martes, 29 de septiembre de 2015

Trabajo sobre grandes parejas de la literatura universal (1º Bachiller)


Interesante trabajo realizado por los alumnos del IES Avempace de Zaragoza
http://www.avempace.com/articulo/LU-literatura-universal-optativa-2-bachillerato.
"En este trabajo encontrará el lector amoríos y desamores, pasiones, venganzas, adulterios, raptos, engaños, traiciones, sacrificios, finales trágicos y afortunados… En fin, todos los sentimientos vinculados al dardo de Cupido: enamoramiento, odio, dolor, felicidad, temor… Nada menos que un completo catálogo de la sentimentalidad humana. Los autores de este trabajo colectivo son los alumnos de 1º B de Bachillerato, del curso 2012 - 2013, que efectuaron una pequeña tarea de investigación para llevar a término las tareas que les fueron encomendadas.He aquí  el resultado de sus pesquisas."

Para 4º de la ESO :http://www.tareasdeeducacion.es/combas/materiales/lengua/htas_amor.pdf

sábado, 12 de septiembre de 2015

Inexplicable muerte en agosto

Tres personas mueren ahogadas en playas y ríos de Valencia 
  
12 de agosto 2015. El primer suceso se ha producido sobre las once de la mañana de este domingo en la playa de Piles, donde una mujer de unos 60 años se ha ahogado por causas que se desconocen.

Era su último día de vacaciones, se fue antes que los demás para comprar el pan y plantar la sombrilla. Le gustaba pasearse por la orilla de la playa y nunca consintió que el agua le llegase al pecho, le daba miedo. Cuando bajó el marido para reunirse con ella, observó cierto  revuelo. ¿Qué habrá pasado?, se preguntó. Se acercó y vio que sacaban a una mujer del agua con el mismo bañador que llevaba su esposa. Allí se le hundió su vida. No le pareció la ahogada más hermosa del mundo, en su cara había un rictus de dolor. Todas las preguntas se han quedado sin respuesta. No valen las lamentaciones. Ahora toca salir adelante y  olvidar esta muerte prematura e inexplicable. 

Farsante


 Para G. que piensa que todo lo que aparece escrito en el blog es verdad y está escrito por mí
Le va tan mal en la vida cotidiana que se siente como un personaje de la serie de televisión Big Ban Theory: es muy capaz para el pensamiento abstracto pero incapaz de desenvolverse ante los problemas más comunes. No entiende como a los demás les gustan el ruido, las fiestas populares, las reuniones multitudinarias y los chistes. Recuerda siempre las palabras dadas e incumplidas. Le sorprende que los demás olviden y se dejen llevar por espejismos, que sepan desenvolverse en las situaciones más absurdas para él como una boda, un funeral o un bautizo. Se siente extranjero en su familia,  con sus amigos y sus compañeros de trabajo. Así que ha optado por el silencio y la marginación: se ha convertido en el raro, el friki de turno. Es rígido y tolerante al mismo tiempo, olvida lo superfluo y se acuerda de lo fundamental, evita el conflicto en un intento de  huir hacia delante y calla para evitar levantar ampollas en los que están anclados en la normalidad.  Tiene tanto miedo a la palabra escrita que se ha convertido en un farsante, a veces utiliza los escritos de otros para tapar sus vergüenzas. Por eso está enganchado a esa serie donde personalidades estrafalarias, ridículas e insólitas, se alían entre sí para ayudarse y perpetuarse en ese mundo de los juegos de la infancia con mucho sentido del humor.

viernes, 28 de agosto de 2015

Cinco películas para mejorar la autoestima


Durante el verano, tenemos muchas más oportunidades de mostrar el cuerpo. Y, en ocasiones, de avergonzarnos de él. "No debemos olvidar, sin embargo, que somos excepcionales. Y que en esa originalidad reside la belleza", recuerda Mercedes Martínez Moreno, criminóloga y psicoterapeuta, creadora de MEDI-CINE (www.medi-cine.es). ¿Por qué nos cuesta tanto? ¿Qué nos hace tan vulnerables a los persuasivos señuelos imposibles que aparecen en el mercado de la imagen?


Pincha aquí para saber cuales son estas cinco películas 

miércoles, 26 de agosto de 2015

Ensaladas de verano

Él esperaba sus noticias ansiosamente. Una llamada, un mensaje, un correo, una carta, algo que le indicase que la llama seguía viva, que a muchos kilómetros, en un pueblo pequeño, cercano a una gran ciudad, ella, entregada a reformar su dieta, se metería en el agua recordándolo. Cada una de las brazadas que diese en la piscina, la acercaría más a su pensamiento y a su corazón; pero después de veinticuatro días de silencio, se encontró con un correo que resumía sus coqueteos con diversos autores a los que amorosamente había colocado junto a su cama. Su sitio había sido literalmente invadido por sus libros.  

