jueves, 15 de enero de 2015

El tema amoroso en la poesía española

 El tema amoroso en la poesía española a través de los siglos y en un relato:

- Jarchas, cantigas de amigo y otras canciones anteriores a 1450
-     Hita, Libro de Buen Amor ("Aquí fabla de la pelea que ovo el Arcipreste con don Amor y la respuesta que don Amor dió al Arçipreste")
    Poesía popular y cancioneros: " No me habléis, conde,/de amor en la calle"; "Vine de lejos";" ¡Quedito, no me toquéis"; "¿Qué me queréis, caballero?". "De niña me casaron"; "Soy casada y vivo en pena"; "Parióme mi madre".
 -   Garcilaso soneto V,XXIII, XXXI. "¡Oh, mas dura que el mármol a mis quejas".
 -   Juan del Enzina: " Ojos garzos".
 -   Quevedo: " Que un corazón lastimado"; "Amante agradecido a las lisonjas mentirosas de un sueño; soneto amoroso"; "Amor constante más allá de la muerte"; "Desea, para descansar, el morir"  .
   Lope de Vega: "Desmayarse, atreverse, estar furioso"; "Ya no quiero más bien que solo amaros".       "Serenata"(Delio a las rejas de Elisa).
 -   Góngora: " La dulce boca que a gustar convida".
 -    Bécquer Rimas XIV,XVII,XXIX, XXXI,XXXIX,XLIV
 -    A. Machado: "Hoy te escribo en mi celda de viajero"; "Todo amor es fantasía".
 -     Pedro Salinas: " No debía bastar"; "la forma de querer tú"; "No quiero que te vayas".
 -    Luis Cernuda: "Qué ruido mas triste"; "Sombra de mí". "El amor todavía". "Lo que el amor basta".
 -   Felix Grande “Ytú me lo preguntas!”; " No hay amores malditos"; "Elogio de lo irreparable". "Los    yertos moradores de la ausencia"; "Casida en la alta madrugada".
 -  Alfonsina Storni: "Ahora quiero amar algo lejano".
 -  Amado Nervo: " El dia que me quieras"; "Si tú me dices ven, lo dejo todo…"
 -     Lorca: "Sonetos del amor oscuro."
- Alberto González Ovies: "Tanto te quiero"; "A veces te quiero mucho".
- Ángel González: "Me basta así".
- Vicente Aleixandre: "Cuerpo feliz que fluye entre mis manos".
- Luis G. Montero: "Confesiones"; "El amor"; "Dedicatoria".
- Mario Benedetti: "Antes del fax y del móvil".
- Luis Alberto de Cuenca: "DNA".

Antología de poesia amorosa
http://www.lenguayliteratura.net/index.php?option=com_content&task=view&id=35&Itemid=60


No tires las cartas de amor

Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esa flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.Transcurrirán los años. Te cansarás de libros.
Descenderás aún más
y perderás, también, la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que hayas guardado
serán tu última literatura.

Traducción del catalán del propio autor.

(Joan Margarit. Aguafuertes. Renacimiento.1998)

Jaime Sabines  Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de
fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una
semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego. Te voy a calentar con esa
hoguera del amor quemado. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor están están entre dos
gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú saber cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"... Entre
las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te
quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del
tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No
sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.

miércoles, 14 de enero de 2015

Imagen en el verso: visita virtual

Exposición El rostro de las letras




La exposición «El rostro de las letras. Escritores y fotógrafos en España desde el Romanticismo hasta la Generación de 1914» es el resultado de más de veinte años de búsqueda de imágenes por archivos públicos y privados, españoles y extranjeros, y constituye un ambicioso estudio del retrato fotográfico español, desde los días del daguerrotipo y el calotipo, hasta la primera mitad del siglo XX.

