ASÍ QUE PASEN TREINTA AÑOS
La aldea global me permitió saber que habías cambiado tu patio cordobés por un cortijo en Jerez. Sigo tu carrera aunque no esté en el sur. Tu nombre aparece en las retransmisiones de ópera, en las entrevistas a los grandes divos de la canción y a los artistas del flamenco.
Lingüista en paro,
profesor desertor,
ponente en cursos de universidades de verano.
Andaluz universal, cada vez más lejos del centro.
Observo tu rostro en la pantalla del ordenador, perteneces a una asociación de directores de teatro. Contemplo tu delgado perfil en una entrevista con motivo de un encuentro de Flamenco. En otra noticia, un periodista no entiende la excusa que pusiste para no ir a recoger un premio merecido.
Desearía hacerte multitud de preguntas: ¿Se cumplieron todos tus deseos? ¿Cómo se vive la popularidad, el éxito? ¿A qué saben los aplausos? ¿Dónde quedó tu vocación de actor? ¿Dónde están esas novelas que escribiste? ¿A qué has renunciado?
Sólo me quedan recuerdos mudos, amarillentos e inconexos, sin fotos:
La fecha de tu cumpleaños,
florido mayo.
Tu largo recorrido. El Carpio, Cedaceros, San Bernardo, La aldea de la Hoya de la Guija, Santa Eugenia, Córdoba, Gran Teatro, una orden de búsqueda y captura, teatro de la Zarzuela, teatro Villamarta (por cierto, ¿quién es Marta?), teatros nacionales.
Tus movimientos felinos.
Tus pantalones de mil bolsillos,
los folios de colores,
tus veinte años,
los geranios de la plaza de la Alegría,
unas soledades no compartidas.
la pérdida de tu negra melena leonina.
Tu treintena,
algún encuentro fugaz en un festival de otoño.
Tus silencios alegres, tus carcajadas tristes…
ASÍ QUE PASEN TREINTA Y CINCO AÑOS
He encontrado con la misma emoción más información: Jerez 20013, tu artículo sobre la labor del director de escena en una ópera y la respuesta a una de mis preguntas: he visto cómo preparabas una escena de Romeo y Julieta con los cantantes. Te he visto disfrutar y me he sentido muy feliz.
También he tropezado, buscando sobre callejeros literarios, con este divertido comentario aparecido en el Diario de Jerez: “Existen, igualmente, calles de literatos y de grandes músicos - no muchos, la verdad, porque aquí no hemos sido nunca muy leídos, ni muy aficionados al bel canto, hasta que ha llegado Paco López y ha puesto a todo el mundo a escuchar ópera…”.
En noviembre de 2016 leí una emotiva carta tuya donde pedías comprensión y respeto porque los últimos acontecimientos te estaban desbordando. Te entiendo y te mando desde aquí un fuerte abrazo. Sé que renacerás con más fuerza y brío.
La aldea global me permitió saber que habías cambiado tu patio cordobés por un cortijo en Jerez. Sigo tu carrera aunque no esté en el sur. Tu nombre aparece en las retransmisiones de ópera, en las entrevistas a los grandes divos de la canción y a los artistas del flamenco.
Lingüista en paro,
profesor desertor,
ponente en cursos de universidades de verano.
Andaluz universal, cada vez más lejos del centro.
Observo tu rostro en la pantalla del ordenador, perteneces a una asociación de directores de teatro. Contemplo tu delgado perfil en una entrevista con motivo de un encuentro de Flamenco. En otra noticia, un periodista no entiende la excusa que pusiste para no ir a recoger un premio merecido.
Desearía hacerte multitud de preguntas: ¿Se cumplieron todos tus deseos? ¿Cómo se vive la popularidad, el éxito? ¿A qué saben los aplausos? ¿Dónde quedó tu vocación de actor? ¿Dónde están esas novelas que escribiste? ¿A qué has renunciado?
Sólo me quedan recuerdos mudos, amarillentos e inconexos, sin fotos:
La fecha de tu cumpleaños,
florido mayo.
Tu largo recorrido. El Carpio, Cedaceros, San Bernardo, La aldea de la Hoya de la Guija, Santa Eugenia, Córdoba, Gran Teatro, una orden de búsqueda y captura, teatro de la Zarzuela, teatro Villamarta (por cierto, ¿quién es Marta?), teatros nacionales.
Tus movimientos felinos.
Tus pantalones de mil bolsillos,
los folios de colores,
tus veinte años,
los geranios de la plaza de la Alegría,
unas soledades no compartidas.
la pérdida de tu negra melena leonina.
Tu treintena,
algún encuentro fugaz en un festival de otoño.
Tus silencios alegres, tus carcajadas tristes…
ASÍ QUE PASEN TREINTA Y CINCO AÑOS
He encontrado con la misma emoción más información: Jerez 20013, tu artículo sobre la labor del director de escena en una ópera y la respuesta a una de mis preguntas: he visto cómo preparabas una escena de Romeo y Julieta con los cantantes. Te he visto disfrutar y me he sentido muy feliz.
También he tropezado, buscando sobre callejeros literarios, con este divertido comentario aparecido en el Diario de Jerez: “Existen, igualmente, calles de literatos y de grandes músicos - no muchos, la verdad, porque aquí no hemos sido nunca muy leídos, ni muy aficionados al bel canto, hasta que ha llegado Paco López y ha puesto a todo el mundo a escuchar ópera…”.
En noviembre de 2016 leí una emotiva carta tuya donde pedías comprensión y respeto porque los últimos acontecimientos te estaban desbordando. Te entiendo y te mando desde aquí un fuerte abrazo. Sé que renacerás con más fuerza y brío.
Entrevista en lavozdelsur.es (4 octubre,2020).