       El verano es época propicia a picotear, a saltarse las normas y dietas, a hacer habitual lo excepcional. Este verano que casi acaba ha sido una de las épocas más caóticas que recuerdo para mis lecturas y con menos constancia para rematar libros. Veamos algún ejemplo.
       A finales de la primavera compré Campo de retamas, de Sáchez Ferlosio, conjunto de textos subtitulado Pecios reunidos, muchos de ellos ya publicados. Son fragmentos que raramente sobrepasan la página de extensión, a veces aforísticos, otras veces comentarios del momento, algunos literarios o embriones filosóficos, incluso poemas. La prosa de Ferlosio es inapelable, un “monumento más perenne que el bronce”, pero en este volumen a veces decae y se tiene incluso la sensación de que algún fragmento no debería haber sufrido las prensas. No he podido acabar todavía el libro, entre otras razones por la fatiga que produce la capacidad de Ferlosio (y es también una de sus mayores virtudes) para hacerte pensar lo que no quieres. Espero terminarlo antes del otoño y poder rumiar, como ya he hecho esta temporada, algunos de los mejores fragmentos del libro.
        Por los mismos días alcancé Génesis, presunta novela de Félix de Azúa, de estructura tan peculiar que de entrada no se comprende; ¿será una nivola como las de Unamuno? Más bien puede ser una venola, lo que sale cuando a uno le da la vena de escribir sea como sea. No me atrapó, y ha quedado en la mesilla como en la sala de espera de 2ª clase; confío en que la escritura magnética de Azúa me envuelva a no mucho tardar.
       Por si no quieres caldo… me dio por mirar una cita leída en un periódico y me amarré al barco que llevaba a Kafka, o a su héroe, a América, lectura mitificada hace 40 años. Ahora sólo he releído entero el último capítulo conservado, El Gran Teatro Integral de Oklahoma, uno de los pasajes más simbólicos, surrealistas y desconcertantes del Autor (a algunos hay que ponerles mayúsculas): son textos que no nos dejan en toda la vida.
       Para desengrasar, y ya en plena caldera juliana a más de 400, me lancé a la literatura de evasión. Me topé en la cabaña con unos tomitos de novela negra de los años 90, que daban con una revista de entonces. Elegí al azar Cazadores de herederas, firmado por Bill S. Ballinger, un escritor norteamericano de segunda fila muerto hace muchos años, según pude averiguar; el librito no presenta nombre de traductor ni copyright original; en fin, un apaño. Bueno, pues la novelita no está mal escrita y tiene algo de ingenio. Para empezar, el título, que sugiere pérfidos seductores al acecho de inocentes doncellas adineradas (como Monty Clift en La heredera), encubre en realidad a unos detectives zarrapastrosos tras la pista de una joven que desconoce haber heredado una importante suma, a la espera de una comisioncita… Con todo ello, no pude llegar a la mitad de las 100 y pico paginitas, que deberán aguardar tiempos peores de mis lóbulos frontales.
       Al pasar por una mesa de libros viejos en Trafalgar St pico algunas cosas por un duro: ante todo, Nada de Carmen Laforet; sólo con releer los primeros párrafos me siento aliviado de las fatigas pasadas; las grandes obras lo son porque hacen olvidar otras muchas. Queda la duda de la clave sentimental de la novela, aparentemente ocultada durante lustros.
       El otro librito que pesco en las aguas de Trafalgar es un Austral con La comedia nueva o el café y El sí de las niñas, de Moratín. De la primera tengo varias ediciones, de modo que esta es más bien para regalar. Desde hace muchos años me domina el fetichismo por una frase de La comedia nueva que repito a menudo: “Pero lo diré en griego, para mayor claridad”, en boca de Don Hermógenes, el gran pedantón o erudito a la violeta que vertebra la comedia. Salvando las insuficiencias y ambigüedades de la obra, me resulta inevitable volver de vez en cuando a ella (con una ojeada, de paso, a El sí de las niñas), como un hito en nuestro teatro y en lo que fue nuestra impotente ilustración.
       Por cierta película homónima, doy en leer el relato de Paul Bowles Tú no eres yo, que te deja impactado y con ganas de leer otros cuentos del autor, y también El cielo protector, que me espera hace años y cuyo comienzo, al menos, parece interesante.
       Un nuevo rescate de una mesa callejera: San Manuel Bueno, mártir, y tres historias más, otro Austral. Hojeando, me atrapa La novela de don Sandalio, jugador de ajedrez, que no conocía; me enredo en ella. Por encima de todo, me descubro en el placer de la lectura. Debe de ser que mis gustos están completamente estragados, pero me sigue atrayendo la escritura de mis abuelos por encima de la de mis padres, y no digamos la de mis primos; de mis hijos y nietos mejor no hablar, por falta de datos.
       En la feria local serrana me topo con los Aforismos de la cabeza parlante, de Bergamín: 70 páginas que espero merecer acabar algún día; me suenan bien.
       En el mismo caladero soy pescado por una edición bilingüe de la primera parte de Alicia de Carroll: me deleito con la prosa del ultracuento pese a mi incompetencia en inglés; de ilusión también se vive.
       Como pasa tantas veces, buscando algo en las estanterías del pasillo se encuentra otra cosa abandonada, pero que atrae: El imitador de voces, de Thomas Bernhard, colección de minicuentos (más que microrrelatos) de tono poco habitual en uno de los escritores más malditos y maldecidos o maldichos del siglo XX. A veces resultan exasperantes y a punto estoy de lanzarlos por la ventana, pero sólo alcanzo a situarlos en la cima de la montaña de libros de mi mesilla.
       En la cabaña yacía desde hace años Las crónicas del sochantre, de Álvaro Cunqueiro, sacado también de una mesa de viejo en la añeja colección Salvat de rtv, donde hay títulos para mí indispensables. La narración, realismo mágico avant la lettre, o sea algo que siempre ha habido, presenta una peculiar santa compaña o hueste antigua en un lenguaje donde se mezclan los galleguismos con lo arcaico y lo personal. Creo que es el único libro del verano que voy a leer entero y más o menos seguido.
       Pero las ensaladas suelen estar faltas de proteínas. Para reforzar mi dieta he añadido porciones de lecturas más musculosas, siempre en la línea fragmentaria y mixturera.
       Lo primero, unas caladas en La rama dorada, de Frazer, me llevan a los albores de la antropología cultural, un acervo de mitos, ritos y gritos primitivos donde han bebido generaciones de filósofos, psicólogos e historiadores de toda laya, desde Freud hasta los postmodernos y el mismísimo Agustín García Calvo. Un monumento a las mejores y peores tradiciones investigadoras del humanismo occidental. Uno de esos librones que te hacen desear tener más vidas para dedicarlas a más cosas.
       Otro librón, o librazo, Paideia, de Werner Jaeger, subtitulado Los ideales de la cultura griega, un mamotreto de 1200 páginas en letra menuda. Es otro clásico de los estudios histórico-filológicos, para desmenuzar los valores y formas de la educación a través de la cultura helénica. “Paideía” en griego suele traducirse “educación”, pero su raíz le hace decir “niñería”, “trato de niños”. Pese a todas las distancias que haya que poner con las tesis del autor, la obra es una mina de datos y reflexiones sobre una cultura que no es que sea fundamental para la nuestra, es que, como dijo alguien, los griegos somos nosotros (que no se entere Frau Merkel).
       Todo esto venía por la necesidad de leer, por razones externas, ciertos pasajes de las Lecturas presocráticas (con el poema de Parménides). Este libro de Gª Calvo, dentro del refuerzo alimentario arriba aludido, es un auténtico superconcentrado proteínico. Aquí ya hay que recurrir a las hipérboles de los antiguos poetas: aunque tuviera cien vidas, cien almas y mil mentes, no podría desentrañar tamañas tiradas donde la lógica, la matemática, la filosofía y el pensamiento puro se lanzan a la velocidad de la luz hasta orillas inalcanzables para algunos mortales. Peor aún fue meterle el diente a otra obra del mismo: Es: estudio de gramática prehistórica, que para mí desde hace mucho es ya como el 5º arcano de Fátima.
       En uno de mis convulsos intentos de rellenar oceánicas lagunas, me compro La lingüística cognitiva. Análisis y revisión, de J. Martínez del Castillo. Con un tercio leído, algo me ha enseñado sobre la materia, desde mi ignorancia. El libro es un ataque frontal a ese enfoque del lenguaje, pero algo desordenado y, lo que es peor, no muy bien escrito. Pero a buen hambre no hay pan duro, y el pan más vale duro, duro, que ninguno. Veremos si algún día remato el intento.
       Por último, picoteo de nuevo en un libro ya tentado: La manía de leer, de Víctor Moreno. Es un ensayo contra los apóstoles de la lectura, los fundamentalistas de la cultura (¿Kultur?) y el discurso semioficial de defensa de los supervalores de las letras. La tesis central va sólo contra lo que a veces es palabrería y pseudomisticismo, pero la gruesa artillería empleada da continuamente la impresión de que esto de los libros y la lectura es una gilipollez que nos venden para que pasemos el rato y hacer dinero los de siempre. O sea, nos queda una sensación ya antigua: partiendo de la nada, hemos llegado a la más absoluta miseria.
       

