sábado, 19 de enero de 2013

Ángel Lucas, parecido razonable

A Ángel Lucas, con su torpe aliño indumentario, me lo encuentro cada cierto tiempo en el ascensor de Conde de Toreno. Trabaja en el Ministerio de Injusticia y antes fue alumno, delegado de clase y administrativo del Colegio Covadonga. Es un seguidor fiel que me recomienda libros y me hace acertados y divertidos comentarios. Algunos de sus escritos los he utilizado como ejemplo en el blog. Le he visto crecer, pero no he conseguido enterarme bien de todo su historial amoroso  por distintas zonas de Madrid. Ahora anda por la Fuente del Berro con una estela de hijos adoptivos. 
Ayer nos volvimos a encontrar y me di cuenta de que es clavadito a Vincent D ´Onofrio, actor de la serie Ley y Orden, una de mis favoritas.
Angeloxo, acuérdate de mandarme el libro que me prometiste.

domingo, 13 de enero de 2013

Ediciones Pregunta

David Francisco, mi querido ex alumno del IES Luis Buñuel, vino a enseñarme su primer hijo, un libro de relatos. Ha sido una niña, pequeña, sonrosada, guapa, producto de muchos meses de trabajo, que viene con un pan debajo del brazo: un proyecto de futuro. Los dos la mirábamos arrebolados.
 Las pérdidas rojas, escrito por Chusa Garcés, es el primer libro que edita en Ediciones Pregunta, empresa que lleva en común con su pareja, Reyes. Espero que se venda mucho y que sea el primogénito de una familia muy numerosa. Los escritores inéditos ya tienen una editorial que les publique. Pregunta.

Lecturas navideñas


Estas navidades he leído con emoción e interés Shefarad de Muñoz Molina,  el libro me había echado para atrás varias veces por su desagradable portada, pero su lectura ha sido como una intensa lluvia en tiempos de sequía. Absolución de Luis Landero ha hecho que los trayectos en metro sean una delicia, aunque el final me ha defraudado un poco. El protagonista del libro es un inolvidable ser solitario, apático y divertido, que huyendo de sí mismo, va  en busca de la felicidad para acabar huyendo de la felicidad en busca de sí mismo. Los dos libros me han servido para conocer más a los dos autores y, sobre todo, para quererlos. He aquí una muestra de la acertada visión del profesorado que tiene el autor (quién lo probó, lo sabe):
"Y luego estaban los profesores. Había que verlos. Unos parecían descorazonados, otros cansados o aburridos, otros lo confiaban todo a la severidad y a la eficacia, y otros fingían un dinamismo que quería ser sincero y contagioso pero que a Lino le recordaban a esos payasos de circo que, de pueblo en pueblo, se esfuerzan cada noche en divertir a la concurrencia porque no tienen otra opción, porque ese es su oficio y en él han de poner lo mejor de su talento, de su pasión, de sus a veces escasas energías. Parecían buhoneros yendo y viniendo con sus fardos de sabiduría a cuestas, subiendo y bajando por valles y collados, escaleras arriba a, escaleras abajo, a campo través por los pasillos. Y si eran dignos de admiración, también daba un poco de lástima el verlos allí, adultos y tan sabios como eran, y algunos eran viejos, mezclados siempre con los muchachos, condenados a convivir con la incansable, y cansina, y bullanguera juventud".
Misión Olvido de María Dueñas es, como su propio título indica, un libro para olvidar. El tema a priori parecía interesante (exiliados españoles en EE.UU),  pero el desarrollo de la trama, los personajes y  el estilo resultan  perfectamente olvidables. En esta novela tan desigual solo se salvan algunas historias secundarias.
La trayectoria de Muñoz Molina y Luis Landero es la dos magníficos escritores  de escritura magnética, siempre tienen algo interesante que contar con ironía y sentido del humor. María Dueñas, hasta ahora,  parece una mediocre escritora de estilo romo que una vez tuvo la suerte de contar una buena historia en forma de ameno folletín. 


