sábado, 23 de abril de 2011

Chesil Beach


La probadora de libros me recomendó Chesil Beach de Ian McEwan. 184 páginas de una prosa exquisita que describe la noche de bodas de una pareja, una larga noche de desencuentros que les hace distanciarse, pero que les mantiene unidos para siempre en el recuerdo culpable. Para Florence el estreno de caricias y el descubrimiento del placer resultan un territorio enemigo –un requisito y no un gusto–; para Edward, en cambio, es la culminación del deseo desviado y postergado, la cristalización de fantasías. La novela nos muestra el cambio producido en los códigos de la sexualidad desde los años sesenta y me ha recordado cómo fueron muchos de los encuentros sexuales de la juventud en los años 70: conservadurismo, miedo, culpabilidad, temor al embarazo, soledad... Se lo recomiendo sobre todo a los de mi quinta.

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