Mientras desayunaba, desde la ventana de una cafetería convertida en un tragaluz porque unos carteles ocupaban la mayoría del cristal, observaba las piernas y los pies de los
transeúntes que deambulaban por la calle, cuerpos demediados que se movían ágilmente.
Dada la hora, en la coreografía bailaban más piernas de mujeres que de hombres y
algún niño en cochecito. Piernas y pies
blancos, recién salidos de los pantalones invernales, a punto de zambullirse en las
piscinas. Con impúdica crudeza, se
sucedían piernas estilizadas, gambas piernicortas, patas pantorriludas,
pinreles perniabiertos, remos zambos. Y todo un muestrario de calzado: sandalias, bailarinas, zapatillas de deporte, menorquinas, algún
zapato de tacón y, de repente contra
todo pronóstico, un hortera con unas botas chúpamelapunta que con toda
seguridad estaban achicharrando los dedos de su propietario. Andares decididos,
titubeantes, basculantes, temblorosos, firmes, audaces, cansinos, torpes, elegantes.
Se identificó con los pies, con marcas de heridas en el talón, de una mujer madura sobre unos zuecos
pasados de moda, que sostenían unos tobillos hinchados, y se dio cuenta de que nunca había entendido la expresión tan contento como un niño con zapatos nuevos. Lo que hubiese dado por volver a los calcetines del invierno. Y es
que en junio, con los primeros calores, los pies están tan tiernos como los de un bebé.
sábado, 11 de junio de 2016
viernes, 10 de junio de 2016
Corazón gigante, película islandesa
He visto una película
islandesa sencilla y conmovedora: Corazón gigante. La recomiendo y además se puede utilizar en las clases de tutoría para
tratar el tema de las relaciones humanas, de la soledad y del deseo de amar y
ser correspondido y de lo que estas acarrean: acoso, acusación de pederastia, depresión, temor al ridículo, camaradería entre los marginados. La película va de
sorpresa en sorpresa. Fusi, el
protagonista, personaje inmenso tanto por su corpulencia física
como por su corazón bondadoso, roza la cuarentena, pero todavía es un
niño virgen, aferrado a las faldas egoístas de su madre, que juega con otros
niños. Este hombre que trabaja en un aeropuerto y nunca ha viajado, conoce a
una chica en una clase de baile, se enamora y en ese momento su horizonte se
amplia. Como fondo un ambiente gélido, hostil y, contra todo pronóstico,
esperanzado.
El ritmo es lento, sin
palabras casi, con destellos de humor y buena música. Destaca el primer plano de la mirada
brillante de animal herido del protagonista, con un corazón mil veces derribado, como las ballenas, como los elefantes. Salí conmocionada y encantada de cumplir
con devoción el rito semanal de ir al cine.
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domingo, 5 de junio de 2016
Javier Marías, Las amistades desaparecidas
Qué maravilla cuando los buenos escritores (Javier Marías, El
País Semanal, 29 de mayo de 2016) escriben tus propios
pensamientos mejorados. Andaba dándole vueltas a escribir sobre la amistad y me
he encontrado con este artículo que suscribo de principio a fin:
"Pero demasiadas veces no sabemos por qué se desvanece
una amistad. Por qué las cenas semanales, o incluso la llamada diaria, se han
quedado en nada, quiero decir en ninguna cena ni una sola llamada. Sí, aparecen
nuevos amigos que desplazan a los antiguos; sí, nos cansamos o nos
desinteresamos por alguien o ese alguien por nosotros; sí, un ser querido se
torna iracundo, o lánguido y perpetuamente quejoso, o exige invariablemente sin
aportar nunca nada, o sólo habla de sus obsesiones sin el menor interés por el
otro. De pronto nos da pereza verlo, nada más. No ha habido riña ni roce,
ofensa ni decepción. Poco a poco desaparece de nuestra cotidianidad, o él nos
hace desaparecer de la suya. Y falta de tiempo, claro está, el aplazamiento
infinito. Esos son los casos más misteriosos de todos. Quizá los que menos
duelen, pero también los que de repente, una noche nostálgica, nos causan mayor
incomprensión y mayor perplejidad".
jueves, 2 de junio de 2016
¿La última selectividad?
Antes solo estudiaban los buenos o los que poseían un nivel económico alto, los demás se incorporaban rápidamente a la vida laboral y la mayoría de las mujeres, a sus labores. No había ni un solo problema de disciplina en clase y se podían cumplir los programas. Ahora los alumnos, obligados por ley, permanecen hasta los 16 años en el sistema escolar, con los problemas de disciplina que se derivan de ello. Como no hay trabajo, continúan almacenados en el bachillerato, pocos son los que se decantan por la formación profesional. Al final, 2º de bachiller se convierte en un sufrimiento para profesores y alumnos porque en un año no se pueden subsanar todos los males anteriores y solo les preparas para contestar un examen, última carrera de obstáculos para su futuro. Además, de no reclamar nunca una nota como en el sistema anterior, hemos pasado a que toda la comunidad educativa (sobre todo padres e inspectores), tanto en la privada con la pública, presiona a los profesores para aprobar al mayor número de alumnos, aunque hayan abandonado la asignatura.
