A cuatro leguas de Pinto
y a treinta de Marmolejo,
existe un castillo viejo
que edificó Chindasvinto.
Lo habitaba un gran señor,
algo feudal y algo bruto;
se llamaba Sisebuto
y su esposa, Leonor,
y Cunegunda, su hermana,
y su madre, Berenguela,
y una prima de su abuela
que atendía por Mariana,
y su cuñado, Vitelio,
y Cleopatra, su tía,
y su nieta, Rosalía,
y su hijo mayor, Rogelio.
Era una noche de invierno,
noche cruda y tenebrosa,
noche sombría, espantosa,
noche atroz, noche de infierno,
noche fría, noche helada,
noche triste, noche oscura,
noche llena de amargura,
noche infausta, noche airada.
En un gótico salón
dormitaba Sisebuto,
y un lebrel seco y enjuto
roncaba en el portalón.
Con quejido lastimero
el viento fuera silbaba,
e imponente se escuchaba
el ruido del aguacero.
Cabalgando en un corcel
de color verde botella,
raudo como una centella
llega al castillo un doncel.
Empapada trae la ropa
por efecto de las aguas,
¡como no lleva paraguas
viene el pobre hecho una sopa!
Salta el foso, llega al muro,
la poterna está cerrada.
-¡Me ha dado mico mi amada!
-exclama-, ¡vaya un apuro!
De pronto algo que resbala
siente sobre su cabeza;
extiende el brazo y tropieza
con la cuerda de una escala.
-¡Ah!... -dice con fiero acento.
-¡Ah!.. -vuelve a decir gozoso.
-¡Ah!.. -repite venturoso.
-¡Ah!.. -otra vez, y así, hasta ciento.
Trepa que trepa que trepa,
sube que sube que sube,
en brazos cae de un querube,
la hija del conde... ¡la Pepa!
En lujoso camarín
introduce a su adorado,
y al notar que está mojado
lo seca bien con serrín.
-Lisardo... mi bien, mi anhelo,
único ser al que adoro,
el de los cabellos de oro,
el de la nariz de cielo,
¿qué sientes, di, dueño mío?,
¿no sientes nada a mi lado?,
¿qué sientes, Lisardo amado?
Y él responde: - Siento frío.
-¿Frío has dicho? Eso me espanta.
¿Frío has dicho? eso me inquieta.
No llevarás camiseta
¿verdad?... pues toma esta manta.
-Y ahora hablemos del cariño
que nuestras almas disloca.
Yo te amo como una loca.
-Yo te adoro como un niño.
-Mi pasión raya en locura,
-La mía es un arrebato.
-Si no me quieres, me mato.
-Si me olvidas, me hago cura.
-¿Cura tú?, ¡Por Dios bendito!
No repitas esas frases,
¡en jamás de los jamases!
¡Pues estaría bonito!
Hija soy de Sisebuto
desde mi más tierna infancia,
y aunque es mucha mi arrogancia,
y aunque es mi padre muy bruto,
y aunque temo sus furores,
y aunque sé a lo que me expongo,
huyamos... vamos al Congo
a ocultar nuestros amores.
-Bien dicho, bien has hablado,
huyamos aunque se enojen,
y si algún día nos cogen,
¡que nos quiten lo bailado!
En esto, un ronco ladrido
retumba potente y fiero.
-¿Oyes? -dice el caballero-,
es el perro que me ha olido.
Se abre una puerta excusada
y, cual terrible huracán,
entra un hombre..., luego un can...,
luego nadie..., luego nada...
-¡Hija infame! -ruge el conde.
¿Qué haces con este señor?
¿Dónde has dejado mi honor?
¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?
Y tú, cobarde villano,
antipático, repara
cómo señalo tu cara
con los dedos de mi mano.
Después, sacando un puñal,
de un solo golpe certero
le enterró el cortante acero
junto a la espina dorsal.
El joven, naturalmente,
se murió como un conejo.
Ella frunció el entrecejo
y enloqueció de repente.
También quedó el conde loco
de resultas del espanto.
El perro... no llegó a tanto,
pero le faltó muy poco.
Desde aquel día de horror
nada se volvió a saber
del conde, de su mujer,
la llamada Leonor,
de Cunegunda su hermana,
de su madre Berenguela,
de la prima de su abuela
que atendía por Mariana,
de su cuñado Vitelio,
de Cleopatra su tía,
de su nieta Rosalía
ni de su chico Rogelio.
