lunes, 4 de noviembre de 2024

La censura de los guardianes de la moralidad en el cine mudo (y 11)


El beso (1898)
El cinematógrafo nació libre  mientras fue un espectáculo de feria hasta que se trataron temas que atañían a la moral, al sexo o la política. En 1898, la escena de 18 segundos “El beso”  de Edison escandalizó a la sociedad puritana.  A partir de entonces los grupos de presión políticos, religiosos, ligas de mujeres y funcionarios de los gobiernos con mucha frecuencia lograron cortar, denunciar y suprimir películas que no eran de su agrado. La clase dominante, desde enfoques moralistas y conservadores, ejerció la censura con cortes, ocultamiento o destrucción de imágenes, cambios de guión, dobles finales y la manipulación de los diálogos.

La censura en España

En 1912, España fue el tercer país europeo, tras Inglaterra y Suecia, que estableció normas censoras para evitar que los espectadores viesen películas, sobre todo extranjeras, de moral relajada.  La censura se lleva a la práctica por primera vez por orden del gobernador de Barcelona, Rafael Andrade, el 19 de octubre de 1913 al considerar que debían perseguirse y prohibirse  “las cintas pornográficas, las que representen crímenes, suicidios, adulterios, amoríos vehementes, robos, aquellas en que se dé malos tratos a los niños, etc…”. La censura se ejercía en Madrid por la Dirección General de Seguridad que nombraba un agente con distintas instrucciones para que viera previamente las películas y diera su informe. En las capitales de provincia, podía ejercerla el Gobernador Civil. Y, en los pueblos, los alcaldes.

Bando de Millán de Priego (1921)
Estas medidas no eran muy necesarias porque el cine español de esos años era casto, apenas había besos, y no reflejó la dramática realidad social y política de nuestro país. Las referencias a las luchas sociales son casi inexistentes y el caciquismo se plantea solo como elemento melodramático. Pero haciendo gala de una doble moral, la incipiente industria cinematográfica española rodó y exportó numerosas películas pornográficas destinadas a un mercado paralelo que contaba entre sus clientes a altos dignatarios del estado (incluido el rey Alfonso XIII).

 “Qui male agit, odit lucem”

La creación de comisiones censoras no se limitó a las películas y a sus contenidos. En 1921, se ordenó a los empresarios de los cines de Madrid que las salas de proyección, consideradas como lugares propicios para el pecado, estuvieran divididas en tres espacios separados: uno para las señoras solas, otro para los caballeros solitarios y un tercer espacio para las parejas iluminado con una luz roja; y se colocaron cortinas en lugar de puertas para que quedara visible el interior de los palcosLa jerarquía eclesiástica estaba detrás de estas medidas porque consideraba que la oscuridad de las salas era propicia para la inmoralidad haciéndose eco de la cita evangélica“Qui male agit, odit lucem”.  


Millán Millán de Priego: bando para separar por sexos 

El mayor moralizador del cinematógrafo de esos años fue el político Millán Millán de Priego, Director General de Seguridad en 1921, proclamó diversos bandos que se hicieron muy famosos (regular el tráfico en Madrid de vehículos y viandantes y la obligación de que a los caballos de los picadores se les pusiera un peto de arpillera). El más polémico fue el que decretaba la separación por sexos en las salas de cine que entraría en vigor suavizada respecto a su contenido original. La prensa se tomó la propuesta con humor.

Como vemos, Franco no inventó la censura, pero para salvaguardar la moral pública la llevó a límites absurdos y ridículos. Los censores, llamados ángeles guardianes de la moral, armados con tijeras, provocaron la frustración del público y de los creadores del cine. En los lugares más remotos y conservadores, se ejercía la censura manual que consistía en poner la mano encima de la cámara durante la proyección. En muchos casos, los acomodadores de las salas se convirtieron en celosos cuidadores de las buenas formas y sorprendían con la luz potente de su linterna a las parejas de enamorados que prestaban en ese momento escasa atención al desarrollo de la película, mientras les conminaban con voz autoritaria a que se “comportaran como Dios manda”.

Para saber más 

  1.  Castellví, José M. (14 de mayo de 1921). «Moralizadores del cinematógrafo»El Cine (Barcelona) (474): 3.
  2.  Cebollada, Pascual; Santa Eulalia, Mary G. (2000). Madrid y el cine. Madrid: Comunidad de Madrid. p. 190. 
  3. Censura en  el cine mudo, Una mano sobre la cámara o las tijeras del censor.
  4. https://educomunicacion.es/censura/historia_de_la_censura_cine.htm

Imágenes prohibidas

Toda la censura cinematográfica está documentada en la serie de 14 capítulos Imágenes prohibidas sobre la censura cinematográfica en España desde su inicio en 1912 hasta su desaparición en 1977. Realizada en 1994, incluye secuencias cortadas, dobles finales, y testimonios de productores directores e incluso censores franquistas, así como documentos inéditos.

No te pierdas el capítulo 4, La censura del silencio. En el minuto 17,02, en un fragmento de la Malcasada aparecen Franco y Millán Astray como actores.



Desde sus inicios el cine se enfrentó a la intolerancia y la represión. Instaurada en España en 1912, la censura cinematográfica mutiló grandes obras del cine mudo. Se pueden ver en youtube algunos de los cortes censores más significativos. No he subido el vídeo porque tiene restricción de edad.