En la era internet vender enciclopedias debe ser un trabajo muy duro y mal pagado, pero lo que no tiene
justificación es que invadan tu casa con excusas inaceptables. Hace años compré
el Larousse cuando aprobé las oposiciones porque tenía dinero y lo había echado
mucho de menos en mi vida estudiantil.
Ni que decir tiene que no lo he utilizado ni una sola vez y ahí está
criando polvo en mi estantería. A los vendedores insistentes, que, aprovechando ese error juvenil, siempre llaman más de dos veces, les he dicho hasta la saciedad que no quiero asistir a promociones,
ni que venga ningún comercial a casa; primero, de buenas maneras y al final
chillando, dada su insistencia. Lo de ayer me pilló desprevenida. Me llamaron
de Mediaset diciendo que me iban a dar un regalo en un día tonto
cercano a las navidades. Al segundo llamaron a la puerta, abrí sorprendida y confiada, al
otro lado apareció el típico vendedor, joven, trajeado y chulo. Se cercioró de
que mis datos personales eran los adecuados e insistió en regalarme contra mi
voluntad descuentos en circuitos termales y viajes, y que necesitaba
apoyarse en una mesa para escribir la clave. Como lo que quería era sentarse en
mi salón, le metí en la cocina para demostrarle que estaba ocupada cocinando y
me molestaba. Le dio lo mismo, se empeñó en hacerme una encuesta absurda donde
confundía Mediaset con Atresmedia (todo esto es nuestro, me decía). A sus
preguntas absurdas e insistentes, le contestaba malhumorada que no, que no me
interesaba, que dejase la respuesta en blanco, que no quería un robot de
cocina, que no tenía dinero, que no iba a comprar nada. Empezó a sudar y a
acercarse todavía más, utilizó el yo también soy de la Comunidad Valenciana
para congraciarse conmigo. El colmo fue preguntarme si me gustaba más Van Gogh
o Michelangelo (sic), mientras desplegaba un folleto, que se le ensució de grasa al apoyarse en la encimera, en un vano
intento de venderme una escultura. En ese instante me miró iracundo y se dirigió a la puerta. Ya no había más tela que cortar. Total, un rato desagradable y una situación surrealista que nos
deberíamos haber ahorrado los dos.
lunes, 21 de diciembre de 2015
viernes, 11 de diciembre de 2015
¿Por qué no compro El País?
He recibido últimamente algunas llamadas de El País,
ofreciéndome diversas fórmulas para abonarme a él. Les he contestado con mucho
respeto que, desde hace año y medio, no lo compro porque no me gusta la línea
editorial del mismo, contradictoria y cada vez más aduladora con el partido del poder vigente. Leer
un editorial actual me hace cerrar el periódico de golpe y me pone de mal humor,
a pesar de que soy asidua lectora desde su fundación hace casi cuarenta años. El nuevo director ha traído cambios para
peor. Primero fue la huida de Maruja Torres; después la salida de otros
periodistas menos conocidos y, por
último, el cese fulminante de Miguel Ángel Aguilar por decir la verdad de lo
que pasa con el grupo Prisa. No cuesta dejar la lealtad a un periódico, cundo
el mismo no la tiene ni con el público ni con sus periodistas fundadores.
Prefiero leer periódicos digitales, donde encuentro artículos de opinión que
comparto y una información menos sesgada.
Franco (personaje que representa al director de El Mundo en
la novela Los corruptores, de Jorge Zepeda) expresa muy bien esta
reconversión de la mayoría de los periódicos de papel: "El periódico
perfecto debía ser de izquierda en materia social, de centro en asuntos
políticos y de derecha en temas de economía".
La burbuja
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Las "chachas" del boom latinoamericano, Noemí López Trujillo
Pincha aquí para leer el esclarecedor artículo sobre la vida silenciada de las mujeres de los grandes literatos:
"Mercedes aguanta como un hombre", escribió Gabo
sobre la paciencia de su mujer mientras él escribía 'Cien años de soledad'.