Mi padre estudió en la República y le bastaba para ir a la Universidad
aprobar todas las asignaturas del bachiller, para lo cual había tenido que
examinarse año tras año en el instituto de su zona. Mi madre lo hizo después de
la guerra civil y tuvo que prepararse el temido examen de Estado en un
instituto que era la única manera de convalidar todo el bachillerato. Yo que iba a un colegio de monjas, tuve dos reválidas en el instituto (bachiller
elemental y superior) y me examiné de uno de los últimos cursos de PREU en la Universidad,
que también era una fábrica de suspensos, porque solo te hacían la nota media
si tenías un aprobado de media en los exámenes. Luego vino el COU que implantó
un sistema más equilibrado y se hacía la nota media entre el expediente y la
nota de la prueba. Ahora, con un año más de escolarización en el bachillerato, existe
la PAU, muy parecida a la anterior, con un entramado de asignaturas optativas
que permiten subir notas al alumno, además de poder reclamar. Por lo tanto, la dificultad no está solo en las preguntas
de los exámenes sino en la manera de evaluarla.
Entonces era una llave para
tu futuro profesional y ahora es un mero trámite para acceder a la universidad,
otro almacenamiento costoso de jóvenes que irremediablemente irán al paro.
Parece que en vez de evolucionar, involucionamos, porque el curso
que viene, si no lo remediamos antes, se supone que se volverá al sistema de
reválidas. Como alumna y después como profesora he deseado que se
acabasen estos temidos exámenes memorísticos basados solo en contenidos que desde siempre han
servido para aterrorizar a los alumnos mejor preparados, que son los que
más se esfuerzan; pero entiendo que el estado tenga que intervenir para
conseguir unas pruebas comunes y justas. Lo difícil es saber cuál es el mejor
sistema porque ni la LOGSE, la LOE y la
LOMCE han dado con la solución.
Finalmente, debo confesar que suspendí la prueba específica de letras (latín y griego) de Preu en junio a pesar de mi nota media de notable y también la suspendió mi primo Emilio (ciencias) que había sacado matrículas en el bachillerato.
domingo, 29 de mayo de 2016
Un relato y una película: La venganza de una mujer
Está claro que una película que no te ha gustado da mucho más juego que una que te ha entretenido o impactado. Como voy todas las semanas al cine, a veces decidimos en el momento qué película ver. La venganza de una mujer tenía buena pinta. El resumen del argumento prometía: "Roberto es un hombre sumido en el más profundo de los aburrimientos, ya que ha agotado y satisfecho todos los placeres de la vida. Hasta que conoce a una cortesana que le introduce en una historia de amor verdadero, pero también de pasados imperfectos". La foto que acompañaba al programa nos presentaba a una mujer, ataviada con un traje romántico, con un libro en las manos. Inmediatamente la uní a mi galería de mujeres insatisfechas del siglo XIX que tanto me gustan. Además, la directora era una mujer portuguesa y sabemos tan poco del cine portugués…
Entré en el
cine confiada en pasar un rato estupendo viendo una película de autor fuera de
los círculos comerciales. Craso error, el comienzo ya lo presagiaba: un
narrador en un espacio teatral nos presentaba a un protagonista hierático que
pretendía ser un don Juan, pero que no lo demostró a lo largo de los
interminables cien minutos que duró la cinta ni por su apostura ni por el don
de la elocuencia, aunque una escena nos lo presentase como James Bond acosado
por cuatro mujeres. Los decorados eran tan de cartón piedra como su rostro. La
música, bella y estremecedora, no encontraba paralelismo con la absurda
historia que nos presentaba. Paciencia, me dije, seguro que se arregla. Pero el espectáculo
se iba haciendo insoportable a medida que transcurrían los minutos, porque el
texto era excesivamente literario y chirriaba a cada momento en una atmósfera fantasmagórica.
