En el periódico ABC viene una noticia que recoge la lucha de los vecinos contra la instalación del parque de bomberos de la zona centro en la calle san Bernardo, que contra lo que se dice en la actualidad tiene muy poco de ancha: "Los vecinos alertan del riesgo que supone para una calle con solo dos carriles, junto a varios centros educativos, y de que creará más «inseguridad contra el fuego» por los atascos".
En una entrada anterior ya me referí a lo absurdo de la decisión del anterior gobierno de Ana Botella que sonaba a especulación inmobiliaria:
"Ignoro de quién habrá sido la genial idea de poner un parque de bomberos en una de las calles más estrechas y con más tráfico de Madrid, donde es imposible descargar o bajarse de un coche sin formar un atasco desde la Gran Vía hasta los bulevares".
En una entrada anterior ya me referí a lo absurdo de la decisión del anterior gobierno de Ana Botella que sonaba a especulación inmobiliaria:
"Ignoro de quién habrá sido la genial idea de poner un parque de bomberos en una de las calles más estrechas y con más tráfico de Madrid, donde es imposible descargar o bajarse de un coche sin formar un atasco desde la Gran Vía hasta los bulevares".
En una visita al barrio de Malasaña, en la que un grupo de vecinos le entregó una carta exponiendo sus reivindicaciones, Manuela Carmena afirmó que el parque se va a instalar porque está presupuestado y que habrá una evaluación a los seis meses:
Lo dicho: ¡Pobre barrio mío!
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