martes, 25 de agosto de 2015

Sol de los ángeles


Qué podría decirte, qué ofrecerte que te merecieras, sol de los ángeles, sólo soles para este día que espero pases mejor que otros.

    Gotas de miel y ámbar en el aire

          ondas de plata y oro que llegan a la playa 

             y a las suaves dunas doradas

                el surtidor de campanitas de cristal

                    que llenan todo el espacio vacío

                        el aire que alienta en la sombra

                            y da la vida cálida, cercana

                               el latir incesante y veraz

                                  la luz invisible que nunca se apaga

                                     y más allá y más alto y más dentro

                                        y más hondo y más grande, más grande

                                            y sin fin y sin fin y sin fin y sin finnnn

                               

                

         




sábado, 11 de julio de 2015

Obras son/sin amores

Otra vez estoy de obras, esta vez en casa de mi madre. Lo que parecía un lavado de cara se ha convertido en una reforma total: los cables estaban forrados de tela y las tuberías eran de plomo. Por ahora estamos en la fase de destrucción.
 "Por sus obras los conoceréis", decían los evangelios: ¿será que por el tipo y frecuencia de las reformas domésticas se conoce a la gente? O quizá: "Por sus sobras los conoceréis": la basura que producimos nos delata. O por lo que nos sobra: cuando decimos "me sobra todo", ya se sabe. Y sobrar viene de superare: me supera, me sobra.  Conclusión: obras sin amores no son buenas razones. 

martes, 30 de junio de 2015

Timo de "la siembra" en el cajero

Uniendo esta entrada con la anterior. Otra de las cosas buenas de Malta es la ausencia de delincuencia y la tranquilidad con la que vas despreocupándote del bolso.

Ayer fui a sacar dinero del cajero del  banco y sufrí un intento de robo por el método, según he leído en internet, de “la siembra” de billetes. Me he librado por poco, porque el cajero iba lento y el ladrón actuaba solo. Me equivoqué con la primera operación y observé como un chico joven con barba se situaba a mi derecha y no me quietaba ojo. No le di importancia, pensé que estaba harto de mi demora y, además, desapareció pronto de mi ángulo de visión. Cuando esperaba la cantidad solicitada, oí detrás de mí una voz extranjera que gritaba: “Señora, señora” y vi que una mano se introducía por mi izquierda tirando dos billetes al suelo, uno de diez euros y otro de cinco.  Instintivamente miré al dinero, que no respondía a lo que intentaba sacar,  y al individuo, que era el mismo de antes, joven, delgado, con barba pelirroja y bien vestido. En un segundo se dispararon mis alarmas y me di cuenta de que iba a robarme. No me agaché y tapé con mi cuerpo la salida del dinero y lo recogí. Salió escopetado. Me quedé temblando y sin saber qué hacer. Me había librado por los pelos.
Su impericia me salvó, él contaba con que el dinero saldría en el mismo momento que tiraba al suelo el dinero, que yo me agacharía y él aprovecharía ese movimiento para robarlo. Por lo menos los que se dedican a estos timos-robos no son violentos.
Todo ocurrió a las doce  del mediodía, en la calle Fuencarral y rodeada de gente. Así que recomiendo a todo el mundo que sea cauto y anule la operación ante cualquier sospecha. Vigilad que no haya ningún sospechoso cerca, cubrid bien las teclas para que no se pueda ver el número que marcáis y no atendáis a las palabras de nadie hasta no haber guardado dinero y tarjeta. Si tenéis más de 60 años, sois los objetivos preferidos de estas bandas. Mejor sacad el dinero dentro de las sucursales o en compañía de algún familiar.
En internet he leído que normalmente van en grupo y hay dos modalidades de siembra: memorizar el pin, llevarse la tarjeta y darte el cambiazo por otra para luego vaciarte la cuenta, y/o recoger el dinero mientras te agachas. 

jueves, 11 de junio de 2015

Viaje a Malta con la Comunidad de Madrid (mayores de 60)