jueves, 6 de diciembre de 2012

Los funcionarios: además de insultados, apaleados



El año pasado no falté ni un solo día a clase. Tuve suerte porque gocé de buena salud. Este año, en cambio,  llevo dos constipados y una conjuntivitis. He ido a clase en unas condiciones pésimas: casi sin ver y con la garganta destrozada. He tirado tanto de mis reservas que al final he tenido una infección grave de garganta con fiebre que me ha forzado a estar en cama más de tres días. Finalmente, la salud es más importante que la economía, y la enfermedad me supondrá 150 euros de penalización más 20 euros en medicinas que no cubre MUFACE. Todo porque la CAM ha establecido una Ley con afán recaudatorio contra el absentismo de los funcionarios que penaliza al enfermo. Todo esto el mismo año en que me han subido el IRPF y me han quitado la paga extra, pero me hacen pagar los descuentos correspondientes a su parte. Todo esto el mismo mes en que todavía no me han pagado el trienio y el plus de tutoría que me deben desde septiembre.
Tengo suerte porque tengo trabajo en un país en el que nadie trabaja (demasiado trabajo, diría yo: dos horas lectivas más y dos horas y media más de dedicación sin derecho a tomarme un bocadillo, en contra de lo que dice el Estatuto de Trabajadores). Tengo suerte porque me han reducido una hora lectiva por mayor de 55 años, cuando me correspondían tres. Tengo suerte porque me han adjudicado una tutoría con un plus de 70 euros que me obliga a tener dos horas más complementarias de atención a padres y de reuniones con el Departamento de Orientación. Tengo suerte porque tengo un gobierno que está haciendo esfuerzos por salir de la crisis a costa de mi salario y de mis derechos. Tengo suerte porque soy  una privilegiada profesora de la pública. Si el Estado trata así a sus trabajadores, no nos extrañemos de cómo está tratando a los demás colectivos.
Ahora les ha tocado a los sanitarios, ya han empezado con los insultos, que si todos los médicos trabajan por la tarde en la privada, que si son unos privilegiados... Los tertulianos en las televisiones lanzan sus consignas paniaguadas sin ningún pudor como ya lo hicieron el año pasado con los profesores. Pero todos tenemos bien claro que mientras la mayoría de los contribuyentes lleva a sus hijos a los colegios privados (las políticas educativas han sido desastrosas); la mayoría de los españoles quieren ser atendidos en la pública. Espero que esta vez no les salga bien su política de acoso y derribo para crear el despotismo demócrata más aberrante y terrible de principios del siglo XXI: todo contra el pueblo. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Me manda Stradivarius, Rodrigo Brunori


Me la regaló mi compañero Guillermo Cabañas. A ver qué te parece. Tardé en leerla. “Otra novela histórica, qué pereza”. No conocía nada de la obra ni del autor. A veces nos dejamos seducir por la publicidad. Pero en cuanto empecé a leerla no pude parar. La trama es mínima, el placer de su lectura, máximo. Relajación, tranquilidad, gusto por el trabajo bien hecho. Tres personajes solitarios: el luthier (envidioso de Stradivarius), el enigmático ayudante y el hijo, un poco autista y epiléptico. Un nexo común: el gusto por la música y, en concreto, por el violín en la Italia del siglo XVII. El deseo de construir un violín perfecto con pedazos de envidia, codicia, odio, amistad y solidaridad. Un escritor primoroso que busca en todo momento la palabra adecuada con el mismo esmero con el que estudia una partitura. Una obra poco habitual por lo bien escrita. Técnica y arte. “Me  parece genial, ahora háblame de su autor”.