El momento más melodramático, el asesinato del amante platónico de la heroína a
mano de unos criados negros y el deseo de esta de comerse su corazón, antes de
que los perros lo devorasen, solo
causaba risa por lo ridículo. Pero lo peor era el interminable monólogo pausado
hasta el infinito donde ella contaba su historia atroz y su determinación de
abandonar al marido, noble de España, y dedicarse a la prostitución para mancillar su honor. Algunas personas empezaron a salir del cine, mi compañera
de butaca se revolvía en la butaca y bostezaba sin ningún pudor. Aguanté como
pude hasta que, al final, el cura que asistió a la protagonista en sus últimos
momentos cuenta que un ojo se cayó de su órbita como una moneda. Salir a la
calle fue una liberación de una puesta en escena
teatral, barroca y preciosista. Un texto literario debe ser adaptado al cine
porque son lenguajes diferentes, a no ser que se quiera provocar un soberano
aburrimiento; por lo visto, la critica no lo ha visto así y ha calificado a la obra de conmovedora, sublime y absorbente,
No leí toda la información de la hoja hasta llegar a casa,
allí me enteré de que era una adaptación libre de uno de los cuentos del
francés Barbey d´Aurévilly, incluido en el libro Les Diaboliques, hecha por
Rita Azevedo Gomes, admiradora de
Oliveira, cineasta portugués que no he podido nunca aguantar por lo plasta.
Como tenía el libro en casa, decidí leer el relato que, en contraposición con
su versión cinematográfica, me gustó porque es ágil a pesar de responder a los gustos estrafalarios y refinados de finales del siglo pasado. Localizado en París, allí sí que tienen
sentido los protagonistas, el don Juan se convierte en un hombre de carne y
hueso, que hastiado de todo, se ve perturbado por la historia de esta bellísima
mujer. La muerte del amante es por ahogamiento y la desesperación romántica de
ella y su absurdo e inútil deseo de venganza a la española atacando el honor de
su marido se comprenden mejor. Es más, se observa un tono sarcástico, ausente
en la película, que presenta a una nobleza sin sentido abocada a morir sin descendencia.
Sé que el próximo miércoles la película habrá desaparecido de la cartelera, porque no creo que haya muchos espectadores influidos por la crítica o confiados en una imagen publicitaria como yo.
Sé que el próximo miércoles la película habrá desaparecido de la cartelera, porque no creo que haya muchos espectadores influidos por la crítica o confiados en una imagen publicitaria como yo.
sábado, 21 de mayo de 2016
La península de Cilemaga, Helena Santolaya
El vídeo inicial era un resumen de los seis volúmenes de imágenes poéticas sobre la Historia del pensamiento: Metafísica del polvo, Estética del estropajo, Epistemología de los chorros del oro… Al fin, las ideas de los pensadores más sofisticados de todos los tiempos (Adorno, Bacon, Descartes, Hume, Montaigne…) se arremangan la camisa, remojan bien los puños, doblan el espinazo y se ponen al servicio de las tareas domésticas que sus autores nunca llegaron a realizar.
La península de Cilemaga es un original y hermoso álbum ilustrado para niños de 7 a 90 años que une las dos facetas de la autora, su pasión por las letras y las bellas artes, gramática y estética. Su aire antiguo, papel amarillento y ausencia de colorido, contrasta con las ediciones al uso de los cuentos actuales. Cilemaga es un sitio donde sucede algo insólito: bajo las piedras abandonadas al tiempo nacen las palabras. Allí viven Irene, Jorge y Margarita, tres niños que se preguntan por la forma y el significado de las palabras.
El 20/6/2017 leo la noticia: ‘La península de Cilemaga’, libro mejor editado en Aragón. Enhorabuena a su autora y editores.
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jueves, 19 de mayo de 2016
Sin protector solar
Había salido rubísima, con una piel transparente que relucía
al sol. En el siglo XIX habría causado furor; pero, en los años sesenta del siglo XX se sentía como el
patito feo del cuento, desentonaba con la familia que era de tez morena. En la playa, debajo de un sombrero, a las horas de más
calor, cubierta por una camiseta y con crema Nívea en la punta de la nariz, observaba como los demás se iban tostando lentamente al sol y adquirían un
atractivo bronceado. Al volver a casa, descubría que se había quemado todo lo
que sobresalía: la raya del pelo, la frente, las rodillas y el empeine del pie.
La piel empezaba a arder al atardecer y no se aplacaba en toda la noche, de
nada servían las friegas de vinagre. Su hermana y sus primas se asaban alegremente, tumbadas al sol como en una barbacoa, aderezadas con la crema de la vaca o con
un mejunje de aceite y vinagre que olía a ensalada. Y estaban guapas y saludables
cuando salían por la noche, mientras ella se quedaba ardiendo en su habitación. Su piel después del color rojo tomate,
pasaba a un suave salmón, se pelaba y se poblaba de pecas como si hubiese
tomado el sol a través de un colador o se hubiese espolvoreado canela. Pero cómo quedarse en casa, si lo único que
le gustaba de verdad era meterse en el mar, fundirse con las olas, bucear, nadar, sentir el sabor salado en la
boca y el escozor en los ojos.
