No me gusta nada ir de tiendas a comprar, me parece un soberano aburrimiento; pero sí me gusta descubrir tiendas originales, distintas, como las que descubro paseando por mi barrio. Suelen ser caras y de vida corta, detrás de ellas hay emprendedores con muy buenas ideas. La primera que me llamó la atención, Pepita y grano (Calle de Sta Engracia, 77), está dedicada a la alimentación. Se venden a granel todo tipo de alimentos: algas deshidratadas, alubias, arroces, garbanzos, especias, frutas y setas deshidratadas, cereales y frutos secos. Incluso hay un rincón con recetas para elaborar los alimentos más exóticos. Te sirves tú mismo, compras solo lo que necesitas y puedes llevar tus propios envases, de esta manera se reduce así el consumo de plásticos. Me vine con 100 gramos de arroz vietnamita de color verde que, frito, está delicioso.
La segunda, Energía positiva (Gravina,14) es una tienda de regalos de decoración con alma
para llegar al corazón. Todos los objetos que se comercializan contienen
mensajes reveladores: deseos, sugerentes leyendas, sueños y secretos que han
adoptado forma luminosa para decorar los espacios más íntimos. La lámpara libro
con batería es bellísima. Como su dueño es
Francisco Cuadros (editorial Maeva) también hay hermosos libros ilustrados; editan
mapas para amantes de los libros que permiten viajar con los clásicos en el
tiempo y en el espacio.