miércoles, 2 de mayo de 2012

Lo que pasa en las clases

 

Cortometraje realizado con los alumnos de 4ºD de la E.S.O. del Instituto Puente Ajuda de Olivenza (Badajoz). Fue rodado durante el mes de abril de 2010. La música es "New born", del grupo británico Muse, recogida en su álbum "Origin of symmetry". 

CUESTIONARIO sobre el cortometraje "Cada segundo cuenta". (Para uso de profesores en el aula)

Responde a las siguientes cuestiones.

1ª) ¿Crees que el contenido del cortometraje se parece a la realidad? Argumenta tu contestación.
2ª) De todos los alumnos que salen en el cortometraje, ¿cuáles crees que tienen comportamientos correctos y cuáles incorrectos? Explica por qué.
3ª) De todos los alumnos que se portan mal en el cortometraje, ¿cuál te parece que es el que tiene un comportamiento más incorrecto? Explica razonadamente por qué su comportamiento te resulta peor que el de los demás.
4ª) ¿Las clases deben ser interesantes y divertidas, o piensas que lo importante en ellas es aprender? Argumenta tu contestación.
5ª) ¿Has aprendido algo viendo el cortometraje? Razona tu respuesta.
6ª) ¿Por qué piensas que el cortometraje se titula "Cada segundo cuenta"?
7ª) En tu opinión, ¿cuál es la razón por la que al principio del cortometraje el pasillo del Instituto aparece deformado?
8ª) ¿Qué escena del cortometraje cambiarías? ¿Por qué?
9ª) ¿Qué escena te ha gustado más? ¿Por qué?
10ª) ¿El cortometraje es pesimista u optimista? Razona tu respuesta.

 


sábado, 7 de abril de 2012

Viejuno, regulero, flojete...


Joaquín Reyes y sus compañeros de Muchachada Nui han puesto de moda unos adjetivos, provenientes del vocabulario albaceteño pueblerino, que cada vez que los oigo me echo a reír y que demuestran la buena salud del lenguaje popular que sigue creando palabras nuevas o recuperando localismos:
Tontaco, viejuno, regulero, chotuno, flojete , cascoporro, caldofrán, bonico o gambitero (persona aficionada a divertirse y que siempre está pensando en pasarlo bien o en ir de fiestas).