Hubiese vendido su piel al diablo con tal de conseguir una nueva, más resistente, que la protegiera del sol y de los comentarios
maliciosos que provocaba. Entonces no existían las cremas con factor
de protección y ella pertenecía a ese 5% de la población mundial de fototipo 1,
raro y anómalo, que presenta una piel pálida y rosada sin melanina. Ya mayor, guarda la memoria de esos años como su
piel guarda la memoria de las quemaduras pasadas. Tiene que ir una o dos veces al
año al dermatólogo para eliminar las manchas precancerígenas del rostro (una quemadura con otra se quita) y luchar con
las dermatitis, irritaciones, rojeces y granos que se apoderan de su cuerpo. A veces, en las noches de insomnio, piensa en las extrañas relaciones que se establecen ente la piel y la personalidad.
Usa protector solar
Este vídeo, basado en un poema-discurso de Mary Theresa
Schmich (1997) titulado Wear Sunscreen (Usa protector solar) se realizó en 1999 por la agencia publicitaria
brasileña DM9. Aunque no me gustan nada los textos de autoayuda, este optimista texto con ecos de Palabras para Julia de Goytisolo se puede utliizar en clase de tutoría.
Mi amiga Lina
sábado, 14 de mayo de 2016
La España de los colegios concertados
España es el segundo país con más alumnos en aulas concertadas (privadas subvencionadas) o completamente privadas, solo tras Bélgica, y se sitúa hasta 22 puntos por encima de la media —en el caso de primaria— en el porcentaje de estudiantes que se educan en centros bajo una gestión o capital privados. La Iglesia ha estado históricamente detrás de la educación concertada y privada de España —también en el caso de Bélgica, donde la fuerte influencia eclesial y el apoyo de las fuerzas políticas liberales a la educación privada explican su tradicional apuesta por este modelo. En general, los sistemas segregadores obtienen peores resultados que los generales, suele aumentar el rendimiento de una parte de la sociedad, pero no del conjunto.
Ahora
que volvemos a estar de elecciones, conviene recordar estos datos para que la nueva izquierda aborde este tema. La escuela concertada acaba de cumplir desvirtuada 25 años: Los centros públicos asumen el 90% de los inmigrantes y la gratuidad de los
concertados es incompleta. Los creadores del sistema, por una ley socialista,
admiten su actual distorsión. Sigue leyendo el artículo de Diego Barcala en el diario Público
Para saber más: Antonio Ortuño Escarabajal La España de los colegios concertados en el diario Información de Alicante.
Dinero Público, educación pública
Dinero Público, educación pública
lunes, 9 de mayo de 2016
La importancia del título
En la actualidad, el titulo es fundamental para un libro, sobre todo para
una novela, tiene que ser original,
atractivo, fácilmente memorizable, coherente, corto o largo, pero siempre sugestivo,
porque es el resumen del argumento, lo que el escritor ha querido
comunicar. Un buen título es la carta de
presentación de un libro, una presentación adecuada puede acercarlo a más
lectores. En alguna parte del texto tiene que ser explicado. Si el autor no es muy
conocido, el título tendrá la máxima importancia. Un
consejo: un título no debe dar muchas pistas sobre qué la historia o el
lector perderá el interés. Debe ocultar siempre la verdadera clave de la
narración, permitir que quien lo lea se sorprenda por sí mismo. Los
hay de todas clases, con el nombre del protagonista ("Marianela"); con una sola palabra ("La Busca", "La
colmena"); con toda una oración ('La
increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada' de
Gabriel García Márquez, "El guardían entre el centeno" de Salinger); con
títulos extraños y sorprendentes ( "El abuelo que saltó por la ventana y
se largó", de Jonas Jonasson, "Las ardillas de Central Park están
tristes los lunes" de Katherine Pancol,
"Cuando Hitler robó el conejo rosa" de Judith Kerr); con una metáfora
evocadora ("La sombra del viento" de Ruiz Zafón). El título llega
siempre a la mente del escritor al comienzo o al final de la creación de una
forma mágica.