Y aquí acaba la leyenda
verídica, interesante,
romántica, fulminante,
estremecedora, horrenda,
que de aquel castillo viejo
entenebrece el recinto,
a cuatro leguas de Pinto
y a treinta de Marmolejo.
Autor: Joaquín Abatí y Díaz
Ahora te toca a ti parodiar un romance.
sábado, 14 de agosto de 2010
¿Qué es poesía?
El club de los poetas muertos
Ahora le vas a poner texto (puede ser una poesía) al corto :
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Poesía
Whitman: Canto a mí mismo
Para variar, un poema optimista. La mayoría de las poesías son tristes, hablan de desamor, el poeta hurga en sus heridas y nos muestra sus sentimientos desoladores. Pero hay poetas felices que nos transmiten su alegría y pasión por vivir. Este es uno de esos raros poemas. Las innovaciones que distinguen a Whitman como el poeta de los poetas, las señala Ingberg: “Es una de las grandes bisagras entre el romanticismo y la poesía moderna. Su verso libre torrencial es un emblema, un modo de vivir la poesía. Whitman abrió la puerta por donde el yo íntimo sale a fusionarse con el mundo”.
Serrat
Canto de dos poetas españoles a Whitman: Lorca y León Felipe
León Felipe, su traductor, le dedicó un poema. Comparte con él el tono enérgico, de proclama y arenga casi religiosa, y el impaciente canto a la libertad.
“Aquel que camina una sola legua sin amor
camina amortajado hacia su propio funeral”.
Se apellida Whitman,
pero Dios le llama Walt.
No tiene familia.
Es hijo de la tierra mas que de la sangre
como todo norteamericano legítimo.
Su nombre telúrico y adamico
es Walt. Walt, Walt, Walt,
le dice el gavilán, la tempestad,
y las olas del mar entre las rocas de la playa…
Llamadle Walt vosotros también.
Yo le llamo Walt.
Dios le llama Walt.
No tiene otro título, ni rótulo a la puerta,
no es doctor, ni reverendo, ni maese…
No es misionero tampoco.
No viene a repartir catecismos,
Ni reglamentos, ni a colgarle a nadie
una cruz en la solapa.
Ni a juzgar, ni a premiar, ni a castigar.
Viene sencillamente a cantar una canción.
No os trae nada nuevo.
Sabe que sois ricos y os lo viene a recordar.
Y a los que han olvidado su tesoro
viene a abrirles el granero, el palomar,
y las ventanas de la torre.
Os trae unas llaves.
Viene a derribar murallones,
a destruir cercas y vallados.
Os trae también una piqueta.
¿Que esperais? ¿Falta algo más?
Ah…si…
Preguntais si tiene biografía….
Los grandes poetas no tienen biografía.
Tienen destino, y el destino
No se narra…
Se canta y se baila.
La Oda a Walt Whitman es un homenaje de Federico García Lorca al poeta de la multitud, del amor universal, de la democracia. Frente a la ciudad deshumanizada, Nueva York, el poeta granadino anhela una sociedad solidaria. Del poema hay una versión abreviada y musicada de Patxi Andión, que parece que tiene censuradas todas las alusiones a la homosexualidad:
http://antologiapoeticamultimedia.blogspot.com/2007/01/oda-walt-whitman.html
Serrat
Canto de dos poetas españoles a Whitman: Lorca y León Felipe
León Felipe, su traductor, le dedicó un poema. Comparte con él el tono enérgico, de proclama y arenga casi religiosa, y el impaciente canto a la libertad.
“Aquel que camina una sola legua sin amor
camina amortajado hacia su propio funeral”.
Se apellida Whitman,
pero Dios le llama Walt.
No tiene familia.
Es hijo de la tierra mas que de la sangre
como todo norteamericano legítimo.
Su nombre telúrico y adamico
es Walt. Walt, Walt, Walt,
le dice el gavilán, la tempestad,
y las olas del mar entre las rocas de la playa…
Llamadle Walt vosotros también.
Yo le llamo Walt.
Dios le llama Walt.
No tiene otro título, ni rótulo a la puerta,
no es doctor, ni reverendo, ni maese…
No es misionero tampoco.
No viene a repartir catecismos,
Ni reglamentos, ni a colgarle a nadie
una cruz en la solapa.
Ni a juzgar, ni a premiar, ni a castigar.
Viene sencillamente a cantar una canción.
