He leído sin mucho interés, porque repite la fórmula de las
novelas anteriores, la última entrega del forense irlandés ideado por Benjamin Black (seudónimo
del gran escritor John Banville), Las sombras de Quirke, donde el protagonista se enamora, por fin, de una mujer
de su edad, una psiquiatra austríaca, jefa de su hija. Y me ha gustado como ha
desarrollado el primer encuentro amoroso entre estas dos personas entradas en
años tan poco habitual en la literatura. Al mismo tiempo ha aparecido un artículo, Amor veterano, en el periódico El Público que, a
propósito del estreno de 'Una cita en el
parque' (2017) de Joel Hopkin, hace referencia a otras películas que tienen protagonistas maduros. Y es que da gusto que aparezcan amores tardíos, cuando el sexo no es una urgencia, deseados, sosegados, realistas, hablados, pausados, sin grandes hazañas, y que suponen una alegría para el cuerpo y alimento para el alma. Además, volví a ver en televisión con una mirada nueva Los puentes de Madison. que me gustó mucho más que la primera vez hace veintidós años. ¡Cómo pasa el tiempo y cómo nos cambia la vida!
miércoles, 30 de agosto de 2017
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