Observo estos escombros de recuerdos imborrables y rememoro todos
los poemas que han hablado de ruinas y las han comparado con la naturaleza
humana. El despedazado edificio evoca en mí voces dormidas, memorias funerales que el alma
siente, reliquias de la edad temprana. Derribados los sueños, antaño fuertes
ahora desmoronados, he mirado los escombros reconvertidos en metáfora del
tiempo y me ha invadido la desolación. Ya no volveré a escuchar las risas
jóvenes, ahora transformadas en silencio mudo, que poblaban la peligrosa escalera que
ascendía hasta las clases para envidia del mundo.
¡Qué absurdo! El colegio, para mí, desapareció cuando lo
abandoné en 1991 en una regulación de empleo porque quitaron el concierto al
nocturno, a pesar de que era demasiado
joven para quedarme y demasiado vieja para irme. Trece años intensos que me
marcaron, porque me formé como persona y como profesora. Allí vivimos
todos, profesores y alumnos, los avatares de la transición. Desde mi huida hacia adelante, no he vuelto la cabeza atrás ni una sola
vez para no convertirme en una estatua de sal. Y esas fotos están removiendo
los cimientos de mi plano del mundo. Todo desapareció, cambió la suerte.
La pequeña sala
Cadarso, situada en los bajos del edificio del colegio, primero fue un cine-estudio y luego, en febrero de 1976, se convirtió en teatro donde los madrileños pudieron ver los mejores espectáculos de
los grupos de teatro independiente. Siempre estará unida en el recuerdo de mi colegio porque los dos estuvieron condenados a peligro de cierre por
no reunir los requisitos establecidos por la Ley y porque, cuando no tenían público, a los del nocturno nos invitaban a asistir gratis a sus representaciones. Se clausuró la
sala Cadarso en 1985 y se incorporó como salón de actos al colegio para reconvertirse después en
gimnasio. El colegio se cerró en 2008 (
“Porque tenemos un marco sin puerta”):
Porque no haya más finales para los principios
Porque éste no sea el principio del final
Porque nunca, nunca, nunca más
Se cierre un colegio como el Covadonga
En mayo de 2020, el edificio de
Cadarso 18 apareció en todos los periódicos porque en los apartamentos de lujo que se habían construido allí estaba pasando la cuarentena la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
FUHEM un hogar para pensar, educar y transformar
Para los nostálgicos recomiendo ver el documental que se elaboró con motivo de la celebración de los 50 años de la Fundación del Hogar
del Empleado, se puede ver en cuatro partes en rtv.es A la Carta UNED (26/2/2016):
El capítulo inicial no tiene desperdicio:
Los orígenes de FUHEM se remontan a 1949, bajo la forma de
Asociación El Hogar del Empleado. En 1965, se constituye la Fundación Benéfico
Social Hogar del Empleado y sus estatutos reflejan la voluntad de sus
fundadores: el desarrollo integral de la persona, del “empleado” o trabajador y
su familia, según la terminología de entonces, lo que explica el nombre actual
de nuestra entidad.
“El Hogar del Empleado también dejó una de las obras más
desconocidas y llamativas del arquitecto en Madrid: el Colegio de Nuestra
Señora de Lourdes, construido entre 1961 y 1963. Tras la Colonia de Puerta del
Ángel, los arquitectos proyectaron la de Lourdes en Batán, al sur de la ciudad.
La ideología de todas aquellas colonias bebía del movimiento arquitectónico
moderno europeo, con Le Corbusier a la cabeza, que consistía en crear barrios
enteros: "unidades vecinales" dotadas de servicios de las que apenas
tuvieras que salir. A la de Lourdes le pusieron locales comerciales, una
iglesia y un instituto. Ya entonces, mucho antes de El Ruedo y Torres Blancas,
Oiza construía de forma circular.”