La vida se va en un pispás, empiezas viajando en Mundo Joven y acabas en Mundo Senior, sin saber muy bien en qué se te han ido los años intermedios. Era la primera vez que viajaba con un grupo tan homogéneo: todos mayores de sesenta años. Y no me ha gustado, prefiero la diversidad, que haya personas de distintas edades y condiciones como en la vida misma. Además, ahora prefiero calidad en los servicios, por lo menos que el hotel esté céntrico y reúna las condiciones mínimas, porque ahora me canso, duermo mal y no me importa gastarme un poco más. Elegí el viaje porque pensé que, al viajar fuera de temporada, el grupo sería reducido; craso error, porque estaba masificado. La mayorista es Panavisión y a esta agencia hay que achacarle los fallos en el viaje para que los pueda subsanar, porque la Comunidad de Madrid es el cebo, no pone un euro: el pequeño descuento recae en las propias agencias que venden más al cobrar un poco menos. El paquete turístico presenta pensión completa, lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes: te lo dan todo hecho, pero a cambio te impiden tener tiempo libre y degustar la cocina local. El tiempo se nos iba esperando que los del otro grupo, parece ser de viajes del Corte Inglés, alojados más cerca de la civilización, se reuniera con nosotros. Además, el grupo era demasiado numeroso (48 personas) y era imposible enterarte de las explicaciones. La guía, Rita, es una gallega muy competente que aparece en el programa de televisión Españoles por el mundo (2011).

El hotel, Sunflower, pequeño, cutre, aislado en la zona alta de Bugibba, dejaba mucho que desear: el colchón no tenía protector, las sábanas no eran del tamaño de la cama y tenían, como las toallas, un tono gris. La manta, de un marrón sospechoso,  parecía de la  segunda guerra mundial. La cortina del baño era pequeña y el baño se inundaba. La luz cenicienta. La televisión pequeña y antediluviana. Todo anclado en los 90. La piscina pequeña, rodeada de butacas desgastadas por el uso. Supongo que ideal para viajes de estudiantes, pero inaceptable para personas mayores.

Malta
El archipiélago es el país más habitado y pequeño de Europa. Apenas un peñasco de 316 metros de superficie con una imponente fortaleza (si siguen construyendo al ritmo actual  se quedarán sin terreno para cultivar). Lugar propicio para la caza (de ahí la fama de sus halcones) y el pirateo. Dividida en minifundios, fue un error arrancar los olivos que la poblaban porque se aceleró el proceso de desertización. No hay ni un solo río ni arroyo. Los griegos la llamaron Melita, la isla dulce. Visitada por accidente por san Pablo, conquistada por árabes y bizantinos hasta que en 1282 pasa a la corona de Aragón, para ser cedida posteriormente por Carlos I a los caballeros de la orden de Malta. Conquistada más tarde por Napoleón y por el Imperio británico en 1814, se hizo independiente en 1964, es una república desde 1974 y se incorporó a la Unión Europea en 2004.
La isla de Malta es inquietante, distinta, a veces maravillosa y otras, insoportable. Nada que ver con otras del Mediterráneo. Posee más coches que viviendas, lo que, junto a la remodelación de las carreteras, produce continuos atascos. Parece un parque temático sacado de la factoría Playmobil, que tiene su sede allí. A pesar de su pequeñez, tiene de todo: acantilados, monumentos megalíticos, restos romanos, catacumbas, casas normandas y de origen otomano e  iglesias barrocas con cúpulas que imitan a las del Vaticano. Y muchos museos dedicados a las armas y a las guerras. Hasta la lengua es una mezcla extraña de árabe y fenicio con alfabeto romano. Llana y árida, la vegetación a finales de mayo  correspondía al mes de agosto.  Apenas hay playas de arena y son artificiales. La entrada a La Valeta, muy reconstruida, es espectacular,  y pasear por sus calles, mezcla de oriente y occidente, tiene un encanto extraño; se tiene la sensación de dejá vu, porque en ella se han rodado películas como Gladiador, Ágora o Troya. 


Sus habitantes son ultra católicos (no existe el divorcio) y en la isla existen unas 365  iglesias, una para cada día del año, las calles y las casas están llenas de santos y vírgenes de dudoso gusto. Se mantiene envuelta en un sabor inglés, se conduce a la izquierda y están en uso las cabinas y los buzones de color rojo, hace poco que han retirado los autobuses urbanos antiguos. Otra curiosidad es la numeración en herradura de las calles de la Valeta con los números seguidos.  Los dulces y  helados son variados y exquisitos, como la bebida nacional (que habría que importar) kinnie, mezcla de hierbas que recuerda el sabor de la Coca-Cola y el regusto amargo del bíter.

En la actualidad, Malta es un país emergente y en construcción con un IVA por debajo del resto de Europa, muchas multinacionales se han beneficiado de este semiparaíso fiscal, y algunos casinos online tienen allí su sede.  Además de alumnos que van a estudiar inglés, reciben muchos inmigrantes titulados, sobre todo enfermeras y médicos, porque allí gobiernan "los rojos" y están llevando a cabo muchas políticas encaminadas a conseguir un estado de bienestar, que comienza dedicando mucho dinero a la sanidad y la educación.  
Me sorprendieron sus monumentos megalíticos, anteriores a los Stonehenge y Las llamadas Venus de Mal'ta, alrededor de 30 estatuillas femeninas de diferentes formas que se encuentran en el Museo Arqueológico y datan del Paleolítico. Gorditas entrañables en las que parece haberse inspirado el escultor Botero. Se puede observar que el aspecto que presentan coincide con el desnudo de muchas de las viajeras del grupo.   


Malta fue también el refugio de Caravaggio y en su catedral se encuentra el impresionante y teatral cuadro Decapitación del Bautista.



Estaba como en casa, oyendo continuamente el nombre de mi pueblo, Villena, porque la guía citaba continuamente a uno de los maestres de la orden de Malta entre 1722 y 1736, de origen portugués, Manuel de Villena, Durante su maestrazgo, impulsó un ambicioso proyecto de obras públicas, entre las que cabe destacar la remodelación completa de la ciudad de Florinana  por lo que aquella fue conocida como borgo Vilhena, y las llevadas a cabo en las murallas de la ciudad de Mdina, cuya puerta monumental lleva las armas del gran maestre sobre el arco de entrada. En 1731, ordenó la construcción del Teatro Manoel, el tercero más antiguo de Europa en funcionamiento, y actualmente Teatro Nacional de Malta.

