martes, 1 de septiembre de 2020

Elogio del libro, Romano Guardini





En estos últimos días de agosto he leído Elogio del libro, la famosa conferencia sobre el valor de la lectura, pronunciada en la Universidad de Tubinga en 1948 por el teólogo alemán Romano Guardini, una de las grandes personalidades que más influyeron en el siglo XX, tanto en Alemania como en el resto de Europa. Desde el comienzo el autor expresa sus sentimientos hacía el libro. De ese modo remueve el recuerdo de Guardini de esas últimas horas de la tarde, en aquellas frías tierras, en el silencio de su cuarto y con un buen libro entre las manos: "cuando los libros cobran vida". Las siguientes páginas están dedicadas a realizar un largo exordio sobre la escritura, la imprenta, la encuadernación y el papel.  En las páginas finales, Guardini, desarrolla algunas ideas como la perpetuación del pensamiento y su transmisión gracias a la redacción sopesada de un texto o a la corrección de unas notas sobre una conferencia o parlamento;  la conexión entre escritura e imaginación; y, en tercer lugar, nos recuerda el gran defecto de los libros: la pérdida de la memoria. Antes las comunidades de analfabetos se reunían y aprendían o recordaban las historias comunes que les conformaban como pueblo. Ahora cada uno, cada persona, puede sentarse a leer sin el esfuerzo por memorizar y corre el riesgo de actuar individualmente y sin memoria de pueblo.


domingo, 30 de agosto de 2020

Marina Rodríguez Martínez, El derecho a la educación


Marina Rodríguez Martínez, profesora de Filosofía en un instituto público, analiza en su artículo El derecho a la educación  cómo se ha ido imponiendo este argumento que encierra una falacia y ha hecho mella en políticos de diferente signo, liberales, neoliberales e incluso progresistas; entre padres y madres; también entre docentes de la educación pública. Pero la educación privada-concertada nace en nuestro país en los años 80 como una solución provisional a la imposibilidad de atender la demanda de escolarización por parte de la institución pública.


El argumento es: Los padres tienen derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos y así lo recoge la Constitución.
Innegable, los padres tienen derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos, y por eso las sociedades plurales y democráticas les ofrecen las opciones de educación pública o privada, entre las que seleccionar la más afín a sus creencias, acorde a sus valores o cercana a sus casas.
Lo que no dice la Constitución es que las opciones privadas hayan de ser financiadas con dinero público. Por eso, la exigencia de ese derecho de elección avalado por la Constitución, se convierte en una falacia cuando lo que va implícito es el derecho a que se les subvencione lo “privado”. ¿Por qué tendrían que subvencionarnos un transporte privado, al que optamos libremente, con dinero público?, ¿podríamos exigir la financiación de la consulta médica privada, a la que acudimos libremente, a cargo del erario?, ¿se entendería la exigencia del derecho a elegir ese taxi o este médico  subvencionados de esa manera? (...)

sábado, 29 de agosto de 2020

Ken Robinson, La importancia de los profesores en tu vida



“Me molesta que se critique a los profesores. Son muy importantes para nuestras vidas”
Ken Robinson · Educador y escritor
El País: Aprendemos Juntos 

viernes, 28 de agosto de 2020

Sensaciones



Estamos en la penumbra y el silencio, no tenemos miedo, ni odio, ni rencor, ni hastío, ni deseo, ni amor siquiera. Sólo el fluir del estar que parece detenerse y abolir el tiempo. Tampoco ese recuelo de la vida que se va por el sumidero cotidiano y que son los sueños que nada significan.