domingo, 1 de abril de 2012

Mentiras sobre la huelga general


El piquete empresarial
JOAQUÍN SÁNCHEZ

Siempre que hay una huelga general sale a relucir de una manera virulenta el debate de los piquetes obreros, a los que se les acusa de coercitivos e innecesarios porque si son piquetes informativos, hoy en día hay suficientes medios de comunicación para que los obreros de cualquier ámbito laboral estén informados y, por tanto, no son necesarios. Desde instancias gubernamentales se insiste que si existe el derecho a la huelga también existe el derecho a trabajar y que la huelga se debe llevar a cabo en el ejercicio de la libertad individual y se debe garantizar el derecho a trabajar.
Pero curiosamente no se habla nada de los piquetes empresariales que funcionan desde el mismo instante en que se anuncia una huelga general, y éstos sí que son tremendamente coercitivos e informan que el que vaya a hacer huelga será despedido o no se le renovará su contrato. Además, se hace con nocturnidad, es decir, de una manera individual y sin testigos. El poder económico tiene medios suficientes para imponer su amenaza; ejercer el derecho a la huelga va a conllevar la pérdida del empleo o hacer la vida imposible al empleado en su lugar de trabajo.
El piquete empresarial tiene mayor fuerza porque ha logrado fragmentar el mundo del trabajo, unido a la precariedad, utilizando el chantaje de si no te renuevo el contrato cómo vas a alimentar a tus hijos o pagar la vivienda. Un piquete obrero puede interrumpir una labor durante horas, pero no destruye la vida de personas.
El piquete empresarial actúa desde el anonimato y sin presencia policial. La Policía está a las puertas, según dicen, para proteger el derecho a trabajar, pero ¿por qué no están dentro para proteger el derecho a la huelga? Vigilan los piquetes obreros y permiten que los piquetes empresariales actúen desde una impunidad escandalosa. ¿Por qué desde instancias gubernamentales no se dice a los empresarios que no coaccionen a los obreros para que puedan ejercer libremente su derecho a la huelga? Como es habitual, los Gobiernos se muestran sumisos al poder económico.
Precisamente esta reforma laboral va a dejar a la clase trabajadora en una precariedad y flexibilidad que implica claramente una situación de explotación y opresión, que va a dificultar aún más el derecho a la huelga, porque si te dejan sin trabajo te arruinan la vida, no sólo económicamente sino también familiar y personalmente.
Mientras los piquetes empresariales están actuando sin ninguna cortapisa desde el día que se rumoreaba que habría huelga general, y sin ningún debate mediático, se está poniendo el acento en los piquetes obreros, que intentaremos —lo digo en plural porque si Dios quiere participaré desde la no-violencia—, decir que el movimiento obrero es un movimiento para la lucha por la justicia social y en defensa de los derechos laborales y sociales y, no me cansaré de insistir, para crear una humanidad de todos y para todos.
Es verdad que hay muchas dificultades para que una huelga general salga bien, porque existe trabajo precario, situaciones de explotación, chantaje de los piquetes empresariales y el hecho de que quitan ese día de sueldo, y hay muchos que no se lo pueden permitir, la amenaza velada de que los Cuerpos de Seguridad van a ´dar goma´… pero es necesario que ante leyes como la de esta reforma laboral protestemos y salgamos a la calle si queremos que las generaciones venideras tenga un futuro digno. Yo no tengo hijos, pero participaré en la huelga general porque no creo, mejor dicho, no quiero una humanidad gobernada por personas que a través de corporaciones e instituciones financieras, políticas… hacen bandera de la codicia, de la avaricia, la ambición, la lujuria, la gula y la vihttp://www.blogger.com/img/blank.gifolencia, una forma de actuar que destruye al ser humano y a la naturaleza.
Posdata. Hay cristianos católicos que echan pestes de los sindicatos —son antisindicatos— de las huelgas, de la protesta social, de reivindicar la justicia social porque les suena a izquierda. Sólo recordarles que la Doctrina Social de la Iglesia defiende y valora a los sindicatos, defiende el derecho a la huelga y la protesta social y anima a luchar por la justicia social. Esto también es de catecismo.

Joaquín Sánchez es miembro de HOAC y sacerdote

Decálogo de mentiras sobre la huelga general

martes, 27 de marzo de 2012

TENER O NO TENER (VERGÜENZA)

A veces es sano y normal no tener vergüenza de algo. Yo, por ejemplo, no tengo vergüenza de no saber chino, por muy importante que sea (y cada vez más); puedo decir que es muy difícil, que me ha pillado mayor, que quién iba a pensar, etc. Sí la tengo de no saber inglés, o apenas, y ahí no tengo nada para justificarme.
Resultado de imagen de tener o no tener verguenzaLo malo es que ahora mucha gente, sobre todo entre “los de arriba”, parece no tener vergüenza de cosas que la merecerían. Se ponen sueldos astronómicos para navegar por las más altas esferas de la sociedad, mientras dejan a millones de personas arrastrándose por el subsuelo, e incluso lo proclaman sin complejos: “porque yo lo valgo”. Roban cantidades desmesuradas, y se siguen postulando como un modelo para todos.
Lo peor es que nos estamos acostumbrando, y es un camino muy peligroso. Cuando alguien es capaz de mirar a otro a los ojos y decirle: “Yo tengo de todo y tú nada; por algo será. Es justo que sea así”, ya no estamos en una democracia. Estamos volviendo a las castas y a la esclavitud.
Sería preciso enseñar un poco de vergüenza a nuestras clases dirigentes. Para ser dirigente hay que tener un mínimo de ejemplaridad. Si, como ha dicho un ministro, “estamos en una situación de urgencia y casi de emergencia nacional”, deberían dar un poco de ejemplo: los auténticos jefes viven peor que sus subordinados. Pero, como dice un refrán romano, el pescado se empieza a pudrir por la cabeza. Y, según nuestro dicho popular, se empieza por asesinar viejecitas y se acaba faltando a misa.
Hoy he oído a un presentador, ya algo viejuno, proclamar en una emisora de radio: “Yo he vivido una dictadura, una transición y una democracia...” Esperemos que nuestros actuales jóvenes no tengan que contarles a sus nietos “Yo he vivido una democracia, una transición, una dictadura...”
22 – 3 - 2012

miércoles, 21 de marzo de 2012

300 años de la Biblioteca Nacional

miércoles, 14 de marzo de 2012

Con Larra en el café, Moncho Alpuente



Tertulia en el Café Gijón 
Hoy los cafés son oasis en los que sigue abrevando una fauna amiga de la cháchara y el debate