No creo que vuelva a Malta ni a viajar con la Comunidad de Madrid. Pero ya sabemos que nunca se puede decir de esta agua no beberé. No me puedo imaginar el calor tiene que hacer allí en el mes de agosto. 
  Para saber más

viernes, 15 de mayo de 2015

Te dejo es jódete al revés, Purificación García

Te dejo es jódete al revés (2012) me lo recomendó Angeloxo hace un par de años y asombrada por su título, casi un palíndromo que rezuma verdad, lo leí entretenida, divertida y, por qué no decirlo,  un poco envidiosa. La autora, señorita Puri, empezó de bloguera y ha terminado escribiendo dos libros. No me extraña, con su verborrea digna del Club de la Comedia o de Manolito Gafotas, contagia alegría de vivir por los cuatro costados, es capaz de sobrevivir con sentido del humor a todas las desgracias cotidianas que nos acechan. Me gustó sobre todo la primera parte, no tanto la segunda que me resultó algo empalagosa, escrita con el subidón de hormonas de la maternidad.. 
Lo recomiendo para estos días calurosos que se avecinan, con una cerveza muy fría en la mano. Y se lo regalaría, si me hubiese atrevido a pasar por su librería, al escritor José María Mijangos, para que incluya al personaje en alguna novela suya.

“Respecto a la foto, ni de broma. "Si me sacan de espaldas se pierde la magia del anonimato, no me ponen cara, pero me ponen culo, que es peor (porque no tengo el de las mamachicho). Dejemos que la gente viva con la fantasía, porque si les decimos que los reyes magos son los padres y que compran los juguetes en el Lidl los conviertes en carne de psicólogo para los restos. Y, sobre todo, en el trabajo no saben que utilizo los ordenadores para hacer un blog y me la puedo jugar y con la reforma laboral se lía la mundial. Como dijo Aznar: you know now. Un besito".

Su blog se llama Señorita Puri, acuda a la caja 7

martes, 12 de mayo de 2015

Pesapersonas el Gordo y el Flaco

 En Tánger, en el boulevard  Pasteur, en un consultorio telefónico rodeado de fotocopiadoras, me encontré con esta báscula de monedas,  modelo años 50, que tiene la peculiaridad de presentar la imagen de El Gordo y El flaco como reclamo.

Como, en vez de locutorio, puse consultorio, me ha llegado el siguiente mensaje:
"Un hallazgo lo de la báscula, digno del Celtiberia show de Carandell por afinidad norteafricana del Protectorado. Lo del "consultorio telefónico" no queda claro si es por locutorio o si realmente allí se hacen consultas por medio del teléfono, o sobre teléfonos. Suena también al "Consultorio radiofónico de Marta Regina", antecedente de la Sra Francis."

Aleluyas para estudiar la vida y obra de los escritores

Pongo como ejemplo estas «Aleluyas de Pío Baroja» que se distribuyeron como encarte del número monográfico de la revista Índice (número 70-71, enero-febrero de 1954). Imitaban las aleluyas impresas, tan populares en los siglos XVIII y XIX, que vendían los buhoneros y recogían toda clase de noticias, acontecimientos o informaciones. Su autor Eduardo Vicente (1009-1968) que había participado en las Misiones Pedagógicas , fue un descubrimiento de Eugenio D´Ors y uno de los primeros componentes de la llamada “Escuela de Madrid”. Se le recuerda sobre todo, por sus estilizadas y certeras imágenes de la ciudad, dibujadas a tinta y con leves fondo de acuarela.
Pío Baroja, Jose-Carlos Mainer, Taurus (2012).
La primera imagen es la que he encontrado en google. La segunda está escaneada del libro El Madrid de La Busca, publicación del Ayuntamiento de Madrid, 1987; si se agranda la imagen se puede ver un poco mejor.









viernes, 8 de mayo de 2015

Lilith, la primera feminista de la creación

Fausto.- ¿Quién es esa?
Mefistófeles.- Mírala bien. Es Lilith.
Fausto.- ¿Quién?
Mefistófeles.- La primera mujer de Adán. Guárdate de su hermosa cabellera, la única gala que luce. Cuando con ella atrapa a un joven no lo suelta fácilmente.
(Goethe, Fausto)
Lilith es una diablesa posiblemente de origen asirio-babilónico, que pasó a tener una posición relevante en la demonología hebraica.  Originalmente, en la tradición oriental, como princesa de los súcubos, fue, en primer lugar, una seductora y devoradora de hombres, a los que atacaba cuando estaban dormidos y solos. En segundo lugar fue un espíritu maligno que atacaba a las parturientas y a los recién nacidos.
En una versión transmutada de esta leyenda surge en un Midrás del siglo XII donde Lilith aparece como la primera compañera de Adán. Según esta tradición judía, Eva no fue la primera mujer de Adán ni tampoco la primera de la creación. Antes de Eva estuvo Lilith. Para el sexto día de la creación Dios ya había creado a Adán, incluso a todas las bestias, mas no a la mujer. Cuando Dios le presentó las bestias para que las nombrara, Adán se dio cuenta de que algo no cuadraba. Todas venían en pareja, un macho y una hembra por cada especie. Adán, que para entonces era un hombre hecho y derecho, copuló con cada una de las hembras en el que es tal vez el primer episodio conocido de zoofilia. Como no encontró satisfacción en el acto, le hizo el reclamo a Dios: cómo era que todas las criaturas tenían pareja menos él. Él, que era la obra cumbre de su creación. Dios remedió la injusticia creando a Lilith que fue formada del mismo modo que Adán. No a imagen y semejanza de Adán sino a imagen y semejanza de Dios. Y no sacándola de una costilla, como si fuera un humano de segunda generación, clon del modelo original, sino moldeándola con el mismo barro que había usado para crear a Adán,  era igual a Adán. Tal vez por eso nunca se llevaron bien. Dios, tan paciente con los desmanes de la libido de Adán que había fornicado con todos los animales, tan comprensivo que hasta le procuró una solución, no entendía de necesidades femeninas. A Lilit la condenó. Y su castigo fue hacer que murieran cien de sus hijos cada día. Desde entonces, dicen las tradiciones judías, Lilit se venga matando niños. Dicen. Y uno se la imagina vagando por los montes, despeinada y de blanco, traslúcida como un fantasma, lamentándose por sus hijos y preguntándose ¿Dónde están mis hijos? Uno se imagina que el alma en pena de la Llorona es Lilit, la primera feminista de la creación.
Pero entonces Dios, quizás para aliviarle el despecho a Adán que otra vez se había quedado solo, sacó a Eva de su costilla. Un ser humano de segunda generación y subsidiario del hombre, y al mismo tiempo tan perverso y dañino que fue capaz de perder a toda la humanidad. Y fue Eva quien dominó el concepto de mujer en el imaginario occidental.