Todo
esto lo explicaba el profesor a sus alumnos somnolientos y desinteresados. Sus títulos preferidos eran
los que constaban de sustantivo y adjetivo: lo objetivo y lo subjetivo, lo esencial y lo
accesorio. Siempre pensó en un banco de títulos gratuitos que ayudaría a los
escritores poco inspirados en la difícil tarea de ser originales. Y empezó a
coleccionarlos de lecturas de aquí y de allí: Aletargado aburrimiento, Amada mascota, Acciones borradas, Atención maniática, Ávida vida, Vinoso ponto, Bellos públicos, Brutos secos, Caótica belleza, Casa fuerte, Cicatrices ocultas, Complaciente
papanatas, Conjunción copulativa, Cubiertas desgastadas, Desengaño despiadado, Desorden preciso, Dulce mar, Entrañas extrañas, Entrañas
palpitantes, Equilibristas ciegos, Estado conectado, Espectador domesticado, Estrategias narrativas, Extraño Esclavo, Estados excitados, Feroz felicidad, Franco
fresco, Frugales fruslerías, Fuegos fatuos, Habas
vanas, Heridas abiertas, Heteronimia ominosa, Horda devoradora, Implacable rudeza, Impúdico imprudente, Indigencia insignificante, Indigencia intelectual, Olor húmedo, Larga pesadumbre, Larvado resentimiento, Lava candente, Manchas
limpias, Masa amorfa, Mate amargo, Mentiras contrastadas, Mezcla perfecta, Misericordiosa inconsciencia, Misógino contumaz, Niebla meona, Obcecado ludópata, Otoño dorado, Paisaje sonoro, Parálisis general, Placer culpable, Plazo aplazado, Puro humo, Realismo visceral, Recuerdos materiales, Repugnante vileza, Rigor artis, Salvajismo jovial, Secreta receta, Silencio espeso, Silencios elocuentes, Sucio socio, Sol mustio, Sospechoso inocente, Sueño invencible, Tradiciones brumosas, Tensa espera, Trivial deseo, Vacas salvajes, Vivos colores. Al final, confesó que su favorito era Agua frita y papel asado. Y de los ya publicados, Papel mojado de Juan José Millás.
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Libros
Un fotograma fugaz (Fuenteovejuna, 1947)
Ese director de cine, en 1947, en los tiempos convulsos de la
posguerra, adaptó al cine una de las obras maestras de Lope de Vega, Fuenteovejuna, que conocía bien desde
sus tiempos en el Teatro Universitario de La Barraca, durante la Segunda
República. En las representaciones había podido comprobar la especial
fascinación que ejercía sobre el público. Incluso fue testigo de que en algunas
representaciones los espectadores llegaban a invadir el escenario para linchar
al comendador. Ahora era colaborador y director de películas propagandistas del
régimen franquista (Raza, Los últimos de Filipinas) y tenía que tener mucho cuidado. Aunque no se pueda
decir que la obra de Lope discutiera el orden social establecido, ni que fuera
políticamente subversiva, sí justificaba la rebelión frente a un poder
corrompido y, en definitiva, podía llegar a interpretarse en un sentido
revolucionario al grito de "¡Muerte a los tiranos! Román y el guionista José María Pemán sabían de que ese germen revolucionario debía minimizarse; pero un fotograma fugaz que no era necesario, supongo que muy
consciente, presentaba al comendador ejecutado por el pueblo, colgado boca abajo
como las fotos que habían llegado en 1945 del cadáver de Mussolini y otros jerarcas
fascistas, capturados por la Resistencia italiana. Precisamente ese fotograma es el que hace más interesante la película al
espectador actual y la hace excepcional en su tiempo. ¿Cómo es posible que la
censura no se diera cuenta de esa similitud ? A mí solo se me ocurre explicarlo por los extraños lazos que se establecen entre la realidad y el deseo, o mejor, por la impronta dejada por García Lorca en el director.
* No he sido capaz de capturar la imagen del cadáver del comendador, que se puede ver en el vídeo de Youtube (106,36) para que se pueda observar el paralelismo.
lunes, 2 de mayo de 2016
Lectores y escritores a la carta
Mi padre, en
Madrid, en el año 68, estableció una breve relación epistolar identificadora
con el escritor Baltasar Porcel, que vivía en Barcelona, cuando
empezaba a ser reconocido. Y no me he podido resistir a fotocopiar una carta
manuscrita para que sirva de ilustración a esta entrada.
Cuando acabamos un
libro de esos que te dejan huella, nos encantaría darle la enhorabuena al
autor, preguntarle determinadas dudas, debatir con él; pero la mayoría nos
cortamos, solo unos pocos se atreven a establecer una comunicación más cercana.
