sábado, 21 de mayo de 2011
Nuevas preposiciones
Estas son las preposiciones propias del español:
a, ante, bajo, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, sobre, tras.
Seguramente en la lista que aprendiste en la escuela se incluían cabe y so. Cabe se ha sustituido por junto: está cabe la puerta; está junto a la puerta. En lugar de so se utiliza bajo: está so la mesa; está bajo la mesa.
También existen preposiciones que no se encuentran en la lista anterior. Son preposiciones nuevas. Helas aquí:
vía: por medio de (por), camino (por). Ejemplos: el aprobado se consigue vía estudio. El tren va a Vigo vía Medina del campo
durante:tiempo (en). Ejemplo: me divierto durante las vacaciones
mediante:por medio de (por). Ejemplo: Lo conseguirás mediante el trabajo
pro:en defensa de (por). Ejemplo: sorteo pro viaje de fin de estudios
Una ficha de película
Cómo hacer una crítica de cine
Evidentemente hay que ver la película, pero no de cualquier manera; hay que estar atentos a multitud de detalles que normalmente no se tienen en cuenta al ver una película como forma de entretenimiento a secas. Hacer una crítica no consiste en resumir el argumento de la película, hay que hablar de ella, pero sin desvelar muchos detalles puesto que trataremos de atraer al espectador y dejarle con cierta intriga y curiosidad hacia el filme.
Por esto mismo tan importantes como los aspectos temáticos son los aspectos formales que debemos tener en cuenta. Para la temática nos centraremos en el argumento y en el guión: ¿está bien planificado?, ¿mantiene la tensión? ¿cuál es la idea de fondo a la que nos lleva?...En cuanto a los aspectos formales es importante que nos fijemos en los tipos de planos que utiliza el director, en las transiciones, el montaje, la luz, la música, etc. Todos estos elementos están en la película por algo, el director los ha escogido porque son los que mejor transmiten lo que él quería hacer, por eso debemos reflexionar sobre cuál es su función y el papel que juegan en el filme.
Hay más elementos que conviene tener en cuenta, por ejemplo, los decorados, el vestuario, el maquillaje y cómo no los actores, puesto que de su interpretación depende gran parte del éxito de una película.
Como se ve hacer una crítica no consiste solo en decir si una película nos ha gustado o no, si era entretenida o nos ha aburrido… sino que es algo más puesto que estamos valorando el trabajo de profesionales .
Sigue los siguientes pasos para escribir una crítica de una película :
Planifica:
1. Elige una película para ver.
2. Ve la película y toma nota de los elementos que te parece debes incluir
en tu crítica.
Escribe:
1. Redacta información sobre la obra y el autor.
2. Escribe un resumen de la trama.
3. Escribe una ficha técnica.
Título original
Distribuidor
Género
Origen
Año
Duración
Director
Actores
a. Una vez que has descrito la película que vas a criticar comienza
a escribir.
b. Explica lo que encuentras positivo y negativo de la película. Para
esto utiliza fórmulas tales como: “lo valioso que presenta esta
obra, película, cinta, etc. es...”.
c. Termina tu artículo con un párrafo conclusivo que rescate lo
valioso y “sugiera” aspectos que pudieron ser mejores.
d. Usa un estilo formal para escribir.
Por último, revisa la redacción y ortografía de tu texto.
Para saber más:
www.alohacriticon.com/elcriticon/
www.labutaca.net/criticas
http://cineunav.blogspot.com/2007/10/cmo-hacer-una-crtica-de-cine.html
lunes, 16 de mayo de 2011
Las mujeres y la literatura
”Los efectos de la literatura escrita por mujeres”
por Socorro Suárez Lafuente
Artículo publicado en
la revista PLATERO, nº 134, año XIX, febrero 2003.
Edita CAJASTUR.
Oviedo.
