jueves, 5 de febrero de 2015

Las razones de la sinrazón

Revisando papeles, me he encontrado con un texto de hace unos años que escribí para desahogarme, como casi todos. Ahora que estoy fuera del sistema educativo, me doy cuenta, como nunca, que los profesores son los quijotes de nuestro tiempo: solitarios, infravalorados y luchando siempre contra lo imposible.

"Y ahora estaba esa clase insolente, veintisiete chavales de catorce años exaltados, indiferentes a la gramática, a la historia de los hombres, a la poesía italiana: versos que a ellos no les decían nada, tan solo eran sonidos, como tantos otros en la estridente cacofonía del mundo".
Un día perfectoMelania G. Gamuzzo


En el instituto algunos días hay enfrentamientos entre profesores y alumnos. Es normal, forma parte del aprendizaje, del crecimiento como personas.  Si son aislados, no tienen importancia. Unas veces se extralimitan los alumnos, son adolescentes, qué le vamos a hacer; y otras veces los profesores perdemos los papeles, porque esta profesión puede ser  la más bonita del mundo y a la vez la más dura. Todo se soluciona hablando y se queda en mera anécdota. Si estos enfrentamientos se repiten y siempre los protagonizan las mismas personas estamos ante un problema grave.  
Soy tutora de un curso problemático, un cuarto de la ESO donde han ido a parar todos los repetidores y los alumnos que han pasado por imperativo legal, o dicho con otras palabras, los alumnos que llevan sin dar un palo al agua desde que entraron en el instituto y que no se caracterizan precisamente por su buen comportamiento. La mayoría tiene 14 asignaturas que aprobar; este curso, si no lo consiguen, se irán sin titular después de seis años. Junto a ellos hay alumnos que quieren estudiar bachillerato, pero que contagiados por los primeros no están rindiendo lo que se esperaba. En las dos evaluaciones que llevamos solo uno ha aprobado todas las asignaturas. Algunos rechazaron ir a un PCPI o a diversificación “porque eso es para tontos”.  Un alumno cubano, recién llegado de su país, que apenas sabe leer y  escribir no quiso ir a diversificación de 3º porque según él (y su padre) su nivel era superior, ni que decir que solo ha aprobado una. Se les han dado mil consejos orientadores y todos los han rechazado. Los padres son conscientes de lo que pasa, pero no quieren ver la realidad, no saben qué hacer con sus hijos y echan balones fuera. Resumiendo: todos los alumnos se creen muy listos y la culpa de todo la tienen los profesores.
Ha sido un error que el equipo directivo los pusiera en la misma aula. Ante una clase así, enseñar es casi imposible: no atienden, hablan constantemente, si les mandas que hagan los ejercicios  en clase, no los hacen; si se lo pides para el día siguiente, no lo traen hecho. No llevan los estudios al día, cuando hay un examen aprovechan las clases anteriores para estudiar. O están dormidos o dando la lata. Son infantiles y maleducados, no consienten que se les llame la atención, se rebelan continuamente, defienden lo indefendible, son mentirosos, impredecibles, y llegan a acusarse los unos a los otros. Están prohibidos los móviles, pero los utilizan en clase; llegan tarde porque les da la gana y no lo justifican, no sienten ninguna empatía por nadie. Impasible al desaliento lo he intentado todo por ellos, les he dado mil y una oportunidades, he razonado con ellos todo lo que he podido. Les hago exámenes cada dos temas, les digo antes lo que va a entrar, pero ni por esas. Como tutora solo me falta llevarlos de la mano a los exámenes de recuperación de las asignaturas de los cursos anteriores. En compensación, casi todos los días tengo  muestras de comportamientos inaceptables. Cuando se los afeo, me tachan de intransigente y absurda. Encima me toca animar y reconfortar a las madres que desfilan desesperadas una vez a la semana.
En una actividad extraescolar, un grupo se coló en el autobús sin pagar y robó comida en un chino. La explicación inaceptable que me dieron es que todo el mundo lo hace. No hubo sanciones graves, porque. aunque una de ellos lo confesó públicamente, "es muy difícil de demostrar", según la dirección. Otro ha estado expulsado de una asignatura casi un mes porque casi se pega con un profesor. Se levantan cuando les da la gana y para demostrar la alegría que sienten cuando falta un profesor, dan un golpe en la pared. El vaso se colmó este viernes, lo que empezó como un juego en el que todos estaban participando en un clima relajado (hacíamos crucigramas) acabó en un insulto. Un alumno al que llevé la contraria, después de levantarse entre gritos y aspavientos, cuando se sentó, me llamó "puta". Cuando le puse una sanción grave, se armó el alboroto. Todos opinaban indignados que le tengo  manía, que he sido injusta. Que el insulto no iba contra mí, que es como cuando alguien dice: " me cago en Dios". Ha sido sancionado con un día sin venir al instituto. ¿Ocurriría esto mismo en la enseñanza privada?
Las razones de la sinrazón. Estamos creando monstruos. Miramos para otro lado.