Los autores para darse a conocer acceden a las imposiciones de las editoriales,
tanto por razones económicas como por vanidad, en presentaciones de libros,
encuentros literarios, conferencias y ferias de libros. Tradicionalmente,
el máximo contacto que podía tener un lector con un escritor consistía en
asistir a una firma de libros y pasarle el ejemplar del mismo para que se lo
dedicase; y si había suerte, hacerse una foto. Si el admirador se hacía con la
dirección del escritor, se establecía una relación epistolar más o menos
intensa, sobre todo si el lector era a su vez un escritor en ciernes. Conviene
recordar que los escritores no son nadie sin sus lectores y que empezaron
leyendo a otros; aunque algunos escritores consagrados odian estas costumbres. Todos nos acordamos
de Fernando Fernán Gómez, harto de estar harto, casi al final de su
vida, mandando a la mierda a ese lector que le pedía una dedicatoria. En cualquier caso se cumple la máxima de que los escritores son responsables de los libros que escriben, nunca de sus lectores, el lector elige lo que lee, pero el escritor no puede elegir a sus lectores y a veces estos se convierten en una remora insufrible. Julio Llamazares lo explica muy bien en su artículo Aznar y yo: " Aznar empezó a decir que su novela favorita era una
mía, Luna de lobos, sobre los maquis, cosa que a mis vecinos y a algunos
familiares muy lejanos les llenaba de satisfacción. Hasta me felicitaban por la
calle en aquel tiempo sin saber que para mí la elección de Aznar, en vez de
enorgullecerme, me llenaba de estupefacción ¿Cómo podía ser que alguien que
representaba lo más opuesto a lo que yo pienso de la vida me tuviera entre sus
autores preferidos y citara entre sus favoritas mi novela más roja y más radical?
Pero yo recuerdo al
poeta Ángel Guinda emocionado en cada una de las
presentaciones de sus libros de poesía, recibiendo el caluroso apoyo de sus compañeros
y admiradores. Rosa Montero en un encuentro de clubs de lectura en Asturias,
comenzó haciendo un elogio a los lectores y dijo sentirse privilegiada: “Si
calculas que una persona lee un libro a la semana desde los ocho años hasta los
ochenta años, en su vida habrá podido leer ‘sólo’ 3.000 libros. Entonces
teniendo en cuenta el poquísimo tiempo para leer de nuestras breves vidas
incluso si lees mucho, teniendo en cuenta la cantidad de escritores que
existen, que haya gente que me lea es una gran suerte. La
historia de la literatura está llena de escritores que perdieron a sus
lectores, que fracasaron, que no pudieron llegar a ser leídos y que se
volvieron locos o hicieron de su vida un disparate o se suicidaron incluso y
esto es así porque llegar al lector es fundamental para el escritor."
Gracias a internet,
y sobre todo a las redes sociales, todo esto está cambiando, los encuentros son
ahora digitales. El escritor Eloy Moreno explica muy bien esta nueva
relación: " Creé un perfil en Facebook, para poder
conocer de primera mano las opiniones de los lectores, para poder charlar con
ellos. Otra consecuencia es que si la novela gusta, el boca a oreja
"digital" es mucho más rápido que el tradicional, y en poco tiempo
las opiniones de los lectores pueden conseguir que el libro empiece a
funcionar, son ellos quienes deciden. En mi caso, he conseguido mantener una
relación muy estrecha con todos los lectores, de hecho, en la última página de
cada ejemplar escribí un agradecimiento a todos ellos. Siempre me han apoyado
recomendando la novela, y yo siempre que puedo realizo acciones para
compensarles por toda su ayuda."
La web de Laura Gallego es aleccionadora por lo disuasoria y clara que es para establecer el contacto con sus admiradores, que parece que son legión y le piden lo mismo que a una estrella del rock:
1) Para los que quieren ser escritores, no está en mi mano leer y opinar sobre tus obras.
2) No envío fotos dedicadas.
3) No puede atenderte por correo electrónico.
4) Contesto a todo el mundo aunque tarde varios meses.
Recomiendo leer el artículo de La Nación Escritores a la carta, donde la autora, Silvina Dell´Isola recoge divertidas anécdotas de grandes escritores. Me quedo con la última: " A comienzos de la década del 30, al poeta español Juan Ramón Jiménez le llegó una carta de un admirador que le pedía consejo para los más de mil versos compuestos que tenía sin publicar: "Soñador, como tantos, quiero ir a Madrid. Abandonaré las cabras y con el escaso cobre que puedan darme tomaré el tren de aquí a una quincena de días para la corte. ¿Podría usted, dulcísimo Juan Ramón, recibirme en su casa y leer lo que le lleve? Hágalo por este pastor un poquito poeta, que se lo agradecerá eternamente." La firmaba un tal Miguel Hernández. Y con la reflexión final: " Benditas las distancias inventadas por los egos cuando dejan que el cariño las vuelva más cortas".
Menos mal que
Miguel Hernández no tenía nada que ver con Annie Wilkes, la
terrible protagonista de Misery de Stephen King, una fanática admiradora que secuestra a Paul
Sheldon, autor exitoso, y le obliga a escribir una novela
más de su saga favorita.