(Extracto de algunos fragmentos)
“A lo largo de la historia de la literatura ha habido una escasa presencia de mujeres escritoras porque ni en las familias ni en los lugares en que se impartía la educación se educaba a las mujeres para el saber. Ni siquiera en los monasterios medievales, que fue donde se preservó la cultura escrita, copiando, cuidando y ampliando el conocimiento, se enseñaba a las monjas a leer y escribir; éstas cantaban en Latín “de oído”, pero no tenían acceso a códices ni manuscritos.
Así, cuando la abadesa germana Hilegard von Bingen, en el siglo XII, quiere escribir sus visiones místicas, el obispo de su diócesis tiene que buscar un monje que le sirva de secretario. Las cosas no mejorarán en este terreno hasta el siglo XVIII, lo que lleva a la autora inglesa Virginia Woolf a escribir en su libro Una habitación propia (1929) que nunca sabremos si la hermana de William Shakespeare tuvo tanto talento literario como él, y si el talento literario lo hubiera tenido ella nunca hubiéramos tenido un Shakespeare, porque las mujeres eran educadas para estar en casa, les estaba vetado el mundo exterior y era impensable y, por tanto, imposible, que Ann Shakespeare hubiera viajado sola a un Londres que desconocía para introducirse en el mundo del teatro como hizo su hermano.
Con la industrialización de la sociedad y el establecimiento de la clase media muchas mujeres tienen, desde finales del siglo XVIII, tiempo de ocio, que aprovecharán para leer, para hablar en tertulias que organizan en sus casas y para escribir. Algunas escriben cartas, que hoy nos sirven como documentación de su tiempo, como es el caso de Lady Montagu o Madarne de Sévigné,otras escriben ya novelas, poemas y obras de teatro.
Las mujeres burguesas son las propulsoras del surgir de la novela: pronto descubren el potencial de entretenimiento de la literatura y se convierten en lectoras voraces de largas historias en las que se podían sumergir durante horas y “vivir” dramas y aventuras con los personajes. Su afición a la lectura propiciará la publicación de la novela por entregas, generalmente en tres partes, lo que da estabilidad comercial y económica a las editoriales, origina el préstamo bibliotecario por necesidad social y, lo que es más importante, crea una demanda de novelistas que permite a muchas mujeres probar suerte como autoras, con gran éxito, en este terreno nuevo.
De la misma manera que las mujeres francesas fueron las que mejor organizaron sus tertulias privadas, hasta el punto de que tal actividad recibe el nombre de “saloniéres” (salonistas), las inglesas son las más importantes en el campo de la novela. De una amplísima nómina de novelistas británicas reconocemos inmediatamente a Mary Shelley por su creación de un mito con Frankestein (1817) y a Jane Austen porque algunas de sus novelas han sido llevadas al cine recientemente: Orgullo y prejuicio (1813), Sentido y sensibilidad (1811) y Emma (1816). A los premios Oscar de este año se presenta Las horas, película que trata de la vida de Virginia Woolf y de una de sus novelas, Mrs Dalloway (1925). De esta misma autora también triunfó en el cine hace unos años Orlando, escrita en 1928.
La sociedad española incorpora lentamente a sus escritoras al canon literario, y en el siglo XIX ya podemos contar con Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán y Rosalía de Castro, entre las más destacadas. En los inicios del siglo XX las mujeres acceden a la enseñanza media reglada y, consiguientemente, a los estudios universitarios, en una proporción aceptable y creciente; en 1903 se funda en Madrid un instituto “para señoritas” que cuenta en 1912 con 125 matriculadas, y sólo dieciséis años después, en 1928, con 1.681 alumnas, una buena parte de las cuales ingresarán en la universidad.