Ejercicios de estilo, Raimond Quenau

En Ejercicios de estilo (1947) Raymond Queneau narra un incidente trivial de 99 maneras distintas. Es uno de esos libros de imposible clasificación, una obra literaria con un fuerte componente metaliterario o tal vez “paraliterario”, como indica Antonio Fernández Ferrer en el prólogo de su excelente traducción (Ed. Cátedra, 1993).
http://www.doctorojiplatico.com/2013/02/raymond-queneau-ejercicios-de-estilo.html

Me gusta el término ojiplático para esta obra, que dará mucho juego en la clase de teatro,  para referirse al acto de estar asombrado por algún motivo, haciendo una referencia metafórica a ‘tener los ojos como platos o muy abiertos a causa de una sorpresa o asombro’ y como sinónimo de atónito, sorprendido, asombrado, pasmado, boquiabierto, patidifuso o alucinado.

Las 100 mejores adaptaciones de la literatura al cine

Desconfiad, hermanos, de las listas de los mejores libros, de las mejores películas, de los mejores actores, de los mejores escritores; pero para tener una referencia cinematográfica de algunas adaptaciones de novelas al séptimo arte, aquí os dejo el siguiente enlace:

http://decine21.com/listas-de-cine/lista/Las-100-mejores-adaptaciones-literarias-93431

Y pongo como un ejemplo de mala adaptación al cine La Regenta de Gonzalo Suárez (1974) y una muy buena adaptación a la televisión de la novela de Thomas Mann:  Los Buddenbrook. Decadencia de una familia. La primera novela del escritor, publicada en 1901, cuando su autor tenía solo veinticinco años que narra el auge y la decadencia de una familia de comerciantes, entre los años 1835 y 1877, miembros de la aristocracia de Lübeck, en su lucha y sacrificio para poder sobrevivir económicamente y su búsqueda de la felicidad y del amor imposible. 

:Cine y valores http://cineyvalores.fad.es/
El siglo XX a través del cine

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Breveñas: La invención de Morel, Bioy Casares

Para mí, Bioy Casares ha sido una figura secundaria, unida siempre a la de su amigo Borges. Probablemente, su físico bello y elegante y su fama de don Juan me produjeron rechazo. El año 2014 ha sido la fecha de su centenario y quiero celebrarlo este último día con una pequeña reseña (breveña) de mi amigo Emilio García Ruiz.