Rosa Montero, Historias de mujeres

jueves, 7 de mayo de 2015

Juan Ramón Jiménez, un escritor al borde de la locura

La distinción entre la cordura y la locura es más estrecha que el filo de una navaja 
Philip K. Dick

En internet encontramos una lista de escritores al borde la locura, entre los que figuran Virginia Woolf, Paulo Coelho, Marqués de Sade, William Blake, Artaud,  Hölderlin, Leopoldo María Panero, Maupassant, Martín Adán, Gérard de Nerval. Podríamos añadir a Bukowski y William Burroughs y muchos más.  De alguno de ellos he hablado en El club de los escritores suicidas y Escritores alcohólicos y adictos.

Entre los escritores españoles, la figura que más me ha impactado ha sido la de Juan Ramón: "He sido niño, mujer y hombre; amo el orden en lo exterior y la inquietud en el espíritu; creo que hay dos cosas corrosivas: la sensualidad y la impaciencia; no fumo, no bebo vino, odio el café y los toros, la relijión y el militarismo, el acordeón y la pena de muerte; sé que he venido para hacer versos; no gusto de números; admiro a los filósofos, a los pintores, a los músicos, a los poetas; y, en fin, tengo mi frente en su idea y mi corazón en su sentimiento”. Estas palabras suponen el retrato de un antiespañol que tenía todos los números para que le ridiculizasen y se burlasen de él. Fuera de la melancolía que rezuman sus versos, nadie diría, si no lee su biografía,  que estuvo inclinado al suicidio, que sufría crisis nerviosas, tal vez fruto de su polaridad, que le hundían en la depresión. El neurasténico JRJ pasó largas temporadas en clínicas y balnearios, tenía la necesidad obsesiva de silencio y una tendencia al aislamiento que le hacía hosco y esquivo. 

"Mi peor necesidad es la del aislamiento absoluto de todo lo vivo, para mi trabajo, no para mi creación, que esa no es trabajo para mí (ya dije en un aforismo mío que sólo la creación vence el ruido de la Creación), sino para mi ordenación del caos porque necesito oír el Cosmos, cuyo ruido difuso y completo, como el de la vida, no me molesta. Nada que viva, una persona, un gato, una hormiga puedo tolerarlo mientras ordeno y vijilo mi instinto. Esta absoluta necesidad, sí o no absoluta, es lo que me ha hecho molestar más a mi familia, que siempre la tuve alarmada. Yo siempre he comprendido que los demás tuvieran las mismas necesidades de espacio y tiempo que yo, pero el hecho era inevitable. He mendigado el silencio, lo he impuesto, todo lo he concedido a mi destinada vocación, ya que creo que el mayor crimen del mundo es deformar una vocación".

"Yo nunca busco el defecto, lo encuentro en mí, en todos y en todo, pero me gusta el defecto, cuando es falta y no es sobra, no es ripio. Yo siempre veo la parte débil, fea o ridícula en mí y en los otros, como la parte bella. En conjunto me gusta mucho la sociedad de dos, de tres y, sobre todo, de uno. Más, no. Como los hombres son más parecidos a mí, prefiero las mujeres, los niños y todo el resto de la creación. Entre los que me gustan, soy alegre, triste entre los que no me gustan y triste cuando estoy solo. Lo que prefiero en la vida es la simpatía."

¿Qué hubiese sido de este escritor si no hubiese conocido a Zenobia? Él, como otros hombres, tuvo la suerte de encontrar a la compañera ideal de vida, una mujer inteligentísima, culta, vital, que se encargó de cuidarlo y de guiarlo, con un sentido práctico del que él carecía, por el tortuoso camino de la vida. Para ello tuvo que sacrificar su vocación literaria. Por lo menos, una vez muerta, JRJ lo supo reconocer:

“A Zenobia de mi alma, este último recuerdo de su Juan Ramón que la adoró como a la mujer más completa del mundo y no pudo hacerla feliz . Sin fuerza ya”


Sr.D.J.R.J.
‘‘Mi más querido amigo:
Está usted ya aburrido de que sus «compañeros» digan o escriban tonterías sobre usted y su vida, ¿verdad? Esa vida de usted que, según ellos, no es vida porque usted no va a la C. del H, ni a R, ni a las casas de prostitución.
Tiene usted razón. Le voy a contar a usted mi vida para que vea que se parece mucho a la de usted. Un día: Me levanto a las nueve. Hijiene. Desayuno. A mi terraza a saludar el día. A sonreír a mis flores, a regar, a ver las campanillas de anoche. Viene S.C.G. Conversación: Irlanda. Poetas irlandeses. Patagonia. Remonta: caballos. Dos horas de trabajo en mi cuaderno 6. Almuerzo con mi mujer y una amiga. Una hora de desechar papeles, libros, etcétera. Viene J.B. Me lee sus «Filólogos». Voy al Hotel Savoy, a visitar a las damas chilenas D.a A.L.N. y D.a L.L. de R. Conversación: Chile, Argentina, Poética, Literatura, vida social. Un largo paseo por la parte del Botánico, Museo, en una puesta de sol. Dos horas de trabajo de creación. Cena. Terraza. Disfrute del cielo estrellado, de la brisa. Dicto a máquina lo que he escrito antes. Una hora de lectura. Me acuesto a la una.
Otro día: Escribo dos cartas. Paseo por las afueras: Guindalera. Almuerzo con mi mujer en casa de M. con ellos y sus hijos. Desecho papeles. Voy a casa de B.P. a ver sus cuadros. A la imprenta, a gozar de la maquinaria. Paseo por Rosales, entre el pueblo. La librería. Dos horas de trabajo. Ceno en mi terraza con mi pensamiento. Me acuesto a la una y media.
Todo esto sobre la normalidad del amor pleno y junto a mi mujer fina, espiritual, graciosa, contenta, en una casa modesta y suficiente que me retiene, con sus butacas, sus librerías, sus mesas, sus grandes ventanas, sus biombos, sus flores.
Así soy feliz y así seguiría siéndolo por siglos aunque a ciertos poetones y poetitas les parezca poco o demasiado o... o... ¡Oh!
No voy a... a... a... porque no me gusta ir. Razones... de hijiene. Tengo que darle la mano a... ¿Qué hago yo con mis manos toda la tarde?
Me aburren mis compañeros. Prefiero jente estraña que me habla de otras cosas. Detesto la calle de Carretas, de La Montera, de Silva, de Jacometrezo. Además: detesto la cerveza, no me gusta el café, me fastidia el tabaco, no leo diarios, no sé de toros, de militares, de plumas estilográficas, de radiografías...’’
J. R. J.
[Carta de Juan Ramón a sí mismo,tomada de Poesía, revista ilustrada de información poética, nº 13-14, Invierno 1981-82. Ministerio de Cultura]