De aquí que durante la II República haya mujeres dedicadas a la política y parlamentarias como Victoria Kent y Clara Campoamor,que pueden discutir pública y oficialmente sobre un tema que les incumbe de manera directa: el voto de las mujeres. Las intelectuales abundan ya en España desde principios del siglo XX, y aunque, con frecuencia, han estado subsumidas en la obra de sus maridos, la investigación contemporánea les está otorgando su justa valía. […]”
“Las mujeres incorporan su experiencia al mundo literario de varias maneras: haciéndose presentes en todos los momentos históricos en que, estando, compartiendo y contribuyendo, fueron ignoradas por los documentalistas e historiadores oficiales; haciendo explícito su punto de vista en todas y cada una de las múltiples ocasiones en que otros se expresaron en su nombre y pusieron palabras en su boca, y optando por caminos alternativos a los que la sociedad les tenía prefijados en cada momento. Para llevar a cabo esta tarea, que habría de cambiar los modelos arquetípicos al uso, las mujeres se aprestan no sólo a escribir desde un punto de vista nuevo y diferente (re/visión), sino a volver a escribir (re/escribir) el cánon literario establecido” […]”
“Celebremos, pues, la abundancia de palabras que se escriben para registrar nuestra individualidad y nuestra importancia, y hagamos de la esencia de ser persona la fuerza de ser mujer”.
Una habitación propia
Virginia Woolf tiene muchos méritos, pero para mí hay uno que destaca sobre todos los demás: cuando ella escribía, a principios del siglo XX, que una mujer escribiese no era común, pero las que lo hacían, hasta ese momento, tenían ese tonillo femenino tan Jane Austen. Ella no. Ella fue la primera en romper ese molde, en dejar que el sexo desapareciese de sus palabras, porque todas sus novelas podría haberlas escrito un hombre. Excepto Una habitación propia, que no es una novela, sino un discurso que dio la escritora británica. Pero la defensa que hace de la libertad de la mujer y su argumentación ha traspasado los años, y leyéndolo sigues sintiendo que nos queda mucho trecho por recorrer. El título se debe a que Virginia explica en esta conferencia que la mujer sólo será libre para escribir como los hombres cuando lo haga en una habitación propia: las mujeres de su época no tenían estudio, despacho, nada parecido, escribían en el salón, rodeadas de familiares, niños, ruido. Por eso ella identifica la libertad con esa habitación. Evidentemente, la argumentación va mucho más allá, sobre todo aborda la independencia económica, pero me encanta esa frase, una habitación propia.
Ver también Las mujeres que escriben son peligrosas:http://bloggeles.blogspot.com/2010/08/iii-power-point.html
http://prohispanicalingua.blogspot.com.es/2013/03/literatura-universal-amelie-nothomb.html
http://luisalbertomorenoreynoso.tumblr.com/post/78967803883/introduccion-la-vida-invisible-desde-hace-un-par
sábado, 14 de mayo de 2011
Testeando: test Lengua y Literatura
Tests autoevaluables sobre distintas asignaturas. http://www.testeando.es/
Testeando es una herramienta educativa y lúdica pensada para profesores y estudiantes de ESO y Bachillerato de los colegios españoles. Consiste en un juego de preguntas y respuestas tipo trivial, agrupadas por cursos y asignaturas que responden al desarrollo curricular marcado por el Ministerio de Educación.
lunes, 25 de abril de 2011
Escritores que destruyen sus obras
Son muchos los escritores arrepentidos de sus publicaciones. Virgilio, antes de morir, pidió al emperador Augusto que destruyera la Eneida, menos mal que el emperador se opuso rotundamente y no cumplió la petición. Cuenta la leyenda también que Juan Ramón Jiménez se arrepintió de haber escrito Platero y yo e intentó rescatarlo de las librerías.