¿Habría existido el fenómeno sin las mujeres de estos novelistas?Recomiendo leer también Grandes autores, vistos por sus compañeras donde el papel de 'esposa de escritor' parece ser, a la vista de los testimonios que se van conociendo, el oficio más triste del mundo. Las biografías de los 'genios' (hombres) suelen reproducir ciertas pautas: tienen al lado a una mujer que dedica su vida a servirle y apoyarle. Como la literatura ha sido tradicionalmente cosa de
hombres, a menudo
encontramos a su lado una mujer que le acompaña. A veces forman una pareja de
iguales, pero en muchas ocasiones encontramos, más que esposas, a esforzadas
secretarias, cuidadoras, en el mejor de los casos musas entregadas
a hacer más fácil su vida, y su éxito. Si
se casan dos veces, la primera lo hacen con una mujer de edad y circunstancias
parecidas a las suyas, la segunda, en cambio, con una admiradora más joven y
con frecuencia de mayor estatus social que la anterior.
" Sofía Tolstoi copió seis veces el manuscrito de Guerra y
Paz. Anna Dostoievski tuvo que convertirse en la contable de su marido y
liberarlo del mar de deudas en el que estaba sumido, además de convertirse en
su eficiente editora. Zelda Fitzgerald vio como sus diarios y sus expresiones
eran empleados por su marido como inspiración para sus personajes y dijo una
vez que el plagio empieza en casa. Y Mathilde Verlaine se convirtió en la
tercera en discordia (y muy olvidada) de la pasional historia de amor por excelencia
del XIX literario. Todas ellas son esposas de escritores famosos y todas ellas
tuvieron una existencia no muy sencilla. A pesar de ello, lo habitual es que
todas estas esposas de escritores se conviertan en olvidadas notas a pie de
página."
Musas,
secretarias, enfermeras...
Dentro del auge actual de los géneros biográficos e históricos, se pueden observar filones temáticos, y uno de ellos -por iniciativa, en general, femenina: de investigadoras, novelistas, editoras...- es el que consiste en sacar a la luz a las mujeres de los hombres famosos. Sus historias alimentan un nuevo subgénero, de gran éxito en algunos casos, en Estados Unidos. Las esposas o amantes de Napoleón, Ernest Hemingway, Charles Lindbergh, George Mallory o Frank Lloyd Wright son algunas de esas figuras que tras vivir en la sombra, se encuentran hoy bajo los focos.
Dentro del auge actual de los géneros biográficos e históricos, se pueden observar filones temáticos, y uno de ellos -por iniciativa, en general, femenina: de investigadoras, novelistas, editoras...- es el que consiste en sacar a la luz a las mujeres de los hombres famosos. Sus historias alimentan un nuevo subgénero, de gran éxito en algunos casos, en Estados Unidos. Las esposas o amantes de Napoleón, Ernest Hemingway, Charles Lindbergh, George Mallory o Frank Lloyd Wright son algunas de esas figuras que tras vivir en la sombra, se encuentran hoy bajo los focos.
No te cases con un escritor! (historias no muy felices de
esposas de escritores famosos) Autoras: Raquel C. Pico y Cristina Domínguez:
Por último, las precisiones de Cortázar al "boom latinoamericano" (Entrevista A fondo, 1977)
lunes, 7 de diciembre de 2015
Los corruptores, Jorge Zepeda
He leído con interés dos novelas del periodista mexicano Jorge Zepeda Patterson: Los corruptores (Planeta) y Milena o el fémur más bello del mundo, premio Planeta, que es la continuación de la anterior porque presenta a los mismos personajes que forman el grupo de los Azules, asociación amistosa y sentimental que comparten desde la infancia: Amelia, dirigente política; Tomás, periodista, y Jaime, especialista en seguridad. Los tres intervienen de forma distinta y complementaria sobre la realidad política. Recurso que ya utilizó Enyd Blyton en Los Cinco, una pandilla formada por varios niños que actúan por lo general al margen de los adultos como detectives y se ven envueltos en toda clase de aventuras.