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cantos de parida sefardíes, memoria de licenciatura, 1977


A veces hacemos cosas absurdas que nos llevan mucho trabajo y no sabemos si servirán para algo. Lo que viene a continuación es un ejemplo de ello. Me he empeñado en editar a mi manera en mi blog (espacio libre donde todo cabe porque yo hago todos los trabajos:  redactora, directora y editora) la memoria de licenciatura que presenté en la UCM en 1977 con el título de Cantos de parida sefardíes, conjunto de canciones  para velar a la madre y al niño en los ocho días que transcurren desde el nacimiento hasta la circuncisión. " ¡Menuda antigualla!, eso no le interesa a nadie", dirán los pocos lectores que tengo. Tenéis razón, lo es tanto por el tema como por el estilo de la redacción y la precaria edición. Pido disculpas, no supe hacerlo mejor. Además, las fotocopias que conservo no tienen suficiente calidad, presentan unas manchas sospechosas y algunas líneas son ilegibles. Pero el trabajo se quedó a medias y, tal vez, si algún interesado en estos temas lo encuentra, le sirva para ponerlo al día y completarlo. No pude hacerlo entonces porque me quedé esperando una beca de investigación que nunca llegó. 

Mi trabajo duró un año repleto de sinsabores. Recuerdo que en la exposición de la tesina fui felicitada por el tribunal que confesó habérselo pasado muy bien leyendo las costumbres sefardíes porque las desconocía. Les sorprendió el título Cantos de parida, porque lo asimilaron a despropósito o simpleza y se olvidaron de que se refería a una hembra que hacía poco tiempo que había parido. A ellos les hubiese gustado otro título que evitase las confusiones. Han pasado muchos años y ya no sorprende a nadie. Muchas de estas canciones han sido recogidas por grupos musicales y cantautores que las han dado a conocer a un público general, siempre minoritario, porque de la literatura sefardí no se habla en ningún libro de texto y no creo que los profesores de literatura española inviertan ni un minuto en explicarlas en clase.

La tesina pretendía ser una aproximación al estudio de estos cantos y presenta tres fases: Un breve resumen del marco folclórico en el que se desarrollaban y la ceremonia religiosas en que se cantaban; la recopilación de los distintos textos dispersos en colecciones de Oriente y Occidente; y, por último, la agrupación y clasificación de  textos.
Solo encontré 15 canciones diferentes, compuestas por autores cultos y de tradición popular,  la mayoría de ellas de la tradición oriental, con muchas variantes, lo que indica la popularidad que obtuvieron. Salvo excepciones, ninguna de ellas presenta, salvo en la métrica irregular con predominio del octosílabo,  una relación directa con las canciones españolas del mismo tema, por lo tanto son de creación sefardí. Tampoco hay relación entre la tradición de oriente y occidente,  lo que permite deducir que fueron compuestas con posterioridad a la expulsión. Los textos más antiguos corresponden a finales del s. XVIII y XIX.

José Manuel Pedrosa explica muy bien que la tradición sefardí " es en realidad una tradición viva en que lo hispánico viejo y moderno se mezcla con lo puramente sefardí y con lo que procede de otras tradiciones. Y de una forma muy original y característica, porque, para ingresar en la órbita sefardí, toda muestra de folclor foráneo debe pasar, como acabamos de ver con nuestra canción, por un proceso (que se ha llamado «de sefardización») de variación y de adaptación al léxico, poética y mundo de recurrencias culturales sefardíes".  Aporta también datos, desconocidos por mí entonces y muy importantes, que indican que la composición de estas canciones empezó antes de la expulsión:
"La inquisición manchega procesaba, por su parte, a un grupo de mujeres criptojudías que confesaban, entre otras cosas, cantar canciones «de parida» después de los alumbramientos de niños en su círculo social. Y las de Madrid y Cuenca arrancaban también a criptojudíos del siglo XVII canciones que debían estar muy difundidas entre ellos, como las de ¿Si es venido, no es venido el Mesías prometido? Que no es venido.
O bien la de Alegrías, ¡Pues no ha venido el Mesías! Yo tengo gusto en decillo pues el Mesías no ha venido.
Todo este espigueo de antecedentes documentales señala a los judíos españoles, a los criptojudíos del interior y a los primeros descendientes exiliados de judíos españoles como cultivadores, desde antiguo, de una literatura oral muy rica y variada. La continuidad e incluso la renovación y la ampliación de este repertorio en las comunidades sefardíes de Oriente y del norte de África que se ha producido hasta este mismo siglo XX seguro que confirmará esta impresión".



Para saber más:

domingo, 26 de abril de 2015

El próximo instituto: Abel Martínez

Abel Martínez ha sido abatido a la puerta de un aula por un alumno.  Yo también solicito que el próximo instituto que se construya lleve su nombre.