Sentencia indemnización por exceso de horas lectivas (CHL)

Por fin tengo la resolución a mi favor del contencioso administrativo, que tuve con la Comunidad de Madrid en 2009, por haberme dado un horario que no se ajustaba a la ley (2 horas de compensación horaria por cada hora que excediese las 18) porque sólo me redujeron una hora. Lo incluyo por si sirve a cualquier persona que esté en mi caso. La CAM tendrá que pagarme dos horas extraordinarias a la semana por nueve meses. No sé a lo que asciende la cantidad, porque es lo de menos, ya me he gastado bastante al reclamar porque no estoy sindicada. Sé que se ha hecho justicia, aunque haya llegado tarde (ya se ha cambiado la Ley). Lo hice para que no se volviese a repetir.  Desde aquí animo a reclamar a todos los que se sientan perjudicados injustamente.

Lo tremendo no es que pasara el año más duro de mi vida laboral, sino que, si el director hubiese sido una persona dialogante, se hubiese podido arreglar; pero lo hizo mal a sabiendas porque quería darme una lección, como me dijo verbalmente y sin testigos,  porque yo había osado enfrentarme a él y le estaba desacreditando públicamente (todavía hoy sigo sin saber a qué se refería). En realidad le tendría que haber demandado por acoso laboral, pero ese es un camino muy duro para el que no estaba ni estoy preparada.
En el blog he ido dejando pequeñas pistas, todas posteriores a los hechos,  para que el lector inteligente sepa toda la historia. Solo es necesario pinchar a la derecha en IES Vista Alegre y saldrán todas las entradas. A continuación copio mi recurso de alzada de Diciembre (después de cinco horarios) que dio lugar a todo el proceso  y que explica mejor y de una forma más clara lo que la sentencia falla a mi favor.

Mientras se puso en marcha el contencioso, recibí como respuesta a uno de mis escritos el informe peor redactado que he leído en mi vida (23/2/2010). Evito citar el nombre del autor porque da vergüenza ajena, lo mandaron desde el servicio de Planificación y Org. Educativa de Centros Públicos (así nos va):
"El horario reúne los requisitos establecidos en la instrucción 77, citada anteriormente, para que pueda ser considerado excepcionalmente puesto que los profesores del departamento de lenguaje no imparte materias que no sean del departamento, las horas de tutoría no son ajenas al departamento al poder ser impartidas por todos los profesores independientes de su especialidad ya que forman parte de la función docente, y lo exige la distribución horaria que los profesores han hecho en el departamento al comienzo del curso".

PD. Si alguien quiere ver los documentos citados, que se ponga en contacto conmigo.




domingo, 7 de octubre de 2012

A los móviles los carga el diablo

Estoy confusa desde que me he hecho del plan Fusión de Movistar. No me aclaro con internet en el móvil. Ayer sábado intenté, tal y como había quedado con el comercial de los toldos,  mandarle una foto para explicarle  los ajustes que hay que hacer. Fue imposible, no había manera de que me saliese el teclado  y envié, sin querer,  un mensaje sin texto. Inmediatamente recibí esta respuesta:
-Quién. Qué. Cuándo?
Ante tamaña celeridad, empecé a ponerme  nerviosa y volví a enviar otro mensaje sin palabras. Casi simultáneamente apareció en la pantalla:
-Sigo sin saber quién eres.
Dada mi torpeza en estos menesteres, me equivoqué de nuevo.  Una vez más sonó el mensaje entrante y apareció un nuevo texto lleno de imaginación:
-Es el juego del ratón y el gato.
Quise contestarle diciendo que era una confusión y entró otro apremiante:
-Dame pistas,  por Dios.
Y otro más, esta vez dudoso:
Blanca. Ratoncito Pérez? Dental?
Y un sexto  bastante picarón:
-Uhmmm? No sabe, no contesta. Doy en el punto...
El aparato del demonio con sus sonidos y vibraciones me estaba volviendo loca, no veía manera de deshacer el entuerto. Decidí entonces enviarle un mensaje tradicional, ese si lo sé mandar, sin documento adjunto:
“Siento confusión, trataba mandar foto toldo para que lo arregles. Lo intentaré en otro momento”.
El último mensaje lacónico tardó un poco más en llegar:
-OK. Ahora sí.
No sé por qué pero tengo dudas de que venga a solucionar los problemas del toldo.