No os trae nada nuevo.
Sabe que sois ricos y os lo viene a recordar.
Y a los que han olvidado su tesoro
viene a abrirles el granero, el palomar,
y las ventanas de la torre.
Os trae unas llaves.
Viene a derribar murallones,
a destruir cercas y vallados.
Os trae también una piqueta.
¿Que esperais? ¿Falta algo más?
Ah…si…
Preguntais si tiene biografía….
Los grandes poetas no tienen biografía.
Tienen destino, y el destino
No se narra…
Se canta y se baila.
La Oda a Walt Whitman es un homenaje de Federico García Lorca al poeta de la multitud, del amor universal, de la democracia. Frente a la ciudad deshumanizada, Nueva York, el poeta granadino anhela una sociedad solidaria. Del poema hay una versión abreviada y musicada de Patxi Andión, que parece que tiene censuradas todas las alusiones a la homosexualidad:
http://antologiapoeticamultimedia.blogspot.com/2007/01/oda-walt-whitman.html
Una de vaqueros
Nunca sé elegir una película favorita, ni un libro, ni un poema. Menos mal que no soy famosa y nunca me lo preguntarán. Si tuviese que elegir un género cinematográfico, elegiría el western. ¿Por qué? viví de pequeña en en una fábrica de pólvoras donde mi padre estaba destinado. Todos los sábados y domingos había cine y la mayoría de las películas eran “de vaqueros” como las llamábamos entonces. Supongo que esas películas de ambiente masculino pasaban fácilmente la censura y contribuían a crear el espíritu heroico que la época requería.
Mis recuerdos están fuera de todo contexto social. Sólo sabía que había oficiales, los que tenían las mejores casas e iban al casino, y obreros, con casas muy pequeñas en las que se pasaba mucho frío y que, por supuesto, no iban al casino. Menos mal que a la escuela, donde nos daban leche en polvo de los americanos, y al cine íbamos todos juntos.
Creo que vi todas las de los años cincuenta, de la serie A y de la serie B, en color con actores conocidos y en blanco y negro con secundarios. Me entretenían y me contaban buenas historias. Ha pasado el tiempo y creo que esas películas crearon las bases de algunos rasgos de mi personalidad:
-La defensa de los ideales luchando contra todos los impedimentos.
-La solidaridad y el apoyo a los más débiles.
-El odio a la guerra y a las batallas que solo traen destrucción.
-La certeza de que no hay héroes ni cobardes.
Aparecían rasgos narrativos que se acercaban a la épica: la conquista y colonización de las tierras del west caracterizadas por la matanza de los indios. Se repetían los temas pero también había variaciones. No me extraña que Anthony Mann fuese el encargado de hacer la versión cinematográfica de “EL Cid”. En “las pelis”, no en la vida cotidiana, siempre se recompensaba al héroe. Mis sueños por entonces estaban poblados de color azul, el de los ojos del protagonista y el de su uniforme. Lo único que me fastidiaba era el papel secundario que desempeñaban las mujeres, parecidísimo al de la mujer en la España de entonces.
Algunas características del género:
· La identificación con el héroe casi mítico, hombre solitario que asume el fracaso.
· La presencia de personajes arquetipos –el vaquero, el sheriff, el villano, la chica del saloon y grandes escenarios como el Gran Cañón del Colorado o el Monument Valley.
· El principio del viaje o desplazamiento: la lenta odisea de las caravanas, el escuadrón de reconocimiento o un grupo de bandidos tratando de huir de la justicia.
· Las discusiones y desacuerdos que dividen a las comunidades. Conflictos entre Norte y Sur, entre ganaderos y agricultores.
· La búsqueda de una sólida ética universal y un ideal colectivo: soldados desconocidos, pioneros que levantan nuevos estados, habitantes de unas ciudades que quieren crear una sociedad basada en la Ley y el Orden.
· Homenaje a los indios desposeídos de las tierras (John Ford).
· El duelo final y el triunfo del bien.
· Visiones del pasado histórico desde problemas ideológicos contemporáneos.
· Noches de tensión al cobijo de un fuego de campamento donde nunca faltaba un café (por cierto, ¿dónde llevaban la enorme cafetera de cinc?).
· Diálogos lacónicos y concisos con cierto sentido del humor.
· Conflictos familiares con tintes shakesperianos: conflictos entre los hermanos, deseos de matar al padre (películas de Raoul Walsh y Mann). Este Clasicismo mantiene incluso la regla de las tres unidades (La diligencia).