“EL MUNDO”, viernes 24 de abril de 2015
HOMENAJE A UN PROFESOR HÉROE
       Sr. Director:
            Se llamaba Abel Martínez, pero eso a casi nadie le interesa. Era, según dicen, de Lérida y tenía 35 años. Trabajaba como profesor de Historia en un instituto de Barcelona y murió en acto de servicio. Cayó abatido a la puerta de su aula, cuando acudía a poner orden en un incidente escolar. Fue muerto (¿podré decir asesinado?) por un estudiante incontrolado del que lo sabemos casi todo y por el que todo el mundo –desde jueces a periodistas, pasando por psicólogos y políticos- está muy preocupado. Nadie sabe nada (ni importa, al parecer) de Abel y su familia, de sus padres o hermanos, de su novia o tal vez de sus hijos.
                Era un profesor. Si hubiera sido un militar caído en lejanas tierras, habría ido a buscar su cadáver el ministro del ramo, se le habrían hecho honores de Estado y seguramente le habrían condecorado con distintivo rojo o amarillo, vaya usted a saber. Pero Abel era, simplemente, un profesor. Un profesor interino, para más inri. El primer docente muerto en las aulas en nuestro país no se merece el oprobioso silencio, el incomprensible ninguneo que le han dedicado los medios de comunicación. Así que solicito desde aquí que el próximo instituto que se inaugure en España lleve el nombre de Abel Martínez, y que se conceda al profesor leridano, a título póstumo, la Cruz de Alfonso X el Sabio.
                                                                                                Luis Azcárate Iriarte.  Pamplona


Abel Martínez Oliva fue un héroe, pues como tal murió. Estaba impartiendo su clase, junto a otra en la que escuchó un gran alboroto. Salió para intentar arreglar la situación y se lo pagaron matándolo de una puñalada en el abdomen. Si hubiera sido más egoísta y se hubiera escondido seguiría con nosotros. Todos los periódicos hablan del precoz homicida y de sus traumatizados compañeros. Yo me acuerdo de Abel. Él fue la verdadera víctima de este sinsentido. ¿Es que acaso una vida de 35 años vale menos que una de 13? Proteger a los menores no es darles carta blanca. Me resulta imposible asimilar que alguien cometa el peor de los crímenes, el homicidio; privar a otro de la vida, de todo, y que eso no tenga ninguna consecuencia penal. Abel tenía padres, familia, amigos, puede que pareja y muy bien podría haber tenido hijos. Ya no le queda nada. Su muerte quedará impune y se dirá que lo mató un menor, que lo mató un enfermo. ¡Qué socorrida resulta la enfermedad para explicar lo inexplicable! Enfermedad es el nuevo eufemismo de maldad. Y los profesores seguirán siendo la diana de adolescentes que no tienen nada que perder.— Javier Guijarro Martínez. Molina de Segura, Murcia.

viernes, 24 de abril de 2015

El secreto peor guardado

“Para terminar, una confesión: los artículos los escribes tú, ¿verdad, pillina? como hacías con nosotros y luego repartes los nombres de los chavales aleatoriamente, porque me extraña que un rumanito escriba así de bien jejeje. Oye ojalá me equivoque y sea de verdad; pero... Mari, ya nos conocemos jajajaja.”
Su alumno David había descubierto una parte de la verdad, que siempre tiene mil caras. Se lo comunicó por e-mail cuando ella le pidió permiso para referirse a su blog en el periódico de los estudiantes de un prestigioso y reconocido periódico. Llevaba años participando en el concurso, preparando los temas, diseñando las páginas,  pidiendo la colaboración de sus alumnos y obligándoles a escribir una y otra vez los textos, hasta que estuvieran decentes. Empleó mucho tiempo libre y perdió muchas batallas. Nunca les dieron un premio, pero ella se sintió ganadora de la guerra final: muchos alumnos se entusiasmaron, colaboraron bien y descubrieron de esta manera el gusanillo de la escritura. De eso se trataba, de que se acercasen al mundo de la prensa y se interesasen por todo lo que había a su alrededor. Era consciente de que los profesores de los otros centros del concurso hacían lo mismo que ella, se servían de sus amistades para conseguir entrevistas que nunca hubiesen pasado por la mente de un adolescente y se rompían la cabeza buscando historias originales. El último  año, en el anuncio de los semifinalistas a toda plana del periódico, el de su instituto de Madrid estuvo en primer lugar y, en los premios nacionales, misteriosamente había pasado a un segundo. Se enteró de que una profesora, que había sido cocinera antes que monja, es decir, que había hecho lo mismo, la había delatado sin pruebas. Esta vil acusación consiguió que ninguna de las dos optase al premio final. Fue una gran injusticia, porque ese año sus alumnos redactaron ellos solos el mejor periódico y apenas necesitaron ayuda.

jueves, 23 de abril de 2015

"Fu de erretas" y el corrector impenitente

Maestro de la ortotipografía. Dotado de una vasta cultura, experto en griego y latín. Solitario e implacable, donde ponía el ojo veía la errata. Era un zahorí de errores, detector de fallos de racord, sabueso de faltas de ortografía, buscador incansable de antropónimos y topónimos mal escritos y peor situados. Dotado de una sensibilidad extrema para captar equivocaciones, descubrir incongruencias subterráneas y  muletillas metalíferas que encontraba en cualquier sitio: en  la portada de un libro, en una nota al pie de página, en la bibliografía, en el índice, porque no hay peor corrector que el propio autor y cuatro ojos ven mejor que dos. Daba igual que el texto fuese manuscrito, mecanografiado, o autocorregido por word. Llegó a asumir las funciones de un negro literario haciendo legibles textos infumables. Su paciencia era infinita, tanta como el malestar que creaba a su alrededor: el rojo utilizado en las correcciones acababa tiñendo también las mejillas avergonzadas de sus amigos escritores. Desempeñó este oficio no remunerado y poco reconocido unos pocos años. Lo abandonó súbitamente porque no pudo perdonar a la editorial el terrible fallo que cometió en su único libro al titular como "fu de erretas" la página de papel con las equivocaciones que su propio informático había creado.