jueves, 31 de diciembre de 2015
Regálame un libro por Reyes
Críticas increíbles a los clásicos de la literatura
Creo que estas críticas recopiladas por Jaime Rubio Hancock en Goodreads, una web en la que los lectores puntúan y comentan los libros que han leído,se pueden utilizar en clase.
"Entre estas críticas hay de todo: desde alumnos atormentados por lecturas obligatorias a gente que no ha entendido nada de nada, pasando, claro, por esos lectores que simplemente no han conectado con la historia. Porque todo el mundo tiene derecho a odiar ciertos libros, por muy buenos que sean. Solo faltaría".
Escuelas libres de transfobia y acoso escolar
Para saber más, pincha en el weblog, Hablando de todo un mucho, de un compañero de Lengua y Literatura: Carlos Javier Herrero Canencia.
Adhesión al manifiesto en repulsa por el asesinato social de Alan
Ésta era la primera Navidad que Alan, un chico transexual de diecisiete años de Barcelona, vivía de acuerdo a su identidad. Era también la primera en la que celebrar un DNI recién estrenado. Pero trágicamente ha resultado ser la última. La transfobia en el ámbito escolar ha podido con Alan. Sufrió mucha transfobia a lo largo de su vida; como su madre dice, lo ocurrido no es responsabilidad de una sola persona, sino que cada día durante años alguien se ocupó de que supiera que su diversidad no era aceptada. Entre todos le mataron. No ha sido un suicidio, sino un asesinato social.
Las personas transexuales y sus familias, sufrimos cotidianamente actos de microviolencia tanto social como institucional, que se acumulan, sumándose a los obstáculos que supone vivir esta situación y, que como le pasó a Alan, se convierten en una carga insoportable.
Desde Chrysallis exigimos a los poderes públicos, a las administraciones educativas y sanitarias, a los encargados de los registros civiles, a los grupos parlamentarios y partidos políticos, y en general a toda la sociedad, que se proteja a los menores transexuales, haciendo que se reconozca y respete su identidad sexual, y que se ataje la transfobia en todos los ámbitos.
La transfobia NOS mata a todos. Todos somos Alan.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
El corderito negro
Nunca entendí por qué se utiliza la expresión "Felices
Pascuas" en Navidad, porque la Pascua es el tiempo de la primavera y se
celebra en Semana Santa, en la que los judíos comían un cordero para celebrar la salida de Egipto. Parece ser que el término (en su origen, " paso")
equivale a fiesta y, por eso, se extiende a otras fiestas: Pascua Florida
es el domingo de Ramos; la Pascua de Pentecostés; la Pascua de Navidad y la
Pascua de Epifanía. A mí, todas estas pascuas me hacen la pascua (me fastidian),
pero como España es un país católico, que se rige por la arbitrariedad, pues no
me queda más remedio que asumirlo. Antes, cuando trabajaba, me gustaban porque
eran días inhábiles. Ahora, me da lo mismo.
Todo esto viene a cuento de
la película de Bardem, "Felices Pascuas" (1954), que he visto en tv2
estos días, donde un matrimonio gana un cordero en una rifa y es incapaz de comérselo
porque, evidentemente, antes lo tiene que matar. La cinta no ahorra humor negro
ni crítica social, y al final el corderito blanco con una cinta roja en el
cuello es salvado en el matadero. Al comienzo la banda sonora entonaba un
villancico infantil con vivas a la censura.
Con la imagen del corderito Norit en la retina, celebré por primera vez las Navidades en las Casas del Menor (Villena) por donde discurre la Cañada Real y, justamente, el 25 de diciembre pasó un rebaño formado por una mezcla de ovejas churras y merinas, cabras y machos cabríos, que me sorprendió por el tono oscuro de sus vellones y por las manchas negras en las cuencas de los ojos y en su pelaje. Además, iban acompañados de unas garcillas bueyeras. Lo pastoreaba un árabe con él que fuimos incapaces de entablar conversación. Como soy de ciudad, solo había visto los rebaños de Castilla, que están formados por ovejas merinas, caracterizadas por su buena lana de color blanco, donde los corderos negros han sido sometidos a un proceso de selección al ser su lana menos valiosa porque no se puede teñir.