· La violencia física y psicológica: odio, venganza, rebelión.
· Tono entrañable y familiar donde un baile podía tener más importancia que una batalla.
· La transmisión de conocimientos en los western crespusculares: un viejo vaquero enseñando a disparar a uno joven.
Más que un western
La película que me parece más representativa y que ha resistido muy bien el paso del tiempo es Sólo ante el peligro (1952) de Fred Zinnemann, director europeo, western psicológico y de suspense, que supone la exaltación del heroísmo.
La película dura 85 minutos, los mismos que la acción, comienza a las 10,35 y de la mañana cuando Kane, el protagonista, se casa con su novia y termina justo a las doce. En esa hora y veinticinco minutos cuenta la angustiosa espera de Kane a que lleguen sus perseguidores en el tren del mediodía, el tenso duelo en el que cada callejuela y esquina parecen reservar una bala para el solitario sheriff y el breve final en el que estrecha a su esposa y da la espalda a la ciudad. De todas las escenas, destaca el momento en el que el protagonista se encierra en su oficina y se pone a llorar desconsoladamente.
La película es también una alegoría sobre el maccarthismo, con el protagonista como hombre acosado pero integro, que sigue los dictados de su conciencia, y los cobardes habitantes de Hadieyville como la insensible población americana, que cerró los ojos ante la persecución que se estaba desarrollando delante de ellos. Al final de la película, tras haber acabado con sus enemigos, Kane tira al polvo la estrella de sheriff, manifestando así su opinión sobre la justicia y la sociedad americana.
Ocaso del género
Creo que ahora ya no hay sitio para los héroes. Este género típicamente americano ha dado de sí todo lo que ha podido. EEUU ya no tiene sólidos principios éticos que exportar. De vez en cuando se hacen revisiones del género (“Sin Perdón”) que son mejor recibidas por la crítica que por el público.
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jueves, 12 de agosto de 2010
¡Ajá! Paradojas que hacen pensar
Una paradoja (del lat. paradoxus, y este del gr. παράδοξος) es una idea extraña, opuesta a lo que se considera verdadero o a la opinión general. En otras palabras, es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común. En retórica, es una figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción.
La paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión y así mismo los filósofos a menudo se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad. La paradoja también permite demostrar las limitaciones de las herramientas de la mente humana.
1. Paradoja de los Sentimientos (y la Lógica): “El corazón tiene razones que la razón no entiende” (Pascal).
2. Paradoja de la Ceguera: “Lo esencial es invisible a los ojos. Sólo se ve con el corazón” (El Principito).
3. Paradoja de la Improvisación: “La mejor improvisación es la adecuadamente preparada”.
4. Paradoja de la Cultura: “La televisión es una fuente de cultura, cada vez que alguien la enciende me voy a la habitación de al lado a leer un libro” (Groucho Marx).
5. Paradoja de la Ayuda: “Si deseas que alguien te haga un trabajo pídeselo a quien esté ocupado; el que está sin hacer nada te dirá que no tiene tiempo”.
6. Paradoja del Dinero: “Era un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre, que lo único que tenía era dinero”.
7. Paradoja del Tiempo: “Vete despacio que tengo prisa”.
8. Paradoja de la Tecnología: “La tecnología nos acerca a los más lejanos y nos distancia de los más próximos” (Michele Norsa).
9. Paradoja del Sentido: “No llega antes el que va más rápido sino el que sabe dónde va” (Séneca).
10. Paradoja de la Felicidad: “Mientras que objetivamente estamos mejor que nunca, subjetivamente nos encontramos profundamente insatisfechos” (José Antonio Marina).
11. Paradoja de la Sabiduría: “Quien sabe mucho, escucha; quien sabe poco, habla. Quien sabe mucho, pregunta; quien sabe poco, sentencia”.
12. Paradoja de la Generosidad: “Cuanto más damos, más recibimos”.
13. Paradoja del Conocimiento: “El hombre busca respuestas y encuentra preguntas”.
15. Paradoja de lo Cotidiano: “Lo más pequeño es lo más grande” .
16. Paradoja del Silencio: “El silencio es el grito más fuerte” (Shopenhauer).
17. Paradoja del Experto: “No hay nada peor que un experto para evitar el progreso en un campo”.
18. Paradoja de la Riqueza: “No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”.
19. Paradoja del Cariño: “Quien te quiere te hará sufrir”.
20. Paradoja del Disfrute: “Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos” (Shakespeare).
Para ver más paradojas visuales:
http://www.chemamadoz.com/
La paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión y así mismo los filósofos a menudo se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad. La paradoja también permite demostrar las limitaciones de las herramientas de la mente humana.
