No me puedo resistir a la tentación de hojear los libros que
se ponen a mi alcance. Este jueves en la Cruz Roja habían donado un libro de
impecable hechura: Antirrefranero español
(Turpin editores, 2006). Inmediatamente me lo traje a casa.
Apoyándose en sabrosas citas literarias, Miguel Ángel Mendo
nos ofrece un riguroso e insólito análisis (semántico, simbólico, psicológico)
de cuarenta populares refranes españoles, donde desvela los sutiles mensajes
morales e ideológicos que cada uno de ellos esconde, y propone como antídoto un
antirrefrán (El buen paño en arca se pudre; la caridad empieza por entender
bien a los demás; La letra con cariño entra; Aprendiz de todo, futuro maestro; Casa
con dos puertas, buena es de ventilar; Cuando el río suena, el agua es buena; cuando
las barbas de tu vecino veas pelar, ponte a pelear; El exceso de confianza da
asco). Para él, la gran mayoría de los refranes fueron diseñados con las más
afinadas técnicas de comunicación propias de la cultura oral de cada época y
con un objetivo muy concreto: el control de los pensamientos, actitudes y
hábitos de las gentes iletradas, siendo el púlpito de las iglesias su principal
foco de difusión. Los refranes son relatos breves y fácilmente
memorizables; escuetos y concisos, compuestos con palabras sencillas, y han
sido considerados erróneamente como parábolas
comprimidas, saetas afiladas, chispazos del entendimientos, fuente de saber.
Porque no son dogmas de fe, favorecen la pereza mental, controlan el
pensamiento, no son espontáneos, buscan la complicidad social.
Me gusta el tono combativo del autor que con encomiable
entusiasmo se niega a aceptar que la sabiduría popular este representada en el
refranero: "La mayor parte de él es de una naturaleza invariablemente
conservadora, clasista, sexista, racista, paternalista, egoísta, desconfiada,
pesimista". Y que le da la vuelta al calcetín afirmando que el verdadero
pueblo, el que debería servir de modelo no es así: "Su tendencia innata es
la de ser generoso, tolerante, participativo, confiado, optimista y
valiente". En un anexo recopila refranes
sobre el dinero que reflejan envidia permanente y soez picardía. Sobre la mujer,
los hijos y la educación que denotan brutalidad, ausencia de respeto,
prepotencia; Sobre la muerte, cargados de pesimismo, codicia, cinismo y chabacana
metafísica de barra de bar.
Estoy de acuerdo con todo lo que dice, pero me temo que yo he sido educada en ese control del
pensamiento con principios insolidarios y vengativos, que reproduce
el ideario del refranero. Cuando me he salido del tiesto por mi pensamiento
singular y a contracorriente, solo he recibido palos.
Miguel Ángel Mendo es un afamado bloguero al que recomiendo visitar:
http://www.cavernasonora.blogspot.com.es/
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