Sorprendente noticia, recogida incluso por la
prensa regional y nacional, la de que el Ayuntamiento de Villena tiene previsto implantar
el Día
del Orgasmo Femenino y los Domingos Felices. El Plan, ideado por la Concejalía de Igualdad que
dirige Catalina Hernández, busca
equilibrar la igualdad entre hombres y mujeres a través del incremento de los
niveles de felicidad de los villenenses. Por ahora es solo un borrador y me
temo que ante las críticas suscitadas (incluso las del PSOE) sea desestimado.
La prensa de derechas se ha hecho eco de la noticia para atacar una vez más al
alcalde Francisco Javier Esquembre (Els Verds-BLOC) cambiando el verbo proponer
por imponer y tildándole de podemita, al mismo tiempo recuerda que ya prohibió
un evento taurino sin “tener competencia para ello”.
En primer lugar, tengo que indicar que, a pesar del parecido
físico, no me une ningún parentesco con la concejala y que la idea me parece
espléndida. Yo abogaría por fomentar siempre la felicidad de las mujeres y de
los hombres a través de los orgasmos, solos o en compañía. Un día me parece
poco, hay que terminar con lo de sábado, sabadete, camisa nueva y polvete,
corre y vete; todos los días pueden tener un final feliz.
En segundo lugar, mi
pueblo siempre ha aprovechado cualquier motivo para convertirlo en una fiesta y este se lo merece. Un ayuntamiento debe velar por los intereses de sus
vecinos porque lo lleva escrito en su adn etimológico que recoge la RAE: acción
y efecto de ayuntar (juntar una cosa con otra) y que en su forma pronominal
equivale a realizar el coito, aparear.
Por lo tanto, me siento orgullosa de tener un ayuntamiento que se preocupa por el bienestar de las mujeres empezando por su sexualidad. Los datos de las encuestas apuntan que las mujeres salen peor paradas en esto de los orgasmos, el 51% de los hombres lo alcanza en su primera relación sexual frente a un 4% de las mujeres; un 40% no consigue el orgasmo en una relación coital y una décima parte nunca lo consigue.
Lo mejor que pueden hacer los villeneros es hacer gala de su reconocido espíritu "festero" y de su buen humor y tomarse a broma en la vida social esta iniciativa pionera y
pintoresca (me imagino la cantidad de comentarios y chascarrillos
que estarán circulando), y tomárselo en serio en la vida personal y afectiva. Solo las mujeres libres de prejuicios podrán tomar las riendas de su vida y luchar contra la desigualdad.