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Hemingway, Villena 7 septiembre 1959 |
La Feria del Libro coincide siempre con la Feria de San Isidro en
Madrid y con la lluvia, esta vez de forma torrencial. Literatura y toros han
hermanado siempre bien. A mí, la fiesta de los toros me parece un espectáculo cruento que nos retrotrae a otros siglos y que no casa nada bien con la actualidad.
No niego que sea un arte, pero cruel. Como en muchas familias estamos
divididos, mi madre y mi abuelo paterno no se perdían una corrida en la plaza de Villena, mientras los demás estábamos más preocupados por la vida del torero
que la del toro. Casualmente he encontrado una foto del paso del escritor Ernest
Hemingway por la plaza de Toros de Villena* en las fiestas de Moros y
Cristianos de 1959 para acompañar a su íntimo amigo Antonio Ordoñez, en ella aparece con el músico de la Banda Municipal José Hernández Hernández. La misma foto aparece en otra entrada de Villena Cuéntame con un jugoso comentario muy de la época:
"Se dió el caso que en el cuarto toro se lanzó un
espontáneo y cuando lo llevaban detenido, pasó junto al Nobel, le dió algún
dinero para pagar la multa, acompañándolo ante la presidencia, siendo
indultado. En el quinto toro, que saltó al callejón, Hemingway con gran agilidad
saltó al ruedo para evitar el peligro, por lo que llevó una gran ovación. En el
sexto toro el banderillero de PACORRO, Francisco Chávez "Sevillano",
fue herido de pronóstico grave, motivo por lo que Pacorro no quiso salir a
hombros. Esta noticia fue publicada por la prensa mundial. Lleno hasta la
bandera. La avalancha de aficionados, atascó la carretera general desde Sax a
Villena. Acompañaba a HEMINGWAY EL ILUSTRE MÉDICO Y ESCRITOR FERNADO
CLARAMUNT*".
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Plaza de toros, 1924 |
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Plaza de toros en la actualidad |
*La plaza de toros se inauguró en el año 1924, con aforo para 10 000 personas. Después de una remodelación en 2011, se convirtió en espacio multiusos (ver en Youtube
https://youtu.be/kCi-N7gJEdk). En la actualidad está infrautilizada.
* Fernando Claramunt, presidente del Colegio de Médicos de
Alicante y cirujano jefe de la Plaza de Toros desde 1944 hasta 1972.
Del aventurero Hemingway sabemos casi todo, que fue camillero, corresponsal, cazador,
pescador, que fascinado por la muerte se acercó a ella de múltiples maneras, que descubrió España y la fiesta de los toros en
julio de 1923 cuando acudió por primera vez a una corrida en Las Ventas de
Madrid como corresponsal del Toronto Star. Ante sus ojos, a pleno sol, se produjo un extraño ritual de vida y muerte
que nada tenía que ver con su cultura anglosajona. A partir de entonces escribió numerosos libros sobre los toros y los encierros:
-Fiesta (1926). Su
primera novela narra la historia del viaje a Pamplona de un grupo de
americanos e ingleses exiliados en París en los años veinte, y el reencuentro
entre Brett Ashley y Jake Barnes, quienes durante la guerra vivieron una
intensa relación. Hemingway es el responsable de que las fiestas de Sanfermin y su encierro se hayan hecho populares internacionalmente, especialmente en Estados Unidos.
-Muerte en la tarde
(1932). Un tratado sobre tauromaquia que fue duramente criticado por el crítico Gregorio Corrochano que llegó a decir que Hemingway escribía en inglés para una público desconocedor de la fiesta cuya ignorancia compartía.
-La capital del mundo
(1936). Interesante relato ambientado en Madrid, donde dos jóvenes, que pasan hambre y dificultades, fantasean con ser
toreros para salir de la pobreza.
-El verano peligroso (1960). Un reportaje para la revista Life, centrado en la competencia que a lo largo de la temporada de 1959 mantuvieron
en los ruedos Dominguín y su cuñado Ordóñez, daría lugar al libro publicado
de forma póstuma.
“Cualquier hombre
puede enfrentarse a la muerte, pero verse obligado a atraerla tan cerca como
sea posible mientras se realizan ciertos movimientos clásicos, que han de
repetirse una y otra vez, para luego provocársela con un simple estoque a un
animal que pesa media tonelada y al que uno quiere, representa algo más que
enfrentarse a la muerte. Es enfrentarse a la propia actuación como artista
creador y a la necesidad de comportarse como un matador hábil.”
En él influyó el escritor Pío Baroja. Después de recibir el
Premio Nobel visitó al casi moribundo escritor vasco para decirle que merecía
el premio más que él. José Luis Castillo-Puche ('Hemingway entre la vida y la
muerte") describe el famoso encuentro entre el «jovial endemoniadamente
amargado», que era Baroja, y aquel «amargado jovial», que era Hemingway.
Para saber más:
https://riojadigital.es/los-toros-y-las-letras-hemingway-desde-dentro/#:~:text=Esta%20postura%20sorprende%20dado%20que,el%20mundo%20de%20la%2
https://www.zendalibros.com/ernest-hemingway-y-los-toros/
https://www.sanfermin.com/es/guia-de-la-fiesta/hemingway-en-sanfermin