domingo, 1 de febrero de 2015

El cuscús

Este viernes, en torno a un cuscús en casa de Evaristo,  he vuelto a encontrarme con los compañeros del comité del Hogar del Empleado.  Desde que nos disolvimos y abandonamos la enseñanza privada por la pública, han pasado más de veinticuatro años. Algunos ya no están en Madrid y otros, aunque siempre han estado cerca, no sé por qué razones, he dejado de verlos. Recordamos las películas canadienses de Denys Arcand "El declive del imperio americano" (1986) y “Las invasiones bárbaras” (2003), donde aparecen los mismos actores y los mismos personajes en un díptico temporal que abarca diecisiete años. Nuestra cena nos brindó el atractivo del reencuentro, el regusto de la nostalgia, el escozor de la melancolía y el placer de la amistad, Son mis señas de identidad. Parecía que el tiempo se había detenido, que veinte años no son nada. Los encontré igual de jóvenes, divertidos y entusiastas que entonces, aunque ya seamos abuelos, estemos jubilados y no sepamos qué hacer con las canas.

Sonrisas en enero

 Mi amigo Javier me ha pasado este escrito lleno de esperanza. Con su permiso lo publico. Yo no estaba allí, me aterran las multitudes, pero sonreí desde casa.

Al principio, mientras caminábamos por la Castellana hacia la plaza de la Cibeles, parecía que la cosa podía estar floja. Mas pronto, nos dimos cuenta de que, contra lo que habíamos creído en un principio, la manifestación no llenaba Cibeles para caminar hacia Sol, sino que ya la puerta del Sol estaba rebosante de gente. Eran las 11,45 del 31 de enero. La Marcha del Cambio. Caminamos y pronto,  la habitual y ruidosa parafernalia que suele acompañar los eventos relativos a la movilización popular,  se hicieron patentes; percusión, canciones, carteles simpáticos, eslóganes ocurrentes, incisivos, irónicos, desenfadados…poco que ver con el tonillo aburrido y monocorde de los mensajes de la  “casta”. Ay, la casta, un término afortunado, aunque ¿cuántos se libran de alguna forma de la “cosa”? Pasada un tiempo, sobre algo más de la una del mediodía, me volvía hacia el metro, subí hasta Retiro, y en el camino mi retina se convirtió en un negativo, en el sustrato de una película a cámara rápida de las personas que dejaba, de las que me despedía-una vez más antes de la hora-ante el nerviosismo que me domina cuando llevo un buen rato sin apenas moverme, de pie.
Digno de verse: ancianos asistidos, discapacitados ayudados y sin ayudar, apenas niños, adolescentes, jóvenes, medianos de la edad , hombres, mujeres, profesores jubilados, macarras de barrio con y sin pendiente, grupos de amigas, gente que apenas se conocía, viejas “glorias”, abrazos, encuentros…
Una vez más se encendía la llama de la solidaridad, una vez más obraba el milagro de “JUNTOS”,  y venciendo el miedo, la comodidad y la inercia que nos susurra “déjate de tonterías” se encendía la llama de la ilusión, con o sin motivo. De nuevo, la ilusión.
No me preocupa quién estaba allí para seguir el liderazgo reciente de Podemos, quién acudía por escuchar al lider o quién,  como yo, lleno de escepticismo, acudía porque quería estar allí, porque la Historia esta vez convocaba del lado de Pablo Iglesias.
 Yo, por ejemplo, tan solo seguía  el rastro luminoso de la esperanza invocada  de nuevo.
 Ah ¿pero todavía existe? Pues…