1. Paradoja de los Sentimientos (y la Lógica): “El corazón tiene razones que la razón no entiende” (Pascal).
2. Paradoja de la Ceguera: “Lo esencial es invisible a los ojos. Sólo se ve con el corazón” (El Principito).
3. Paradoja de la Improvisación: “La mejor improvisación es la adecuadamente preparada”.
4. Paradoja de la Cultura: “La televisión es una fuente de cultura, cada vez que alguien la enciende me voy a la habitación de al lado a leer un libro” (Groucho Marx).
5. Paradoja de la Ayuda: “Si deseas que alguien te haga un trabajo pídeselo a quien esté ocupado; el que está sin hacer nada te dirá que no tiene tiempo”.
6. Paradoja del Dinero: “Era un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre, que lo único que tenía era dinero”.
7. Paradoja del Tiempo: “Vete despacio que tengo prisa”.
8. Paradoja de la Tecnología: “La tecnología nos acerca a los más lejanos y nos distancia de los más próximos” (Michele Norsa).
9. Paradoja del Sentido: “No llega antes el que va más rápido sino el que sabe dónde va” (Séneca).
10. Paradoja de la Felicidad: “Mientras que objetivamente estamos mejor que nunca, subjetivamente nos encontramos profundamente insatisfechos” (José Antonio Marina).
11. Paradoja de la Sabiduría: “Quien sabe mucho, escucha; quien sabe poco, habla. Quien sabe mucho, pregunta; quien sabe poco, sentencia”.
12. Paradoja de la Generosidad: “Cuanto más damos, más recibimos”.
13. Paradoja del Conocimiento: “El hombre busca respuestas y encuentra preguntas”.
15. Paradoja de lo Cotidiano: “Lo más pequeño es lo más grande” .
16. Paradoja del Silencio: “El silencio es el grito más fuerte” (Shopenhauer).
17. Paradoja del Experto: “No hay nada peor que un experto para evitar el progreso en un campo”.
18. Paradoja de la Riqueza: “No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”.
19. Paradoja del Cariño: “Quien te quiere te hará sufrir”.
20. Paradoja del Disfrute: “Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos” (Shakespeare).
Para ver más paradojas visuales:
http://www.chemamadoz.com/
A contratiempo
Cada vez que los estadounidenses arman una guerra, cada vez que llega el día 12 de octubre o cuando nos ha tocado una clase llena de alumnos sudamericanos recién llegados, solemos pensar que ojalá Colón nunca hubiera descubierto América. La poesía de Agustín García Calvo está musicada por el genial Chicho Sánchez Ferlosio, su tema es el descubrimiento de América, y se dirige a las carabelas de Colón, animándolas, a contratiempo, a que vuelvan hacia atrás, a que desanden el camino andado y a que dejen América sin descubrir y el mundo nuevo, que de nuevo no va a tener nada una vez descubierto...
Chicho Sánchez Ferlosio en La Campana de los Perdidos. Zaragoza, 1999:
Versión cantada:
Carabelas de Colón,
todavía estáis a tiempo.
Antes que el día os coja,
virad en redondo presto,
presto.
Tirad de escotas y velas,
pegadle al timón un vuelco,
y de cara a la mañana
desandad el derrotero.
Atrás, a contratiempo.
Mirad que ya os lo aviso,
mirad que os lo prevengo,
que vais a dar con un mundo
que se llama el Mundo Nuevo,
nuevo.
Que va a hacer redondo el mundo,
como manda Tolomeo
para que siga girando
desde lo mismo a lo mesmo.
Atrás, a contratiempo.
Por delante de la costa
cuelga un muro de silencio.
Si lo rompéis, chocaréis
con terremotos de hierro,
hierro.
Agua irisada de grasas
y rompeolas de huesos;
de fruta, de cabecitas,
veréis los árboles llenos,
Atrás, a contratiempo.
¡A orza, a orza, palomas!
Huid a vela y a remo.
El mundo que vais a hacer,
más os valiera no verlo,
verlo.
Hay montes de cartón-piedra,
ríos calientes de sebo,
arañas de veinte codos,
sierpes que vomitan fuego.
