirma Carlos García Gual: "Los clásicos son inactuales: hablan de cosas que están más allá del presente efímero, abren otros horizontes y ofrecen ideas sobre el mundo que van mucho más allá de lo actual y cotidiano. Y nos hacen críticos, escépticos y más imaginativos". La cita me viene al pelo para explicar mi sorpresa ante el nombre del nuevo descubrimiento espacial que supone una representación de la formación planetaria: Última Thule, con el que la NASA ha bautizado en 2018 al objeto astronómico más distante del cinturón de Kuiper (masa de cometas y otros cuerpos menores en el confín exterior del sistema solar). Las primeras imágenes tomadas el 1 de enero por la sonda New Horizons permiten percibir su forma como dos esferas conectadas o un "contacto binario" (para los legos, un muñeco de nieve), con una longitud de 31 kilómetros. Es decir, que se encuentra más allá de Thule, el asteroide descubierto en 1888 por Johann Palisa desde el observatorio de Viena.
Y es que Tule (griego: Θούλη, Thoúlē o Θύλη Týlē) también identificado como Tile, Thule, Thila, o Thyïlea es un término usado en las fuentes clásicas para referirse a un lugar, generalmente una isla, en el norte lejano (Escandinavia o Saaremaa en el mar Báltico). En la geografía romana y medieval, el término última Thule también puede designar cualquier lugar distante situado más allá de las fronteras del mundo conocido.
Este deseo de conocer los lugares más remotos, reales o imaginarios, es una constante en el ser humano. En la literatura tenemos abundantes ejemplos. Cervantes, en su novela bizantina Los trabajos de Persiles y Sigismunda (Madrid 1617), cita los versos 1,29-31 de las Geórgicas de Virgilio. En el libro IV, capítulo doce del Persiles, Periandro escucha a su ayo Seráfilo su lugar de origen, Tule: "También te he dicho cómo en la última parte de Noruega, casi debajo del polo Ártico, está la isla que se tiene por última en el mundo, a lo menos por aquella parte, cuyo nombre es Tile, a quien Virgilio llamó Tule en aquellos versos que dicen en el libro I. Georg:
...Ac tua nautae
Numina sola colant: tibi serviat ultima Thule"*.
El sintagma última Thule se halla también en otro autor muy querido para Cervantes, Séneca, en la tragedia Medea (Med.,379), que se convirtió en una profecía e incitó a Colón a no respetar límite alguno y que contribuiría decisivamente a la extensión de la expresión como exponente de los confines del mundo. " Vendrá una edad, allá, en los tardíos años, en que el Océano ha de aflojar los ataderos de las cosas todas, se abrirá la ingente tierra, la mar destapará nuevos orbes y no será ya el fin de las tierras Tule.'' Coro del final del acto II,  Escena III*.
Así pues, desde los griegos Pitheas (que la consideró una tierra de hielo y fuego donde el sol no se ponía) y Antonio Diógenes, autor de los veinticuatro libros De las cosas increíbles de más allá de Thule, a Pomponio Mela, Plinio el Viejo, Julio Solino e Isidoro de Sevilla, entre otros, citaron a Thule. Luego, la mencionaron Boecio, Beda, Petrarca y muchos otros hasta nuestros días. Entre nosotros y más cercanamente hay menciones a Thule, por poner algún ejemplo, en Emilia Pardo Bazán, en Valera, en Rubén Darío, en Menéndez Pelayo, en Méndez Bejarano, y, cómo no, ya más tarde, en  Arreola, en Borges y Bioy Casares y así hasta Sánchez Dragó, en su Gárgoris y Habidis, o Pérez Reverte.
Umberto Eco relaciona la isla de Thule con los hiperbóreos, habitantes de un pueblo situado más allá del viento Bóreas, de quien Nietzsche creyó descender anticipándose a la sociedad secreta Thule, inspiradora de algunos esotéricos nazis.
En los tebeos de nuestra infancia, la rubia y bella joven Sigrid, reina de la remota isla de Thule era la novia del Capitán Trueno. 

