sábado, 24 de abril de 2010
Retrato
Esta que veis aquí soy yo a los 13 años. Este era mi uniforme de gimnasia. Como se puede ver, la falda y los pololos te impedían cualquier movimiento que no fuese el de la Sección Femenina. Los pololos eran de color verde lechuga. No me he vuelto a disfrazar nunca.
En la treintena Paco Velasco, profesor de francés en el Colegio Covadonga, me escribió estos versos:
Divertimento II
A Mª Ángeles.
Compañera de cerveza y comentarios.
No es tan mansa la oveja como la pintan.
Así eres tú tras tu presencia y nombre dulces.
Y lo eres por honesta y justiciera
igual que un Guerrero del Antifaz altivo y fiero.
Lees a Vargas LLosa y en ciertos compañeros
haciendo de tus juicios carambolas plenas.
Por tu aspecto de galaxia ausente
suelen creerte en Babia,
mas no hay que confiarse,
ya que de lista tienes muchos pelos.
Se te conoce poco, pues te cierras
como ostra de caja fuerte que teme al navajero.
Pequeña esfinge de senos coniformes
que en viernes lúcidos analiza a Eros,
dinos, ¿qué esconde tu sonrisa rebozada en tiza?
¿qué ausencias, que fragancias hondas,
qué totales, qué nadas uniformes
enigmizan tus gestos de Giconda?
Pero en la pizarra umbrosa, sólo nos responde
un esquema de sintagmas que el cepillo volatiza.
En la cuarentena, mi amigo Narciso Gallego me regaló, sin que que se lo agredeciera lo suficiente, estas palabras en un compleaños:
DE NARCISO-AUDEN
para Ángeles:
Vecinos de nuestra amistad,
reinos a la baja
fugitivos que no necesitan memoria,
Sabed que estamos todos aquí,
a tu lado lejos de todos aquellos que suponen
ser libres bajo su íntima celda.
Sabíamos de su existencia antes de conocerla,
las provincias se quedaron pequeñas ante su generosidad
y fue necesario dar asilo a las campanas
para no oír su dolorosa delicadeza.
Vive Ángeles sin ángeles entre nosotros,
sin sahumerios cegadores,
con tu risa liberadora
Convéncenos aún
de la necesidad de la alegría.
Que estas libaciones nos sean propicias
para que cuando, helados los arroyos, vacíos los aeropuertos,
la vida no nos proponga nada,
Nos quede al menos tu voz.... y la cerveza.
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