Atrás, a contratiempo.
Llueve azufre y llueve tinta
sobre selvas de cemento;
chillan colgados en jaulas
crías de monos sin pelo,
pelo.
Los indios pata-de-goma,
vistiendo chapa de acero,
por caminos de betún
ruedan rápidos y serios.
Atrás, a contratiempo.
Por las calles trepidantes
ruge el león del desierto,
por bóvedas de luz blanca
revuelan pájaros ciegos,
ciegos.
Hay un plátano gigante
en medio del cementerio
que echa por hojas papeles
marcados de cifra y sello.
Atrás, a contratiempo.
Sobre pirámides rotas
alzan altares de hielo
y adoran un dios de plomo
con dientes de oro negros,
negros.
Con sacrificios humanos
aplacan al dios del Miedo,
corazoncitos azules
sacan vivos de los pechos.
Atrás a contratiempo.
Trazan a tiros los barrios,
a escuadra parten los pueblos;
se juntan para estar solos,
se mueven para estar quietos,
quietos.
Al avanzar a la muerte
allí lo llaman progreso;
por túneles y cañones
sopla enloquecido el Tiempo.
Atrás, a contratiempo.
Por eso, carabelitas
oíd, si podéis, consejo:
No hagáis historia, que sólo
lo que está escrito está hecho,
hecho.
Con rumbo al sol que os nace,
id el mapa recogiendo;
por el Mar de los Sargazos
tornad a Palos, el puerto.
Atrás, a contratiempo.
Monjitas arrepentidas,
entrad en el astillero.
Chicho Sánchez Ferlosio en La Campana de los Perdidos. Zaragoza, 1999:
Versión cantada:
Carabelas de Colón,
todavía estáis a tiempo.
Antes que el día os coja,
virad en redondo presto,
presto.
Tirad de escotas y velas,
pegadle al timón un vuelco,
y de cara a la mañana
desandad el derrotero.
Atrás, a contratiempo.
Mirad que ya os lo aviso,
mirad que os lo prevengo,
que vais a dar con un mundo
que se llama el Mundo Nuevo,
nuevo.
Que va a hacer redondo el mundo,
como manda Tolomeo
para que siga girando
desde lo mismo a lo mesmo.
Atrás, a contratiempo.
Por delante de la costa
cuelga un muro de silencio.
Si lo rompéis, chocaréis
con terremotos de hierro,
hierro.
Agua irisada de grasas
y rompeolas de huesos;
de fruta, de cabecitas,
veréis los árboles llenos,
Atrás, a contratiempo.
¡A orza, a orza, palomas!
Huid a vela y a remo.
El mundo que vais a hacer,
más os valiera no verlo,
verlo.
Hay montes de cartón-piedra,
ríos calientes de sebo,
arañas de veinte codos,
sierpes que vomitan fuego.
Atrás, a contratiempo.
Llueve azufre y llueve tinta
sobre selvas de cemento;
chillan colgados en jaulas
crías de monos sin pelo,
pelo.
Los indios pata-de-goma,
vistiendo chapa de acero,
por caminos de betún
ruedan rápidos y serios.
Atrás, a contratiempo.
Por las calles trepidantes
ruge el león del desierto,
por bóvedas de luz blanca
revuelan pájaros ciegos,
ciegos.
Hay un plátano gigante
en medio del cementerio
que echa por hojas papeles
marcados de cifra y sello.
Atrás, a contratiempo.
Sobre pirámides rotas
alzan altares de hielo
y adoran un dios de plomo
con dientes de oro negros,
negros.
Con sacrificios humanos
aplacan al dios del Miedo,
corazoncitos azules
sacan vivos de los pechos.
Atrás a contratiempo.
Trazan a tiros los barrios,
a escuadra parten los pueblos;
se juntan para estar solos,
se mueven para estar quietos,
quietos.
Al avanzar a la muerte
allí lo llaman progreso;
por túneles y cañones
sopla enloquecido el Tiempo.
Atrás, a contratiempo.
Por eso, carabelitas
oíd, si podéis, consejo:
No hagáis historia, que sólo
lo que está escrito está hecho,
hecho.
Con rumbo al sol que os nace,
id el mapa recogiendo;
por el Mar de los Sargazos
tornad a Palos, el puerto.
Atrás, a contratiempo.
Monjitas arrepentidas,
entrad en el astillero.
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