*y los marinos adoren sólo tu divino poder, y Thule, la (tierra) más lejana, te rinda servidumbre.
 * traducción de Unamuno a petición del Gobierno español en mayo de 1933 para la inauguración del Teatro romano de Mérida. 

martes, 8 de enero de 2019

De tiendas: Pepita y Grano, Energía positiva




 No me gusta nada ir de tiendas a comprar, me parece un soberano aburrimiento; pero sí me gusta descubrir tiendas originales, distintas, como las que descubro paseando por mi barrio. Suelen ser caras y de vida corta, detrás de ellas hay emprendedores con muy buenas ideas. La primera que me llamó la atención, Pepita y grano (Calle de Sta Engracia, 77), está dedicada a la alimentación. Se venden a granel todo tipo de alimentos: algas deshidratadas, alubias, arroces, garbanzos, especias, frutas y setas deshidratadas, cereales y frutos secos. Incluso hay un rincón con recetas para elaborar los alimentos más exóticos. Te sirves tú mismo, compras solo lo que necesitas y puedes llevar tus propios envases, de esta manera se reduce así el consumo de plásticos. Me vine con 100 gramos de arroz vietnamita de color verde que, frito, está delicioso.

La segunda, Energía positiva (Gravina,14) es una tienda de regalos de decoración con alma para llegar al corazón. Todos los objetos que se comercializan contienen mensajes reveladores: deseos, sugerentes leyendas, sueños y secretos que han adoptado forma luminosa para decorar los espacios más íntimos. La lámpara libro con batería es bellísima. Como su dueño es Francisco Cuadros (editorial Maeva) también hay hermosos libros ilustrados; editan mapas para amantes de los libros que permiten viajar con los clásicos en el tiempo y en el espacio. 

sábado, 5 de enero de 2019

"Pasen y vean el Teatro de Autómatas"


Casi me quedo sin disfrutarlo, justo está mañana se cerraba este curioso espectáculo que ha estado anclado en el patio del cuartel del Conde Duque estas navidades para disfrute de mayores y pequeños. El Teatro de Autómatas fue construido en 1947 por Antonio Plá, natural de Alacuás (Alicante) y heredado por la familia Simó con el nombre de Barraca Hollywood. En 1992 fue adquirido y restaurado por Gonzalo Cañas y tras su muerte, en 2012, fue donado al Ayuntamiento de Madrid.  «Un divertido espectáculo de feria y excelente muestra del arte popular mediterráneo», tal y como explica el dueño del teatro en el imprescindible vídeo.


Los teatros mecánicos se hicieron muy populares en la primera mitad del siglo XX con sus pequeñas figuras animadas, precursoras de los robots, que se movían gracias a un mecanismo de poleas artesanales, invisibles para los espectadores. Y es que la maquinaria interna de las figuras es capaz de ejecutar hasta 50 movimientos distintos. Una función con dos obras cortas desarrolladas por 35 androides ordenados en pequeños dioramas que representan escenas costumbristas y satíricas de la España más castiza y rancia. El primer show de animación es un concierto a cargo de una orquesta de cinco músicos interpretando antiguos ritmos cubanos. El segundo está compuesto por doce dioramas con monumentos españoles y diez escenarios con situaciones cómicas de los siglos XIX y XX: Sevilla y olé, Dulce hogar, Merlín el encantador, Kaly musical, La Romántica, El Molino Rojo, Peluquería moderna, Nuevos ricos, Circo Price y La Solterona.

miércoles, 2 de enero de 2019

El cielo de Madrid

 El cielo de Madrid desde una azotea de San Bernardo antes de que se iniciaran las obras de la Plaza de España (2016):


Iglesia Montserrat y glorieta Ruiz Jiménez 
Iglesia Comendadoras 

Edificio Telefónica 

martes, 1 de enero de 2019

Calendario de 366 mujeres de Bautista