Emilia Serrano |
El primer día de enero está destinado a Emilia Serrano (autodenominada Baronesa de Wilson), escritora y periodista española, gran viajera por el continente americano, pero casi desconocida en España. Gran acierto, porque la autora fue la valedora de las mujeres de letras de habla española: durante años, fue rescatando noticias en torno a la vida y la obra de numerosas escritoras contemporáneas, pero también de destacadas filántropas, artistas o heroínas olvidadas.
Su vida estuvo llena de grandes misterios que ella nunca aclaró, ya que fantaseó sobre sus orígenes familiares y su pasado que están llenos de datos contradictorios. Lo que sí sabemos es que poseía una refinada cultura y un buen manejo de lenguas. Hacia 1853 huye exiliada a París seguida de su amante, el escritor José Zorrilla*, con el que tendría una hija, Margarita Aurora, que moriría con cuatro años. Allí se codeó con Eugenia de Montijo y la flor y nata de la intelectualidad y burguesía parisinas.
Fue una auténtica "influencer", una mujer sorprendente, curiosa, aventurera. La audacia, el cosmopolitismo y la formación
variada le permitieron trazar en sus viajes poderosas redes sociales y
personales que la conectaron con los principales nombres del panorama cultural
y político del siglo, hasta el punto de llegar a convertirse en asesora de
gobernantes, como el presidente mexicano, Porfirio Díaz, y en historiadora
oficial de países como Venezuela o México y en la autora más difundida en las
escuelas americanas.
Pura Fernández en su novela 365 relojes. La Baronesa de Wilson recrea la vida de esta extraordinaria mujer que pasó de ser una exitosa empresaria
cultural en París, una viajera
aclamada en todas las repúblicas americanas y la impulsora de las relaciones
transatlánticas entre España y sus antiguas colonias, a morir arruinada y
olvidada en Barcelona (1923).
Leed aquí Las perlas del corazón. Deberes y aspiraciones de la mujer en su vida íntima y social (1876).
*La famosa Leila, nombre poético con el que la recordó en sus versos para no descubrir su relación secreta.