Los primeros cafés de Madrid que abrieron terraza lo hicieron en el Pasaje de Matheu, a dos pasos de la Puerta del Sol, eran cafés afrancesados, fundados y frecuentados por la colonia francesa de Madrid a mediados del siglo XIX. En el Café de París se reunían conservadores y monárquicos y en el de Francia, fundado por Monsieur Doublé, superviviente y héroe de La Comuna, republicanos y revolucionarios. La revolución de las terrazas triunfó en la capital de España, hasta el abuso, como denunciaba en la segunda década del siglo XX el escritor y cronista madrileño Pedro de Répide. La moda de las terrazas, escribía: “…ha llegado a constituir en Madrid un intolerable abuso durante los meses del verano, hallándose el viandante imposible de pasar por las aceras de las calles y jardines de las plazas ocupadas por los veladores y asientos multiplicados hasta el absurdo”. Los clientes de las terrazas se libraban del aire cargado, enrarecido y espeso del interior. En un incisivo artículo, titulado El Café, Mariano José de Larra describía los padecimientos del fumador pasivo, abrumado y ahumado por “cuatro chimeneas ambulantes que no podrían vivir si hubieran nacido antes del descubrimiento del tabaco: tan enlazada está su existencia con la nicociana”.
Hoy los cafés son oasis en los que sigue abrevando una fauna amiga de la cháchara y el debate sobre la que planea todavía la sombra de las viejas, turbulentas y discutidoras tertulias como las de los cafés de la Puerta del Sol sobre las que Valle Inclán, que perdió un brazo a causa de una de ellas escribiría: “El Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y el arte contemporáneo que dos o tres universidades o academias”. Otro adicto a los cafés madrileños, Enrique Jardiel Poncela pondría más tarde en boca de un hipotético corresponsal británico una receta para terminar con los endémicos males de España: “Abrir todas las cabezas y cerrar todos los cafés”. Entre los cafés supervivientes de Madrid, el Nuevo Café Barbieri de la calle del Ave María en Lavapiés, fundado en 1912, es el que mejor conserva la atmósfera, incluso el mobiliario y la pátina de la edad dorada.
El Gran Café de Gijón del Paseo de Recoletos y el Comercial de la Glorieta de Bilbao, fundados a finales del siglo XIX y reformados a mediados del siglo XX, mantienen el genio y la figura, la estampa y la estructura de aquellos cafés a los que acudía Fígaro, impertinente y curioso: “…más de cuatro veces al día a meterme en rincones excusados por escuchar caprichos ajenos que luego me proporcionan materia de diversión…”. Mucho, y casi siempre para bien, se ha escrito sobre las tertulias del Gijón que en los años del franquismo fue un insólito reducto, casi una tierra de nadie, en un territorio ocupado y devastado intelectualmente. Hoy, a la entrada del salón donde estuvo el puesto de Alfonso, cerillero y factótum, vendedor de tabaco y lotería, prestamista sin intereses, consejero y contertulio imprescindible desde su garita, se exhiben algunos de los libros escritos sobre el establecimiento, crónicas y homenajes, bajo el retrato del cerillero ilustre e ilustrado.
Las tertulias no han muerto.
En el ágora del Comercial, tienen sus puestos asignados, filósofos contemplativos y poetas solitarios, profesores peripatéticos y estudiantes eternos. El recado de escribir que antes ofrecían los camareros ha sido sustituido por el wi-fi pero Larra podría seguir riendo “de ver cómo arreglaba la suerte del mundo una copa más o menos de ron” y compartiendo la despedida habitual del orador de café: “¡Pobre España!...Buenas noches señores”.

Nubarrones sobre El Gijón

domingo, 26 de febrero de 2012

Qué difícil es hablar español

Dos hermanos colombianos, mezcla de MOLOTOV y Les Luthiers, nos hablan de las distintas definiciones para la misma palabra según en qué país de habla hispana estemos.



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