Sabemos que muchos incipientes escritores queman y rompen lo escrito. La lectura de sus escritos les resulta insoportable: exceso de adjetivación, incongruencias argumentales, enredos sintácticos y confusiones semánticas. La destrucción no puede ser más útil: reduce la egolatría y hace reflexionar. Pero nos sigue sorprendiendo que muchos de los grandes escritores destruyeran parte de su obra. Francisco Ayala explicaba en una entrevista que destruyó sus poemas porque le parecía que no tenían altura: ” Los destruí. Como destruí mis pinturas, las que había hecho en un momento de mi vida cuando pensé que podía ser pintor, que era una tradición que existía en mi casa. Tenía los medios materiales, pero mis pinturas no me satisfacían y las destruí, en lugar de dejar esos testimonios de mi torpeza”. También el premio Nobel, Vargas Llosa, como cuenta en El pez en el agua, pidió a ayuda a su amigo Javier Silva Ruete para quemar un cajón lleno de versos porque “no era bueno como poeta”
Afortunadamente algunas maravillas desechadas fueron rescatadas del olvido en baúles, rincones o basureros; otras, en cambio, desaparecieron, consumidas por el fuego invencible, iniciado por autores más precavidos. Ernesto Sábato iba a quemar Sobre héroes y tumbas, pero su mujer le disuadió. Stephen King tiró Carrie a la basura y su esposa lo rescató.
Eduardo Lago reflexiona sobre este tema en su novela Llámame Brooklyn: " Naturalmente sólo
tenemos conocimiento de los casos en que los amigos desobedecieron. ¿Cuántos
habrá que, por el contrario, respetaron la voluntad del muerto? ¿Cuántos kafkas
y virgilios habrán desaparecido sin dejar rastro de su paso por la tierra?"
En el suplemento Cultura/s de La vanguardia se dieron las razones principales de la destrucción de las propias obras artísticas:
- Insatisfacción con la propia obra: 30%
- Depresión: 26%
- Falta de espacio o materiales: 15%
- Temor a acciones legales: 8%
- Preocupación por su legado: 7%
- Ritual: 5%
- Otros (aumentar la cotización, locura...): 9%
Veamos algunos ejemplos de hojas quemadas:
Gógol
Gógol publicó Almas Muertas en 1842, pero, tras una larga peregrinación a Jerusalén, decidió abandonar la literatura para concentrarse en la religión y quemó lo que había escrito de la segunda parte de Almas Muertas diez días antes de su muerte en Moscú. Sólo algunos fragmentos de esa segunda parte sobrevivieron a la quema y han sido publicados.
Kafka
Kafka sólo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, una pequeña parte de su trabajo, por lo que su obra pasó prácticamente inadvertida hasta después de su muerte. Con anterioridad a su fallecimiento, dio instrucciones a su amigo y albacea Max Brod de que destruyera todos sus manuscritos; Brod hizo caso omiso de esas instrucciones, y supervisó la publicación de la mayor parte de los escritos que obraban en su poder. La compañera final de Kafka, Dora Diamant, cumplió sus deseos pero tan sólo en parte. Dora guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos, incluyendo 20 cuadernos y 35 cartas, hasta que fueron confiscados por la Gestapo, en 1933.
Cortázar
Cortázar quemó una novela que se llamaba Soliloquio, una historia real, basada en su propia experiencia, donde un profesor culto se enamora de una alumna rebelde, pero no es correspondido. También quemó una serie de cuentos que se llamaban La otra orilla, de los que había dado copias a amigos, que la publicaron. Y se arrepintió de que reeditaran el primer libro de sonetos Presencia.
http://pedantoteca.blogspot.com/
Por qué el ebook no reemplazará nunca al libro tradicional
Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks.
Joaquín Sabina
En el Algarve, a 23 de abril de 2011, mi flamante ebook (marca Overtech, conseguido con los cupones de "2O minutos") se quedó con la pantalla colgada sin más explicación en la página 205 de La leona blanca. No ha llegado a cumplir ni un mes. Me dejó compuesta y sin libro. Así que me desdigo de lo escrito en el último párrafo de otra entrada:
http://bloggeles.blogspot.com/2010/06/un-invento-inmejorable.html
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