Arthur and George, Julian Barnes
Un día perfecto, Melania G. Mazzucco
Middelsex, Jeffrey Eugenides
Álbum de familia, Route Dorrestein
La tía marquesa, Simonetta Agnello
El mar, John Banville
Aurora boreal, Asa Larsson
En febrero he leído Mil soles espléndidos del afgano Khaled Hosseini y El lado oscuro del amor de Rafik Schami, autor sirio afincado en Alemania.
En apenas dos días del mes de mayo he devorado El secreto de tus ojos. No he visto la película y no puedo hacer comparaciones al contrario que otras personas. Aunque hay muchas palabras que no entiendo, los personajes y la trama me cautivaron. Me gusta sobre todo que el narrador en primera persona sea objetivo y el narrador en tercera, subjetivo. Me gusta la historia de amor que dura más de tres décadas y ver reflejada en un libro la torpeza casi adolescente que conservan los sesentones.
En mayo leí La mujer justa, de Sándor Márai. Esta vez ví primero la adaptación teatral de Eduardo Mendoza en el Teatro de la Abadía y enseguida me entraron ganas de leer la novela. La historia está compuesta por tres monólogos, en boca de tres personas unidas por un triángulo amoroso. Maritka es la primera de las voces. Una mujer divorciada, perteneciente a la burguesía, que nos cuenta su experiencia matrimonial, el amor incondicional que sentía por su marido.La segunda voz es la del ex-marido, Péter, un burgués acomodado que dejó a su mujer por el espejismo de un enamoramiento. Y por último escuchamos a la tercera en discordia, Judit una criada que siempre envidió a los burgueses, y que soñaba con convertirse en uno de ellos. La novela nos muestra la decadencia de la burguesía laboriosa antes de la 2ª Guerra Mundial, donde no hay sitio para la perfección, la educación, el sentido de la responsabilidad y el autocontrol.
Destaco una frase del protagonista: “He sufrido más por el contacto con las personas, por la vida social que por la verdadera soledad”.
El edificio Yacobián (Mmaeva, 2007 )del escritor Alaa Al Aswany es un sincero retrato de la ciudad de El Cairo, en el que se rompen tabúes y se detalla sin tapujos la corrupción, el sexo, la represión policial, la miseria, el fanatismo y la hipocresía moral y religiosa. A través de las vidas de una serie de personajes que residen en un inmueble cairota -el edificio del título-, unos en cómodos apartamentos burgueses y otros en viviendas lumpen en el tejado, el autor disecciona el Egipto moderno y pone en evidencia sus males endémicos. Entre los personajes del edificio figuran Zaki Bey, un hedonista alcohólico, cosmopolita y mujeriego que echa pestes de Nasser y la revolución del 52 y suspira por los viejos tiempos del Club Gezira; Busayna Sayed, una joven dependienta desilusionada que se deja manosear por su jefe a cambio de unos billetes; el culto y homosexual Hatem Rachid, periodista que se dedica a depredar en los bares de alterne gay; Hagg Ezzam, corrupto empresario miembro del Parlamento por el partido en el poder involucrado en el tráfico de drogas, y Taha Shazli, el hijo del portero, que tras ver rechazado su ingreso en la policía se hace militante islámico radical. A través de este último personaje, descubrimos como se manipula, alecciona y se forma un terrorista a través de discursos enardecidos en las mezquitas.
El argumento de la novela Contra el viento del norte es simple: una dirección de correo electrónico accidentalmente mal escrita hace que, por casualidad, Leo Leike y Emmi Rothner se conozcan en la red. Poco a poco, lo que en principio son correos muy formales de dos personas adultas, se convierte en un diálogo repleto de personalidad, curiosidad por el otro y humor. Pero no se queda ahí: a medida que van ganando confianza, la dependencia entre ellos se hace cada vez más patente y, a su vez, también el cariño y el miedo. Miedo a enamorarse y, en mayor medida, a verse y decepcionarse.
1 comentario:
Estas recomendaciones me van a venir muy bien. Gracias para tí y para Carmen.¡Qué suerte tener una asesora de libros!
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