Adolfo Bioy Casares, La invención de Morel. Prólogo de Jorge Luis Borges. Barcelona, Seix Barral, 1985. 126 págs.
Resultado de imagen de la invención de morel   En una lectura actual, esta novela de 1940 parte con dos desventajas:  1)  Las obras de ciencia-ficción a menudo envejecen mal en aspectos formales; se presentan civilizaciones futuras teóricamente avanzadísimas, pero sin, por ejemplo, ordenadores ni teléfonos móviles. En este caso se debe saber leer el mensaje profundo que transmite el texto, sin pararse en esos detalles tecnológicos, pero la lectura se hace algo incómoda, como esas pinturas renacentistas o barrocas en que los personajes griegos y romanos aparecen con chambergo, golilla y botas altas. Un ejemplo destacado puede ser la excelente novela de Ph.K.Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), en la que se basó parcialmente la película Blade runner de R.Scott (1982).                              
  2) Al haber sido Bioy Casares amigo íntimo y colaborador ocasional de Borges, se produce un inevitable reflejo de comparación, con el resultado previsible, dejando de lado los naturales parecidos por cercanía y ambiente.
   En La invención de Morel (título que, para entenderlo mejor, hoy quizá se diría El invento de Morel) el relato se presenta en forma de diario encontrado posteriormente a los hechos. El innominado autor, fugitivo de una persecución política, llega en barca a una isla del Caribe alejada de las rutas marítimas habituales y que parece desierta. En su intento de adaptarse precariamente, como cualquier Robinsón, a las inclemencias del lugar y del clima, descubre unas edificaciones extrañas, abandonadas y envejecidas, quizá un proyecto hotelero fracasado, de las que se sirve como refugio. Al cabo de poco tiempo observa la presencia en la isla de personas extrañas, un grupo de amigos aparentemente reunidos allí para pasar unas vacaciones; el náufrago se oculta por temor a ser devuelto a su país de origen, pero espía al grupo. Los recién llegados, gente rica sin duda, se bañan, pasean, se divierten, ponen música estruendosa y banquetean espléndidamente en el edificio mencionado. El jefe parece ser uno llamado Morel, pero quien atrae la atención del náufrago es una bella mujer, Faustine, que a diario pasa horas a la orilla del mar, separada del grupo; en otros momentos se ve que mantiene cierta relación con Morel, quien parece pretenderla, pero ella se mantiene a cierta distancia. El fugitivo llega a obsesionarse con la mujer, a la que observa a escondidas sin descanso, hasta que un día decide acercarse y hablarle: aquí el relato acentúa dramáticamente su clímax ascendente, pues ella parece no oirle, o aparentarlo. (El recuerdo de Ulises y Nausícaa en la Odisea, es inevitable, a pesar de, o más bien precisamente por la diferencia de la reacción femenina ante el astroso náufrago)  Este encuentro-desencuentro se repite en días sucesivos, hasta el punto de que el fugitivo piensa que ella lo ignora deliberada y ostentosamente, lo cual exacerba su obsesión erótica. Más tarde Morel convoca una reunión de todos los invitados para exponerles su invención o descubrimiento: ahí reside, principalmente, la parte de ciencia-ficción de la novela. Espiando el debate, el náufrago va comprendiendo la situación, hasta llegar al desenlace, mientras el relato adquiere rasgos de thriller de terror. La inestabilidad entre mundo real e ilusorio, sueño y vigilia, la realidad como proyección mental y otras aporías de los últimos siglos están crecientemente presentes en el relato, que se une con ello a una gran corriente de la literatura moderna, como apunta ya Borges en el prólogo, defendiendo a la vez la posibilidad de una narrativa de trama, como es la novela de su amigo, frente a la tendencia a la novela psicológica en su época; no deja de ser una cierta incoherencia, o enriquecimiento, que La invención de Morel tenga también simbólicamente una gran carga psicológica.
   En definitiva, Bioy Casares logra en esta breve novela condensar una gran tensión narrativa, a la vez que supera con creces las dos dificultades a que aludíamos al principio. El eco de la novela de H.G.Wells La isla del doctor Moreau (1896) está ya en el título, como indica Borges en el prólogo, pero las tramas de ambas obras no tienen mucha relación. La dramática incomunicación del náufrago y Faustine parece que dio origen a la película de Resnais El año pasado en Marienbad (1961), con guión de Robbe-Grillet, pero el desarrollo es también muy diferente.
Al cerrar el prólogo a la novela de su amigo, Borges (dedicatario, además de la obra) puntualiza de manera significativamente litotética: "No me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta." ¿No se lo parecía? ¿O lo pensaba de verdad, por encima de la amistad de ambos escritores? Malévolamente podríamos estar tentados de sospechar que el gran autor nos sugiere algo como "esta obra parece perfecta, pero no es grande".


lunes, 22 de diciembre de 2014

Los mejores finales en la literatura


Resultado de imagen de tecla de ordenador finTODA BUENA HISTORIA MERECE UN BUEN FINAL. ALGUNOS AUTORES CONSIDERAN QUE LOS FINALES DE LOS LIBROS SON LO DE MENOS, SIN EMBARGO HAY LIBROS MUY INTERESANTES QUE ECHAN A PERDER BUENA PARTE DE LA HISTORIA CON UN MAL FINAL.

Terminar suele ser una obligación; terminar bien, un difícil arte
http://www.elplacerdelalectura.com/work-view/las-50-mejores-frases-finales-en-la-literatura-de-la-1-a-la-10