Media hora después de pasar el rebaño, un vecino llamó a
la puerta solicitando una mantaCon la imagen del corderito Norit en la retina, celebré por primera vez las Navidades en las Casas del Menor (Villena) por donde discurre la Cañada Real y, justamente, el 25 de diciembre pasó un rebaño formado por una mezcla de ovejas churras y merinas, cabras y machos cabríos, que me sorprendió por el tono oscuro de sus vellones y por las manchas negras en las cuencas de los ojos y en su pelaje. Además, iban acompañados de unas garcillas bueyeras. Lo pastoreaba un árabe con él que fuimos incapaces de entablar conversación. Como soy de ciudad, solo había visto los rebaños de Castilla, que están formados por ovejas merinas, caracterizadas por su buena lana de color blanco, donde los corderos negros han sido sometidos a un proceso de selección al ser su lana menos valiosa porque no se puede teñir.
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lunes, 21 de diciembre de 2015
La agresividad del vendedor de enciclopedias Planeta
En la era internet vender enciclopedias debe ser un trabajo muy duro y mal pagado, pero lo que no tiene
justificación es que invadan tu casa con excusas inaceptables. Hace años compré
el Larousse cuando aprobé las oposiciones porque tenía dinero y lo había echado
mucho de menos en mi vida estudiantil.
Ni que decir tiene que no lo he utilizado ni una sola vez y ahí está
criando polvo en mi estantería. A los vendedores insistentes, que, aprovechando ese error juvenil, siempre llaman más de dos veces, les he dicho hasta la saciedad que no quiero asistir a promociones,
ni que venga ningún comercial a casa; primero, de buenas maneras y al final
chillando, dada su insistencia. Lo de ayer me pilló desprevenida. Me llamaron
de Mediaset diciendo que me iban a dar un regalo en un día tonto
cercano a las navidades. Al segundo llamaron a la puerta, abrí sorprendida y confiada, al
otro lado apareció el típico vendedor, joven, trajeado y chulo. Se cercioró de
que mis datos personales eran los adecuados e insistió en regalarme contra mi
voluntad descuentos en circuitos termales y viajes, y que necesitaba
apoyarse en una mesa para escribir la clave. Como lo que quería era sentarse en
mi salón, le metí en la cocina para demostrarle que estaba ocupada cocinando y
me molestaba. Le dio lo mismo, se empeñó en hacerme una encuesta absurda donde
confundía Mediaset con Atresmedia (todo esto es nuestro, me decía). A sus
preguntas absurdas e insistentes, le contestaba malhumorada que no, que no me
interesaba, que dejase la respuesta en blanco, que no quería un robot de
cocina, que no tenía dinero, que no iba a comprar nada. Empezó a sudar y a
acercarse todavía más, utilizó el yo también soy de la Comunidad Valenciana
para congraciarse conmigo. El colmo fue preguntarme si me gustaba más Van Gogh
o Michelangelo (sic), mientras desplegaba un folleto, que se le ensució de grasa al apoyarse en la encimera, en un vano
intento de venderme una escultura. En ese instante me miró iracundo y se dirigió a la puerta. Ya no había más tela que cortar. Total, un rato desagradable y una situación surrealista que nos
deberíamos haber ahorrado los dos.
viernes, 11 de diciembre de 2015
¿Por qué no compro El País?
He recibido últimamente algunas llamadas de El País,
ofreciéndome diversas fórmulas para abonarme a él. Les he contestado con mucho
respeto que, desde hace año y medio, no lo compro porque no me gusta la línea
editorial del mismo, contradictoria y cada vez más aduladora con el partido del poder vigente. Leer
un editorial actual me hace cerrar el periódico de golpe y me pone de mal humor,
a pesar de que soy asidua lectora desde su fundación hace casi cuarenta años. El nuevo director ha traído cambios para
peor. Primero fue la huida de Maruja Torres; después la salida de otros
periodistas menos conocidos y, por
último, el cese fulminante de Miguel Ángel Aguilar por decir la verdad de lo
que pasa con el grupo Prisa. No cuesta dejar la lealtad a un periódico, cundo
el mismo no la tiene ni con el público ni con sus periodistas fundadores.
Prefiero leer periódicos digitales, donde encuentro artículos de opinión que
comparto y una información menos sesgada.
Franco (personaje que representa al director de El Mundo en
la novela Los corruptores, de Jorge Zepeda) expresa muy bien esta
reconversión de la mayoría de los periódicos de papel: "El periódico
perfecto debía ser de izquierda en materia social, de centro en asuntos
políticos y de derecha en temas de economía".
La burbuja
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