En el denominador común de todos los rostros anteriormente citados y también en el de los no referenciados, así como en el mío, un gesto común: LA SONRISA.

Queridos compañeros, una vez más: un verdadero placer.

Javier Rubio

miércoles, 21 de enero de 2015

Veinticinco lemas para una revolución

Estoy arreglando papeles del estudio y carpetas del ordenador. Por eso estoy incluyendo ahora en el blog escritos pasados que siguen vigentes. Siempre me llamaron la atención las frases de mayo del 68 y en las del 15-M también hay mucho ingenio. Aquí incluyo una selección de los lemas, las frases y las pancartas surgidas de las protestas que se iniciaron entonces:



1. "No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros"

2. "Me sobra mes a final de sueldo"

3. "No hay pan para tanto chorizo"

4. "¿Dónde está la izquierda? al fondo, de la derecha".

5. "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir".

6. "Se alquila esclavo económico"

7. "Se puede acampar para ver a Justin Bieber pero no para defender
nuestros derechos"

8. "Error 404: Democracia not found"

9. "Error de sistema. Reinicie, por favor"

10. "Esto no es una cuestión de izquierda contra derechas, es de los
de abajo contra los de arriba"

11. "Vivimos en un país donde licenciados están en paro, el presidente
de nuestro gobierno no sabe inglés...y la oposición tampoco"

12. "Mis sueños no caben en tus urnas"

13. "Políticos: somos vuestros jefes y os estamos haciendo un ERE"

14. "Nos mean y dicen que llueve! "

15. "No falta el dinero. Sobran ladrones"

16. "¿Qué tal os va por España"?- Pues no nos podemos quejar. O sea,
que bien ¿no?- no, que no nos podemos quejar."

17. "No es una crisis, es una estafa"

18. "No apagues la televisión... Podrías pensar"

19. "!!Tengo una carrera y como mortadela!!"

20. "Manos arriba, esto es un contrato"

21. "Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco"

22. "Rebeldes sin casa"

23. "Democracia, me gustas porque estás como ausente"

24. "Nosotros buscamos razones, ellos victorias"

25. "Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se tambalean"

lunes, 19 de enero de 2015

Conflictos generacionales


Cortina de lluvia

Cortina de lluvia


                 gris

                 tul de niebla

                 blanquecina

                 telas de nieve

                 transparente

                 dudosos visillos

                 cristales traslúcidos

                 rizos de espuma

                 marina

                                           lejanía

                                 ay

                                 hay

                                 ahí

                 azules cenizas

                 mojadas

                 empañado espejo

                 apenas permite atisbar

                 al otro lado


                 pero siempre más allá

                 hay que ir



                                    Marzo 07

sábado, 17 de enero de 2015

Mi jardín secreto


 Me he dado cuenta de que mi patio interior se parece mucho al de mi abuela Ángeles en Villena. He conseguido tener un patio alicantino en el centro de Madrid con azulejos árabes y aspidistras, hasta tengo un níspero que alguna vez ha dado frutos, pequeños pero sabrosos. Todo jardinería en macetas. El patio no es mío, es de la comunidad de vecinos y no puedo poner nada que cambie su estructura. Si me dejarán, pondría hasta una fuente. Mi jardín secreto es la plaza de la alegría, una vista alegre.