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Escritores,
Trinidad Cuéllar Caturla
domingo, 24 de abril de 2016
domingo, 17 de abril de 2016
Exposición en la Institución Libre de Enseñanza
Paseando por Madrid me encontré por casualidad, en la calle Martinez Campos, con el atractivo edificio rehabilitado de la antigua sede de la Institución Libre de Enseñanza que contiene la exposición: Giner, el maestro de la España moderna. La exposición, que podrá verse hasta el 22 de mayo de 2016, ofrece una panorámica inédita de Giner y del proyecto institucionista, que concebía la educación como motor del cambio social e incluía la modernización científica y cultural y la reforma social. Sorprende el edificio y, sobre todo, el nuevo jardín, diseño de la paisajista Teresa Galí-Izard, que conserva su idea original como lugar de encuentro con una clara función pedagógica.
Las 400 piezas de la exposición (pinturas, esculturas,
documentos, fotografías, filmaciones de época, cartas, muebles, juguetes,
trajes, libros, revistas, manuscritos y otros objetos), algunas inéditas o muy
raras, proceden de instituciones como el Museo del Prado, la Biblioteca
Nacional, el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), el Museo Nacional de
Artes Decorativas, el Museo Sorolla o la Residencia de Estudiantes, entre
otros. Aureliano de Beruete, Joaquín Sorolla, Emilia Pardo Bazán, Federico
García Lorca, Maruja Mallo, Benjamín Palencia, Alberto García-Alix, Eduardo
Arroyo o Darío Villalba son algunos de los creadores presentes en la
exposición, todos ellos relacionados con la Institución
Libre de Enseñanza.
La Institución Libre de Enseñanza fue fundada en 1876 por un
grupo de catedráticos (entre los que se encontraban Francisco Giner de los
Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), separados de la Universidad
por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a los
dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral. La guerra civil de
1936 y la posterior proscripción de la Institución, con confiscación de sus
bienes, supusieron un largo paréntesis para sus actividades en España, aunque
el proyecto continuó alentando en la labor desarrollada en diversos países por
institucionistas exiliados.
miércoles, 6 de abril de 2016
Acuarelas de Joaquín González Dorao
Bustrófedon: Gortina y La Habana
Bustrófedon, bustrofedon o bustrofedón (en griego moderno βουστροφηδόν, de "buey" y "turno, giro") designa al tipo de escritura o al modo de escribir que consiste en redactar alternativamente un renglón de izquierda a derecha y el siguiente de derecha a izquierda o viceversa, que facilitaba su lectura. Algo parecido a lo que hace el arado que va trazando surcos de ida y vuelta sobre el terreno. Las leyes de Gortina (sur de Creta), escritas en piedra, están redactadas en bustrofedon con una línea de derecha a izquierda y la siguiente de izquierda a derecha. Su contenido las sitúa en el comienzo de la segunda mitad del siglo V a. C.
Mientras me daban estas explicaciones, me acordé del
personaje de Bustrófedon de la novela Tres
tristes tigres de Cabrera infante que se puso muy de moda en mi juventud
como un ejemplo de renovación del género:
"¿Quién era
Bustrófedon? ¿Quién fue quién será quién es Bustrófedon? ¿B? Pensar en él es
como pensar en la gallina de los huevos de oro, en una adivinanza sin
respuesta, en la espiral. Él era Bustrófedon para todos y todo para Bustrófedon
era él. No sé de dónde carajo sacó la palabrita —o la palabrota. Lo único que
sé es que yo me llamaba muchas veces Bustrófoton o Bustrófotomatón o
Busnéforoniepce, depende, dependiendo y Silvestre era Bustrófenix o Bustrofeliz
o Bustrófitzgerald, y Florentino Cazalis fue Bustrófloren mucho antes de que se
cambiara el nombre y se pusiera a escribir en los periódicos con su nuevo
nombre de Floren Cassalis, y una novia de él se llamó siempre Bustrofedora y su
madre era Bustrofelisa y su padre Bustrófader, y ni siquiera puedo decir si su
novia se llamaba Fedora de veras o su madre Felisa y que él tuviera otro nombre
que el que él mismo se dio. Me imagino que sacó la palabra de un diccionario
como del nombre de una medicina (¿ayudado por Silvestre?) tomó lo del
continente de Mutaflora, que era la bustrofloresta de los bustrófalos".