Los corruptores, nos presenta, de una manera cruda, la compleja realidad mejicana actual. Una realidad conformada por asesinatos realizados por profesionales sin ningún escrúpulo; salvajes luchas de poder; ambiciones inconfesables y corrupciones; esbirros de narcos que matan como si la vida no tuviera ningún valor, hackers reclutados a la fuerza por uno y otro bando, políticos descaradamente millonarios, corruptos que quieren serlo más y para siempre, servicios secretos que actúan sólo según sus intereses.
Pamela
Dosantos, famosa actriz, abre las piernas para tratar de seducir a su verdugo.
Es un intento desesperado. No lo consigue. Cierra los ojos y muere
descuartizada. Así se inicia Los corruptores. Tomás, periodista que ya vivió
sus mejores días, casado y divorciado, devoto de su hija Jimena, demasiado
aficionado a la vida diletante y al alcohol, publica un dato en su
insignificante columna en un periódico del D.F. que implica a Salazar, el
hombre fuerte del nuevo gobierno del PRI, que ha regresado al poder.
La novela premiada, menos lograda y de redacción más apresurada que la anterior, desvela la intervención de las mafias ucranianas que desde la Marbella de Gil y Gil extienden su influencia a la gobernación de México a través de una compleja red de prostitución.
La novela premiada, menos lograda y de redacción más apresurada que la anterior, desvela la intervención de las mafias ucranianas que desde la Marbella de Gil y Gil extienden su influencia a la gobernación de México a través de una compleja red de prostitución.
Encantada de conocerte, Víctor Chamorro
Pero la gran sorpresa ha sido el reencuentro, después de ocho años, de mi compañera de viaje, Charo, con el
escritor Víctor Chamorro (nada que ver, supongo, con el fiscal Chamorro ni con el
periodista Eduardo Chamorro). Lo encontramos, amodorrado por la tibieza de la
lumbre, en su casa de la Corredera, al pie de una tabla de clérigo a modo de
pupitre, triste por la pérdida de su mujer y diezmado por una bronquitis. Pero
los recuerdos del pasado y la emoción del presente le hicieron enseguida convertirse
en el conversador ingenioso e irónico
que siempre ha sido, eterno buscador de historias, de juegos de palabras y de
frases breves como dardos certeros, siempre a la búsqueda de la palabra precisa.
Acostumbrado a nadar contra corriente con la vehemencia de quien sabe que tiene
la razón, me recordó a otro profesor y famoso izquierdista, Julio Anguita, con
el que comparte fisonomía semítica
Víctor, como cuenta
su hija Maite, es un escritor que se dedicó a la enseñanza; que vive para la
pluma, pero no de la pluma. Este
novelista, desconocido para mí pero no para los habitantes de su pueblo y de
Extremadura, ha sido el eterno finalista de todos los premios más importantes,
incluido el Planeta que le robaron en el último minuto. Hecho que le honra, porque
el haber vivido fuera de los mentideros literarios, silenciado por los manuales
de literatura convencional y por la crítica nacional, le ha hecho convertirse en uno de los
escritores más libres e indómitos del panorama literario español.
Con él repasamos lo
viejos tiempos de la transición que él llama transacción. Sin caer en la
amargura, sigue con multitud de proyectos. Ahora me dispongo a leer los libros
que generosamente me ha regalado: Pasión
extremeña en 15 actos y Guía de
bastardos. En este último me ha puesto la dedicatoria: “Encantado de
haberte conocido”. Yo también lo estoy, maestro, y espero que ya estés
recuperado de la bronquitis que, créeme, no es culpa de esos puros que te fumas
a escondidas. Cuando estés recuperado, cómete a besos a tu nieto, Víctor III.Hoy, lunes 8 de mayo del 2022, ha fallecido Víctor Chamorro en Plasencia. Fue un placer conocerte y leerte.
sábado, 14 de noviembre de 2015
Micromachismos
Interesante página del diario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Un espacio donde se pueden compartir experiencias.
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