sábado, 15 de agosto de 2020

Fernando Simón/Krist Novoselic parecido razonable



Creo que los enemigos de Fernando Simón (1963) no lo ven a él sino a Krist Novoselic (1965), músico estadounidense de origen croata que, junto con Kurt Cobain, fue cofundador y bajista de la banda Nirvana. No ven la imagen desenfadada de un experto epidemiólogo, sino el desaliño grunge de un cantante de rock alternativo que desafía a la cámara y al mundo. Apela directamente a las fobias de su inconsciente. No saben que el hábito no hace al monje, que las apariencias engañan, que la verdadera libertad es ser como uno quiere ser, no como les gusta a los demás, que lo peor es fingir. A mí me da más miedo esta imagen de Nirvana con sus componentes disfrazados de niños bien que la de otra entrada anterior de mi blog. 

jueves, 13 de agosto de 2020

Más de cuatrocientas mil visitas

Hoy he pasado la barrera de las cuatrocientas mil visitas que sumadas a las 230.000 de Garcilazomolamazo  superan la cantidad de 630.000, número impensable cuando empecé esta aventura obligada. Tengo que dar las gracias a mis amigos que me animan con sus comentarios y a los lectores ocasionales que pierden el tiempo leyendo mis ocurrencias. Recibo algunos días más de 100 visitas de un solo país: Irlanda, Rumanía, Estados Unidos, Ucrania... Supongo que son profesores que han encontrado algún material para utilizar en sus clases, pero blogger no me indica qué entradas son las más leídas. Sigo adelante a pesar del desánimo que me acecha algunas veces en este quehacer solitario y, a pesar de blogger, luchando contra las erratas y errores propios. 

lunes, 10 de agosto de 2020

Mi ilustre vecina, Emilia (Pardo Bazán)


A través de la biografía de Emilia Pardo Bazán, he descubierto que la escritora gallega, que conquistó espacios públicos vedados a las mujeres, vivió desde 1890 en el número 35 de la calle de San Bernardo donde creó una de las tertulias más afamadas del Madrid de su época, allí radicaron también sus aventuras editoriales, la Biblioteca de la Mujer (en la que editó su propia obra) y la revista literaria Nuevo Teatro Crítico.
Su relación con distintos espacios del barrio está bien documentada y comenzó incluso antes de ser vecina del mismo (la calle de San Bernardo, la plazuela de Santo Domingo, la calle del Pez, la Gran Vía… salen reflejadas en Morriña). Habitando ya en la zona, Pardo Bazán frecuenta la calle de los Libreros, la Universidad, el Teatro Lara, la redacción de El Imparcial, el Instituto Cardenal Cisneros –donde estudió su hija Blanca–, o la farmacia del D. Garrido (en la calle de la Luna, hoy Farmacia Cardona). Por su cercanía de la Universidad Central, el barrio era rico en librerías, cafés literarios e imprentas. En la misma calle San Bernardo estaba, por ejemplo, la imprenta de Agustín Avrial, donde se imprimió en 1899 la versión en papel la conferencia La España de ayer y la de hoy, que doña Emilia impartió con gran éxito en París. Pardo Bazán tiene estatua frente a los números 2 y 4 de la calle de las Negras, en su cruce ya con la calle Princesa, en los recientemente bautizados como Jardines de las Feministas.
Las tertulias de San Bernardo primero fueron semanales (los jueves), y luego quincenales y vespertinas. A su casa, de modesta fachada y de estancias lujosamente decoradas, en la que destacaban la biblioteca y el salón, asistían escritores, pero también políticos, artistas, aristócratas y, en definitiva, todo aquel que era alguien en Madrid.

El monólogo Emilia 



 Emilia de Noelia Adánez es un monólogo mezcla de alegato y biografía en el que la escritora se despacha a gusto contra la sociedad que quiere encorsetarla. Un discurso imaginario que ha servido para construir un monólogo de una gran fuerza histórica. La función comienza con la irrupción de Emilia Pardo Bazán en la Real Academia de la Lengua en 1889. Las eminencias del momento, Clarín, Valera, Zorrilla… se le echan encima desde sus sillones con abucheos y campanillas intentando frenar su discurso. Pero Emilia es una mujer adelantada a su tiempo que no está dispuesta a que la aparten del camino. Ni a callar. 

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