Los breves retratos y los dibujos que los acompañan son un conjunto armónico que no intenta abrumar al lector con descripciones exahustivas, son pinceladas de escritores contemporáneos. Todos estos textos fueron publicados antes en la red en la sección “Rinconete” del Centro Virtual Cervantes a lo largo de tres años con el título Viajeros y estables. Entre otros autores aparece Benito Pérez Galdós, pasando por miembros de la generación del 98, algunos poetas sudamericanos de la talla de un Huidobro, Neruda y Octavio Paz, acudiendo a la generación del 27, sin olvidar a Rosa Chacel y María Zambrano, e incluyendo a figuras de las letras latinoamericanas como Alejo Carpentier y Julio Cortázar.
Destaco la anécdota, por desconocida, de Antonio Machado que junto a su madre y su hermano José, una vez agónicamente instalados en un hotel de Colliure, es decir en la derrota y en el exilio, bajaban al comedor, solían hacerlo de manera alterna: primero bajaban el poeta y su madre, luego su hermano solo. Ello le llamaba la atención a la dueña del hotel. La respuesta a tal extraño comportamiento estribaba en el hecho de que los hermanos tenían una sola americana. Y claro, la dignidad y la educación obligaban a cenar con americana. También la de Galdós, al que la mezquindad moral y política le escamotearon el Nobel: casi ciego acude el escritor a inaugurar su propia estatua en el parque del Retiro.
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