Tres tristes tigres, Seix Barral, 1979, págs. 207-209
Bustrófedon está presente a lo largo de la novela, pero el
capítulo en el que se aborda específicamente al personaje (Rompecabeza) se ubica en medio de los capítulos que ironizan sobre la literatura. El
personaje de Bustrófedon posee dos significados: la forma en la que el hombre
se escribe sobre la tierra mediante el procedimiento ancestral de la
agricultura y, una manera de escribir que resulta contrastante con las
convenciones modernas de escritura y redacción que se imponen escolar y
socialmente. Bustrófedon es un bufón ilustrado que se ríe de la tradición y la
convencionalidad. "En cuanto hace acto de presencia en una
página, las palabras se echan a temblar: son expulsadas de su sitio, alteradas,
deformadas; juega con ellas llamándose Bustrósotros, las embaraza, las seca el
tal Bustrófactótum, las enreda y como si fuese Bustróneruda las adelgaza como
las huellas de las gaviotas en la playa, incluso las hace pasar por el agujero
de los ratones como un Bustrócarroll. Y para volver al principio, pone una
página al revés, de derecha a izquierda para ser ya Bustrócasilda, o
Archibustrófedon".
lunes, 4 de abril de 2016
Crónicas cretenses
Nunca había viajado hasta ahora con un cronista oficial (Brígido González) ni con una ilustradora (no cito su nombre porque sé que no le gusta aparecer en los papeles y pido disculpas porque la foto de su cuaderno ha salido movida) que tomaran apuntes de los hechos más significativos. Ellos han simplificado mi labor.
El viaje a Creta en semana santa, capitaneado por Maxi, profesor de griego, reunió a más de treinta personas excepcionales y entrañables, relacionadas con profesores del IES Carpe diem de Getafe. El buen rollo duró incluso en los momentos más difíciles. Confieso que fui incapaz de hacer una foto al campamento de refugiados de El Pireo, asolado por un viento helador. Solo eché de menos a un guía oficial que nos adentrase por las ruinas de la mítica civilización y nos informase de la vida y costumbres de esta isla atípica con horarios inverosímiles que parece un trozo desgajado de Despeñaperros. No me pude bañar en El Egeo, porque el tiempo no acompañó. Volví muy cansada, con ganas de soledad, pero ahora echo de menos a mis queridos compañeros de viaje y a la tertulia cotidiana en torno a una buena mesa rociada con el licor raki que desata la lengua: a Conchi, mi compa de habitación; a Berta y a Pepe; a la bailona Nuria y a Jose Manuel; a los andarines Gracia y a Jesús.
Cronica cretense ed1 from Ángeles Cuéllar
La isla es atractiva por sus playas y sus paisajes, pero al estar en estos lugares míticos el viajero siente un punto de decepción. El interesante blog Después no hay nada nos explica que Evans más que un arqueólogo, fue el inventor de un mundo a
la medida de sus fantasías. Realizó un parque de atracciones del que resulta
casi imposible extraer ningún dato fiable… Según él, su visión de la
civilización minoica no era una opinión, mucho menos una fantasía, era una
realidad pretérita recuperada a través de un serio trabajo arqueológico. Y al
público de su tiempo le encantó lo que les contaba, porque los minoicos
conectaban con sus esperanzas e ideales y podían identificarse con ellos en
mucha mayor medida de lo que podían hacerlo con los crueles héroes homéricos,
los salvajes asirios, los decadentes babilonios, los siniestros etruscos, o los
fenicios (demasiado "semitas").
Zbigniew Herbert (1924-1998) condensa la esencia cretense en
El laberinto junto al mar.
viernes, 11 de marzo de 2016
Defensa de la literatura, Trinidad Sánchez Muñoz
Para seguir leyendo el artículo de InfoLibre pincha aquí
- La materia no se deja instrumentalizar fácilmente, ni entra en las estadísticas, y requiere tiempo y espacio. Entonces, ¿a quién le va a preocupar?
- Los cambios que se han producido en la enseñanza en las últimas décadas han sumido en el pesimismo a gran parte del profesorado de esta asignatura.
martes, 23 de febrero de 2016
Las Sinsombrero de Tània Balló, documento imprescindible
'Las Sinsombrero' de Tània Balló nos muestra las historias
olvidadas de las mujeres que formaron parte de la Generación del 27. Eran
compañeras de Lorca, de Dalí, de Alberti. Eran las
mujeres que en el Lyceum Club Femenino formaron un grupo paralelo, con la
intención de, más que pedir un espacio en la sociedad, de agarrarlo, sabiendo
que era suyo. En palabras de Maruja Mallo, una de las integrantes, "un día
se nos ocurrió a Federico, a Dalí, a Margarita Manso y a mí quitarnos el
sombrero porque decíamos que parecía que estábamos congestionando las ideas y,
atravesando la Puerta del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo".
Ver también el artículo de El Público: Residencia para señoritas
Un resumen a modo de introducción del documental:
Se puede ver también integro en rtv.es a la carta de una hora de duración en vídeos imprescindibles:
Un resumen escrito aparece en el artículo de El Mundo de Loreto Sánchez Seoane:
Las mujeres en la Generación del 27: Ellas, el género neutro. Un resumen escrito aparece en el artículo de El Mundo de Loreto Sánchez Seoane:
Ver también el artículo de El Público: Residencia para señoritas
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